sábado, 22 de agosto de 2020

Más que un gran guitarrista (Juan Saurín + artistas invitados, Viernes 21-08-2020, Explanada San Francisco, Yecla, Murcia)

Mono, un monazo terrible de concierto. Lo habría en cualquier época y lugar hace 15 años con tantas semanas sin un bolo, pero actualmente, en verano y con la que está cayendo, es algo peor todavía. Prácticamente no pasa un solo día en que vea caer al suelo otra y otra ilusión más en forma de concierto que se pospone o directamente, se anula. Es precisamente por esto, por esa ansiedad que no puedo liberar de la forma que más me gusta, por lo que el espectáculo de anoche (porque no se puede llamar de otra forma a lo que presenciamos) fue, más que un evento, más que un concierto, un auténtico regalo impagable. Pero también fue algo incluso más importante si cabe, una reivindicación de que SÍ SE PUEDE, de que hay medios y formas para seguir adelante, que nuestra cultura, por muchas leyes de mierda que quieran tumbarla, debe continuar como sea, y lo de anoche fue un magnífico y perfecto ejemplo. Celebrado en la explanada San Francisco de Yecla, por dos míseros euros de entrada, el concierto formaba parte de “Las noches al raso”, un ciclo de eventos culturales en el que participa el ayuntamiento de Yecla y que consta de diversas actividades como cine y conciertos, siendo estas últimas las más interesantes para quien suscribe. Pero sin duda, los de nuestro rollo veíamos un objetivo principal en estas noches, el concierto del reconocido Juan Saurín, un guitarrista de auténtica élite de quien ya esperábamos un gran concierto, pero no el movidón que nos tenía preparados para aquella velada, y que nos dejó sin aliento a más de uno, no solo por la inmensa calidad que el guitarrista desprende en cada una de sus notas, sino también por el acompañamiento de músicos, por la coordinación, por la caña, por la diversidad…

En resumen, una noche para el recuerdo por muchísimos motivos. Y más diría yo, un fin de semana completísimo y muy reconfortante que supuso un soplo de vida para quienes ya no podemos aguantar más sin nuestra forma de vida. El jueves nos acercamos al Morgul para hacer un buen tardeo (pero sin pijos), con unas cuantas birras y encuentros agradecidos con mis colegas Cristina y Roge, que además fueron los únicos que al final le echaron agallas y acudieron al concierto, por lo que disfruté de una compañía inmejorable. El viernes, el día de la verdad, acudimos a la localidad de Yecla (cuánto tiempo sin pasarme por allí…) con bastante anticipación, ya que no teníamos entradas y el aforo del lugar fue bastante limitado, 160 plazas disponibles. Tuvimos tiempo de charlar largo y tendido, tomar unas cañas en un bar cercano, cenar con tranquilidad en un parque y, con muchos nervios (por el bolo, no por otra cosa), acercarnos hacia el principal objetivo de la noche, que era la pedazo de liada que el genial Juan Saurín nos tenía preparada. Hubo control para las entradas y salidas del recinto, hubo gel al entrar, hubo control por DNI, la explanada fue dividida con sillas con más de un metro de separación entre ellas, mascarilla obligatoria (incluso para los músicos)… medidas sobradas para garantizar la seguridad sanitaria de todos los asistentes. Y sí, no voy a negar que un concierto sentado en una silla sea algo muy raro. Incluso más cansado que estar de pie (al menos para mí, ya que no puedo soltar la tensión del todo). Pero las condiciones fueron inmejorables. No iba a ser el formato habitual, pero al menos se hizo, y se demostró que SE PUEDEN hacer más. Además, la gente que asistió mostró un civismo y una responsabilidad ejemplares.

Ya sentados los tres en nuestras “butacas” y esperando a que empezara la función mientras disfrutábamos de una noche extraordinariamente calurosa, eché la vista atrás para comprobar con alegría que las entradas habían sido completamente (o casi) agotadas, demostrando la buena voluntad de apoyo por parte de la gente. Había de todo, gente mayor, gente más joven, niños… y un ambiente más que aceptable para el panorama que estamos viviendo. Ahora, cualquier cosa que sea concierto, en el formato que sea posible, es oro puro para mí, algo que bajo ninguna circunstancia me puedo perder. Y espero que promotoras, asociaciones y demás vayan siguiendo este ejemplo en la medida de lo posible.

El guitarrista yeclano salió a escena con sus tres músicos principales, dos pertenecientes a su propia escuela de música, como fueron Arturo a la batería (con un trabajo brillante durante todo el bolo) y el no menos currante Iván al bajo, y otra cara más conocida para mí, Fer a la guitarra rítmica (de quien ya he disfrutado en varias ocasiones, con una bandaza como Infernale o en su tributo a Metallica), músicos todos ellos que trabajaron duro junto a Saurín dándolo todo y poniendo el máximo empeño y talento. Y el resultado final fue el que mereció ser.

Los vídeos de la pantalla de fondo eran muy vistosos (quizá faltaban los focos). Durante los últimos compases de la introducción disparada Ex Nihilo… de su último trabajo “Supremacy”, Juan revisaba meticulosamente cada detalle del escenario mientras todos se colocaban el posición y, tras una cuenta atrás, ya hicieron lucir sus instrumentos con Change Nothing, del mismo disco, un tema que sirvió de calentamiento… aunque realmente no se puede considerar así, ya que el guitarrista principal se posicionó sin pensárselo dos veces en primera línea de escenario, desbordando pasión y zarandeando el mástil de su guitarra de un lado a otro, como si ya estuviese al 100%, contentísimo de poder estar de nuevo tocando en directo para su público. Un tema muy cañero para ir desatándose, al que siguió Carpe Dying con esas primeras notas con regusto del medio este, sin bajar el ritmo, Saurín seguía en primera fila sudando la camiseta y sin dejar de desmelenarse en las partes más intensas. Aquí el sonido, tras un comienzo algo amontonado y poco claro, empezó a ser cada vez más nítido, y cada instrumento iba cogiendo más fuerza.

Juan presentaba a su banda y reivindicaba la música en directo, veladas insustituibles para muchos de nosotros que, con las medidas necesarias y precaución, se pueden llevar perfectamente a cabo. Y lo hizo ya entre grandes aplausos que nos arrancó con su simpatía pero al mismo tiempo con su firmeza y pasión sobre el escenario. Weak and Tired fue el tercer tema interpretado aquella noche, sin salirse todavía de su “Supremacy”, en mi opinión, su mejor disco hasta la fecha y en donde ha plasmado como nunca su gusto por los riffs potentes y gruesos, casi Groove en ocasiones. A partir de aquí, fueron apareciendo las estrellas invitadas. Caras desconocidas para algunos de nosotros que sin embargo nos dejaron una impresión inmejorable, con talento y profesionalidad a raudales. Las primeras en hacer acto de presencia fueron Katia al violín e Isa con el violonchelo para el primer cover de la noche, que para mi gusto, no pudo ser más sorprendente y acertado, Dead or Alive (Bon Jovi), a la que la sección de cuerda le aportó un aura magnífica. Fer, por su parte, hizo un papelón, tanto con su acústica como con su voz, pero os puedo asegurar que en esta faceta fue mejorando conforme cayeron los temas que le tocó cantar. Juan, cogiendo su eléctrica a mitad de tema, lo dejó bordado. Ya era hora de una de sus bonitas baladas, y dicho turno correspondió a La luna abraza al sol, con la cual llegó la segunda colaboración de la noche, con Judith y Raquel subiéndose, al principio algo tímidas, al escenario, pero soltándose rápidamente para regalarnos sus armonías vocales y sus distintos timbres. Las despedimos con un gran aplauso, pero no sería su última aparición.

Mar es una de las composiciones más sentidas de “Human” y una de las que deseaba ver en directo. Casi se olvida Juan de presentar a otra nueva incorporación (algo que ambos se tomaron con toda la amistad y buen rollo del mundo), Juan Miguel Ortuño al bajo, con lo que para este tema hubo dos músicos simultáneos a las cuatro cuerdas pero jugando con distintas líneas. Un corte que me recuerda mucho, en esencia y composición, a algunas baladas de Axel Rudi Pell. Juan Miguel se quedaría durante un par de temas más, uno de ellos fue el segundo cover de la noche, y de nuevo los pelos como escarpias. Una To be with you (Mr. Big) que fue una absoluta delicia, incluso para degustarla sentados como estábamos, mientras Fer volvía a lucirse cantándola muy bien, adaptando partes y sentando el ritmo con su acústica (acompañado por el resto de músicos, claro está) que sonaba alta y clara. Quizá faltaron las segundas voces del tema, pero aun así, perfecto. Y si este fue un momento tremendamente emotivo, lo fue más todavía (con idéntica distribución de músicos) esa eterna balada de Eric Clapton llamada Tears in Heaven, maravillosa, que nos tocó el corazón a todos, entre la melódica voz de Fer y la sección de cuerda con arcos. El que tal vez fue el momento más íntimo del concierto fue complementado con otro tema muy especial, esta vez de cosecha propia, como es Pure Love. El tema se tuvo que recomenzar a los pocos segundos, pero lo hicieron con tal elegancia y coordinación que apenas nos dimos cuenta. A partir de aquí, como la seda fina, tanto los arpegios de Saurín como el violonchelo / violín de Isa y Katia. Cuando el tema cogió potencia, me gustó mucho, sobre todo, las partes de batería de Arturo, siempre entregado y exacto con su instrumento. De hecho, a partir de aquí llegaron algunos de sus momentos de mayor protagonismo en los siguientes temas, como una pieza que consistió en un ritmo base tribal muy bien interpretado (una pasada esos redobles y contrapuntos) al tiempo que Fer y Saurín combinaban sus acordes acústicos. Ahora, solo cuatro músicos sobre el escenario, y aun se disminuyó más el número cuando Iván y Arturo se retiraron por unos minutos, quedando solo ambos guitarristas en el escenario para regalarnos otra de las grandes sorpresas de la noche. Imposible no conocer el More than words (Extreme) desde la primera nota, y fue una nota que me volvió a poner la carne de gallina. Aquí yo vi el momento álgido de Fer a la voz, y es que a nivel de entonación y sentimiento estuvo soberbio, con los cambios de todo, con los falsetes…

Ahora fue Saurín, indudablemente el gran protagonista de la noche, quien se quedó solo para interpretar una virtuosa y profunda parte de guitarra clásica (la primera mitad de Éxodo), sentado y con calma, se le veía tranquilo y muy entregado a su instrumento. El silencio del público solamente era roto por las notas de su acústica, otro de esos momentos perfectos para disfrutar con el calor del verano a cielo descubierto. Juan Saurín no solo se mostró como un guitarrista excepcional en cualquier formato. También dio una lección magistral como director de su pequeña orquesta, como coordinador, como presentador y como maestro de ceremonias. Antes de terminar dicha pieza, volvieron al escenario la mayoría de invitados, y el bajo de Iván daba el toque de salida para la segunda parte del tema. La artillería pesada de covers de la noche estaba a punto de caer, y Nothing Else Matters (Metallica) a pesar de ser la menos rebuscada, por decirlo así, fue una de las más celebradas y aplaudidas. Otra vez, los arcos de Isa y Katia le dieron toneladas de feeling al tema, que resultó bastante emocionante desde los primeros compases, y no menos la versión de Purple Rain (Prince), con la suave base de Iván y Arturo, muy bien cantada por Fer y por las chicas Judith y Raquel, que se incorporaron a mitad del tema, pero sobre todo, con un bestial solo de Juan frente a su público que se salió por los cuatro costados, fácilmente el que más me gustó de toda la noche, de esos que te transmiten la electricidad (y actitud) a raudales.

Extrañamente, no había caído nada todavía de su primer LP “Génesis”, pero precisamente para él estaba dedicada esta última recta final del concierto. Con unas sentidas notas de piano, Saurín se lanzó con los temas que abren y cierran el disco, Chronicles I: Choosing Death y Chronicles II: Choosing Life en ese mismo orden, de una intensidad que fue creciendo por segundos, al ir incorporándose los instrumentos. Una parte larga pero en absoluto pesada, casi hipnótica y muy emotiva. Ya se despedía Saurín, muy contento e ilusionado, agradeciendo al público su asistencia, recomendando cautela y deseando salud y felicidad para todos, pero no sin antes tocar para nosotros una de sus composiciones más conocidas, Ímpetus, también de su “Génesis”. Con ella, daban ganas de levantarse y mandar a rodar las sillas ante esos riffs potentes y cañeros, pero había que conservar la compostura jeje, ya que no hubo ni el más mínimo problema en toda la noche.

Pero un último tema nunca está de más, y antes de que nos retirásemos definitivamente, decidieron hacernos un último regalo, una versión del archiconocido tema de Eagles, Hotel California, que muchos canturreamos alegremente bajo nuestra mascarilla. Según dijo el propio Saurín, para él y para Fer es un tema muy especial, así que… ¿qué mejor forma de ponerle el broche a la actuación? Este último puso voz y guitarra con mucha elegancia. Junto a los bajos de Iván, lo más destacado.

El pasado año ya tuve el placer de ver a Juan Saurín en Alcoy, concierto lleno de virtuosismo que me gustó mucho, pero con este, definitivamente ya puede contarme entre sus fans. Dos señoras horas de concierto, de una diversidad musical enorme, partes muy heavys, otras lentas y llenas de sensibilidad, pianos, magníficas versiones y mejores temas propios. Un concierto hecho para agradar no solo a sus fans: a todo el que estuviese dispuesto a ir. Dos horas que fueron algo así como una evasión casi inmediata bajo la noche yeclana de la cruda realidad que nos azota, y que sin duda recordaré como uno de los conciertos más especiales de este año, y no por la escasez, sino por el espectáculo que nos ofrecieron cada uno de los músicos, por el cariño con el que todo se llevó a cabo, por la simpatía, la elegancia y la empatía, y por el hecho de que, a pesar de tener que permanecer sentados durante toda la actuación, el ambiente que se respiró allí fue inmejorable.

Ojala no tardemos mucho en poder disfrutar de otra noche así. El show debe y va a continuar, le pese a quien le pese.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

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