domingo, 11 de mayo de 2025

Entre Guerreros, Hadas y Magos (Rata Blanca, Sábado 10/05/2025, Sala The One, Sant Vicent del Raspeig)

El Antro del Metal - Rata Blanca - Sala The One

Sucedió un mes y poco tras su actuación en el Leyendas del Rock 2024, un show que, por cierto, a mí me pareció de lo mejor de todo el festival, a pesar del inmerecido y horrendo sonido que tuvimos que aguantar (marca de la casa de dicho festival). Fue entonces cuando los legendarios argentinos Rata Blanca confirmaron su regreso a nuestras tierras para este 2025, con una espectacular gira de nada menos que 9 ciudades. Dicho anuncio fue toda una explosión de alegría, sobre todo, por las magníficas sensaciones que me habían dejado en aquella soberbia actuación de agosto. Es una banda a la que admiro muchísimo, por lo cual, cayesen donde cayesen las fechas, estaba convencido de que asistiría, al menos, a una de ellas. Para mayor emoción, cuando vi que una de dichas citas iba a tener lugar en Sant Vicent del Raspeig, a menos de una hora de casa… automáticamente se convirtió en algo estrictamente imprescindible, uno de esos conciertos marcados en rojo en el calendario para los que vas descontando los días. Mi idea era hacer doblete con Valencia… pero desgraciadamente, por temas de ‘bolsillo’, al final me tuve que conformar con este celebrado en la The One, que ojo, no fue poco, y menos cuando en la provincia de Alicante es cada vez más inusual encontrarse con bandas de esta envergadura y renombre. Llegué a Sant Vicent una hora y pico antes del inicio del concierto, para toparme, de primeras, con una larguísima cola que ya apuntaba hacia las puertas de la sala, algo que me sorprendió incluso tratándose de un evento tan distinguido. La compañía también formo parte de lo mejor de aquella tarde / noche. Tras un ligero despiste, pronto me encontré con los colegas Aitor, Mercedes, Pablo, Ángela y Cristóbal, con quienes pasé una previa estupenda.

Visto lo visto nada más poner un pie en la ciudad, y como por otra parte ya era de esperar, la sala presentaba un llenazo impresionante. Incluso gente que decidió comprar su entrada a última hora, recibió la noticia de que ya se habían agotado. Entradas que, por cierto, se pusieron a la venta con varios tramos de oferta (y yo, patán, al final acabé comprando la más cara por no enterarme a tiempo). Sea como fuere, el ambiente estaba servido, y había mucha expectación, ya que la banda hacía unos añitos que no pisaba la localidad. ¿Qué podíamos esperar de su concierto? Pues sobre todo, una calidad musical fuera de toda duda con músicos de primera ley, himnos que han marcado ya a varias generaciones en sus 40 años de existencia, más alguna sorpresa que nos pudiesen tener preparada. Con esto, ya me daba más que por satisfecho.
El inicio que todos estábamos esperando me pareció en parte lamentable. Y no por nada que tuviese que ver con el propio grupo (que aún no había ni saltado a escena), sino por los cientos y cientos de móviles que tapaban completamente la visión hacia la gran pantalla, que ya mostraba sus primeras imágenes. El bolo arrancó con Los Hijos de la Tempestad, de su recentísimo EP del 2024. No me parece un temazo, pero su cadencia sirvió como buena rampa de salto hacia temas más míticos que no tardarían mucho en caer, subiendo poco a poco la intensidad. De todas formas, los primeros ‘¡eh eh!’ y melodías que emergían desde el público, ya vaticinaban una noche movidita a nivel de apoyo. Fantástico Adrián Barilari, en este primer impulso, atacando con una solidez vocal ya casi al 100% de sus posibilidades. El sonido, por el momento, nos llegaba de forma bastante decente, faltando algo de claridad, con la voz y las guitarras muy por encima del resto de instrumentos, pero sin caer en la mediocridad que tuvo en aquel Leyendas que he mencionado. Teniendo aquel setlist en cuenta, Diario de una Sombra fue un fantástico añadido. Protagonismo total, como en la mayoría de cortes, de Adrián y un Walter Giardino que, debido un impedimento físico en su pierna, dio su recital sentado, algo que por otra parte no mermó ni un ápice su pasión y entrega. El estruendoso final, con las percusiones a todo gas, nos puso bien calientes para disfrutar a tope, y desde el principio, de un clásico como Solo para Amarte, el único del repertorio extraído de su primer álbum “Rata Blanca” (dejando fuera, Chico Callejero, que sí interpretaban hace años).

Bien coordinados en escena, John Paul y Adrián se contoneaban de un lado a otro, uno vapuleando el mástil de su bajo, y el otro batiendo palmas y contagiándonos el ritmo. Haciendo una contundente demostración de pulmones, el vocalista se alejaba el micro en los agudos, y aun así, estos nos llegaban como un auténtico torrente. Él mismo nos saludaba abiertamente por primera vez, pero sin alargarse demasiado, antes de regresar al trapo con Volviendo a Casa, que si atendemos a la reacción del respetable, fue el primer gran hit de la noche. Aquí, por fin, los teclados cobraron mucha más vida, y los añadidos de guitarra del gran Walter Giardino le dieron todavía más profundidad a ese estribillo en el que todos nos dejamos las cuerdas vocales. Adrián, muy venido arriba, se arrancaba con saltos al final del tema, mientras las imágenes que acompañaban el show seguían pasando por la enorme pantalla de fondo. El ambiente ya estaba muy caldeado, y de nuevo, Adrián se dirigía a nosotros, tan empático y cercano como siempre, para presentar La Canción del Guerrero. También lo hacía Walter, con un pequeño solo de guitarra a modo de introducción, chulo como él solo, luciendo gafas oscuras y sombrero de cowboy, transmitiendo a raudales con cada punteo, y sin abandonar esa aura de guitar hero que siempre le acompaña, incluso sobre el taburete. Y no sin razón.

Por suerte, su instrumento se escuchó de maravilla durante todo el concierto, y al considerable volumen en el que todo estaba ecualizado. Para mí, una de las grandes sorpresas en el setlist recayó en La Otra Cara de la Moneda, que hacía siglos que no les veía tocar. Además, la adornaron sirviéndose solamente de tonos verdes en la iluminación para darle ese cariz tan especial. El cantante, con gran entusiasmo en la mirada, nos acercaba el micrófono para dar presencia también a nuestras voces, algo que repetiría hasta el final del concierto en constantes muestras de complicidad. Entre él y Mr. Giardino se observaba también mucha cercanía. Ambos se mantenían pegados, codo con codo, en muchos fragmentos de los temas, llegando incluso a alternar fraseos con el mismo micrófono. Un pequeño solo de guitarra, muy sentido, y acompañado por la calidez del teclado de Danilo Moschen, dio pie a uno de los momentos más intensamente mágicos de la noche, la maravillosa Talismán. Tan solo unas notas, y la emoción generalizada se adueñó de toda la The One. Adrián trató (y logró) de clavar esos vaivenes melódicos del estribillo, acompañado por cientos de voces al unísono, cuernos en alto, y manos ondeando desde la base del escenario hasta la misma puerta. El colofón lo puso un nuevo solo extra de Giardino, alargando el tema unos segundos con su descomunal talento siempre por bandera. Turno ahora de otro tema reciente, que ya ha sonado en unas cuantas ocasiones en sus giras.

Tras una breve pero motivadora introducción de Adrián Barilari, haciendo apología de nuestro rollo, ¡Rock es Rock! puede que sea un tema nuevo, pero incendió la sala a lo bestia, con ese riff tan macarra, y esa batería de Alan Fritzler, que aunque algo escondida, nos regaló mucha caña y unos redobles muy bien definidos. Algunos de quienes fueron a la fecha de Valencia me comentaron que el sonido allí fue bastante mejorable. Como digo, aquí perfecto no fue, pero yo lo percibí bastante satisfactorio. Con El Círculo del Fuego, llegábamos a otro punto de inflexión en el concierto, con el que es uno de mis temas favoritos de toda su discografía. Un verdadero reto para Barilari, que en algunos momentos se vio algo lleno, pero lo llevó con elegancia y una técnica indiscutible a la hora de modular su voz. Lo de Walter Giardino en el solo, fue ni más ni menos que una sacada de rabo de manual, que nos dejó con la boca abierta en el más de un minuto de duración. Una demostración palpable de que el argentino siempre fue un alumno aventajado del astro Yngwie Malmsteen, y cada día toca mejor. Con atentas y amables palabras, Adrián nos agradecía la asistencia y el calor que les estábamos brindando, pasando el testigo a Walter, que con un discurso de hermandad en nuestra música y nuestra forma de vida, levantó multitudinarios oes.

Claramente, estaban preparando el terreno para un pelotazo como Mujer Amante, uno de esos temas que han trascendido incluso a la propia historia del Rock. La sala entera volvió a ponerse incandescente. No hubo nadie que no se moviese a su son, ni una sola de las voces presentes en la sala que no se elevara, alentadas todavía más por los gestos y los acercamientos de micro de Barilari, echando leña al fuego para que cantásemos incluso varias partes sin su intervención. El bajo de John Paul sonaba ahora más gordo y potente (o eso me pareció a mí), un poco en detrimento de la guitarra de Giardino. Hits como este son los que verdaderamente les hicieron grandes, pero también otros como Guerrero del Arco Iris, una tormenta Heavy que arrancó con la dureza del doble pedal marcado por Alan Fritzler tras la batería. Parecía, incluso, que le hubiesen subido un par de puntos al volumen. John Paul, que en todo momento se mantuvo en un discreto segundo plano escénico, salió a darse un garbeo por el centro del escenario. Salvo algún desliz de afinación, Adrián se comportó de lujo. No es la mejor actuación que le he visto, tuvo momentos menos grandiosos, pero hay que entender también que este ya era el octavo concierto consecutivo de la gira española. Eso siempre implica un lógico desgaste, y más teniendo en cuenta la enorme exigencia de los temas y su forma de cantar. Aunque siga pareciendo ese eterno chavalín, ya no lo es con 65 castañas, y eso le da un mérito indiscutible.

Muy pronto, demasiado para lo que esperaba, abandonaron el escenario, quedándose este alumbrado solo por las imágenes que emitía la pantalla. De repente, un espontáneo 'oeoe' se formó entre el público. Los músicos volvieron, pero no solo se limitaron a ocupar sus puestos de nuevo, sino que además, acompañaron nuestros coreos con sus instrumentos, antes volver a meter cera, desde su último álbum de estudio, con Rock and Roll Hotel. Guapo tema, no hay duda, aunque yo hubiese preferido de este disco Los chicos quieren rock o Buscando Pelea. En cualquier caso, sus eléctricos riffs, y el estilazo inigualable que tiene Walter Giardino a la hora de tocar, volvieron a poner los engranajes en marcha. El cantante, con las fuerzas renovadas tras el descanso, saltaba, daba vueltas, y compartía el micro con su compañero guitarrista para que pusiese su granito de arena a los coros, con una actitud de querer dar el 100% ya hasta el final. Pero todavía quedaba otro de esos momentos tan ensoñadores, suaves y habituales de cualquier concierto de Rata Blanca, que se vio materializado en la preciosa Aún Estás en mi Sueños. Llamadme blandurrio, si queréis, pero para mí este tema no puede faltar en sus setlists ni de coña. Siempre me emocionó en vivo, y esta no fue la excepción, aniquilando mi voz ya casi por completo.

Los detalles en las cuerdas de Walter, la interpretación de Barilari (de las mejores del show), la potente sonoridad del bajo de John, las magníficas teclas de Danilo o las luces saltando entre el verde y el azul, le dieron una cadencia de ensueño, y ese final, al grito de ‘dentro de mí corazón’, se clavó en el mío como una estaca. Ya solo las primeras notas de La Leyenda del Hada y el Mago convirtieron la sala en un desmadre, con gritos e incluso empujones en las primeras filas, al ritmo que marcaba el cabalgante pedal de la batería. Sin duda, era uno de los temas más deseados. Los impresionantes agudos de Adrián, incluso con el micro a medio metro de su boca, laceraban como cuchillas. Su voz no se quebró ni un solo instante, y todo ello sin dejar de moverse, acercarse a sus compañeros, y congeniar totalmente con el público, cuya respuesta a tal comportamiento fueron unos cánticos que ponían la piel de gallina. Walter volvía a fliparnos con su ostentoso solo, para variar, y el punto final al tema, y al concierto, lo puso una escandalosa ovación, entre saludos y agradecimientos por parte del grupo.

Llegados a este punto, se podría aplicar aquello de ‘corto pero intenso’ para resumir en poquísimas palabras el concierto. Sin teloneros, y con una hora y media escasa de temas, en este sentido, la noche se me quedó insuficiente, pero precisamente porque Rata Blanca me molan a rabiar. Esperaba una mayor duración, y algunos temas extra que se alejasen un poco de lo convencional en sus setlist, pero lo que no voy a negar es que disfruté como un cosaco, y que ya estoy deseando a volver a estar frente a ellos de nuevo. Tenía muchas, muchísimas ganas acumuladas después de aquel conciertazo del Leyendas 2024, y desde luego, las quemé bien a gusto. El ambiente fue fantástico. Salvo algún tonto del culo, o alguna estúpida, amargada y maleducada, que se creen que la sala es solo suya, todo transcurrió con normalidad y en armonía, que es lo mínimo que se debe exigir en el comportamiento de los asistentes a un concierto.

No sé cuánto tiempo llevaría, pero justo a la salida, me percaté de que estaba lloviendo, y cada vez con más ganas. Puesto que la peña ya se había dispersado, y no las tenía todas de encontrar mi coche a la primera, me despedí sin entretenerme mucho de aquellos colegas de los que tanto disfruté dentro de la sala (Vicent, Leandro, Esteban, Sun... y demás peña guapa ¡¡un saludo a todos!!) y fui tirando a paso ligero para no acabar como una sopa.

P.D. La mayoría de las fotos de aquí abajo están extraídas de todo el material que me pasó Sun. ¡Muchas gracias!

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

Rata Blanca (Sábado 10-05-2025, Sala The One, Sant Vicent del Raspeig)

10 comentarios:

  1. Gracias a tí Javi..porque al leerte volvemos a rememorar cada instante del concierto!

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  2. Gracias a tí Javi por hacernos rememorar cada instante del concierto!! Me encantó la crónica!!

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  3. ¡No hay de qué! Siempre es un placer. Gracias por los ánimos, Sun, ¡y hasta la próxima!

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    1. Nos vemos en el Imperium..o en el Leyendas🤟..y esperando leerte siempre!!

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    2. El en Leyendas no. El cartel, para mi gusto, es un truño de los gordos salvo contadas excepciones. En el Imperium, 100% seguro :D. Si no pasa nada, las crónicas de dicho festival estarán disponibles en este mismo blog y en rafabasa.com.

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  4. Te seguiré leyendo!🤟😉

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  5. leandropelucas@hotmail.es13 de mayo de 2025, 16:25

    Gracias a ti Javi 🤘🤘 larga vida al Rock

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    1. ¡Larga vida al Rock y a sus conciertos! Un abrazo, Leandro, y hasta la próxima.

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  6. Jaja...Leandro..soy Sun.. ( la anónima)..me encanta tu hotmail!!

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  7. Bolaco con la mejor compañia💝🤘

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