Al contrario de lo que en la mayoría de años suele suceder, parece que en este verano de 2015 el tiempo en general iba a ser bastante magnánimo con nosotros los hijos del Metal en el Leyendas del Rock. El cielo continuaba cubierto por nubes, que por momentos tenían bastante mala pinta, y en otros se difuminaban. El poco rato que estuvo lloviendo durante la actuación de Sepultura la noche anterior no era más que un presagio de las inclemencias meteorológicas (esta vez mucho más extremas) que íbamos a tener que soportar en momentos puntuales del jueves. El calor de Agosto continuaba presente, pero al menos este año no cogimos una ola de calor africana como ya es casi habitual, y el hecho de estar nublado casi todo el festival dio un respiro a los sufridos campistas y a la hora de poder ver los primeros conciertos de la tarde sin riesgo de quemaduras de tercer grado por el sol. Yo por mi parte ya me había hecho la idea. Por las noches, dormiría todo lo que pudiese en la tienda de campaña, aunque solo fuesen 2 o 3 horitas por jornada. Al día siguiente, ducha, piscina en casa y una cabezadita me dejan nuevo, tanto como para soportar 10 días seguidos de festival sin parar. No necesito estas comodidades en un festival ni nunca las he necesitado, pero estando a 20 minutos de casa… casi sería un crimen no aprovechar la situación y las posibilidades extra de recuperación jeje. Todo esto también da la oportunidad de plantearse el día de forma más intensa todavía si cabe, sin miedo a caer sin sentido del cansancio, y a planear más detenidamente las actuaciones del día. Muchos eran los momentos clave del día, al menos en los que más fe tenía, en grupos como Overkill, Sabaton y Gamma Ray.