martes, 10 de septiembre de 2013

Muchas luces y pocas sombras (Leyendas del Rock 2013, Sábado 10 de Agosto de 2013, Villena)

Se que es extraño que presente la crónica del último día del Leyendas del Rock 2013 estas alturas, casi un mes después de acontecer y debería caérseme la cara de vergüenza, pero por distintas circunstancias de tiempo y personales no he visto el momento de ponerme con ella. El sábado, último día como digo, no fue una jornada tan intensa como lo fue el día anterior, que a la gran mayoría ya nos dejó bastante tocados en cuanto a fuerzas, aparte de otros factores como el calor y el alcohol. Y es que, para bien o para mal, este fue un Leyendas extraño y bastante distinto a los anteriores, aunque no por ello menos genial y gratificante. A pesar de no tener el cartel del día anterior, seguía teniendo uno de los listados de bandas más impresionantes de cuantos festivales se han hecho este año en España. Bien sea por Ensiferum, Belphegor (que tampoco se dejan ver tanto por aquí) o los colosales Accept (que dieron uno de los mejores conciertos de todo el festival) bien merecía la pena pagar la entrada solo por aquel día, y de hecho mucha gente así lo hizo, aunque diría que no llegó al llenazo del viernes. Como ya comenté en los textos anteriores y más de uno sufrió en sus carnes (como el pobre Jose, que se abrasó toda la espalda) el calor seguía sin dar un minuto de tregua hasta bien entradas las 7 de la tarde, pero esta vez no hubo excursión a Banyeres, decidimos hacerlo todo del tirón pero dosificando conciertos (o parte de ellos) para poder llegar hasta el gran colofón de la noche, los grandiosos Obús, que una vez más, a pesar de tocarles cerrar un festival tan duro como este, lo bordaron.

Primer gran error del día: perderme la actuación de la que siempre ha sido una de mis bandas nacionales favoritas, Beethoven R. Estábamos tan a gusto en las tiendas, con la sombrita, los cubatitas y el buen rollo que había que nos dejamos llevar por todo eso y la hora se nos terminó pasando. Otro handicap mayúsculo que provocó esto fue la ausencia, como muchos de vosotros ya sabréis, de Iván Urbistondo al frente del grupo, y es que dudo que nunca se pueda encontrar un sustituto para este hombre en una banda que necesita urgentemente de su carisma y buen rollo. Quizá esto me desmotivó bastante, pero aun así debí haber ido, ya que por lo visto el concierto estuvo lleno de temas que hacía tiempo que no tocaban y sobre todo (me enteré hace bien poco) el cover de un tema que me encanta como es All She Wrote de los Firehouse. En mala hora tomé la decisión equivocada, pero a lo hecho pecho.

Picture. Ya tomándomelo un poco más en serio, dejé a un lado el cubateo para no perderme a unas leyendas como Picture, que quizá aquí no lo son tanto por lo que pude deducir ante la escasa asistencia de público. No recuerdo si fue la edición pasada o hace dos años, íbamos a tenerles entre las bandas participantes en este mismo festival, pero un percance de última hora (o mejor dicho, según me informaron, por voluntad propia) no pudo ser. Llevan un buen puñado de años dando caña con su heavy metal clásico, y no pueden ser considerados de otra forma que auténticas leyendas y totalmente dignas de estar aquí, pero quizá su país de origen, Paises Bajos, ha sido siempre un lastre a la hora de ser más conocidos, aparte de los muchos altibajos y tropezones que han dado en su carrera, larguísimos parones, poca actividad en vivo y muchísimos cambios de formación pero con un siempre auténtico Pete Lovell dando el callo como frontman por excelencia de la banda. Los temas fueron clasicotes pero bastante moviditos, algo que quizá no se reflejó en la actitud de algunos miembros de la banda que permanecieron demasiado estáticos. El canoso vocalista contó con el apoyo durante algunos temas de otro cantante al que no consigo identificar por las fotos pero que hizo un buen trabajo intentando poner las pilas a un público que estaba en consonancia con el poco movimiento de algunos miembros de la banda. De todas formas se puede asegurar que se mantienen en buena forma después de tanto tiempo y es una alegría haberles podido ver al fin con mención especial para el Sr. Pete Lovell que se curró su labor al máximo, tanto a nivel vocal como escénico.

Lujuria. En parte este Leyendas sirvió para reencontrarme en directo con bandas que nunca han sido santo de mi devoción o ya no me resultan tan apasionantes (como Lujuria en el primer caso o Warcry en el segundo) y con los segovianos esto sucedió a primera hora de la tarde. Tenía poco tiempo para verles, el escenario Mark Reale me esperaba para poder ver (por tercera vez en este año ya y espero que no por última) a Jose Rubio y los suyos, pero la cosa empezó muy animada en el Jesús de la Rosa y eso que comenzaron con unos temas que ni siquiera conocía, pero la energía que desprende la banda sobre un escenario es incuestionable, por supuesto empezando por Oscar, que apareció lleno de glamour, trajeado de oro, pateando los monitores y con toda esa chulería que le caracteriza. Los dos primeros temas me molaron bastante, Sexurrección en unas tesituras bastante heavys, guitarras ardientes y batería sin pausa. y Cuando Caza una Pantera, con gran presencia de teclados, al menos resaltaban muchísimo en directo. Ahora mismo los tengo a toda hostia. La banda motivadísima, como siempre, Oscar forzando la voz mucho para alcanzar los tonos, algo que siempre le he notado en exceso para sus posibilidades, pero el tío sigue dándolo todo porque como frontman tiene muy pocos rivales. Letras menos provocadoras que antaño pero el instinto metalero al máximo. Recuerdo el especial énfasis de los guitarristas tanto a la hora de tocar como de menear la testa. Joda a Quien Joda es el único tema que suelen tocar en directo de mi disco favorito (“El Poder del Deseo”) pero es todo un himno, una elección inmejorable para el repertorio y para que la peña la cante puño en alto, una firme declaración de principios. Con Cae La Máscara me retiré hacia el escenario donde tocaban mis idolatrados Jose Rubio’s Nova Era con muy buen sabor de boca.

Jose Rubio’s Nova Era. Era mi primera aparición por el escenario pequeño del Leyendas, que albergaba a bandas nacionales menos conocidas. Y por primera vez, Nova Era en un Leyendas (recordemos que la banda solo tiene año y poco de existencia) para demostrar que son una opción muy a tener en cuenta para cualquier festival de metal nacional que se precie y por supuesto creo que dejaron el listón bastante alto en cuanto a calidad. En cuanto a tiempo de actuación… la verdad es que la cosa se me quedó corta, demasiado corta. De hecho, ni siquiera pudieron tocar todos los temas cantados (de las instrumentales ya ni hablamos) de su disco “Nova Era”. Para empezar quisieron poner los dientes largos con el anticipo que todos los fans conocemos de su próximo disco llamado After All un tema que si realmente tiene un sonido representativo de lo que será su próximo trabajo, da a entender unas líneas más progresivas (sobre todo en la batería) pero igualmente potentes, y unos puentes y estribillos tan pegadizos como los que puedan tener Pains of Hell o My Own God, que sonaron a continuación en ese mismo orden. Despliegue de sonoridad y contundencia que encantaron al público que había bajo sus pies, que no era mucho pero sí muy entusiasmado con la actitud y la tremenda fuerza vocal de Ronnie Romero, una de las estrellas indiscutibles de la banda y que tiene muchísimo que decir en el panorama. A su derecha un entregadísimo Jose Rubio, maestro de ceremonias, un verdadero monstruo de la guitarra, sin desmerecer a su otro compañero encargado de las rítmicas o Emilio Bande, bajista con gran presencia y cercanía a la peña. Se dejaron fuera del setlist Necromancer, quizá el tema más machacón, pero en su lugar dejaron caer dos buenas versiones como The Masquerade Ball de Axel Rudi Pell (impresionante el feeling de Jose Rubio al principio del tema) y Rock You Like A Hurricane, pasión con la primera y fiesta asegurada con esta última. Por supuesto tampoco faltaron mis dos temas favoritos del disco, To The End, donde Romero se salió por todos los lados con su potentísima voz y Lights and Shadows, que combina perfectamente el sentimiento folclórico de la tierra de Jose Rubio con unas guitarras y ritmos de batería aplastantes y contó con la colaboración del violinista habitual en sus conciertos.

Belphegor. Quizá no era el mejor momento de enfrentarse con estos blackers empedernidos después de volver tan entusiasmado por el concierto de Nova Era, es lo que tiene a veces esa variedad de estilos tan diversa, que puede pillarte en frío y no ser lo más apetecible en ese momento. El sonido tampoco ayudó demasiado. Puede que se hiciese adrede, pero la música que llegaba a mis oídos era demasiado sucia, sin alma, brutalmente cañera, eso sí, faltaría más, pero era muy complicado poder centrarte en un instrumento en concreto. De la banda no puedo decir nada malo, todo lo contrario, la verdad es que lo dieron todo sobre el escenario ante un público acostumbrado a sonidos más moderados que no parecía entender en su mayoría la esencia de la banda. El decorado estuvo bastante bien (aunque no tan espectacular como los siguientes Ensiferum, ni mucho menos) con motivos paganos y satánicos, todo en blanco y negro como dicta el estilo. El hecho de tocar de día también deslució en parte el espectáculo visual. Apenas pude reconocer los temas que sonaron y realmente ya no sabría comentarlos, pero me era tremendamente difícil estar al tanto, sobre todo por el enmarañado sonido y por no tener demasiado machacada su discografía. Lo que no se puede negar es que estas bestias austríacas impregnaron el escenario con un tenebroso halo de oscuridad acongojante, una furia que si bien no lograron transmitir del todo por el tipo de público, dejaron constancia de lo arrasadores que pueden llegar a ser en vivo. No me importaría que se pasaran de nuevo en otra ocasión.

Ensiferum. Estos ya estuvieron más favorecidos tanto por la hora del día como por la claridad del sonido, que pese a no ser perfecto ni mucho menos, desde donde yo les vi se escuchaba bastante bien, tanto los instrumentos como las orquestaciones pregrabadas tan típicas de la banda que les llevan a un nuevo nivel en cuestión de épica y poder sobre el escenario. Y menudo rollo más guapo llevaban… Estos gustaron mucho más que los anteriores (aunque no sirve de nada compararlos porque estilísticamente no tienen nada que ver) quizá por tener mucha más melodía en sus temas y por ese fondo tan jodidamente épico que les envuelve. El setlist me encantó, tanto la elección de temas como la distribución. A pesar de que me perdí parte del principio, From Afar por ejemplo fue un puto pelotazo, me puso todos los pelos de punta (incluso también  antes, cuando llegando al recinto escuchaba la guapísima Guardians of Fate de su primer álbum). Teclados, guitarras, voces y unos coros de éxtasis, todo se escuchaba casi a la perfección cuando me situé para verlos tranquilamente. Grandes dosis de headbanging sobre el escenario y bajo él, a pesar de la tralla que todo el mundo llevaba en el cuerpo, esas baterías machacantes que se transformaban en blast beat por momentos y los coros (imagino que también llevaban pregrabados) contribuyeron a animar muchísimo el cotarro, aunque no estuve en mi mejor “momento mental” disfruté como un enano de todos esos temazos, especialmente de los del “From Afar” que cayeron hacia la recta final (si no recuerdo mal) como Stone Cold Metal (apoteósicos esos teclados) o Twilight Tavern y de ese finalazo con el tema principal de Star Wars como colofón que entre tanto himno de guerra quedó de puta madre. Y por cierto, los temas de su último disco “Unsung Heroes”, aunque aun me faltan unas cuantas vueltas por darle, sonaron exquisitos.

Accept. Lógicamente se presentaban como estrellas absolutas de aquel sábado y fueron la máxima atracción para el público. De hecho tuvieron un lleno semejante al de Warcry que siempre registran la máxima asistencia de casi todos los Leyendas, lo cual en este país ya es bastante decir. Y es que unas leyendas de este calibre no se ven todos los días, y menos tan cerquita de casa, lo que fue un orgullo extra. A lo largo del camino para situarnos lo más delante posible me encontré con mi hermano Aitor y el gran Molina, a quienes fue un placer saludar y quedarnos un rato con ellos. La tralla comenzó con Hung, Drawn and Quartered, como es habitual en esta gira (de hecho ya les pude ver unos meses atrás en Hellfest) a ritmo de un encorajinado doble bombo que bajó un poco la velocidad con Hellfire, también de su último y genial trabajo “Stalingrad”. La verdad es que da gusto ver en directo, con toda esa potencia sonora que arrastran los alemanes, los temas más recientes, porque este concierto si que sonó como una auténtica apisonadora a lo largo de sus casi 90 minutos de duración. Pero también es un gustazo deleitarse con temas más antiguos y clásicos como la rapidísima Breaker o una de mis favoritas de siempre, Losers and Winners, que no se hizo mucho de esperar. Mark Tornillo, siempre tan pasional (y estrambótico en sus vestimentas) dio la cara por todos nosotros e hizo gala de sus interesantes registros vocales, aportando mucho de su propia cosecha pero también intentando hacer que himnazos de la época Udo como Restless and Wild o Up to the Limit (por citar solo dos de ellos) sonasen lo más fieles posibles. Conforme se acercaba el final la peña seguía pidiendo más y tanto su líder Wolf Hoffman como su mano derecha, Peter Baltes hacían maravillas con sus instrumentos de seis cuerdas. La recta final no pudo ser más intensa, con Princess of the Dawn, Metal Heart (antes de un pequeño parón si no recuerdo mal) y una apasionada Fast as a Shark cuyo solo nos puso frenéticos. Y por supuesto no podían despedirse sin Balls to the Walls ese estribillo que todos conocemos y que habla por sí solo.

Warcry. Como ya he comentado antes, Warcry empezaron su carrera siendo una de mis bandas favoritas, sobre todo por contar como frontman con el que un día fue mi vocalista nacional favorito, Víctor García, además de otros miembros de los antiguos Avalanch como Alberto Ardines (puesto que ocupa hoy en día Rafa Yugueros). Les he visto infinidad de veces y muchos de sus temas se han convertido en himnos personales, pero desde hace unos años sus discos empezaron a aburrirme salvando tan solo unos cuantos temas de cada uno (mayormente a partir de "La Quinta Esencia"). Tan solo he dado algún repaso a sus discos posteriores al “Revolución” (que me sigue pareciendo de lo más flojo que podían sacar) así que no sabía por donde podían salir los tiros. Cogí buena posición para ver la mayor parte del concierto (que en su recta final coincidiría con Vhäldemar). Estar por la zona central ya suponía un agobio considerable, y más cuando empezaron con Alma de Conquistador. Escuchar este tema en directo reafirma mi opinión sobre su disco “Alfa”. Esos teclados tan exagerados, tan en primera línea y tan “chillones” me irritan cosa mala y para mí deslucen el trabajo. Por suerte siempre se puede disfrutar de los clásicos de su carrera como Nuevo Mundo, pero es al final del concierto cuando llegan los grandes de verdad. La elección de temas me gustó bastante. Por ejemplo, lo único del Revolución que sonó fue Coraje que es uno de los pocos temas que realmente me encantan, y Devorando el Corazón, que sé que no es considerado como uno de sus grandes temas, pero a título personal y emotivo fue uno de los momentos más grandes e intensos, no solo del concierto, sino de todo el festival. También hubo otros temas que llegaron al alma, como Aire o El Amor de una Madre, una balada muy bien colocada pasado el ecuador del concierto. Todos sabemos que Víctor ya no es lo que era a nivel vocal, pero reconozco que supo llegarme y se portó más que bien en los agudos, en temas especialmente exigentes como la ya citada Coraje u otra que es mi debilidad, Un Poco de Fe. Al mismo tiempo, Pablo sigue encandilándonos con sus virguerías a la guitarra, unos solos muy bien ejecutados y siempre poniendo buena cara (incluso chistosa jeje). Como terminó el concierto fue un misterio, ya que faltando dos o tres temas decidimos cambiar de escenario.

Vhäldemar. Ya habían comenzado su show hacía rato, así que corriendo llegamos a un escenario bastante vacío de gente (sobre todo comparado con los dos últimos conciertos que vimos) para seguir disfrutando con el heavy metal clásico, potente y aguerrido de unos Vhäldemar que no paran de subir escalones. Desgraciadamente el concierto estaba bastante avanzado y solo pudimos disfrutar de unos cuantos temas que, eso sí, daban una idea de la fuerza que había cobrado su actuación. Y es que Vhäldemar no entraron ayer precisamente en mi selecto círculo de bandas nacionales favoritas, lo hicieron hace mucho tiempo ya, cuando compré casi a ciegas su segundo álbum “I Made My Own Hell” y ya me atraparon. Precisamente llegamos cuando sonaba Breaking All The Rules de este mismo redondo, extraño que la dejaran para el final cuando suele caer en los primeros compases. No se si es por el grandísimo trabajo de Carlos Escudero al frente, la contundencia y chulería de Oscar, la pegada de Gonzalo (bajista y batería de reciente incorporación respectivamente) o por supuesto, las increíbles florituras del gran Pedro Monje a la guitarra, que incluso nos obsequió con varios solos tocados de espaldas, amén de otros tantos por demostrar su impresionante virtuosismo, pero en directo literalmente se salen, te machacan las vértebras literalmente, y más si siguen añadiendo a su repertorio habitual temas de su último discazo (“Shadows of Combat”) como Rock City, otra que pudimos ver entera junto a The Old Man para cerrar con la más pura velocidad de Energy. Un, como siempre, enfervorizado Carlos Escudero, con sus locuras varias y con una barba considerable, se dejó la piel de nuevo para que pudiéramos disfrutar de un concierto de élite.

Sphinx. Sin movernos apenas del escenario Mark Reale comenzaron a dar caña los Sphinx, una banda que también he visto ya este año varias veces (por no hablar ya del cómputo general) pero me encantan, su directo rara vez defrauda, dependiendo a veces en gran medida del estado vocal de Manuel. Si en el Rock Arena del año pasado, por ejemplo, no tuvo su mejor momento, en esta ocasión, sobre todo con Maldita Ilusión (tema exigente donde los haya) demostró que en esta ocasión iba a ser otro cantar (literalmente) bordando uno de los mejores temas que han compuesto en su carrera. No pude ver nada anterior a este tema porque tuvimos que hacer una escapada rápida a la tienda, pero desde luego lo que vi me dejó un gran sabor de boca, con toda la banda al máximo a pesar de ser más de las 2 de la madrugada. Santi y Justi, por ejemplo, estuvieron que se salieron, a pesar de que el sonido era bastante regular, sus solos fueron casi perfectos, sin desmerecer en calidad al resto de miembros de la banda. Momentos de Lucidez, con ese comienzo 100% Maiden, supuso un pequeño bajón aunque no sea mal tema, pero Ángel sin Piedad insufló toda la energía que todos los fans que les hemos seguido desde el principio necesitábamos, con un gran trabajo vocal de nuevo. Tras un pequeño lapsus musical, encauzaron la recta final con Santa Maldad, que no estoy seguro si anteriormente era la elegida para cerrar, pero yo hubiese puesto algo como Destino o la habitual No. Un concierto demasiado corto, de los que te quedas con ganas de mucho más pero que con menos de una hora poco se puede hacer.

Saratoga. Concierto con especial carga emotiva. Hacía tan solo unas pocas semanas que la banda comandada por el gran Niko del Hierro anunciaba una disolución indefinida, algo quizá motivado por planes alternativos de ciertos miembros de la banda (como la carrera pop en solitario de Tete Novoa…) o tal vez por el stress que han acumulado tras tanto tiempo, tanto disco y tantas giras extensas. Sea como fuere, nos dicen adiós hasta nadie sabe cuando, y el concierto del Leyendas 2013 sirvió para despedirse por todo lo alto porque, hay que decirlo, dieron un concierto de quitarse el sombrero con mucha dosis de caña y algún momento realmente emotivo, como no debía ser de otra forma en un concierto tan especial (aunque no fuese el último que iban a dar). Si Leo prácticamente terminó su concierto del día anterior con Resurrección así fue precisamente como empezó la banda, con un buen puñetazo de ese disco inconmensurable llamado “Agotaras”. Tete y Niko, como siempre, salieron al escenario hechos una auténtica locura y al primero le llegaría un momento realmente difícil con Las Puertas del Cielo y Luna Llena seguiditas, que requieren un esfuerzo vocal considerable, y es en estos momentos donde Tete demuestra lo que vale en cuanto a agudos, como también demuestra todo el feeling que lleva dentro en un elegante medio tiempo / balada como es Hasta el día más Oscuro con detalles a la guitarra de Tony Hernando muy interesantes. Sin pasar por alto Dejavu, que fue otra de mis favoritas en sonar y que nunca deberían quitar del setlist, y tras algún tema de su último disco “Nemesis” (que no veo al mismo nivel que “Secretos y Revelaciones” pero que también vale mucho la pena) lanzaron dos cañonazos de la talla de Dueño del Aire y No Sufriré Jamás por ti dos temas que pueden agradar tanto a nuevos fans como a los de toda la vida. Ya llegábamos al final anunciado con Vientos de Guerra, un himno para darlo todo, tanto sobre como debajo del escenario. Tete, totalmente desatado, hizo una buena labor vocal pero en lo escénico no puedo dejar de pensar que a veces sobreactúa un pelín (o será mi impresión). Por supuesto este tema encandila a cualquiera que le guste un mínimo la banda, pero todavía hubo algo más. Tras una emocionada despedida en la que Tete tuvo la palabra y sus compañeros presenciaron, Lejos de ti podría haber quedado como un punto y final realmente apropiado, otra ocasión del vocalista para ganarse al público (por su buen hacer al micro, no hablo de lucir musculitos a las nenas) pero muchos esperábamos algo más agresivo que llegó, por suerte, con Perro Traidor. Mucha pena por la despedida de una de las bandas más grandes que ha dado este país, que esperemos no sea definitiva y pronto los volvamos a tener frente a frente con más energía que nunca. Hasta la próxima, Tete, Niko, Tony y Andy.

Obús. De verdad que a veces dudo si estas auténticas Leyendas del Heavy Rock español deberían ocupar un lugar más preferente en el horario (al menos no a las 3 y media de la madrugada) o seguir dejándoles cerrar la gran mayoría de festivales en los que tocan. Estoy seguro que de tocar a horas más amables se les podría disfrutar con mejor cuerpo, pero por otra parte, el hecho de que Obús sean los encargados de dar el cierre a todo un festival te hace renacer, agrupar las últimas fuerzas que te quedan y acabar dándolo todo e incluso quedarte con ganas de más. Este fue el caso a medias, porque aunque no vi el concierto entero a falta de unos pocos temas. La presentación del mismo se hizo de forma idéntica a la del Rock Arena, dos monjes caminando entre la oscuridad y dando paso a la luz roja que ilumina el decorado rojo, con Fortu caminando hacia nosotros con una chulería desbordante y sonando la batería de Corre Mamón. Con temas así desde el comienzo (Autopista, El que más…) es muy difícil fallar porque parece que tanto los más recientes como los más antiguos son ya clásicos. Cuando sonó La Raya (tras la casi inesperada Más que un Dios) fue una locura, al menos para mí, de nuevo puño en alto y cascándome la poca voz que me quedaba. Joder como siguen sonando estos Obús… Al Fortu ya no hago ni referencia, porque es el puto amo, y punto. Pero lo mismo podría decir del resto de miembros. Paco Laguna y Fernando Montesinos tienen una calidad como músicos que supera con mucho la media, y no necesitan más que un poco de heavy metal clásico, del de toda la vida, para demostrarlo, sin florituras ni mariconadas. Pero lo de Carlos Mirat a la batería sigue flipándome cada vez más, cada concierto que le veo tocar le veo en mejor forma y con más actitud, y no se exactamente porque, pero es un auténtico monstruo. Juego Sucio confirmó que su disco “El que más” iba a tener mucho protagonismo, pero siempre es de agradecer en directo esa rareza llamada Complaciente o Cruel, con el debido espectáculo sin el que parece que Fortu no es Fortu. Aquí decidí retirarme, aunque estaba siendo un gran show, no pude más con mi alma y fui a encontrarme con mis colegas que se piraban ya para despedirme de ellos.

Un Leyendas con muchas cosas fuera de lo habitual, extraño a su manera, sí, empezando por ver a tantos colegas, el alcohol, algunas faltas graves en cuestión de faltar a grupos y otras tantas variables que no suelen darse en otras ocasiones, pero aun así posiblemente el mejor Leyendas de la historia por su cartel, instalaciones pero sobre todo por lo más importante, las sensaciones inolvidables vividas tanto en los conciertos como fuera de ellos. Gracias a todos los que estuvisteis allí a mi lado y mil perdones por el absurdo retraso a la hora de publicar esta crónica. ¡¡Nos Venom!! (muajaja)

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

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