
Una jornada en la que había programadas más actuaciones en vivo, aunque lo nuestro fue un viaje exprés de ida y vuelta, directos al objetivo. El pueblo estaba bastante abarrotado, sobre todo ya acercándonos a la plaza, pero tras unas cuantas vueltas con el coche, al final encontramos nuestro hueco.
La joven banda se presentó ya encima de las tablas, en formato power trío, compuesta por Dave a la guitarra, Tom Bombadille en la batería y Fruss a cargo del bajo, quien calzaba un sombrero alto de hechicero. Con un previo saludo a todos los allí presentes, arremetieron con el primer corte, Leonor. Dave parecía llevar la voz cantante sobre el escenario, aunque de forma no literal, ya que lo suyo, por el momento, son temas estrictamente instrumentales. Inquieto y activo al mismo tiempo, incluso en las partes más limpias y calmadas, le vimos arrodillarse en más de una ocasión, algo que podría indicar problemas técnicos, ya que en efecto su guitarra sonaba bastante por debajo del resto de instrumentos. Aunque parecía que al fin habían dado con la tecla desde la mesa de mezclas, finalmente tuvieron que detener el tema, tomándoselo con humor y haciéndonos saber que no era la primera vez que sucedía. Ya con un sonido más homogéneo, continuaron con un tema bastante largo, a su vez dividido en dos partes (The Pray I y II). Al grito de ¡empezad a rezar!, Dave nos volvió a demostrar su aplomo con los arpegios y las atmósferas envolventes que creaba a través de su guitarra. Un inicio muy tranquilo que poco a poco, Fruss y Tom se encargaron de ir aligerando, destacando enormemente este último como uno de los mejores músicos de la banda. La intensidad crecía gradualmente, las partes más progresivas traían cambios rápidos y ese punto setentero tan intrínseco a su estilo no dejaba de relucir. El guitarrista hizo un alto, durante unos segundos, para saludar al público, asegurando que para ellos era un regalo estar ahí arriba.
No hubo más parones en un buen rato, ya que a continuación empalmarían nada menos que tres temas, y de una duración más que respetable. Con ese primer gran arranque, con el fuzz al 11, We got the Fuzz nos puso a todos a mover los pies, a dejarnos llevar por esa gran ambientación oscura, psicodélica y deliciosamente lenta, aunque no lo pareciera viendo tocar a Tom, que manejaba sus baquetas con mucha precisión y energía, mucho redoble, y mucha ruptura de tempo. Repito, magnífico músico, que fue el que más captó mi atención. Ahora era mucho más apreciable esa característica distorsión en el bajo de Fruss, aunque siendo sinceros, y con todo respeto, todavía le falta mucha fluidez y técnica que aprender. Sea como fuere, sonaba contundente, y engrosaba el sonido en su justa medida. Durante My Immortal Trip, un espontáneo metió voces desde el micro de la mesa. Momento que levantó no pocas carcajadas, pero que no nos distrajo demasiado del concierto, que continuaba viento en popa. De hecho, esta fue la parte del show que más me sumergió en la música, su tono, su cadencia y sus virtudes técnicas me parecieron estupendas, buena ambientación a la que contribuyó ese humo que por momentos llenaba el escenario. Para terminar con ese trío enlazado de canciones, en Unspeakable Spell Dave nos regaló una de sus mejores interpretaciones a las seis cuerdas, apasionada, y haciendo uso de casi todo tipo de recursos.
Lo cierto es que la carpa se resistía a llenarse, y mucho menos de gente del rollo (¿dónde está toda esa peña rockera de Castalla?), pero al menos, el clima era muy agradable y respetuoso, a pesar de que el contexto y la hora del día no fuesen tal vez las más apropiadas para una banda con este sonido. Lo importante es que nosotros, al menos, estábamos pasando un rato fenómeno. Una ruidosa ovación volvió a relajar el ambiente, después de la maratoniana retahíla de riffs densos, virtuosismo rítmico, y atmósferas oníricas, que no tardaría mucho en proseguir de la mano de Stonedhage, con los músicos cada vez más coordinados y más seguros de sí mismos. Salvo uno de ellos, ninguno de los temas ha sido registrado todavía, pero a tenor de lo poco que he escuchado, el resultado final promete ser realmente bueno. Dos temas restaban para el final, según nos dijo el guitarrista, aunque finalmente, solo cayó uno de ellos, precisamente, The Seventh, recientemente grabado y disponible para escuchar en varias plataformas. Fue por ello, entre otras cosas, la que más disfruté, y además, una de las que más revoluciones subió. Tanto Dave como Tom, especialmente, dieron el callo a tope, restallando en nuestros oídos los mamporrazos que este último propinó a sus parches en la recta final, después de múltiples cambios, cortes, y variaciones rítmicas por un tubo. Por motivos que desconozco, Flechazo, que era el último tema del set, se quedó en el tintero, aunque la verdad es que no me habría importado en absoluto una media horita más de show.
Si os mola el stoner clásico, pero con sutiles y elegantes añadidos progresivos y atmósferas guapas, no dejéis de seguirle la pista y apoyar a esta joven banda, cuyo camino a recorrer esperemos que sea todavía muy largo.
Para terminar, un agradecimiento muy especial a mis colegas Kurro, Tere y Rah por la compañía en aquella divertida tarde.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
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