Tras haber pasado nada menos que un mes y pico tras la celebración de su concierto y con temas de los Iron Maiden a toda hostia sonando en mi cuarto, voy recordando momentos de su concierto en Valencia, en el Auditorio Marina Sur, que sin duda fue uno de los grandes del año, que tuvo sus grandes luces pero también sus grandes sombras. Esto, aunque suene a tópico, ya que en la mayoría de eventos suelen darse estas circunstancias, recoge mas sentido en esta ocasión por ciertos detalles, ajenos o no a la propia banda, que más adelante comentare. Creo que he comenzado mal esta crónica (aparte de escribirla mes y pico tarde, como ya he apuntado antes :P) diciendo que fue el concierto de los Maiden, ya que en esta ocasión tuvieron a Edguy como teloneros para una apertura de lujo que no puedo pasar por alto, que incluso escuche a gente que iba mas por ellos que por la banda principal. Por los 66 pavazos que valía la entrada, que menos que traer a una banda de nivel como los teutones. Esto, que no puede pasar como algo simplemente anecdótico, ya requemó bastante a la peña, o dicho de otra forma, tener que pagar más que en cualquier parte del mundo para ver el mismo concierto (gracias Valencia / gobierno del PP, que tenéis que rentabilizar esa puta cagada que fue la ampliación del puerto por la Copa América). Pero bueno, vamos a dejarnos de tejemanejes políticos y económicos y vayamos al grano analizando lo que fue aquella noche.
Lamentablemente, con tanto desorden como había para entrar, colas, mogollones de gente parada, mala organización en general, llegamos al recinto con el concierto de los Edguy ya empezado, aunque por muy poco, tan solo habían tocado Dead or Rock y estaban en ello con Speedhoven. Y es que va a parecer que todo fueron calamidades, pero hay una cosa que no me explico, el hecho de que una banda como Edguy tenga que tocar tan solo una ridícula media hora y desde luego, dudo mucho que fuese cosa suya directamente. ¿Pero a quien coño se le ocurre? ¿Quién fue el responsable de esto? No tengo ni idea.
Pero eso si, “chapeau” por Tobias Sammet y compañía, que a pesar de lo escueto en tiempo de su actuación, supieron ganarse al publico en tan solo media hora. A pesar de que Speedhoven ya es un gran tema llamado a ser un clásico de los directos, fue Tears of a Mandrake la que puso las cosas en su sitio, la que empezó a mover a la masa de gente ansiosa de metal que había frente al escenario. La verdad, estuvieron muy cercanos y familiares, hicieron participar en gran medida al publico a pesar de seleccionar un setlist muy actual (salvo este ultimo tema), fue como en Wacken, pero con los lógicos recortes que conlleva tocar tan poco tiempo. Lavatory Love Machine, una vez mas espectacular, mi favorita (aunque en esta ocasión sin Marcus Grosskof jeje) y muy divertida, que si bien no me gusto tanto como en Alemania, creo que fue con la que mas salte y disfrute, incluido ese trozo de la mitad en el que participamos todos. Tobias seguía “flirteando” con nosotros y al resto de la banda se les veía muy contentos y animados, unos músicos geniales, como demostraron con Superheroes, también muy divertida y con el cantante moderando bastante sus esfuerzos vocales en estas dos ultimas canciones, para dar paso a la ultima King Of Fools, quizá la que mas gente conocía y donde mejor se vio a la banda en general. Media hora, repito, que se pasó volando… y es una autentica pena, porque el show podría haber dado muchísimo más de sí.
Tras esto, y reunidos ya todos los colegas que estábamos: Rafa, Leal y peña de puta madre de Valencia. Fue cuando empezó todo “en serio”. Los tres cuartos de hora que tardaron en servirme un litro de calimocho, por el que pague nada menos que 8 euros fue otra de las cosas que me mosqueó de la organización. ¿Por qué cojones ponen a 2 personas trabajando en una barra donde deberían haber, como mínimo, 10? No quiero pasarme con la crítica fácil, pero esto fue un tremendo error al “spanish style”… Una vez lo tuve en mis manos, tarde la mitad en bebérmelo de lo que habían tardado en servirme, y es que allí, con tantísima gente (unas 30.000 personas) hacia mucho mucho calor, y eso que ya era prácticamente de noche. Casi sin darnos cuenta, una vez situados… pues eso, donde pudimos, a tomar por saco del escenario… salieron los Iron Maiden, la razón por la que toda la muchedumbre estaba allí esa noche.
Con Wicker Man dieron el pistoletazo de salida, y que queréis que os diga, me encanta. Para mi es uno de los mejores temas que ha compuesto nunca Iron Maiden, pero desafortunadamente, la gente no parecía enterarse demasiado de la película. No me gustaría pensar que la gente estaba allí solo para decir “yo he visto a Iron Maiden, como molo”… pero lo cierto es que la gente tardo mucho rato en calentarse, y al principio redominaba un estatiquisimo casi total. Y es una pena, porque Harris (ametrallando a la peña con su bajo, y más en un tema tan cañero como este) y los suyos salieron a darlo todo, con una energía notable. Pero yo, con un comienzo tan cañero lo estaba pasando de vicio. Fue Ghost of the Navigator la siguiente en el setlist (al igual que en el “Brave New World”) y aunque parecía ser algo mas conocida, tampoco hubo demasiado movimiento. Sobre el escenario sin embargo era otra historia. De todas formas, no voy a engañar. Debido a la pésima distribución de los elementos y organización en general, poco pude ver directamente del escenario. Dos pobres pantallas, situadas a una altura de risa (una parte estaba incluso por debajo de la altura del publico) eran casi nuestro único referente para saber que se cocía sobre las tablas. Sin embargo, mas vale eso que nada, se podía ver a la pareja de oro formada por Dave Murray y Janick Gers empuñando y disparando sus armas a todo trapo, mientras que Adrian Smith, un poco a un lado, también hacia su (gran) trabajo. Los primeros acordes de bajo, perfectamente reconocibles, de Wrathchild si que encandilaron y alegraron por fin a mas de uno, por lo que es lógico pensar que mucha gente fue al concierto con total desconocimiento de lo que viene a ser su setlist en esta gira, algo incomprensible hoy día con Internet si te gusta un mínimo la banda… Y es que, de la misma forma que abrieron la gira, siguen tocando hoy un setlist enfocado a su ultima época, sus tres últimos álbumes, salvo algún tema como la propia Wrathchild o incluso una nueva como la siguiente El Dorado donde aprovecho también para presentar y promocionar su nuevo disco (que alcanzo el numero 1 en ventas en España… ¡increíble!) que esta triunfando a lo largo y ancho del mundo, aunque a primera escucha el tema me resulta un pelín soso. Esto abrió quizá los minutos mas pesados para la mayoría de gente, siguiendo con Dance of Death, que por cierto, cantó Dickinson con gran clase y acierto como solo él sabe hacerlo, o el single de su penúltimo disco The Reincarnation Of Benjamin Breeg que es un tema que me recuerda, por su inicio y algún que otro detalle mas, a su época del “No Prayer for the Dying”… o “Fear of the Dark”, no se muy bien porque, aunque no acaba de cuajar demasiado bien en directo. Mucho mejor, por ejemplo, la siguiente These Colors Don’t Run, que a pesar de no ser tampoco el tema perfecto para llevar al directo, si tiene mejor ritmo y mas gancho (todo esto siempre bajo mi gusto personal, claro). Algunos seguían sin salir de su sopor, aunque la banda se lo pasaba en grande y creo que supieron transmitir, como siempre, gran parte de ese animo. Como concierto, había que tomárselo con calma, como un concierto de los Maiden distinto, para disfrutar y degustar temas más largos, más complejos y técnicos, que pocas veces se han visto en vivo y que dan mucho de si, aunque no gusten tanto como sus grandes clásicos. Todo un ejemplo de esto, de disfrute en estado puro, fue el momento en que tocaron Blood Brothers, un tema que me encanta y no me canso de escuchar, aunque una vez más tampoco es la idónea para un setlist, para mi siempre es un placer, y para gustos colores, yo de hecho no la quitaría nunca de la lista. También como en Wacken, dedicada a Dio mientras la peña aplaudía y se notaba el gran cariño por este enorme personaje. Sonó cálida, personal, como es el propio tema en sí. Otra gran putada del concierto, y esto si es grave: el sonido. Para tanta cantidad de gente, tantos metros cuadrados, no bastó el equipo que llevaron aunque hubiese a mitad del gentío torres con más altavoces. Para mas inri, el volumen era muy bajo, realmente tenias que estar pegado a las torres de sonido para lograr escuchar dignamente el concierto. Para entonces sacaron a relucir su artillería del “Dance of Death” con el single de aquel disco, Wildest Dreams y No More Lies, de estribillo pegadizo y facilón, pero el tema es que tanto una como otra no me acaban de convencer, y es que no soy precisamente seguidor de dicho álbum (Rainmaker, en cambio, me habría gustado mucho). La que si veo más un tema de directo es Brave New World, pero no por cañera, sino por pegadiza y además por dar pie a la participación del publico en el estribillo. A partir de aquí fue cuando los que fueron engañados pensando en que seria un setlist clásico (mala suerte amigos, eso fue hace dos años) mostraron una sonrisa de oreja a oreja cuando empezaron a sonar las notas del Fear of the Dark, otra imprescindible de las que da el subidón ya desde principio a final, con el tiempo un clásico y un temazo se mire por donde se mire, además, interpretada perfectamente. En realidad, todas fueron interpretadas de una forma genial, salvo algún detallito, alguna entrada tardía por parte de Nicko Mc Brain o algún descuido por parte de Bruce Dickinson, pero ya digo, cosas muy puntuales que fueron prácticamente imperceptibles. Y como no, Iron Maiden para cerrar, esta vez, el primer gran tramo del concierto, muñecote de Eddie cibernético (mostrando las mismas pintas con las que aparece en la portada del último disco) pululando por el escenario incluido. Y digo primer gran tramo, porque los bises fueron en si mismos toda una segunda etapa del concierto. Recuerdo el gran estruendo a mi alrededor (de la peña, porque como ya digo el sonido chocheaba bastante…) cuando comenzaron las primeras frases de The Number of the Beast. Y allí estaban de nuevo los 6 fantásticos sobre el escenario, lejos de estar agotados, con mas ganas que nunca de hacer disfrutar, más hiperactivos si cabe que antes al ser temas mas cañeros, como también lo es Hallowed be thy Name que enamoró de principio a final. Es increíble ver, con lo difícil que es este tema de cantar, lo alta que va la voz, como la saca con total perfección Bruce. Impresionante, ya quedan muy, muy pocos como él, el hombre de la voz de hierro. Y, ¿que tal una facilona para terminar, una de esas que todo el mundo se sabe? Pues allá que fue Running Free, todo el mundo puños en alto y Bruce cada vez pidiéndonos mas colaboración para el estribillo, mientras que los cuatro hachas de las cuatro y seis cuerdas, todos juntos, mirando fijamente a su publico, lanzaban el ataque final.
La verdad es que salí de allí totalmente reventado. Fue tan solo un concierto ¿o debería decir mejor concierto y medio? (sin desmerecer para nada la actuación de los Edguy, por supuesto) pero vivido con bastante intensidad. Si no hubiese sido por ciertos detalles que ya he comentado, presumiblemente culpa de la organización, habría llegado a la calidad del que vi un par de semanas antes en Wacken. Aun así, para los que ya sabíamos a lo que íbamos (me refiero al tema del setlist) creo que vi mucha satisfacción y personalmente, no me arrepiento de haber pagado la fortuna de la entrada. Sin embargo, no todo el mundo opina igual, pero esto es España, es Iron Maiden con una gira de “no-clásicos” y bueno, en definitiva… ¡es lo que hay!
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
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