martes, 10 de julio de 2012

¿Conciertazo? ¿Gratis? ¡¡Existe!! ¡¡Se llama Rock Arena!! (San Fulgencio, 07-07-2012)

Por que en esta zona lo que necesitamos es más metal, más conciertos y menos ladrones y caraduras. Por que traía un cartelón de auténtico lujo con bandas de primera línea del metal español. Y por supuesto, por que era gratis, se podría considerar esta edición del Rock Arena como una cita totalmente obligatoria para aquel que guste del metal patrio, para poder disfrutar de grupazos de la talla de Magnum 44Döria (una de las mayores sorpresas del festival), Sphinx (en su resurgimiento sobre los escenarios), Centinela, Saratoga y Koma. Las seis de la tarde era la hora indicada para abrir puertas, pero se retrasó hasta hora y media. Esto y la simpleza del escenario visto desde fuera del recinto no eran signos de un buen presagio. Así que nos esperamos fuera, mi amigo Luna y yo, charlando un rato con colegas: Ángel, Vicky y Alicia. Casi sin darnos cuenta (es lo que pasa cuando te rodeas de buena gente) la movida estaba lista para empezar. Y a partir de aquí, ahora lo puedo decir bien fuerte, todo salió a pedir de boca, perfecto.


Incluso unos completos desconocidos, como eran Magnum 44, supieron abrir la tarde de una forma acorde a un festival tan especial. Fueron desconocidos hasta que mi amigo Toni me puso en situación: una banda ya bastante veterana cuyo repertorio se basa en versiones de bandas de rock de los años 70. Y la cosa pintó muy bien desde el principio, abriendo con el Rock’n’Roll de los Zeppelin, de quienes también versionarían otra para cerrar. Una canción eternamente versionada pero que nunca pierde efectividad. Muy buenos músicos, ya entrados en años por cierto, y sobre todo, Antonio, que demostró con creces ser un excelente vocalista que tiene un registro muy potente y versátil. El escenario seguía siendo igual de simple, pero esta gente ya lo estaba llenando de grandes temas. Lo único que eché en falta fue una mejor pronunciación en su inglés, pero es algo que se puede dejar pasar mientras te contorneas al ritmo del medley de AC/DC Highway to Hell + Whole lotta Rosie, una grandísima idea.

Recordando al recientemente fallecido Gary Moore al mismo tiempo que su compañero Phil Lynott, esta vez tocó un homenaje a ellos con Are You Ready?. Sin descanso, temas conocidos de la época fueron sonando, sin salirse de su papel, cada músico ponía todo el empeño en interpretar de una forma excelente cada tema de Deep Purple, Bad Company (si no me equivoco de tema…) o incluso el Paranoid de Black Sabbath en una onda más heavy que el resto del concierto. Otro detalle curioso es que jugaban en casa y nunca mejor dicho, ya que la banda nació en San Fulgencio. Con la mencionada de Led Zeppelin (Communication Breakdown, si no me equivoco) dejaron el escenario, espero que contentos por el buen concierto que dieron y por que la gente se animó bastante desde el primer momento, aunque personalmente eché en falta un Doctor Doctor. Creo que han sabido captar en su banda el espíritu del rock los años 70 y darle fuerza extra con el sonido de hoy en día, lo que hará que entre a la primera en cualquier oído.

Tan solo era pura curiosidad, aquello de “a ver que pasa”, lo que sentía ante la idea de ver a los catalanes Döria en directo. Su disco me ha gustado bastante, tiene buenos temas, melodías atractivas y buena producción. A pesar de esto, me costo un poco hacerme con su sonido, pues ya he dicho alguna vez que este tipo de heavy tan blandito y melódico no es lo mío. Pero su directo me disipó cualquier duda: son una banda realmente interesante y que seguro llegarán muy lejos si siguen con ese ritmo ascendente y esa perseverancia. Siguiendo casi descaradamente la estela de los primeros Avalanch de Ramón Lage (aunque no tanto como, pongamos, Amadeus) y con un solo disco en el mercado (que después de muchas escuchas, recomiendo desde aquí), solo me faltaba descubrir de ellos si darían la talla sobre las tablas. La cortísima intro dio paso a Pensavientos que abre su disco "Despertar", en un arranque de fuerza de la banda con el público, así como Por si Sirve de Algo, que directamente toca el tema de las abusivas discográficas. Los coros de ambas sonaron mejor de lo que esperaba, y realzaron la intensidad de las canciones. La primera, curiosamente, me recuerda mucho al estilo de la banda Marea, por estructura y melodía. Siguiendo más tarde con Despierta, estaba claro que iban a basar su setlist en su único disco, pero aunque realmente así fue, hubo sorpresas como un par de versiones. La primera de ellas vino a mitad de concierto, ese Eye of the Tiger de Survivor. A pesar de que los temas anteriores habían permitido a Martí calentar su voz, este tema le puso al límite, pero lo resolvió bastante bien, junto a sus compañeros, los rapidísimos solos de Laura Moral (tenía razón su vocalista cuando dijo que sus manos valían oro) que comparte trabajo con Victor a la guitarra, se van turnando los solos y Víctor pone esa imagen tan personal a la banda.

Muy currantes estos Döria, si señor, el escenario era suyo y no dejaron de animar a los que estábamos viéndoles. Uno de los puntos clave (por ser un tema imprescindible del disco para mí) fue Carta al Barquero. De nuevo los coros sonaron fantásticos en ese increíble estribillo que te atrapa y no te suelta. Incluso los temas que no me apasionan tanto, sonaron tan bien que fue un auténtico placer, además del buen rollo que se respiraba bajo y que en parte creó la propia banda, sobre todo con la canción más esperada Caperucita Feroz que entró marcado por su batería Pep, el mejor tema de la banda en mi opinión, el más heavy y sobre todo recordado por ese polémico videoclip que grabaron para ella junto a la actriz porno Silvia Rubí y les quedó totalmente profesional. Cantamos a grito pelao todo el tema, todo el mundo. Y tal cual termina el Seventh Son of a Seventh Son de los Maiden, así terminó el conciertazo de estos Döria, con el Only The Good Die Young, donde Martí lo dio todo para emular a Dickinson más que correctamente, aun después de haber estado todo el concierto ofreciéndonos sus mejores agudos.

¿Dónde os metéis, Sphinx? Han pasado un buen montón de años desde la última vez que les vi en vivo y a decir verdad, era la actuación que con más ganas esperaba (quizá junto a la de Koma). Las cosas para esta banda de auténticos talentos no han sido fáciles. Han sido muchas idas y venidas, deserciones, putadas y discográficas, como dijo literalmente Manuel Rodríguez al poco de empezar el concierto, prometiendo que nada de esto les volvería a entorpecer una carrera que, por otra parte, se han ganado a pulso con voluntad y sobre todo con grandísimos discos y temas. Casualidad, les he visto una vez por cada disco que han sacado, pero hasta este momento no había tenido ocasión de disfrutar como lo hice aquí de su último disco "Renacer" (que ya tiene sus 4 añitos). Por suerte, esta vez va a ser por partida doble, pues en algo más de mes y medio les podré volver a ver en el Leyendas del Rock. Y espero que sea un concierto tan tremendo como este que dieron en Rock Arena. Para ir abriendo boca, os diré que entraron con Ángel sin Piedad, un tema que apartaron durante una época y han recuperado por suerte. Un tema rápido, melódico… excelente para abrir un concierto que se basó en una excelente actuación por parte de la banda, esos grandísimos músicos como Carlos Delgado o Santi, que vuelve a la banda después de unos cuantos años estando fuera, pero que parecía encontrarse en casa.

No se si estoy en lo cierto, pero me suena que había otra persona encargada de los teclados. En cualquier caso, otro pilar en el que se basó el concierto fue el infalible setlist que trajeron (y espero que no cambien para el Leyendas) con unos temas tan esperados como efectivos y contundentes. Impresionantes Maldita Ilusión (de su "Renacer") y Destino, un estribillo increíble que a Manuel le costó bastante cantar pero, joder, como me gusta esa canción y que ganas de verla en directo. Y es que si hubo algún punto flojo en el concierto, ese fue que en los tonos más altos de algunos temas, Manuel se quedaba con la voz medio cortada. Esto, sin ser tan descarado ni negativo como algunos comentaban (tampoco oscureció en absoluto la hora y poco que tocaron), sí que hizo notar bastante que a Manuel le faltó un puntito para completar una actuación formidable, como normalmente es su estilo. Lo habitual era, antes de cada tema, hacer una pequeña presentación de este, como en Momentos de Lucidez o A las puertas del infierno (en contra de la violencia de género). No hubo ni una sola versión, algo que por otra parte solía ser marca de la casa, pero no se echó en falta lo más mínimo con ese pedazo de repertorio que llevan (y es que tienen tantos temazos como para regalar) que terminó de forma apoteósica como ha sucedido con otros conciertos suyos con No, muy esperada, cantada y disfrutada por todo el mundo. No tuvimos a la banda más habladora del mundo, pero no dejaron de ser comunicativos con el público. También entiendo que el tiempo para cada banda era escaso y había que aprovechar cada segundo. Y cada segundo precisamente de este concierto me encantó, me pareció muy intenso, sin baladas ni casi medios tiempos, lo enfocaron a la parte más rápida y virtuosa de su repertorio y el resultado fue casi inmejorable.

Tener poco tiempo para que las bandas cambien sus instrumentos y demás elementos del escenario es un inconveniente cuando hay que salir a cenar fuera del recinto. Este fue nuestro caso, lo que hizo que nos perdiéramos gran parte de la actuación de Centinela. ¿Ejemplos de grandes bandas nacionales? Que nunca falte Centinela en la lista. Heavy Metal del auténtico, sin mamonadas, aunque con bastantes variaciones entre unos discos y otros, siempre se han sabido mover entre esa vertiente más cañí y clásica del género como Ángeles del Infierno, por citar el ejemplo al que más se acercan musicalmente, y sonidos y riffs más modernotes, sin salirse nunca de su estilo, un metal duro, chillón y potente, gracias al casi infinito vozarrón de José Cano. Desde luego… yo siempre alucino con este tío es un auténtico animal. No se cansa nunca, ni pierde voz, ni baja las revoluciones… ni absolutamente nada. Muchas veces les he visto pero la noche de este pasado día 7 estuvo especialmente descomunal (y no por su tamaño jeje), con unos gritos tan agudos y torrenciales que te helaban la sangre, interpretando a la perfección algunos de mis temas favoritos como La Herida, un tema al que siempre le he visto un centro muy melódico, endurecido por los guitarrazos de Fernando y la fuerza de Cano. Otra que llegamos a ver fue Sin Control, esta vez más aproximada a estilos más duros, incluso thrashers. Por cierto, otra sorpresa, aunque la escuchamos desde fuera, fue la colaboración del vocalista de la banda alicantina Storm en uno de sus temas. Puede que no sea mi banda favorita en estudio, en parte seguramente porque nunca me ha gustado al 100% la producción de la voz, pero en directo siempre me dejan alucinado con la potencia y también la unidad que destilan entre ellos, porqué no decirlo.

Las dudas… éticas, por decirlo de alguna forma, sobre quien debería de haber cerrado el cartel estuvieron siempre servidas y hubo opiniones para todos los gustos. Era lógico pensar que fuese Saratoga por experiencia, tiempo de vida, número de discos, el entorno más heavy en el que estábamos… pero finalmente les tocó el penúltimo puesto en el horario. Un horario que por cierto, contra todo pronóstico, se siguió con bastante exactitud tanto para comenzar como para cerrar las actuaciones (y las bandas se adaptaron perfectamente a él). Saratoga a punto de empezar a tocar para un público que hasta ese momento era el más numeroso de toda la tarde / noche, espectadores ávidos de Heavy Metal de esta banda que va ganando con el tiempo, con un cambio de formación ya más que superado y que solo hace que ir uniéndose cada disco que escucho y cada concierto que veo. No sé porqué, sin embargo, no era la banda que más me apetecía ver en ese momento. Quizá pensaba que iban a abusar de temas de su nuevo disco "Nemesis", que no tengo apenas escuchado, aunque prometo hacerlo a fondo para el Leyendas, donde también actuarán. Afortunadamente, no fue así, y si bien tocaron muy poco material anterior a la época Tete / Tony / Andy C., lo cierto es que todo lo que salió por los altavoces sonó a un altísimo nivel, incluso temas que desconocía como la primera Juicio Final. Hay que ser sincero: principio algo frío con este tema. Mucha gente, pero muy parada para quienes son.

Andy con el doble bombo de Dueño del Aire se encargó de despertar súbitamente al personal, y a decir verdad era uno de los temas que más ganas tenía de ver. Los temas de "Nemesi"s me sonaron muy bien, pero nunca está de más soltar traca del que fue el boom definitivo de la banda, "Agotarás", del que cayeron A Morir y Las Puertas del Cielo y encima seguidas. Estas si que fueron acogidas con emoción por la casi todo el mundo, el movimiento empezaba a notarse y el calor que desprendía la banda, a su vez, aumentando a gran ritmo, que no descendió cuando empezaron con material reciente de enorme calidad como No Sufriré Jamás por ti, cuyo estribillo sigue gustándome a pesar de haberla reventado tanto, o Deja Vu, uno de los mejores temas de toda su carrera sin exagerar, potente, exigente vocalmente, puente y estribillo bestiales y con un solo colosal a cargo de Tony Hernando que, hay que remarcarlo, se salió por todos los costados aquella noche. Afinidad con la gente, más bien poca, pero de su instrumento salía puro fuego cada vez que nos hacía llegar a través de él sus sentimientos, un guitarrista de primera fila, sereno, preciso y técnicamente perfecto. No se le resiste ni una sola nota, incluso llega a dar la impresión que lo que tocaba Jero lo toca Tony con los ojos cerrados. El más simpático, Tete. Siempre acercándose, a toda hora invitándonos a participar y hablándonos de los temas que iban a tocar. A nivel de cantar, hizo auténticas proezas. Una de ellas siempre ha sido, en si misma, Luna Llena, difícil hasta el extremo, que sacó fenomenalmente bien. Bastante buena El Último Vals de su reciente "Nemesis", pero no tanto esa Revolución que ya escuche como anticipo. Aunque estoy seguro de que fue compuesta con la mejor de las intenciones, me parece un tema demasiado simple, casi rozando lo cutre, que en directo mejora pero no demasiado.

Un ligero altibajo tan solo (para gustos colores) que taparon con creces temas de los que ya casi no me acordaba como Sigues estando en mi Vida, he de reconocer que los teclados iniciales casi me ponen los pelos de punta. Contigo sin ti sonó prácticamente igual que lo hacía con Leo, es ideal para el registro de Tete. Para los que ya estaban un tanto cansados de temas recientes, Vientos de Guerra dio la estocada final al concierto (y a nuestros cuellos) con Tete casi desbocado, a zancadas por el escenario, poniéndolo todo para los pocos pero intensos minutos que les quedaban allí arriba. No tocaron Perro Traidor, que mucha gente esperaba, pero tampoco El Vuelo del Fénix (que a mí nunca me ha gustado). Por último, comentar que dejaron totalmente olvidado ese discazo llamado "El Clan de la Lucha".

Vinieron de la otra punta de España, de Navarra, exclusivamente para tocar en este Rock Arena, para una vez terminada su actuación, pirarse con las mismas para allá. Esto es ser una banda currante y lo demás son historias. Y más cuando la situación que atraviesa la banda es más que delicada y se trataba de una de las últimas ocasiones para ver a Koma con Brigi al frente. Pues sí, no hace mucho que se hizo oficial que el vocalista y guitarrista, el alma e imagen de la banda, abandona Koma, que tantas alegrías le ha dado, por ese extraño y poco convincente proyecto llamado Txarrena, para actuar como batería. Inquietante decisión. Pero poco importó aquello cuando mi único objetivo era darlo todo y terminar de dejarme la columna con este pedazo de banda, valor seguro en directo donde los haya. Probablemente sea la última vez que les vea, y más cuando parece ser que han decidido continuar con la banda con un sustituto. Para mí es algo casi… surrealista… ¿Koma sin Brigi? Bueno, bueno… lo que me faltaba por ver. En fin, como digo, todo esto queda en palabrería cuando Tío Sam empezó a sonar, entre rapeos y riffs entrecortados y toda la gente, ahora sí, saltando y haciendo el animal desde el primer minuto del tema. El setlist fue bastante similar al que pude ver hace unos meses en Carcaixent, algunas cambiadas de orden, pero pocas sorpresas o novedades.

Ni siquiera la casi anecdótica pero tronchante Imagínatelos Cagando provocó demasiadas sonrisas sobre el escenario, tan solo las habituales caras raras de bestiajo de Brigi. Se notaba que había cierta tensión que, por suerte, no afectó al resultado global del concierto. Tampoco es que estuviesen todos clavados, ni mucho menos. Nacho como siempre con sus locuras, aparte de dominar su instrumento, siempre de aquí para allá, saltando, contoneándose… Rafa al bajo, más serio pero siempre atento a su instrumento y al público y Juan Carlos casi eclipsado por la enorme columna de humo que salía de delante suyo. La de su última obra Sin Oxígeno, fue muy bien interpretada y colocada estratégicamente en el setlist, pero algo se fastidió sobre el escenario y hubo un largo parón. Esto provocó que la banda tuviera que calentar a los de abajo desde casi 0 otra vez. Pero esto para Koma, con la que arman y lo fiesteros que son, es pan comido. Sea con su particular tango El Muro de Berlín (que me da la impresión de que busca en parte parodiar indirectamente esas letras de bandas tan poéticas y pastelosas) o su divertida aproximación a las canciones “verbeneras” con El Sonajero, lo cierto es que la banda tiene mucho feeling con el público, y en gran parte esto es cosa de Brigi, le pese a quien le pese.

Una lástima que en esta ocasión no contaran con ningún invitado que les acompañase musicalmente, pero más que nada como curiosidad. Hasta ahora se mantenía un ambientazo, iban cayendo muestras de su divertido thrash / groove sin descanso, la genial para directo Sakeo, Vaya Carrera que llevas Chaval o la estruendosa Jack Queen Jack, que siempre te levanta un palmo por encima del suelo de la alegría que entra cuando empieza el riff principal. Pero el clímax absoluto llegó con la grandísima El Marques de Txorrapelada, lanzando Brigi la pregunta: “¿Quién llama a la puerta?”. A partir de aquí, la palabra juerga, fiesta o desmadre se queda corto para lo que vino. Los mogollones que se formaban entre el público con empujones y desfases varios abarcaba prácticamente la mitad de la gente. La medio rapera Aquí Huele Como que han Fumao encendió más todavía la pasión por los saltos que a ratos iban todos al unísono, sonando cerquita de otra grande de su primer álbum, El Pobre, temazo caserísimo donde los haya que incita a perder la cabeza (casi literalmente). Mi Jefe y El Infarto, de su segundo disco, casi seguidas. Eso dice mucho de la intención que tenía la banda: dejar el pabellón bien alto y no olvidarse de ni uno solo de sus temas emblema. Como se puede imaginar, Bienvenidos a Degüelto saltó los fusibles de nuestras cabezas, las de los que nos metimos en pleno barullo a sudar la gota gorda entre empujones y dejarnos las maltrechas cuerdas vocales. Sin embargo, la banda prefiere terminar últimamente con La Almohada Cervical, un tema al que le he pillado el gusto y mucho, y que puede que se haya quedado en ese puesto para siempre por su fuerza en el estribillo y su mensaje: Lo nuestro siempre fue el Heavy Metal, toda una declaración de principios que más de uno no se imaginó nunca, aparte de un trallazo de canción que triunfa se mire por donde se mire.

En definitiva, unos Koma enormes, comiéndose a nivel festivo y de desfase todo lo que había pasado hasta ese momento por el escenario, mucho mejor incluso que las últimas veces que les he visto, incluso sin haber demasiado buen rollo entre sus integrantes. Pero dejando de centrarnos solo en esta actuación y mirando el festival desde una posición más global y alejada en el tiempo, creo que dejó un gratísimo sabor de boca a todo el mundo. No se puede pedir más, quizá más puestos de comida y más servicios. Pero joder, ¡que era gratis! ¿Quién podría haberse imaginado tantas y tan grandes experiencias en un solo día por el más que módico precio de 0 euros? En estos miserables tiempos que corren, es algo que sinceramente, no creo que se vuelva a repetir en mucho tiempo. Pero si sucede, nadie ni nada me va a impedir estar de nuevo allí. Grande, muy grande. Gracias Rock Arena.

Dedico este último espacio a toda la gente que vi. De verdad, no esperaba encontrarme con tanta buena gente. Hacía siglos que no me iba a un concierto con mi amigo de hace media vida Luna, para después quedar allí con Ángel, Alicia y Vicky (¡¡hasta el Leyendas!!). Otro amigo, Toni, al que me alegré mucho de ver allí disfrutando tras tanto tiempo sin pisar un concierto, con Belén a su lado (a ver si os animáis a venir a más movidas, que se os echa de menos). Por otra parte, encontronazos varios (en el mejor sentido de la palabra) con mi colega Kevin y su gente (eixa penya d’Ontinyent, aupa!!!). Por último y para enorme sorpresa, ese gran colega, Opi, entre las primeras filas de Koma, con un trancazo considerable, dándolo todo en el mogollón (tendríamos que haber quedado antes, mecagüen la leche… ¡¡nos vemos en Leyendas a muerte!! Y el año que viene te quiero en Wacken jeje). Espero que no se me olvide nadie… porque fue un no parar de encontrar a gente que hizo de este Rock Arena un festival más especial todavía, si cabe. Esta crónica va dedicada a todos vosotros.

P.D.: Las fotos que podéis ver aquí abajo son cortesía de Ángel. ¡¡Muchas gracias tronco!!





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