Sin hacer excesivo ruido comparado con los grandes festivales nacionales de Metal, pero con constancia y mucha ilusión, el Xmas Metal Fest ya va por su nada menos que séptima edición. Aunque esta solamente es la segunda a la que asisto, el año pasado ya me decidí a ir solo y la verdad es que lo pasé de auténtico lujo, por lo que este 2015 que ya termina me animé a volver. Si las anteriores celebraciones ya contaron con buenas bandas, en esta literalmente se salieron de órbita con las confirmaciones. En la primera jornada, muchos tuvieron el placer de ver en directo a unos grandes, Rage, junto a bandas nacionales de calibre como Centinela, los valencianos Prometheus (a quienes aun no he podido ver pero tengo muchas ganas) y desde Alemania, Black Hawk. El segundo día, que fue al que yo asistí, un cartel un tanto más extremo, con Vendetta Fucking Metal, Evadne, Avulsed y los reyes de la noche (en todos los sentidos) Candlemass, unas innegables leyendas dentro del Doom Metal, que es lo suyo, y una banda a la que sigo desde hace mucho tiempo con absoluta devoción, por lo que su confirmación en el cartel se convirtió automáticamente en asistencia obligada para mí. No se puede negar que el festival ha subido notablemente de caché este año, ya que en anteriores ediciones hubo carteles más modestos, y espero que esto no termine aquí, ya que estoy empezando a cogerle cariño. Según me comentaron varios colegas, el día anterior la Paberse Matao se congestionó de tal forma que, debido a su mala distribución, ciertas bandas fueron bastante incómodas de ver, lo que me hace pensar que los organizadores deberían empezar a plantearse, si piensan seguir subiendo de nivel como este año, en cambiar de sala para celebrarlo.
Este año, a pesar de que fui también solo como ya he comentado, la cosa fue distinta y mucho más animada. Nada más llegar, ya me encontré con muchos colegas conocidos de otros festivales, a los que se fueron uniendo más y más, así como el nivel de desfase fue creciendo conforme lo hacía la noche, gente con la cual pasarlo de puta madre es algo casi garantizado como Manu, Iván, Ana, Raúl, Quílez… Echamos unas birritas y un puñado de risas con Heavy metal a toda hostia en el coche de Manu, y poco después entré a la sala a por mi entrada con cierto temor a que se terminaran visto el gratificante éxito de asistencia, muchísimo mayor que el de otros años. Una vez con ella, y en vista de que Vendetta Fucking Metal echaban sus últimos acordes / gritos, decidí volver otro rato más con la peña hasta que la hora de los brutales Avulsed se acercaba.
Momentos más tarde, ya estábamos todos castigando el cuello con los madrileños. Veinte y tantos años de experiencia y conciertos por todo el planeta les avalan, y es que hablamos con total seguridad de la banda más conocida y pródiga dentro del Brutal Death Metal en nuestro país. Y lo mejor de todo: con el tiempo no han perdido ni un ápice de su brutalidad, ni en sus discos ni en sus directos. Es una banda a la que veo siempre que tengo ocasión y desde luego, demuestran mis palabras. El primer tema ya había comenzado y la sala estaba que ardía. Poco después, la banda ya sudando la camiseta (literalmente) pidió un gran wall of death mientras sonaba To Sacrifice and Devour, tema perteneciente a su último EP, un trabajo llamado “Altar of Disembowelment”. Y aunque al principio, a pesar de lo animada que estaba la peña, fue algo tímido, una vez se desbocó el personal ya no hubo quien nos parara, unos contra otros, entre las primeras filas se vivió un ambientazo bastante bestia bajo la tutela de Dave Rotten, siembre tan animal y cazurrón encima de un escenario, sabiendo calentar los humos en cada momento, si no animando a hacer mosh continuos, diciendo unas palabras entre tema y tema de esas que te ponen la sangre a hervir y deseas que sigan cayendo temas como Carnivoracity, del trabajo homónimo, allá por el 1994, conservando en directo toda esa cavernosa maldad de sus primeras composiciones. Hay que ser sinceros. El concierto sonó como el puto culo. Los músicos, eso sí, dándolo todo sobre las tablas, con momentazos de headbanging simultaneo entre los componentes, pero sus instrumentos ni se escuchaban ni se distinguían bien. De hecho, los únicos momentos medianamente claros vinieron cuando sonaron las pocas partes melódicas de guitarra que tocaron. Horrified by Repulsión, tema bastante actual dentro de su discografía, que dedicaron a los maestros del Death Repulsión, por ejemplo, quedó bastante deslucida, aunque a la peña no pareció importarle, y eso a la banda le encantó. En las miradas de estos se podía apreciar lo que disfrutaron, incluso Dave Rotten se lanzó en plan crowd-surfing sobre nosotros, quienes lo llevamos hasta casi la otra punta de la sala manos en alto y lo devolvimos al escenario, para poco después disfrutar de esa mítica y casi siempre final Exorcismo Vaginal, que fue una de las más agradecidas, aunque con un sonido tan malo como el resto del concierto. A nivel de frontman, diría que Dave se llevó la palma de la noche por su simpatía y cercanía (también estuvo echándose fotos antes y después de su concierto con la peña), aunque como músico quisiera resaltar fuertemente a su nuevo batería, un animalote llamado Arjan van der Wijst, que mezclaba una técnica impresionante con una pegada muy rápida.
En la sala el calor era bastante agobiante pese a que en la calle se estaba más que fresquito. No quería asarme vivo y me apetecía respirar algo de aire, pero por otra parte, no quería perderme ni un solo segundo de Candlemass ni verles desde lejos, así que opte por, nada más terminar Avulsed, ponerme en las primeras filas, que ya se agolpaban bajo el escuálido escenario, para poder disfrutar del concierto en toda su plenitud. Tratándose de los legendarios suecos, y basándome en las anteriores veces que les he visto en vivo, no me cabía duda de que, tema a tema, iba a ser un disfrute continuo. Y además, aunque el día anterior no estuve, nunca había visto ni de lejos la sala Paberse Matao tan abarrotada como aquella noche. Se notaba que había muchas ganas de ver a una de las mayores leyendas del Doom.
La marcha fúnebre retumbó al poco tiempo, grandilocuente y oscura, mientras Lars Johansson, Mats Björkman y Per Wiberg daban la espalda al público, centrados en el batería Jan Lindh y el humo llenaba hasta el último recoveco de luz, creando la perfecta y tenebrosa atmósfera del concierto. Tras los primeros acordes de una pesada Dark Reflections, apareció como una bala el gran Mats Levén, cantante muy reconocido y una de las mejores voces que ha dado el Rock / Metal de todos los tiempos, y que ahora hace de maestro de ceremonias en esta particular Santa Compaña de la muerte. Nunca le había visto, y aunque mi gran ilusión sería volver a ver a aquel gran Robert Lowe, parece que ha roto relaciones definitivamente con la banda. Tan pronto como comenzó el concierto, sin embargo, me di cuenta que los temas le vienen como anillo al dedo, especialmente los temas que cantaba Lowe (que en este setlist se han visto reducidos a… solo uno). Habréis notado también que en ningún momento he nombrado a Leif Edling, compositor, bajista y fundador de la banda que se ha tomado un descanso por problemas de salud. El primer tema realmente sonado de la noche fue Bewitched, la gran explosión en el público, y con el que se pondría a prueba la capacidad de Levén para adaptarse a los registros de otro grande como Messiah Marcolin, el legendario vocalista que más tiempo ha militado en la banda (y a quien ya tuve el placer de ver en mi primera vez con Candlemass hace más de una década). En el estribillo la peña enloquecía y apenas había espacio ni para alzar los brazos sin darle una hostia a alguien. Siguieron con Mirror Mirror y salvo Mats que se mostraba más “amable” el resto de la banda siguió con su particular apatía y serenidad, algo que no tiene porque ser especialmente negativo y que le daba al concierto un aire deliciosamente decadente, muy apropiado para la banda y su espíritu tétrico. Ni una sonrisa, ni una muestra de alegría. Me encantó. El setlist fue algo muy particular. No fue perfecto, ni rápido ni especialmente lento, pero en él tuvieron cabida temas que nunca había escuchado en directo, lo cual es un aliciente tremendo. Dying Illusion, por ejemplo, y según dijeron ellos mismos, era una canción que hacía muchísimo tiempo que no metían en su lista antes de esta gira y por tanto, una gran sorpresa de un disco excelente como “Chapter VI”, que me encanta y no se prodiga demasiado en sus directos. Mats Björkman fue, obviando al vocalista, el miembro que más cerca estuvo de su público, acercándose hasta el mismo límite del escenario para ofrecernos sus estruendosos riffs, mientras que lo de Lars Johansson fue muy grande. Me encanta este guitarrista, la forma tan fluida que tiene de tocar, como siente y cierra los ojos en cada solo… aunque sea poco comunicativo, da gusto verle. Golpeó nuestra cabeza, y seguidamente nuestras vértebras, el maléfico comienzo de A Cry from the Crypt, uno de los momentos de mayor headbanging de la noche, con un Mats Levén fantástico, con una voz alta y clara. Y es que os aseguro que, aparte de todo lo que ya he contado, nunca había visto a una banda sonar tan bien y definida en esta sala, a pesar de que al principio me coloqué justo delante del altavoz derecho y costaba distinguir la otra parte. Se nota que hay calidad y unos músicos muy rodados.
Para mí, el momento de mayor ansia del concierto llegó tras un pequeño solo de Lars Johansson (corto, pero que gustazo oigan…) con el agresivo riff de Emperor of the Void, pura adrenalina, uno de mis temas favoritos de toda su carrera, oscura, malvada, decadente… una delicia verla en directo, un tema de esos que te recarga de energías y te hace cerrar y levantar los puños con fuerza, la misma que demostró Mats Levén a las voces, un auténtico portento que se mantiene en una gran forma tanto física como vocal. La parte final no se quedó corta en comparación al resto del show. Fue un repaso a algunos de sus temas más míticos de sus primeros discos, comenzando por Under the Oak, que sorprendió a propios y extraños y comenzó una revisión a su “Epicus Doomicus Metallicus” para regocijo de todos. Me gustó mucho Levén a las voces, pero ojo, que todavía no he dicho nada de la nueva “incorporación” de la banda, que no es otra que Per Wiberg al bajo, el teclista que actualmente llevan en directo y en esta gira está asumiendo la labor de tocar las cuatro cuerdas. Una actuación que personalmente me dejó encantado, ya que el colega tenía un dominio absoluto de su instrumento y parecía que lo hubiese tocado durante toda la vida en la banda, con una habilidad y sobre todo, una actitud cojonuda, todo el concierto ocupando el centro y despatarrado a tope mientras miraba con agresividad al público. ¡Esa es la actitud joder!
El humo volvió a llenar por completo todo el escenario a la par que comenzaban los bises. Y la elegida fue, como no, At the Gallows End. Ese comienzo tan deprimente junto con el humo convirtió por unos momentos el escenario en un auténtico funeral, pero de repente estalló con toda la energía del riff de este temazo en el que hubo incluso unos cuantos moshpits. Uno de los más aplaudidos sin duda, y es que el público ya estaba totalmente volcado con la banda, vitoreando cada tema y sin ninguna gana de ver el final. Aun quedaba por disfrutar de Solitude, por supuesto, su tema más conocido probablemente, y uno de los que más reúne toda su esencia. Me encantó en toda su duración, como todo el mundo movía la cabeza al unísono, y la banda mostraba su cara más tétrica. Casi marchaban ya, cuando anunciaron una noticia que revivió mis esperanzas de volver a verles pronto. De momento no podían revelarlo, pero nos dijeron que este verano volverían a un gran festival español. ¿Leyendas del Rock? ¿Rock Fest Bcn? Si es así, no pienso perdérmelos por nada del mundo y es un aliciente más para que lleguen esas fechas ya de por sí tan esperadas. De momento, nos dejaron como regalo de despedida, y también de su primer y legendario trabajo, Crystal Ball que sirvió de comunión absoluta con sus fans, agotando sus últimas energías y siendo más cercanos que nunca con la peña.
Considero este concierto de Candlemass como aquel con repertorio más variopinto de cuantos he visto. Temas raros y mucho material de sus primeros discos, “Epicus Doomicus Metallicus” y “Nightfall” tuvieron mucho protagonismo, aunque también otros más desconocidos en su setlist como “Ancient Dreams” o “Chapter VI”. No sabría decir si disfruté más de los temas que en anteriores ocasiones, pero tampoco fue perfecto. Faltaron temas imprescindibles como Samarithan o Dark are the Veils of Death y ante todo, parecieron olvidar a ese inmenso Robert Lowe y los inmensos discos que grabó con ellos, sobre todo a esa jodida OBRA MAESTRA de la historia reciente del Doom Metal llamada “Death Magic Doom” del cual si que han tocado muchos temas en directo otras veces.
Eso sí, obviando este detalle, un conciertazo en toda regla, una panzada de disfrutar en hora y media justita que se quedó demasiado corta para mí. Una gran presentación de su vocalista actual que dejó muy buen sabor de boca (y es que este hombre ya ha trabajado con bandas de la talla de Yngwie Malmsteen. At Vance, Therion, Firewind… y la lista sigue), el sorprendente Per Wiberg al bajo y, al final, el gran detalle que tuvo la banda al bajar del escenario y automáticamente empezar a tomarse copas con sus fans de igual a igual.
Solo puedo terminar diciendo que, aunque no me quedé a ver a los valencianos Evadne, son un claro ejemplo de que hoy en día sigue habiendo grandes bandas emergentes de este estilo en España con mucha calidad, y si no probad a escuchar algún tema suyo, seguro que os encantan, si os mola el rollo de bandas como Cathedral o Candlemass, aunque no tan clásicos.
Me despedí de casi toda la peña (¡espero que no pase mucho tiempo antes de volveros a ver!) y con mi colega el GPS emprendí el camino a casa muy contento de haber asistido a otra edición de este modesto pero gran festival. Y con la promesa de volver a ver en breve a mis adorados Candlemass, que con conciertos como este me siguen conquistando para la eternidad. Una lástima que no pueda enseñaros fotos del concierto (más que nada porque la cámara me falló a última hora y no existen).
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
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