De hecho, también me habría encantado verles en Valencia, donde comparten escenario con los italianos Dobermann, otra bandaza que me encanta, pero no ha podido ser. Además, mi chica y yo no estuvimos, ni mucho menos, solos en Barcelona. A nuestra amiga Elena (una de las mejores compañeras que se pueden tener en un concierto) se unió posteriormente peña de puta madre como Gregori o Joan para darlo todo, antes y después de la movida. Caldeamos ambiente y ánimos en el bar ‘casi’ habitual de la zona, unos cubatillas, unas risas, planes futuros (y siempre la ilusión de encontrarse con gente tan genial)… Todo ello después de tragarnos una retención de más de una hora en la periferia de la ciudad. Por suerte, a pesar de ello, tuvimos tiempo de explayarnos a gusto, y de hecho, al final fuimos con la hora pegada al culo, y cuando estábamos ya en las taquillas de la Wolf, el concierto estalló de repente.
Así fue, Raised on Rock & Roll sonaba ya como un chorro de electricidad, como un chutazo de energía en vena que, tras presentar nuestra entrada (una lástima que no tuviesen las de taco), nos hizo entrar como un relámpago, empujando las puertas con ansia. La Wolf estaba bastante llena, una entrada muy buena teniendo en cuenta que la sala (que hasta ahora no había tenido ocasión de visitar) es bastante grande, con una capacidad aproximada de 600 personas. Lo mejor es que la gente no estaba demasiado amontonada, permitiéndonos meternos, ya de primeras, entre las filas delanteras mientras movíamos las melenas a tope. El sonido era alto, bastante a degüello y envolvente, aunque todavía le faltaría un poco de homogeneidad para ser perfecto. Los coros de Dennis en Toilet party, por ejemplo, sonaban bajos, pero su entrega sobre el escenario fue total. Sustituir a Vega, de quien la banda se separó hace unos cuatro meses, no es tarea nada fácil, pero el rubio guitarrista no es precisamente manco. Conociendo su gran experiencia en el ruedo, y habiéndole visto ya en acción con los valencianos Erotic Psycho, no es ningún secreto el hecho de que desprende actitud y una calidad fabulosa como músico. Con aires muy protestones, Jacob dedicaba, así de refilón y con mucha picardía, Anarchy ‘para la reina’, marchosa e incisiva a partes iguales, en la que ya vimos un atisbo de la gran coordinación entre Dennis y Jacob A.M. a la hora de ejecutar sus coreografías, algo que es santo y seña de la banda. Ambientazo in crescendo, buen sonido, banda dando el 100%... no se podía pedir más, lo estábamos pasando de auténtico lujo… y la gran fiesta no había hecho más que empezar. De hecho, continuaban metiéndole más leña al fuego con Renegade, potente sleaze que abre uno de mis discos favoritos como es el “Get selfied”, y precisamente con la juerguista Join the party!, que es StOp, sToP! en estado puro.
Es casi hipnótica la forma en que su bajista y vocalista es capaz de meterse al público en el bolsillo, con tan solo unas palabras y unos gestos entre cada uno de los temas, y en momentos así, es cuando uno se da cuenta de la enorme ilusión con la que vive cada concierto. Pero la maquinaria perfectamente engrasada que es la banda no podría funcionar a pleno rendimiento sin esa locomotora sin frenos que es Danny Spasov, lidiando con esa espectacular melena y con sus palos a partes iguales, insuflando a los temas una energía demoledora que paso a paso nos iba arrollando y convirtiendo la sala en un auténtico gallinero. Había muchísimas ganas de volver a verles, y lo que vino a continuación fue una de las mejores partes (al menos, para mí) del concierto, presentando una buena retahíla de temas de su más reciente obra, el soberbio “Low cost life”. En Let me fill your void, Jacob nos cedió las partes del estribillo, animándonos de forma impulsiva a cantarlo a pleno pulmón mientras Danny y Dennis bajaban la intensidad durante unos segundos para después terminar el tema a toda hostia. Siguió la tronchante Banana, indudablemente unos de los grandes hits del último disco, en la que voló por los aires un plátano hinchable (al tiempo que Jacob le daba un buen muerdo a uno de verdad), en uno de los momentos más hilarantes del concierto que puso a la sala entera a bailar. Y es que es prácticamente imposible no soltarse unas buenas carcajadas teniendo a estos tres locos cara a cara. Con unas palabras de agradecimiento, que culminaron con un ‘gracias a todos y cada uno de los hijos de puta que habéis venido a vernos esta noche’, y contagiado también por el gran empeño con el que Danny aporreaba su batería, Turned my life around me volvió loco, y es que además de ser absolutamente perfecta para el directo, es uno de los temas más distintos y refrescantes que han compuesto en toda su carrera.
Llegábamos al ecuador del concierto, con una sudada ya de tres pares de cojones, pero la banda continuaba al 100% sin dar la más mínima muestra de cansancio, solo había que fijarse en los movimientos de Dennis y en esas patadas al aire del vocalista para Living a lie, que cantó en contra de las mentiras televisivas, o Poser, con ambos dando vueltas y un solo de guitarra interpretado al máximo de pasión, pasando Dennis al frente del escenario. Hicieron un pequeño paréntesis para que felicitásemos junto a ellos el aniversario de Afryca, su eterna acompañante, que se encargaba también de las ventas del merchan… y volvieron al trapo, sin dejar que el ambiente se enfriara un solo grado, con Viva Satanás, otro de los cortes más originales del “Low cost life” cuya batería (especialmente el bombo) sonó de puta madre en esos registros tan distintos, y el cachondeo desparramante de In ‘n’ Out, con las primeras filas de gente dándolo absolutamente todo al ritmo de los compenetrados pasos de Dennis y Jacob. Otra de las mayores y mejores bazas de la banda es que, tal como les escuchas en disco, suenan en directo, sin trampa ni cartón. Con esos fantásticos coros, uno de sus temas bandera, Stop Stop provocó que la sala entera levantara las manos al aire, saltando y siguiendo ese estribillo y subiendo todavía más la temperatura antes de que llegara ya el gran final de la actuación… que no dejaría a nadie indiferente.
Aprovechando la presentación de la banda, tanto Dennis como Danny se marcaron dos solos de aúpa (aunque me quedo con el de batería, con un foco iluminando al músico, espectacular) y a continuación, ni cortos ni perezosos, se bajaron del escenario para liarla en modo Dios, entrando detrás de la barra, echándose unos tragos mientras seguían tocando un popurrí formado por Knockin' on Heaven's Door (Bob Dylan) + So lonely (The Police) + Proud Mary (Creedence) y para terminar, la eléctrica Thunderstruck (AC/DC), cayendo acto seguido todos al suelo, juntos y revueltos, en el medio de la sala, como si de repente se hubiese cortado la corriente. Pero por lo visto, todavía quedaba el motor de reserva… ya que, tras volver a subir al escenario, nos volvieron a dar una buena dosis de Rock’n’Roll con The last call, invitándonos a todos a participar, alargando la parte central a base de virguerías instrumentales, haciéndonos bailar como cosacos, y comiéndose Jacob el último plátano de la noche ante el descojone general. Los sonoros ‘oe oe’ con los que fueron despedidos en su ciudad de origen fueron más que merecidos ante un concierto que, como los dos anteriores que les he visto, no tuvo ni una sola fisura, y es que, sin negar ciertos momentos a la improvisación, y sin perder la naturalidad en ningún momento, todo lo que sucede sobre el escenario cuando StOp, sToP! se suben a él está tan coordinado, tan medido y tan estudiado que es imposible no salir de sus conciertos con unas sensaciones de disfrute y satisfacción inmensas. Sé que puede sonar contradictorio, pero hay que estar ahí para verlo. Uno de esos conciertos que se me habría hecho corto aunque hubiesen tocado cuatro horas seguidas. ¡Son la HOSTIA!
Después del concierto, nos quedamos un buen rato en la sala (hasta que la seguridad nos ‘invitó’ a salir), pillando algo de merchan y viendo como, con gran dedicación y amabilidad, la banda atendía a todos y cada uno de sus fans, firmaba discos, charlaban, se hacían fotos… Se les veía muy contentos y satisfechos con la que habían armado aquella noche, por verse tan arropados y, desde luego, lo tienen más que ganado con el sudor de su frente. Espero no tener que esperar demasiado para volver a verles, y por supuesto, recomiendo a todo el mundo, a cualquier amante del Rock en general, que no se pierda su directo por nada del mundo.
Aprovechando la situación de la sala, en pleno Marina, nos fuimos a dar un rulo por distintos bares del otrora gran epicentro del Rock y el Heavy Metal en Catalunya. Por recomendación, acudimos al Dixi 724, y mi primer contacto con él no pudo ser peor, ambiente bastante pijo / rancio y un mierdón de música, así que salimos por patas hacia el BB+ que suele ser un valor seguro para acabar las noches de fiesta y post-concierto de la mejor forma posible, con buen rollo, buenos temas y priva a un precio bastante razonable tratándose de la ciudad condal. Y lo mejor de todo es que, al día siguiente, nos esperaba un buen chute de Heavy Metal de la mano de Viuda Negra y Barón Rojo en Tarragona.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

StOp, sToP! (Viernes 16-09-22, Sala Wolf, Barcelona)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si te ha gustado la crónica, estuviste allí o quieres sugerir alguna corrección, ¡comenta!