martes, 17 de octubre de 2023

High-Octane (Jolly Joker + The Von Dread's, Sábado 14/10/2023, Sala 16 Toneladas, Valencia)

Este doblete valenciano de conciertos, aparte de haber sido absolutamente espectacular y revitalizante, ha llegado en el momento en el que más lo necesitaba, sobre todo desde la parte anímica. Hacía casi dos largos meses que no iba a nada que realmente me motivara (básicamente, desde el Leyendas del Rock, ahí es nada…) y mis entrañas pedían un concierto a gritos. Desde la desaparición de la Sala Babel, lo único realmente bueno que teníamos por la zona de Alicante, Valencia nos queda como la mejor y más cercana opción para disfrutar de Rock y Metal en directo, lo cual, dado el precio actual del combustible… no es algo demasiado esperanzador para el que suscribe. Sea como sea, este fin de semana había que hacer el esfuerzo, y terminó siendo una insuperable vía de escape para esos momentos en los que las paredes se te caen encima. El día anterior, viernes, disfrutamos a lo bestia del pedazo de bolo que se marcaron los Frank Suz, guardando para el sábado otra de esas fechas que con toda seguridad marcarían este tramo final del año. El planazo estaba servido, y podría haber sido incluso mejor, pero al final no pude contar con la compañía de mi amigo Popi que por putadas de última hora, se tuvo que perder ambas movidas, y lo menos que puedo hacer es dedicarle enteramente esta crónica. Hacía bastante tiempo que no veía a mis idolatrados Jolly Joker en su tierra, y eso siempre añade un extra de emoción al conjunto. Pero es que además, el cartel se completaba con The Von Dread’s, que celebraron su primera actuación presentando su nuevo EP, y que dieron una lección incontestable de actitud y furiosa energía. Una de esas veladas que, cuando abandonas la sala, te deja la sensación de haber metido los dedos en un enchufe.

La primera gran alegría de aquella tarde fue el viaje mismo, junto a mi chica y a mi gran colega Nando Insidious, gracias a quienes se me pasó volando, y con unas cuantas risas. Por circunstancias, llegamos a Valencia unas seis horas antes de que comenzara el bolo, pero no tuvimos ni un minuto de aburrimiento. Tras una agradable charla a las puertas de la sala, nos dimos un rulo por esa parte de la ciudad hasta la hora de cenar en el Bar-Restaurante del Este, todo un descubrimiento gastronómico que compartimos con los colegas Porti, Doria y Pablo, perfecta forma de crear ambiente para lo que estaba por llegar.

Antes de darnos cuenta, ya estábamos entrando en la 16 Toneladas, que para mí es casi como encontrarme en casa. Aquella noche iba a ser una más de tantas y tantas alegrías que nos ha deparado esta sala. Pero también he de decir que pocas veces la he visto tan abarrotada tratándose de dos bandas locales, y más cuando una de ellas hacía su debut aquella noche. Hablo de The Von Dread’s, una banda que, vista la expectación que ha conseguido levantar, y habiendo comprobado de primera mano cómo se las gastan en directo, podría asegurar que han llegado para quedarse. La formación consta de músicos con un rodaje más que probado y reconocido, especialmente dentro de la movida de la capital valenciana, que tiene nombre y apellido propio. Eric ha militado en bandas como el power trío Punk The Daggers o Deaf Devils, entre otras, haciéndose cargo en esta ocasión de la guitarra y las voces. Jorge, al bajo, proviene de Double Horse, banda Stoner / Doom sobradamente conocida en la terreta. Y Paco Muñoz en sencillamente uno de los mejores baterías que tenemos por aquí, y apenas necesita presentación, habiendo tocado con figuras internacionales como Martin Turner, Ruby and The Revelators o Chris Farlowe, y nacionales como los míticos Parking Fox, Gölem, Burninhell' Carajillos, Doctor Voltaje, Jolly Joker, y un larguísimo etcétera. Todo ello se traduce en un enorme bagaje musical y en un casi infinito menú de influencias que han integrado en las cinco canciones que forman su primer EP “Gotta Go!”, desde Hellacopters hasta Dead Boys, desde The Damned o Ramones hasta The Hives, suenan a la tormenta Punk del 77 y también al más puro High Energy Rock’n’Roll. Y próximamente, harán lo propio en más temas de lo que será su primer larga duración. La banda se formó a finales del año pasado, y el sábado les llegaba la primera oportunidad ante el público.

Con las primeras filas casi inaccesibles, encendieron el motor, pisaron a fondo el pedal, y la 16 Toneladas comenzó a inundarse con olor a gasolina desde el primer tema, que es el que todos conocemos a través de las redes, ese Funeral Love que pese a no ser la más rápida, es una perfecta carta de presentación, bailable, descarada y representativa de ese sonido ‘action rock’. Nos puso a todos inmediatamente a mover el cuello, con bajos muy presentes y rápidos, guitarra fogosa y una batería impecable, detalles que serían la nota dominante a lo largo del bolo. Macarras pero con cierto punto de elegancia y muchísima clase, los tres músicos salían a escena vistiendo americanas y camisas rojas, y sobre todo, rebosantes de energía que supieron transmitirnos en cada uno de los cortes, como Killing Time, que saltó a continuación, un tema fulgurante, cañerísimo, en donde los coros de Jorge tuvieron un papel muy importante, al tiempo que Eric se ensañaba con sus cuerdas a toda hostia, cantando con un modelo de micro clásico y elevado, sin dejar de moverse a un lado y al otro. Casi de forma natural, muchos ya terminamos cantando el estribillo, a pesar de no haberla escuchado antes. Y es que son temas tan directos, tan atractivos y vibrantes que ni siquiera requieren escucha previa para disfrutarlos a tope, son pura adrenalina directa a la sangre. Para complementar el show, tiraron de varias versiones, pero en todo momento pasadas por su filtro estilístico, como lo fue la siguiente Come On, de Chuck Berry (para que veáis hasta dónde llegan las influencias), con la que elevaron todavía más la temperatura. A Paco se le vio totalmente en su salsa, pasándoselo en grande y disfrutando al interpretar todos esos detalles a la batería, a toda mecha, con la precisión y tremenda calidad que se espera de él.

Love is for Fools se revistió de un compás más bluesero, más oscuro, pero no frenó el movimiento escénico, con Jorge inclinándose y balanceando su instrumento al ritmo de la música mientras daba los coros. Esos redobles y partes más virtuosas de Paco me parecieron sublimes. La voz del gran (en todos los sentidos) Eric también me pareció de lo mejorcito, encajando de fábula con el rollo que hacen, profunda y con mucha habilidad para cambios de registro, acompañada y bien contrastada con los coros de su compañero, y ojo, también los de Paco, como sucedió en Rising Darkness, en donde este último nos deleitó con unos buenos juegos de platos. No tardaron mucho en despojarse de las chaquetas y dejar a la vista aquel rojo tan glamuroso, una estética que también va de puta madre con su movida, tal como el logo de la banda y el arte de la portada del EP, todo muy coherente y estudiado. Nothing supuso uno de los grandes momentazos del show, pura rabia guitarrera y aluvión de punk rock, con voces agresivas, estribillo afilado, cero artificios, y unos músicos que se fueron viniendo arriba conforme avanzaba el tema, llegando al clímax con esa interpretación de Paco, completamente desmadrado, dejándose el cuello y aporreando como un animal, y Eric acabando el tema de rodillas. Y es que, encima, la tocaron incluso más revolucionada de lo que suena en estudio.

Todavía quedaban temas propios, todavía no registrados (saldrán en su próximo trabajo) y alguna versión que pegó fuerte, como el cien veces versionado Stranded in the Jungle, mucho más cercano a la versión de New York Dolls que al original de Jay Hawks, pero mucho más frenético y desbocado, con ritmos cambiantes y esos coros graves a cargo de Eric. Las siguientes Fire Dancer y Night Void continuaron con ese ascenso imparable de tensión, casi seguiditas, sin dar concesión a la calma, y así nos tenían, engatusados y sin parar de mover la calavera. Pero si hubo un cover que triunfó por todo lo alto, ese fue el Iron Fist de Motörhead. Primer solo de Eric despegado del micro, y segundo, frente a su compañero Paco, que emulaba sin piedad a "Philthy Animal" Taylor con esa pegada tan tocha. Para culminar la jugada, una tormenta de luces sacudió el escenario. Pero no iba a terminar ahí la cosa. Cobra Speed nos puso de nuevo a caldo y seguidamente, el que es mi tema favorito del EP, Gotta Go, rápida, corta, letal, con Eric reventando sus cuerdas y un compás de lo más salvaje, y para culminar, Stay with me, con un final de batería estruendoso. Tan solo unos segundos tras la despedida, tenían ante ellos a toda la sala gritando el nombre de la banda, señal inequívoca de triunfo, y no es para menos, fue una actuación enorme, compacta, corta pero electrizante, con una energía ‘ramoniana’ y unos músicos de primer nivel que no dejaron a nadie indiferente. Espero con ganas poder ver su próxima actuación.

Salimos un ratillo a la calle a comentar la jugada con la peña. Muchos asistentes al concierto, y mucha gente conocida a la que, antes o después, tuve el placer de saludar, como Diego y Juani, Alapont, el gran Vicent y Anna o Alberto, entre otros, siempre habituales en las noches valencianas. Sobre todo, lo que se respiraba en el ambiente eran muchas ganas, muchas vibraciones positivas, y es que todos sabemos de sobra que apostar por Jolly Joker es ir a tiro hecho, sin margen de errores, sin posibilidad de salir defraudado. Cada vez están más arriba, liderando el Hard Rock nacional con diferencia y sin ningún género de dudas, y no sé cómo cojones lo hacen, pero cada vez son mejores, suenan mejor, tocan mejor y dan unos conciertos dignos de quitarse el sombrero.

Si la sala registraba una asistencia espectacular durante el bolo de The Von Dread’s, ahora el llenazo era absoluto, y es que Jolly Joker SÍ son profetas en su tierra. Por suerte, pudimos ‘colarnos’ hasta las primeras filas junto a mi amigo Vicent, con quien siempre es un privilegio compartir, codo con codo, cualquier actuación de los valencianos. Por muchas veces que les haya visto ya, nunca me canso de hacerlo, y es que no hay un solo tema que no me ponga a 100 en su discografía. La última vez que estuve frente a ellos me emocioné de verles en un escenario tan gigantesco como el del Rock Imperium, y ahora tocaba volver a las salas de toda la vida, a la intimidad de los espacios cerrados, aunque eso para ellos no tiene importancia, en el sentido de que siempre se van a dejar la piel.

Ellos también saben a qué apostar, y salir a incendiar el escenario con Rockin' in Stereo es garantía de fiestón y locura. Ahí estaban, Yannick a la guitarra, Andi con su Thunderbird, Dani tras los palos, y Lane Lazy, chuleándose con sus primeros pasos ante el público, gafas de sol, y botella de Jack Daniels en mano, dando patadas al aire y volteando su micrófono. Madre, ¡¡la que se iba a liar!! Ante una clamorosa recepción, y sin dar un segundo de tregua, volvían a meter cera con la clásica Hey you, con los músicos ya bien calientes, el desmelene de Andi y el acercamiento de Yannick a las primeras filas eran solo una muestra de ello, y tras la batería, Dani, con unas ganas de tocar que se salían del puto mapa, levantándose a mitad de tema mientras demolía sus parches. Los primeros chorrazos a granel de Jack Daniels no se hicieron esperar (acabando varios de ellos en mi gaznate y en mi camiseta jeje), y aprovechando el tremendo subidón que dio el tema al final, se colgaba Lazy su flamante LesPaul para interpretar el primer tema de la noche de su “Loud & Proud”, definitivamente, el disco que les ha llevado a lo más alto, y no por casualidad. Blood Velvet fue gasolina pura, con sólidos fraseos también coreados por Andi y Yannick (bueno, y todos los que estábamos allí, claro) al tiempo que este último, en el solo, trituraba su espalda con las poses más inverosímiles, y es que su comportamiento y actitud durante todo el concierto estuvieron a un nivel inalcanzable para la inmensa mayoría. Como siempre, el vocalista nos dedicaba unas palabras de agradecimiento, recordando la presentación del “Loud & Proud” en febrero del pasado año allí mismo, y echando cuentas, nos lanzó un sincero ‘¡gracias por apoyar el Rock’n’Roll!’. La más macarra todavía I Don’t Care fue otro de tantos bombazos adrenalínicos, movimientos de puro glamur y actitud desparramante de todos y cada uno de sus músicos, destacando una de tantas de esas salidas de Yannick, cada vez más vacilón y más apasionado en sus solos.

Otra que nunca me cansaré de escuchar y vivir en directo a tope (y ojalá que se mantenga por muchos años en el setlist) es Perfect Life, que tiene un rollazo descomunal, y es perfecta para enganchar al personal con las palmas. Manu, descansando de su guitarra, volvía a coger soltura total, moviéndose como el animal de escenario que es, agachándose a un lado y a otro, sin dejar de hacer guiños al público. Presencia, arranque, y una interpretación descomunal de uno de los mejores frontman habidos y por haber en este país, así de sencillo, atributos que se elevarían todavía más cuando estalló la incendiaria Fuck it All. Sin cortarse a la hora de levantar el dedito, no solo él, sino la banda al completo se mostraron como auténticos salvajes. Jugar en casa les dio todavía más alas, y fue un momento de locura de los que se te quedan clavados, Lane Lazy repartiendo Jackie a diestro y siniestro, y gritando de rodillas como un descosido, Yannick escupiendo al aire mientras zarandeaba su guitarra y Dani propinando unas hostias de aúpa a su instrumento, contagiando esa incontenible energía entre las primeras filas del público, que nos liamos a empujones y golpes como si no hubiese un mañana. El termómetro estaba por las nubes, la peña tan entregada como la propia banda, y para mantener ese ambiente calentorro, que mejor que Motor, que con el tiempo se ha convertido en una de mis favoritas del “Loud & Proud”, provocativa a más no poder y con un ritmo casi extasiante, que nos puso a todos a corear y a dar palmas ante la intensa mirada de Andi y sus punteos, complementados por la contundente base de Dani. Lane, que no sabe estarse quietecito ni un segundo, se arrastraba cual culebra por el suelo hasta llegar a nosotros, cantando, además, con un aguante impresionante el estribillo.

Los bailes al principio, los chorros de Jack Daniels y ese ritmo que te enciende por dentro fueron los puntos álgidos de Sky is so High, conectando inmediatamente, casi sin esfuerzo, con el entusiasmado gentío, que se apelotonaba en las primeras filas para no perderse un segundo de actuación. Jolly Joker ya no tienen que demostrar nada, a estas alturas, para ganarse el respeto de todo el mundo, y aún así, ponen sus vidas en cada uno de los temas, de los riffs, de los compases y de las notas. En un bonito detalle, recordaron la ausencia de Andi durante los primeros bolos de presentación de “Loud & Proud”, y le homenajeamos como se merecía. Si es un bajista excepcional, es todavía mejor persona. Para continuar, volvía Lazy a ponerse ante nosotros llevando una gorra de Jack Daniels, y presentando uno de los temas que más ilusión me hizo de todo el setlist, Nothing’s Sacred. No siempre la tocan, por lo que fue muy especial vivirla aquella noche, por muchos motivos, entre ellos, la espectacular interpretación de Yannick, arqueándose durante el solo, dando patadas al suelo, y posiblemente, la mejor versión vocal de Lazy en todo el bolo, bien arropado por los coros de sus compañeros. Y ya cuando ambos se encaran, se apoyan, o coordinan sus movimientos entre sí… bueno… eso ya es puta magia. Para contentar todavía más a la peña, el vocalista arrojaba unas camisetas al aire, buena forma de enlazar con la siguiente The Chance y, mediante esos riffs pantanosos tan rollo Sabbath o Monster Magnet, dejarnos el cuello y las palmas de las manos ardiendo a base de cabeceos y aplausos. Lo de Andi y Dani en este tema no se puede calificar de otra forma que de compenetración absoluta, bordándolo hasta los topes. Daban el bandazo para volver a caminar otra vez por registros más descocados y pendencieros con Sucker, pura esencia de sus inicios que sigue petándolo en sus directos, con toda esa bravuconería y desvergüenza que estos cuatro músicos saben imprimirle, Yannick y Lane arrimando hombros, y otra desmesurada demostración de poder a cargo de Dani y sus baquetas.

Nos lo estaban haciendo pasar de locura, la energía y el sudor se podían sentir a raudales en primeras filas, nos cogíamos, nos empujábamos, nos gritábamos y nos pisábamos. Acercándonos a los bises, hubo dos temas que definitivamente me hicieron perder los estribos. Y es que el primero de ellos, Devil’s Hand, es toda una llamada al desfase y a la agitación general, chorrazos de adrenalina punkarra, directa, visceral y desmadrada como pocas han compuesto, recordándome a esa frescura de temas como Full of Beans. Deberían dejarla en el setlist por toda la eternidad. Pero no menos intensa fue otra de mis favoritas, I Wanna Go, con la que me dejé las cuerdas vocales junto a mi chica y a los colegas que abarrotaban la parte baja del escenario. Andi, sonriente, se acercaba también a nosotros, levantando el mástil de su bajo, y una vez más, Lane y Yannick dando la nota, arrodillándose frente a frente, y terminando este último literalmente tirado por el suelo para acabar el tema. ¡¡Brutal!! Los bises llegaron rapidito, y nos trajeron otro gesto de amistad entre músicos. Andi cedió, en ese momento, el bajo a Nando Insidious, de Frank Suz, que también ha rodado con ellos largo y tendido, y por supuesto, dio el callo con ganas, con la siempre bienvenida I am Rock n’Roll. El alemán aprovechó para tomarse una birra junto a su compañero, no sin dejar de hacer los coros de un tema que es toda una declaración de intenciones, y así continuaron, poniendo la cereza del pastel con Dressed to Kill a aquel fiestón de Sleaze Rock, destilando buen rollo a kilotones, vacilando y provocando hasta el último segundo, ese que nunca quieres que llegue cuando estás frente a los putos Jolly Joker. No hay un solo concierto que haya visto en el que no me haya quedado con ganas de más, y este no fue la excepción.

El calor y la intensidad vivida aquella noche no se olvidarán fácilmente, y sí, no veo la hora de volver a verles en acción. Con besos y saludos, se despedían de nosotros, entre gritos de ‘¡otra!, ¡otra!’ llenando la sala, sabiéndose triunfadores y con la seguridad de haberse dejado hasta la última gota de sudor en cada uno de los temas. Son más grandes que la puta vida, y eso es algo que se siente, se percibe al tenerlos delante, y si hay justicia, todavía merecen llegar mucho más arriba.

Tanto ellos como The Von Dread’s estuvieron aplastantes, y sin duda, dejaron una huella bien marcada entre los que vivimos aquella velada de alto octanaje. Poco a poco, tras las despedidas, la gente fue haciendo camino, despejando los exteriores de la sala, y nosotros hicimos lo propio junto a nuestro colega Nando, a quien me gustaría dar las gracias por su compañía y por hacer que la noche fuese todavía mejor.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_


Jolly Joker + The Von Dread's (Sábado 14-10-23, Sala 16 Toneladas, Valencia)

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