lunes, 16 de octubre de 2023

La homilía de los malditos (Frank Suz + Fronkonstin, viernes 13/10/2023, Peter Rock Club, Valencia)

Cualquier noche es idónea para disfrutar de un concierto de Frank Suz, pero si además coincide en viernes 13, todavía mejor, amparando el aura de misterio implícita en la gran mayoría de sus temas. Hay poco que añadir que no haya dicho ya en mis anteriores crónicas sobre el artista. Un talento incansable, imparable, que se deja la piel tanto componiendo sus temas de estudio como en sus directos. Pero esta vez sí hay suculentas novedades, que también quedaron plasmadas en el conciertazo que se marcaron en el Peter Rock Club. Frank es un auténtico maestro en lo suyo, que es el Rock’n’Roll, pero hay una sola cosa que no se le da nada bien, y esa es estancarse sin hacer nada. La mejor muestra de ello es el ritmo discográfico y evolución musical a los que nos ha acostumbrado desde que emprendió esta nueva andadura musical en 2019, con dos discos tremendos como “Inferno”, “Mambo Voodoo” y el EP “Hits from the Crypt”, que han recibido críticas sonadas, y un tercer LP, titulado “Reza todo lo que sepas”, que ya está cociéndose en el horno, listo para salir el día 31 de Octubre… y ya os puedo adelantar que es un auténtico bombazo. De algunos de los temas que lo componen hablaré a continuación, ya que fueron presentados este viernes sobre el escenario… ¡y de qué manera!, contando con la banda al completo, incluida esa sección de vientos formada por Francisco Hikowski y Fede Fuster (solo faltó Javi Pardos) que se encargaron de darle a los temas un toque más festivo y colorista. Si el anterior fin de semana la banda actuó en Murcia en formato eléctrico (que tuve que perderme por el puto covid), en Valencia los temas iban a sonar exactamente tal como fueron registrados.

Esto último, como ya he comprobado en varias ocasiones, es un gran aliciente, ya que estas dos facetas pueden ofrecernos directos bastante distintos entre sí, y merece mucho la pena disfrutar de la banda en ambas formas. Incluso independientemente de esto, cada concierto puede ser un mundo. Antes de meterme de lleno en la crónica, no puedo dejar de recomendar encarecidamente, a quienes todavía no les hayan visto en directo, que no dejen pasar la próxima ocasión, porque estamos ante una banda en el cénit de su carrera y con unas perspectivas todavía mejores.

Acompañándoles en esta noche tan especial estuvieron los valencianos Fronkonstin, una banda completamente desconocida para mí que disfruté mucho en vivo, y que fueron los encargados de calentar el ambiente y triunfar ante algunos de sus fans que ya iban llenando la sala, con temas de cosecha propia, y un estilo no menos personal que me enganchó desde el primer momento, tanto en lo referente a su música como a su comportamiento sobre el escenario. Cuatro músicos entregadísimos a cada uno de los cortes que sonaron, que hicieron vibrar el Peter Rock Club desde las entrañas, con un rollo muy guapo, una amalgama de sonidos que pasa por el garaje, rock de los 90, un puntito de acid y todo bañado en esencia eminentemente punk. Desplegaron los primeros cortes a piñón fijo, demostrando una energía y actitud totalmente coherente con sus riffs y contundentes bases rítmicas, pisando a tope el pedal. Destacaron en los compases iniciales unas cuerdas de bajo muy marcadas, notas agudas incluidas, y unos ritmos de batería variados y muy abiertos a los cambios, con distorsión muy vintage en las guitarras. Pronto hicieron un pequeño alto para saludar y presentarse como formación, a través de su cantante Pablo Tárrega, que mostró una entrega indiscutible a continuación, impulsando el movimiento de la noche a otro nivel cuando sonaron Indian Rebel y Ghost, esta última extraída de su más reciente EP, de este mismo año, titulado “Richie Pepperoni”, grabado, mezclado y masterizado por Paco Morillas en El Árbol Studio, Valencia, tal como se encargaron de anunciar, con melodías que también recordaban a la década de los 70 y al stoner, y voces que alternaban entre partes suaves y otras más furiosas.

El nivel de energía de su bajista Rafa no se quedaba atrás, punteando sus cuerdas a muerte para iniciar Skeleton Delight, uno de los temas que más me molaron del setlist, añadiendo unos dibujos muy chulos en toda su duración. Pablo (quien, por cierto, hizo gala de una muy buena pronunciación inglesa) seguía subiendo las revoluciones, de un lado a otro del escenario, sin parar de tambalear el palo de su micrófono y a sí mismo, y empleando, en más de una ocasión, esos recursos de falsete. La parte más íntima en lo musical llegó de la mano de You, de su EP “Alacrán”, aunque hay que decir que el tema fue en crescendo, arropado siempre por una batería con buen uso de los platos y pegada cada vez más notoria que, especialmente al final, castigaba nuestros oídos. Continuaban acogiendo a más público, y cada vez más metido en la actuación. Pablo no dejó que el ritmo bajara, comunicándose cuando era necesario, y volviendo a meterse en seguida en su papel más macarra, bailando y agitándose sin parar, y su compañero Vicente a las seis cuerdas continuaba haciéndonos llegar esos riffs distorsionados y cargados de esencia en la cañerísima Red Flower, encargándose también de los coros junto a su compañero Rafa, cobrando especial protagonismo al final, que casi empalmaron con Alacrán, riffs y batería pesadotes, sin prescindir de buenas melodías vocales, y creando el clima idóneo para terminar con Horses, despidiéndose de nosotros al mismo tiempo que sonaban los últimos compases, aporreando Javier con ganas su batería y el último chute de energía que nos transmitió Pablo, sin parar quieto hasta el final. Una banda que tendrá mi atención de aquí en adelante. No dejéis de escuchar su último trabajo “Richie Pepperoni”, porque de entre lo que he escuchado, me parece de lo mejorcito que hay en su discografía.

No vimos a tanta gente conocida como en otras veladas valencianas, pero si nos encontramos por allí con peña de puta madre, como Judy, Benja, Susu o Jesús, entre otros, que estuvieron ahí, al pie del cañón cuando ya se acercaba la hora del plato principal de la noche. Como he comentado al principio, el hecho de que esta vez tuviésemos el placer de ver en directo a la formación completa de Frank Suz era algo que me motivaba enormemente, y no veía el momento de que aquello empezase a sonar, para deleitarme con los temas habituales en el setlist, pero también esperando “hincarle el diente” a material nuevo de su inminente “Reza todo lo que sepas”, que estará disponible a partir del último día de este mes. Tras salir a tomar el fresco unos minutos, cogimos sitio entre las primeras filas, y afortunadamente la sala había experimentado una buena llenada.

De forma sencilla pero muy efectiva, fue el maestro trompetista Hickowski, en solitario, quien destapó el tarro de las esencias, con el aplomo y la soltura que le caracterizan, interpretando una parte de Il Trielo, introducción de este tercer LP, levantando varios ‘¡olé!’ entre el público, a quien posteriormente se unieron el resto de músicos, poniendo la sala patas arriba ya con los primeros compases de No es país para viejos, con una entrega por las nubes, los baquetazos de Dani resonando que daba gusto, y sobre todo, el propio Suzuki Samurai dando brincos y carreras por el escenario, subiendo de un salto a la tarima de la batería, libre de momento de su teclado para explayarse a gusto. Encandilando tanto a quienes ya les hemos visto unas cuantas veces como a aquellos que se estrenaban con su directo, no tardaron en emerger oleadas de palmas al ritmo de la música, animados por el ¡¡vamos Valencia!! de Frank, acompañando el inicio de la trallera Incubus (el depravado), a saco. Frank empuñaba sus maracas para darle esa ‘salsa’ extra a los ritmos marcados por Dani e Insidious, e incluso más que en el primer tema, destacaban enormemente los metales de Hickowski y Fede Fuster con un sonido fenomenal. Incluso el bajista se arrancó a cantar una de las frases, metiéndole duro a sus cuerdas con esa contundencia que es marca de la casa. Dani, pletórico de energía, se ensañaba en las partes más aceleradas, aportándole más pegada, si cabe, a los temas. Fiesta, desmadre, ironía a raudales y mucho mambo que se iba desplegando sin frenos. ¡Y que viva Carla Moran!

Hubo varias sorpresas inesperadas (vamos, como en la mayoría de los bolos de la banda, algunas programadas, otras espontáneas) y una de ellas fue la invitación a escena de Teto Adán, quien participó en la grabación de las guitarras en estudio, junto a Yannick y Rafa. La coordinación entre los tres músicos fue absoluta, regalándonos una clase suprema, y dejándonos un montón de detalles y personalidad musical, además, en el primer tema nuevo que sonó, llamado Hombre Lobo. Mientras Teto y Yannick ‘hacían piña’, Frank se acercaba a su compañero Rafa para coordinar voces y coros, con constantes guiños y muestras de buen rollo, algo que se percibe descaradamente cuanto todo el equipo se reúne ante nosotros. Hubo otros detalles musicales que me encantaron, como el uso de Dani de los bordes de las cajas al tocar, que forma parte del personal sonido del tema, o la parte en que bajo y saxofón tomaron protagonismo. Al cantante se le veía entusiasmado con la respuesta que obtuvo el tema, y seguidamente nos iba a regalar otro adelanto, otra de las exquisiteces que formarán parte del próximo disco, con el homónimo Reza todo lo que sepas, uno de los temas más rápidos, desmadrados y rebosantes de esa mezcla tan canalla de humor cáustico y terror que tanto le agradan al artista. Reza todo lo que sepas… pero reza, porque va a ser algo realmente grande. Y la presentación fue una buena muestra de ello. El bajo de Insidious, que fue uno de los instrumentos que mejor y más compensados sonaron durante todo el bolo, nos golpeaba en los primeros compases con fuerza, y la elegancia en los movimientos y forma de tocar de Yannick tomaron forma en esos riffs, invadiendo un escenario por el que Frank seguía moviéndose como pez en el agua, como si fuese su hábitat natural de toda la vida (y en parte, lo es), dando rienda suelta a esa imparable pasión artística que se desboca cada vez que se sube a un escenario. A pesar del reducido tamaño de este, y de la cantidad de músicos que forman el grupo, le estaban sacando todo el partido posible, lo que se traduce en un gran espectáculo. Incluso Rafa, en el extremo, se lucía con su guitarra, mostrándonos ese brío y actitud que siempre le acompañan.

Hasta ahora no había sonado una sola tecla, pero ya era hora de que Frank pusiera su Hammond sobre las tablas… aunque fuese empleando un taburete como base jeje. La canción escogida fue una de esas que siempre consigue hechizarme, El huerto del conejo muerto, por el clima que crea, por esa cadencia casi ensoñadora, por esa perfecta coordinación que alcanzan todos y cada uno de los instrumentos y, entre muchos más motivos, por esas partes improvisadas, demostración inequívoca de que el talento musical, por encima de todo lo demás, camina a sus anchas cuando se alinean estos astros. Me encanta perderme entre esas notas espontaneas, es algo de lo que nunca tengo suficiente. Ver a Frank pisar sus teclas es algo que me flipa sin remedio, pero también esas salidas de Yannick y sus cientos de virguerías a las seis cuerdas. Con ella, siempre llega uno de mis momentos favoritos del concierto, pero hubo muchos otros que brillaron con luz propia. Aquí van todos a una, y eso también quedó patente en Dueños de la noche, con la guitarra de Yannick creciendo infinitamente en detalles hasta alcanzar el clímax con el solo, esa parte de trombón perfectamente adaptada a las seis cuerdas con la que llegó la versión más apasionada del músico. Ni que decir tiene que tanto la trompeta de Hickowski como el saxo de Fede le dan muchísima vida al tema, igual que la base de teclados que, de algún modo, me suenan ligeramente progresivos en esta parte.

Al grito de ‘Mambo’, por parte de Rafa, iban entrando suavemente los instrumentos que conforman Mambo Voodoo, primer corte del segundo álbum, que fue cogiendo vuelo hasta volver a deleitarnos con más partes improvisadas donde destacaron las teclas, fogosos duelos de metales, y esa parte en que Dani demostró que lo suyo no solamente es la fuerza bruta. Y no sé a ti, pero a mí me flipan una burrada esas poses y movimientos de Yannick cuando se hace el puto amo del centro del escenario. Otra de las grandes sorpresas, a nivel de setlist, fue la inclusión de Alguien como tú, la verdad es era la última que esperaba. Un tema con una melodía refrescante, tal vez de las más alejadas del rock clásico del nuevo disco, con interesantes contrastes de tono cuando salta ese estribillo y cambios rítmicos a la batería, con un descomunal trabajo de Fede y Hickowski, y Frank debatiéndose entre la concentración a la hora de cantar, ofreciéndonos una notable interpretación, y esos enérgicos saltos a la tarima, sacando a relucir de nuevo ese puro nervio artístico que lleva en las venas. No perdió un segundo empalmando literalmente al piano Mirar a las estrellas, posiblemente de lo más emotivo que ha salido nunca del conjunto. Siempre crea una atmósfera maravillosa con esas preciosas armonías, y una vez más, se aprecia a la legua la gran coordinación entre los músicos y su gran sensibilidad, con Rafa acariciando las cuerdas e Insidious clavando esas bases, siempre manteniendo ese tono suave pero rebosante de intensidad. Y si hablamos de mis favoritas del tercer álbum, Otra vez te sientes Dorian Gray para mí (de momento) se lleva la palma, segundo single que no podía dejar de aparecer en el repertorio, además, en un lugar que encajó perfectamente en mi opinión, para volver a remontar el ritmo del concierto sin brusquedades. Las guitarras sonaron mucho más tochas en directo, y me gustó la parte del estribillo, cantada una octava por encima, haciendo que destacase todavía más su melodía. De nuevo, el frontman nos contagiaba inmediatamente las palmas, con las que acompañamos gran parte del momento.

Aparcaba definitivamente el teclado, y desterraba el palo del micro para volver a soltarse a pelo con El sol nació para arder, hasta ahora, el único tema nuevo que había podido disfrutar en vivo. La caña de este se tornó en perpetuo movimiento escénico, fue muy cantado y bailado por el público (a mí esa melodía me trae cierto regustillo a los Social Distortion), y hasta Frank se arrodilló para recibir el fulgurante solo de Yannick. Bases sólidas y muy bien acompasadas (se nota el entendimiento entre Nando y Dani) y más palmas desde el respetable, que también caldeaba la noche a base de bien, registrando una entrada más que decente. Y otro aspecto a remarcar: si bien durante los primeros temas el sonido fue en ocasiones poco compacto y algunos instrumentos carecieron de la fuerza deseada, ahora sonaba todo mucho más dinámico y coherente, sin altibajos, como un torrente uniforme.

En Babilonia es casi siempre sinónimo de recta final, pero también de comunión absoluta entre banda y público, gracias a ese festivo ‘nanana’ y esos aires de Rock’n’Roll desmelenado y vacilón en los riffs de Rafa y Yannick, a quienes en esta ocasión se volvió a unir Teto Adán para volver a fliparnos con su maestría a las cuerdas. Aprovechando los últimos latidos de un tema que suena tan fresco como el primer día, Frank presentó a esa inmensa banda que le arropa en directo, pidiendo palmas, sin permitir que nadie se durmiera en los laureles. Y cuando todos esperábamos a que estallase el Inferno para rematar la jugada, llegó sin embargo Bloody McKenzie, último single de la formación hasta el momento, que se estrenaba aquella misma tarde, lo cual da todavía más mérito al enorme recibimiento que tuvo, con toda la peña cantando su estribillo, puño en alto, volcándonos con más palmas, al tiempo que Frank se volvía loco por el escenario, con ademanes y patadas, moldeando y reinventando el tono y la cadencia de la melodía vocal. Un tema épico de la hostia y 100% de directo, el hecho de que triunfase de esa forma, pese a ser un corte nuevo, es una excelente señal de que el “Reza todo lo que sepas” va a arrasar.

Y ahora sí que sí, se abrían definitivamente las puertas del Inferno, con golpes a toda leche de Dani y un Yannick que se acercaba hasta el límite del escenario para estamparnos el riff en la cara, mucha tralla, desfase y mala uva flotando a sus anchas por toda la sala, a lo que el propio Frank contribuía sacando continuamente el dedo corazón, motivando y agitando todavía más el ambientazo que se vivía en esos últimos momentos, e instándonos a cantar hasta la última de las letras, con un final de lo más escandaloso.

Como siempre, un inmenso placer el poder ver un directo con esta magnitud, energía y calidad. A decir verdad, terminé más agotado de lo que pensaba, habiendo sudado hasta la última gota, y es que un concierto de Frank Suz siempre implica niveles altos de adrenalina. Y puesto que al día siguiente tocaba de nuevo jarana en Valencia, de parte de los siempre triunfadores Jolly Joker, decidimos ir retirándonos, pero no sin antes tener el placer de despedirnos de toda la peña con la que coincidimos allí.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_


Frank Suz + Fronkonstin (viernes 13-10-23, Peter Rock Club, Valencia)

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