viernes, 25 de agosto de 2023

Fairy Tales From the Underground - Hedonismo Ilustrado: Vida crápula en las cloacas (Leather Boys)

Leather Boys es una formación de Rock fundada a principios del año 2006, en Avilés, por dos de sus compon… Naaaaah, definitivamente, este no es un buen inicio para la reseña. Demasiado tópico. Demasiado formal y estructurado para un libro tan especial, caótico a veces, y deliciosamente irreverente como el que tengo ante mis ojos. No encaja ni de coña. Porque ni siquiera la historia en este “Fairytales from the Underground – Hedonismo Ilustrado: Vida Crápula en las Cloacas” empieza a narrarse por el principio. Y además, que hostias, para introducciones, ya son inmejorables aquellas escritas, nada más y nada menos, que por el gran Lane Lazy (vocalista de Jolly Joker y Pölvora) y el no menos grande Borja Vera Fernández, promotor de conciertos y redactor en Popular 1 entre otras ocupaciones y logros, que reflejan perfectamente lo que es la verdadera esencia del Rock underground por propia experiencia, y crean la atmósfera y ritmo literario idóneos para que empecemos a digerir lo se nos viene encima. El libro está hábilmente conducido por Mr. Fernando Tanxencias, toda una institución en de la escena nacional, también redactor en la mítica Popular 1 y escritor de varios libros contextualizados en el mundo del Rock. Mi primer contacto con este ‘cuento de hadas’ ya fue de lo más revelador. Devoré los primeros párrafos de vuelta a casa, en el tren, y llegó un punto en el que tuve que dejarlo, porque al final me era muy complicado esconder, ya no una de esas sonrisillas de cuando estás leyendo algo incisivo y picante, sino casi auténticas carcajadas entre línea y línea, por el extremo descaro, pasotismo y chulería con que cada una de ellas están escritas. Y eso que cerrar el libro es realmente complicado: una vez metido en lectura, uno no ve el momento de pasar la última página.

Cuando ellos mismos comenzaron a anunciar este libro a bombo y platillo, pensé que era simplemente una vacilada, una de las tantas que, con su humor socarrón, nos hacen llegar a través de las redes. De hecho, los primeros pensamientos que acudieron a mi mente fueron casi exactos a aquellos con los que Fernando Tanxencias inicia la narración en el primer capítulo. ¿De verdad una banda tan underground, a pesar de sus años de rodaje y sus santos cojones, tendría el valor de editar un libro (un señor libro de más de 300 páginas), ya no solamente contándonos su historia, sino también su visión de la escena del Rock’n’Roll y de la vida en general? Vamos, menudo ejercicio de pretenciosidad, ¿no? ¿De verdad daría como para todo esto?



Pues puedo dar fe absoluta de que así es, y de hecho, ofrece muchísimo más de lo que uno puede imaginar en un principio. Leather Boys es una de esas bandas que sigue la estela del ‘Born to Lose, Live to Win’ desde su misma creación, y se descubren ante nosotros como una de las más honestas y auténticas de su rollo en la actualidad. Tan melómanos y amantes del Rock’n’Roll, como depravados y ninfómanos… y con cierta devoción por las drogas, pero seguramente, no más que la de aquellos que esconden sus vicios, reprimidos y avergonzados, por las bridas de la corrección ética de esta sociedad mojigata y ‘besacruces’. Eso sí, mucho más valientes y transparentes a la hora de estamparnos en la cara la verdad. Una lectura que no dejará indiferente a nadie, y que, repito, va muchísimo más allá de lo que una simple autobiografía puede ofrecer.

Fernando tampoco se corta un duro a la hora de plasmar anécdotas y ocurrencias propias, siempre bien condimentadas, que a su vez dan respaldo a las de la banda. Emplea palabras llanas y crudas, directas, sin segundas lecturas pero sin ocultar en ningún momento grandes dosis de picardía e inteligencia narrativa. No hay rastro de sentido del ridículo, de arrepentimiento ni vergüenza en esta historia, pero sí de haber disfrutado y vivido cada momento al límite. Sin embargo, también encontramos introducciones y partes que son una llamada al pensamiento de opinión.

El título en sí mismo ya es la antítesis de la comercialidad, demasiado largo, pero sobre todo, muy explícito y descriptivo. La portada (obra de la fotógrafa Eva Bustamante) hace referencia a las drogas y a la vida en la calle, probablemente buscando ese paralelismo con los suburbios del Rock. Más adelante, se propone el título alternativo de ‘onanismo ilustrado’. Y todo ello, a pesar de la autocensura reconocida en varias ocasiones, es lo que vamos a encontrar aquí. No hay ese exceso de autobombo o egocentrismo típico de las autobiografías, y cuando lo hay, es solo en dosis necesarias, y siempre en tono de humorística arrogancia. Incluso se saltan las partes más técnicas para centrarse de lleno en otras de acción desenfrenada. Historias traumáticas de desamor, estrafalarias, de miserias, muchas miserias, de canciones que rompieron relaciones, desventuras etílicas… con la sordidez siempre por bandera y, como digo, todo narrado con ingenio, cachondeo, lenguaje corrosivo y cierta actitud nihilista irresistible, a través de la cual, la banda deja clara su postura desde un principio. Aquí no se salva ni Cristo.


Como si de caprichosas jugadas del destino se tratase, este puñado de truhanes han sido siempre un imán para las situaciones más rocambolescas, los fracasos más estrepitosos, y también los más delirantes triunfos, y todo envuelto siempre en un halo de maravillosa decadencia. Y es que, como escuché decir al gran Lane Lazy hace tiempo en una entrevista, es muy gratificante contar las miserias del Rock’n’Roll, y de eso, aquí, hay para rato. Lo suyo, incluso más que música, es actitud en estado puro, y eso es algo que escasea bastante en el panorama actual. Hay dos frases al respecto que me han llegado especialmente: ‘la actitud ni se compra ni se negocia’, y ‘el éxito no se mide en cantidad de dinero, sino en experiencia y diversión’, entre muchas otras más universales, como ‘No hay cosa más triste, de eunuco mental, que el obrero de derechas, la estulticia supina’. También está plagado de citas bien encajadas de autores históricos.

El motor central de Leather Boys siempre fueron Leather Sex (guitarra principal) y Leather Rose (voz), que se conocieron a principios de los 2000 en la tienda de discos que regentaba el primero. A partir de ahí, dicho idilio tuvo una evolución continua, desde el primer tema en directo (impagable) en el Louie Louie de Gijón, en donde ya se atisbaba una falta absoluta de vergüenza y reparos, pasando por su primer eléctrico en Le Garage de Avilés, su primera aparición pública ‘seria’ en el Azkena Rock 2006… y su imparable desfile por un sinfín de conciertos y festivales hasta llegar a los días presentes, incluidos aquellos que dieron en plena calle, en prostíbulos varios, e incluso en la trena. Una banda que, básicamente, nació, se forjó y creció en directo. Entre medias, decenas de cambios de formación, sobre todo de baterías (con quienes esta banda tiene una relación de amor / odio). De hecho, el capítulo 12 está exclusivamente dedicado a mencionar y describir a aquellos baterías que tuvieron más repercusión en el seno de la banda, de quienes nos cuentan anécdotas tan surrealistas e inverosímiles como descojonantes.

Conocí a Leather Sex en persona hace tan solo unos meses, y durante los 20 o 25 minutos que hablamos, sobre música, comida, escena, lugares, bandas, movidas varias… ya me di cuenta de que es un tipo de los que saben lo que quieren y van derechos a por ello, con una lengua afilada como un cuchillo, totalmente directo, y carente del más mínimo tabú a la hora de expresarse. Siempre guardaré aquella intensa conversación en mi memoria. Y tras haber terminado esta obra, ahora entiendo mucho mejor lo que me contó acerca de envidias, flacos favores y falsa unidad de boquilla entre bandas de la escena. A Rose ya tuve el honor de conocerle en una liada anterior por Valencia, otra persona amable, sincera y abierta, pero también directa y con mucha cultura y experiencia de Rock’n’Roll. Y ya encima del escenario, en su segunda venida a Valencia, definitivamente terminaron de demostrarme de qué pasta están hechos.

Su carrera les ha llevado a codearse con grandes nombres en el mismo escenario, como Los Suaves, The Buzzos, Casablanca o el mismísimo Graham Bonet, y no se escapa una sola referencia a músicos y bandas que tanto han significado para ellos (como Michael Monroe / Andy McCoy, Dead Boys, The Wildhearts , New York Dolls, Hellacopters, T Rex, Slade, Lynyrd Skynyrd, Warrior Soul o Dead Moon, y por encima de todos, sus idolatrados The Cult), pero tampoco faltan citas cinéfilas que también forman parte de sus influencias más allá del Rock’n’Roll, como la película que dio nombre a la banda, Leather Boys (Los Chicos de Cuero, Sidney J. Furie, 1964). De libros también encontramos un buen surtido de recomendaciones (Con la Pasta en la Mano, La Zona Deprimida, En el Jergón…). Y por último, un interesante y amplio recordatorio a bandas de la escena asturiana, como The Punishers, Babylon Chat, Fago Cowboys, Estramonio, Graveroad St., Nicotine Bubblegum... sin dejar de mencionar sus correrías junto a bandas hermanas como Star Mafia Boy, Frank Suz, o Jolly Joker.

Su paso por Eurovisión en el año 2009, y esto es tan real como la vida misma, es de obligada mención en uno de los capítulos. Y que nadie se equivoque, no fueron allí con la intención de quedar primeros, comportándose como personas, y bailándole el agua a los miembros del jurado, sino a ser ellos mismos y, por tanto, a corromper y boicotear desde dentro ese circo y farsa mediática. Ya veis, amigos, no todos los héroes llevan capa… aunque estos sí van petados de cuero, flecos… y toneladas de actitud.

Mención aparte, y muy especial, merecen los testimonios fotográficos, oro puro, que se encuentran repartidos entre sus páginas, desde los primerísimos (y desastrosos) momentos que Sex y Rose compartían escenario, locales de ensayo, primeros temas, etc., , en el estudio grabando con Alberto Rionda, tocando con los Jolly Joker, hasta capturas en donde se les ve compartir escenario con Ryan Roxy o (casi) David Roach de Junkyard.


El libro incluye también un CD recopilatorio con 19 temas de entre lo más granado de sus cuatro trabajos hasta la fecha “Real Leather”, “Back in the Streets”, “Decade of Decadence” y “Born in the Seventies”, donde está presente, además, una canción nueva, Fairy Tales From the Underground y su versión en español, Hedonismo Ilustrado. ¡Si es que es un chollo, joder!

Dedican por completo un capítulo al último disco, con el que dieron el paso definitivo hacia el camino de la primera división actual del Rock’n’Roll estatal, con detalles minuciosos sobre su grabación, ideas, producción, colaboraciones… Sin olvidar los tiempos de COVID, que les dieron donde más dolía, en medio de la… presentación del susodicho “Born in the Seventies”.

Para el final, Rose y Sex dan voz (a través de la infalible pluma, como siempre, de Tanxencias) al resto de componentes actuales, que nos cuentan sus experiencias personales, sus influencias musicales, los pormenores de su entrada en la banda o anécdotas pre-Leather Boys que no tienen precio. Como bonus tracks varios, tenemos ahí unas palabras dedicadas del mismísimo Leather Fucker (probablemente, el personaje de entre los personajes), créditos de fotografía y agradecimientos a distintos medios (un millón de gracias a ellos por acordarse de este humilde blog, casi se me encharcan los ojos cuando lo leí), el tracklist del disco y las letras de los temas nuevos que van en este.


El pack se puede pedir a través de la web de The Fish Factory, solicitándolo directamente a cualquiera de los Leather Boys, o al mismo Fernando Tanxencias... pero no te encantes, que más del 75% de la primera tirada se la han quitado ya de las manos. Y créeme, puedes llegar a arrepentirte mucho si no te haces con él. Porque si eres de esos que, aparte de amar con enfermiza locura el Rock’n’Roll, te importa un carajo lo que los demás puedan pensar de ti o de tu forma de vivir, incluso si tu devoción por esta última te ha hecho convertirte en un paria social, no lo dudes, vas a querer leer este libro a toda costa, porque te vas a sentir identificado como nunca con alguno (o varios) de sus personajes protagonistas.

Fairy Tales From the Underground es un libro que debería contener advertencias del tipo: ‘no intente hacer esto en su casa’, ‘manténgase fuera del alcance de los niños’ o ‘material inflamable’, a parte de los dos rombos en su portada. E incluso me atrevo a afirmar sin equivocarme que, aun en el improbable caso de que no te mole la banda, por la razón que sea, disfrutarás como un energúmeno leyendo esta oda a la macarrería y al desfase, una sarta de despropósitos y al mismo tiempo, verdades como puños. Porque esto no solamente es un libro sobre los Leather Boys, es un escrito a pie de calle, un homenaje a los entresijos del Rock’n’Roll barriobajero y a las desdichas de la escena entre litros de alcohol, fiestas, peleas, sexo guarro, personajes inconcebibles y un surtido Cuétara de sustancias estupefacientes.


Personalmente, hacía muchísimo tiempo que no me despollaba tanto de risa con un libro. Y cuidado, que entre sus planes de futuro (como una posible gira por UK), amenazan en repetidas ocasiones con que podría haber una continuación de este. ¿Deberíamos frotarnos las manos… o echarnos a temblar?

A fecha de este artículo, estos son los putos Leather… BOYS!!!

Leather Rose: Voz
Leather Sex: Guitarra solista
Leather Latin Lover (Triple L): Bajo
Leather Dirty Duke (DeeDee): Guitarra rítmica
Leather Skelter: Batería

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

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