martes, 24 de octubre de 2023

A golpe de latido (Corazones Eléctricos, viernes 20-10-23, Sala Revolver, Murcia)

Fue regresar de Murcia, dormir unas pocas horas, y de buena mañana largarnos a Madrid. Ese es el motivo del retraso que ha sufrido esta crónica en ser escrita y publicada. Pero creedme, me moría de ganas por relataros lo que vivimos la noche del viernes pasado en el Pub Revolver de Murcia, porque fue de una intensidad, una comunión, un sonido y un nivel de disfrute casi infinitos con los valencianos Corazones Eléctricos. Se presentaban allí, y lo hacían a lo grande, arrancando de forma oficial el tour de su nuevo disco, que no puedo dejar de escuchar, y que me está flipando a muerte, titulado “De Amor y Rabia”. Si bien poder ver en acción a los de Pau Monteagudo ya es siempre un enorme privilegio, la connotación de inicio de gira le dio todavía un aire más especial al evento, y la cercanía y calor que siempre ofrece la Revolver terminó de redondear un trato perfecto. Podría haberles visto este año unas cuantas veces más cerca de casa, pero la mala suerte se ha cebado conmigo, ya sea por falta de pasta, por coincidencias, por tema de viajes o por salud… la cosa es que ya no podía aguantarme más las ganas, y decidí que Murcia sería el lugar para verles en toda su grandeza. A pesar de ser un viajecito relativamente largo (y caro, tal como están las cosas), conté con la inestimable compañía de mi chica. Debido a retrasos varios, tuvimos que pisar a tope el acelerador para llegar a tiempo a Murcia. En esa zona, aparcar es algo impensable, por lo que dejamos el carro apalancado en el Parking de La Condomina, con el tiempo justito para pedirnos unos bocatas en el bareto de enfrente, y sobre la marcha, merendárnoslos mientras nos acercábamos al lugar.

Una sala que sabe muy bien lo que se hace, con una larga lista de conciertos de aquí a final de año… y los que ya ha habido. Sin ir más lejos, la semana anterior tuvieron allí al gran Frank Suz y su banda, presentando temas de su “Reza Todo lo que Sepas”. Esta era la segunda vez que servidor cruzaba sus puertas, y me volvió a conquistar desde el primer instante con su exquisita decoración y su ambiente tan rockanrolero. Al poco de entrar, cruzaban por delante Pau, Pete y Quique, los Corazones Eléctricos, sintiendo los últimos cosquilleos antes de subirse al escenario.

Bastante puntuales, y con toda la familiaridad del mundo, lo hicieron, y antes de nada, soltaron sus primeros acordes, sus primeros compases, punteos y rituales a modo de calentamiento ante los ansiosos espectadores, que deseábamos sentir ya en nuestras carnes los primeros latidos de la electricidad, que llegarían sin más demora con la implacable Canción Urgente, mostrando todos y cada uno de los componentes una actitud de puro Rock’n’Roll, motivadísimos, dando Pau y Pete los primeros pasos y bailes sobre el escenario, sin dejar de concentrarse en sus instrumentos, pero tremendamente sueltos y sin ataduras, derrochando una energía y unas vibraciones que continuaron ascendiendo con Aullar Contigo, una de mis favoritas del nuevo redondo (aunque cada vez me es difícil escoger una como tal). Contaron con el punto de distorsión perfecto para ejecutar esos temas, y un sonido muy fuerte, algo saturado al principio, pero mejorando con cada nueva entrada del setlist. Pau nos animaba a cantar, apagando su voz por momentos, sonriente y entusiasmado con la respuesta a las nuevas canciones en directo con las que, como digo, fuimos honrados por primera vez. Apostaban sin miedo ni freno por “De Amor y Rabia”, y lo hacían a continuación, de forma algo más pausada, con Sueño de una Noche de Verano. Pero con ellos, ‘de forma más pausada’ significa un aumento de feeling a borbotones, y eso es lo que nos deparó el tema. Un bajo muy sólido, retumbando al inicio, al que se unieron los riffs de Pau con una esencia más noventera que nunca en su sonido. Uno de tantos regalos sensoriales que traería la noche. El vocalista bromeaba y saludaba al mismo tiempo, aprovechando esa compenetración entre público y banda, en un ambiente íntimo y cálido, y de repente, estallaba como un volcán en erupción Camino al Sur, completamente desenfrenada, electrizante, elevando los ánimos a más no poder. Pete también desbordaba feeling con sus cuerdas, y qué decir de Quique, un batería absolutamente espectacular, metódico y apasionado, que continuó dándole cera a Por ti, formando junto a la anterior uno de los momentos más cañeros del show.

Pete y Pau, simultáneamente, pisaban sus pedaleras y se enzarzaban en un duelo de headbanging, cruzando los mástiles de sus instrumentos. Se les notaba cómodos y pletóricos, y ese momento fue tan solo una de las muchas demostraciones de ello. No podía faltar, directamente desde su primer disco, El coleccionista de fronteras que, alentados por el vocalista, cantamos todo los fuerte que pudimos, al tiempo que Quique, con clamorosa exactitud y detallismo, se sumergía a tope en el tema. De hecho, Pau hacía alusión a nosotros, diciéndonos que era uno de los conciertos más cantados que recordaba. En mi opinión, fue un setlist muy equilibrado en cuanto a ritmos e intensidades, en todos los sentidos posibles, y si En las estrellas fue un momento de subidón tremendamente emotivo (otro de esos en los que la compenetración entre banda y público fue total), Todo por el Aire, con esa espectacular crecida de batería, volvía a poner el escenario en llamas, y con él, a nuestros cuellos y melenas. Pau se lo curraba, poniéndonos en contexto respecto a las letras de los temas nuevos, algo que hizo que nos llegaran todavía más. Pequeña pausa para que Pete cambiara su modelo de bajo, y Pau se colgara una electroacústica. Estaba deseando escucharla en vivo, pero realísticamente, no pensé que la fuesen a tocar, por lo que el impacto de Renglones Torcidos de Dios fue todavía mayor. Hay temas que se viven incluso más con los ojos cerrados, tal como vimos a Pau en algunos versos, llegando con este tema al cenit de capacidad interpretativa… ¡gigantesco! Y es que, como he dicho ya innumerables veces, estamos ante un artista que derrocha tanto talento como sensibilidad sobre el escenario, de esa que se intuye, se presiente, y al menos a mí, me transmite sensaciones muy especiales e intensas.

La luz roja, y esos últimos acordes enloquecidos, nos dejaron con el cuello ardiendo. Nuevo cambio de instrumentos y tesituras musicales para Sangre y Revolución, prácticamente el último momento de respiro que nos darían aquella noche, perfecta para dejarse llevar por la magia de su melodía, ensalzada aún más por los coros de Pete y Quique, que aquí ponía su granito de arena en las voces, mostrando su faceta más detallista y calmada, pero sin dejar de lado su precisión en los compases. Le dedicamos un fuerte y merecido aplauso, y se vino arriba con los primeros baquetazos de Cama de Faquir, mientras nosotros cantábamos las primeras partes del tema, ese ‘crimen sin resolver’ con una fuerza muy contundente en los punteos de Pete y en las guitarras de Pau, que estaban ya en su perfecto punto de ebullición. Tras refrescarse con unas birras, volvieron a acelerar con A Contraluz, con una emotividad de nuevo desatada (esas letras me llegan directas al alma), y no solo en su cadencia, sino también en la forma de comportarse de los músicos, con Pau y Pete encarándose, pisoteando la tarina, y sacando humo de sus cuerdas, respaldados por los poderosos martillazos de Quique, que incluso hizo saltar una de las piezas de soporte del bombo. A su voluntad, tenían ahora a toda la sala dando las primeras palmas, incitadas por Quique, que serían una parte importante del tema que llegó a continuación. Pura energía y un rollazo colosal de la mano de ¿Quién salvará al Rock’n’Roll?, que a su vez terminó con las luces parpadeando a toda hostia. Se lanzaban de cabeza al descontrol con Fuera de sí, nunca mejor encajada, alargando su inicio con una parte instrumental (y destacando de nuevo los coros desde la batería), continuando con Contra las Cuerdas para volver al Rock’n’Roll más clásico, que empastó perfectamente con las anteriores.

La Revolver se había transformado en una auténtica pista de baile al son de esos riffs y esos ritmos arrebatadores, lo estábamos pasando de locura, y la banda no se quedaba atrás en esto. Cimarrón fue uno de los tres temas de adelanto que la banda nos ofreció de su “De Amor y Rabia”, y ahora Pau nos contaba su significado, en contra del abandono animal. Todavía quedaban algunas incursiones del último álbum en el setlist, todas ellas muy bien recibidas. Y es que se han sacado de la manga un pepinazo bestial. Y como muestra, otro botón: Érase una y otra vez, ‘nirvanera’ y visceral a saco, con una interpretación sublime por parte de Pau, y el incansable Quique terminándola de pie. Mientras este último salía a recolocar la pieza suelta de su batería, el vocalista y líder de los Corazones nos recordaba el puesto de ‘merchan’, aunque desafortunadamente, todavía no habían llegado los vinilos. Remontaban la movida con la más suave , cantada a pleno pulmón -y es que ese estribillo engancha cosa mala-, para ir subiendo de revoluciones, imparables hasta el final. Con el clásico discurso anti-bises, Pau avisaba de que se iban a vaciar al 100% con la próxima, que no podía ser otra que ese maremágnum eléctrico que es Valentina, caliente como el infierno, que nos puso a todos a hacer el ‘punk’ con esa tremenda energía que irradia (y de verdad que los músicos estaban sudando la gota gorda). Podría haber sido la última y dejarnos satisfechos, pero todavía hubo otro trallazo que nos dejó K.O., con la batería de Quique haciendo retumbar la sala, y la guitarra de Monteagudo agitándose sin parar. Apuesto lo que queráis a que La destilería ha llegado para quedarse en ese puesto de honor del setlist, ya que en directo suena como un puto cañón, y tal vez por lo inesperada, entre otras cosas, se convirtió para mí en el momento más vibrante y fogoso de todo el show.

Estuvieron increíbles, tanto en lo musical como en lo interpretativo, y también haciendo constantes guiños a sus fans y conectando al 100% con ellos. Se curraron hasta la clásica foto finish, pidiendo espacio para que los más desfavorecidos llegaran a las primeras filas, un detalle que, ahora sí, dejó bordada la actuación. Si a vosotros también os ha encantado el último disco… preparaos para lo mejor, porque en directo suena de escándalo. De hecho, tan solo Los dos lados de la misma cara y Balada del difunto vivo quedaron fuera, y me fliparía haberlas escuchado. También eché de menos otras anteriores como Todo me recuerda a ti o Doble o Nada, pero aun así, os garantizo que exprimieron cada minuto de show y, por supuesto, dieron lo mejor de sí mismos, como no podía ser de otra forma, así que poco más se pudo pedir.

Puesto que el parquímetro iba contando, salimos rapidito de la sala para volver al coche, pero a la vuelta me encontré con el cantante Francis Sarabia que, por cierto, acaba de sacar un disco cojonudo con su proyecto en solitario, y tuve el placer de hablar con él de esta y otras cuestiones. Avisaros, ya de paso, que presentará temas en directo en La Yesería, un local muy cercano a la misma Revolver, el día 4 de Noviembre. Y sin más, ahora sí, hicimos marcha a casa con el fuego del concierto todavía bien encendido. Y es que como digo siempre, noches como esta me dan la vida.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_


Corazones Eléctricos (Viernes 20-10-23, Sala Revolver, Murcia)

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