sábado, 12 de julio de 2025

El Signo de los Tiempos (Europe + Hitten, jueves 10/06/2025, Plaza de la Condomina, Murcia)

Muy a finales del año pasado, se anunciaron las fechas de la que sería la gira veraniega de los míticos Europe en nuestro país, cinco de ellas en Julio, y una última en septiembre. Para regocijo de los amantes del Hard melódico, y porque no decirlo, de los nostálgicos de los 80, iban a ser citas muy remarcadas en el calendario. El hecho de habernos visitado ya en tantas ocasiones, no quita que Europe sea una banda a la que siempre recibimos aquí con los brazos de par en par, y en nuestro caso, Murcia apuntaba a destino fijo. Y ya os adelanto que, incluso a estas alturas, ni mis mejores perspectivas pudieron augurar cuánto íbamos a disfrutar, aquella calurosa noche murciana, de una formación cuyo estado de forma dio la impresión de estar en su punto álgido tras 45 años de existencia. Su música trascendió, hace ya muchos años las fronteras de su estilo. Sus logros se cuentan por decenas de millones de discos vendidos en todo el mundo. Sus innumerables himnos marcaron a un sinfín de generaciones, y consiguieron un éxito arrollador como a pocas bandas de Rock se les puede atribuir. Y todo ello, condensado en una primera etapa que duró poco más de una década. Sin embargo, también fueron un ejemplo de valentía e inconformismo. Lejos de querer vivir únicamente de las rentas de sus grandes hits, a su regreso en 2004 dieron un buen lavado de cara a su estilo, más cercano ahora al stoner que a su hard rock primigenio, aun sabiendo que su popularidad en esta segunda era no volvería a ser la misma. Muchos todavía recordamos su primera venida a nuestro país, tras el prolongado hiato que les tuvo alejados de los escenarios, como una de las noches más intensas de nuestras vidas.

Lo cierto es que, incluso a nuestra llegada a la capital, tuvimos la suerte de cara. Aproximadamente una hora antes del inicio del evento, nada más toparnos con la plaza de toros, vimos que el parking que hay a unos metros de esta seguía con huecos disponibles, así que no dudamos en apalancar allí el coche. Con tiempo de sobra, nos fuimos a tomar unas birras a un bar cercano. Para aquel evento tan especial, tuve el lujo de contar con mi colega Inma, una de las mejores compañías para un concierto que uno puede desear, y lo pasamos de puro vicio, tanto antes como después. Ya pre-hidratados para el concierto, a unos minutos de arrancar, una pasarela metálica nos llevó a la zona delantera del recinto, que es desde donde tuvimos la suerte de presenciar el espectáculo que Europe nos tenían preparado.

Hitten:

Pero sería una injusticia capital pasar por alto a quienes les acompañaron en calidad de teloneros, que poniendo toda la carne en el asador desde el minuto uno, nos dejaron un conciertazo de aúpa. Hitten jugaban en casa, y no pensaban dejar pasar la oportunidad de lucirse a lo grande en tan señalado evento. Aunque lo cierto es… que tampoco saben hacerlo de otro modo.

Aprovecharon la enorme pantalla que les respaldaba para mostrar imágenes basadas en la portada de su último trabajo, del cual tuvimos primero la introducción (Prelude to Passion), y después, ya a toda mecha, While Passion Lasts, percibiendo de buenas a primeras toda la energía y las vibrantes sensaciones que esta banda es capaz de transmitir. Haciendo uso intensivo de las plataformas y cajones que tenían a su disposición, ambos guitarras se arrancaron al frente, entre solos, poses de la más variada índole, e idas y venidas constantes del torbellino Alexx Panza, quien sobre la marcha presentaba el segundo corte de la noche, Mr. Know it All. Todavía era poca la afluencia, pero ya se encargaría este último de ponernos rápidamente a tono, haciendo levantar manos, y pidiendo coros mientras nos acercaba el micro. Apoyado por esos nítidos coros de Johnny Lorca y Dani Meseguer, sus gritos nos llegaban hasta el tuétano, mientras, en esa parte final, Willy Medina estrellaba con fuerza sus baquetas. Saludando, presentando, aludiendo a Europe como una de sus grandes influencias y mostrándose orgullosos de su último LP, daban paso a Blood from a Stone, envueltos en humo. Gozando de un muy buen sonido, en el que se apreciaban perfectamente las armonías vocales entre Johnny y Alexx, el primero de los dos solos fue un auténtico mano a mano entre ambos guitarristas.

Culminando el tema con un gran salto, Johnny continuaba regalándonos esa infinita colección de poses, y comportándose como una auténtica estrella del Rock en Ride Out the Storm, que con más solos de vértigo, coros definidos y un Alexx incapaz de estarse quieto, tuvo gran participación desde un público cada vez más animado. Y no es para menos. El espectáculo que ofrecen estos chicos es para quedarse pasmado: patadas al viento, saltos, gestos, sprints de velocidad constantes… El mejor ejemplo, en Mean to be Meant, fue la arrolladora actitud de Johnny Lorca, cuya guitarra, literalmente, volaba a su alrededor. Un músico cuya experiencia le ha llevado a tener un dominio absoluto del escenario, sin desmerecer a sus compañeros, claro. Todo ello les valió unos calurosos aplausos, que sin perder tiempo, nos responderían con más cera de la buena, tirando de Hard Intentions. Alexx se comía el escenario, apoyando el pie en los monitores, haciéndonos gritar, y metiendo headbanging a piñón, logrando comulgar con sus seguidores también en Something to Hide. Para no perder el pulso, pasaron de 0 a 100, atacando con la potente Twist of Fate. Músicos cruzándose entre ellos, a la carrera, doble pedal atronando, y ese punto “Helloweeniano” en el punteo, nos llevaron hasta el siguiente tema, no sin antes recibir otra enorme ovación. Alexx dedicó Eyes Never Lie a su segunda familia (refiriéndose a sus compañeros de grupo), y ahora sí, Horacio adelantaba su posición, con su extravagante chaqueta dorada, y su chulesca forma de tocar.

Me encantó ese instante, no sé si intencionadamente sincronizado, en el que el vocalista y Johnny Lorca caían de rodillas en el segundo exacto. Con ese punteo de aires Scorpions, abría Johnny para Hold Up the Night, literalmente empalmada con la anterior, donde precisamente este se marcaba un cara a cara con el bajista durante su solo. El setlist fue calcado al que dieron en el Imperium (lo cual, ya es motivo de alegría), salvo por esa sorpresa con sabor a blues llamada Unholy Games. Gran trabajo ahí del batería Willy, al tiempo que Dani y Johnny hacían crujir sus cuerdas frente a frente. Aprovechando su cadencia, una buena sesión de palmas desde el público les vino que ni pintada. Y así seguimos, acompañándoles con más y más entusiasmo en estribillos como el de Built to Rock, en cuya primera parte instrumental presenciamos todo tipo de virguerías. Otro 10 para Alexx, que llevó al milímetro los tonos y la afinación de su voz en ella, y eso sin cansarse de patear todo el escenario. Como tema de despedida, entre los sonoros ‘¡eh, eh!’ y palmas que les proferíamos, cayó In the Heat of the Night, en la cual tampoco nos libraríamos de cantar. Aunque para cante, el que dio el gran Johnny Lorca en esa última arremetida, desatándose como una bestia en su solo, girando sin parar, cayendo de rodillas, ofreciéndonos una buena sesión de tapping y, por encima de todo, una actitud descomunal.

Un concierto que nos dejó completamente ‘on fire’, y que dio a entender que Hitten sí son profetas en su tierra.

Como cabría esperar, minutos después de haber terminado la actuación los murcianos, el recinto empezó a llenarse a un ritmo más acelerado, especialmente la zona de pista. El ambiente se iba caldeando poco a poco, presidiendo ya el escenario ese sempiterno y característico soporte de micrófono color blanco que Joey Tempest ha empleado a lo largo de toda su carrera.

Europe:

Con rigurosa puntualidad, a las 21:30 clavadas, comenzaba a sonar la introducción, y el escenario iba cobrando vida gracias a las primeras luces. La banda salió muy confiada y sonriente ante un bullicioso público, emocionado y siempre dispuesto a vivir al 100% cada tema que nos tuviesen preparado. Y disfrutando de un ambientazo colosal como el que ya se respiraba en la Plaza de la Condomina, pasaron a la acción con un single de cara B que rescataron hace bien poco para el directo. Curiosa elección esa On Broken Wings, aunque a la vista está que funcionó a las mil maravillas. Tras unas cuantas peripecias con el palo del micro, y mostrándose tremendamente ágil y elocuente en sus movimientos, Joey gritaba con ganas: ¡Buenas noches, Murcia! Palmas, gritos, jaleo, manos arriba… el aire de multitudes era más que evidente, y las ganas con las que todos esperábamos esta actuación, incontestables. No podían hacer otra cosa que complementarlas con una fuerte apuesta, llamada Rock the Night. Y si el primer tema ya levantó un buen follón, este fue directamente una enorme sacudida de euforia que se extendió por todo el recinto, al igual que las voces que coreaban su estribillo cuando Joey Tempest nos acercaba el micrófono.

La química entre banda y público fue creciendo a velocidad exponencial, incluso con temas más recientes y pesados (en el sentido musical) como Walk the Earth. Con cierto aroma setentero en algunos de sus fragmentos, gracias a esas bases de teclado impuestas por el gran Mic Michaeli, el tema acarreó mucho headbanging, y tanto Joey (con su camisa de terciopelo azul) como John Norum (con el pelo más largo de lo habitual), se entregaron a más no poder. Fue precedida por una pequeña introducción disparada, un recurso del que tiraron bastante durante todo el concierto, pero sin cortar el ritmo. Llegaba una parte realmente dura para Tempest, en la que nos daríamos cuenta de la espléndida forma en la que se encuentra actualmente su voz. En Scream of Anger, con los frenéticos punteos de Norum por bandera, y el bajista John Levén apuntándonos con su instrumento, hizo un trabajo colosal, modulando y afinando de lujo. Lo único que eché de menos en ella fue un poco más de volumen para las teclas, una minucia, en verdad, para el fabuloso sonido del que disfrutamos durante todo el concierto. Solo Mic Michaeli estaba iluminado sobre el escenario cuando empezaron a sonar sus notas en Sign of the Times, marcando para mí (y para muchos otros) uno de los momentos más gloriosos y emocionantes del show. Los armónicos desde la guitarra de Norum, las vibrantes teclas, los cambios rítmicos… todo quedó perfecto.

Pero si tengo que destacar algo en particular, es que nunca había visto a Joey cantarla tan rotundamente bien, esquivando con astucia las partes más difíciles, y además, haciéndonos colaborar en el momento oportuno. La satisfacción y la alegría se reflejaban en el rostro del vocalista, que incluso nos iba soltando chascarrillos de lo más tronchante. Con las luces ya al 100%, incluyendo esos bonitos tonos morados, sonaba una de las más recientes, Hold Your Head Up, cuyos fantásticos coros entre Norum y Michaeli terminaron de bordar. Para engrandecer todavía más el espectáculo, cada tema contó con sus propias imágenes en pantalla, algunas de lo más vistoso. Ese fuerte, prolongado ‘ohhhhh’ que emergió de entre el público ante los primeros teclados, fue una muestra sonora de la palpitante emoción que nos invadió a todos ante la llegada de Carrie. Con el escenario inundado de rojo, la balada por antonomasia del grupo triunfó hasta tal punto, que incluso detenían por unos segundos la música para escucharnos. Tempest hacía gala de su inmenso carisma, y su inagotable feeling en primera línea, y Norum cambió de guitarra, para volver a empuñar la habitual durante War of Kings. Otro pequeño interludio visual nos llevó hasta esos riffs mucho más crudos y tajantes de su sonido actual, brotando de los altavoces con un volumen y claridad, como digo, prácticamente perfectas. En pleno subidón, el cantante levantaba en alto su palo de micro subido a la plataforma de la batería, y John, también muy arriba, interpretaba su solo de rodillas.

Verles así, con esa actitud tan enérgica, con tanta integridad, y en tan buena forma, fue un gustazo casi indescriptible, y también se reflejó en el clima que vivíamos allí abajo. Creedme si os digo que los minutos nos estaban pasando como segundos. A la broma, nos plantábamos ya en el ecuador del concierto, y de la forma más contundente posible gracias a Stormwind. Michaeli, durante algunos temas, optó más por el teclado lateral, y Ian Haugland se lo pasaba de miedo dándole caña a sus parches en esta vertiente más heavy de la banda. No era el único que disfrutaba como un crío: ahí veíamos a Joey subiéndose a la altura de la batería, o acercándose a nosotros, dando palmas, sonriendo… para después relajarse con Open Your Heart, que no siempre se deja caer en directo. Para la ocasión, el cantante se colgaba su guitarra acústica. El excelente sonido nos hacía llegar esas pulsaciones de John Levén altas y claras, y para redondear, una agradecida brisa nos aliviaba del agobiante calor.

Pero si para mí hubo una gran, GRAN sorpresa en el setlist, esa fue More Than Meets the Eye, que nunca había visto en directo. Cada acorde de Michaeli, cada riff de Norum, y cada postura de Tempest, me hicieron disfrutar a lo bestia. A continuación, una luna roja iluminaba el escenario, preludio a Last Look at Eden, con la que se emplearon algunos efectos de micro. Imposible resistirse al headbanging en ella, ni tampoco a saltar como locos en Ready or Not, donde tanto Norum, como Joey con su guitarra eléctrica colgada, se apoyaban tocando hombro contra hombro. El cantante nos reveló su faceta más cachonda, incluso adaptando su humor al lenguaje coloquial de la zona, lo cual calentó los ánimos antes de pasar a otra de las grandes como es Superstitious. A parte de darnos todo un recital de clase con ella, aprovecharon para presentarse como banda, y para incluir un pequeño fragmento del No Woman No Cry, de Bob Marley, como ya han hecho otras muchas veces. Entre esos teclados tan groovy de Michaeli, y los motivados solos de Norum, llegábamos a la recta final del concierto que, vaya por delante, fue un auténtico viaje a los más nostálgicos 80.

Tan solo Ian Haugland regresaba (de momento) al escenario, marcando unos compases a modo de solo participativo que no engañaron a nadie. Era el inicio de la deseadísima Cherokee, que inmediatamente desató un griterío ensordecedor. Y no solamente fue la soberbia interpretación de Joey (que tuvo un ligero traspiés en la letra, jeje), las maravillosas teclas de Michaeli, o las llameantes guitarras de Norum. También fue esa irrefrenable pasión de la gente, cantando y bailando como si no hubiese un mañana, lo que dio forma a uno de los momentos más mágicos de la noche. Si a este le añadimos, sin previo aviso, la legendaria The Final Countdown, no me cabe duda de que fue uno de los finales de concierto más intensos que he vivido en muchísimo tiempo. Uno podrá decir que es un tema trillado, que ya está harto de escucharla hasta en la sopa, que qué pesados… pero cuando se presenta en directo, cualquier crítica se desvanece ante la euforia que insufla tal obra maestra. Saltos a tres bandas, volteos en el palo de micro de Joey, el solo de Norum pisando la plataforma, un Mic Michaeli súper entusiasmado… no faltó absolutamente de nada. Y como es natural, los músicos se retiraron, triunfales y agradecidos, ante clamorosas alabanzas que parecían no tener fin.

Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en un concierto, y refiriéndome a ellos en particular, creo que no les disfrutaba a ese nivel desde la primera vez que les vi en aquel ya lejano Lorca Rock. Y eso son palabras mayores. Una banda que aquella noche pareció asombrosamente rejuvenecida, mostrando su mejor cara y actitud, e impregnando el show de un ritmo idóneo gracias a una alternancia perfecta entre temas clásicos y de nueva factura. Y lo mejor, es que todo ello puede ser un claro indicativo de que nos quedan todavía muchos años de Europe por delante.

La ruta de regreso Murcia – Alicante, y de allí hasta mi casa, fue también como la seda, y desde aquí me gustaría dar un millón de gracias a Inma por su generosidad y su impagable compañía. Con gente que ama el Rock, como mínimo, al mismo nivel que un servidor, es más fácil todavía disfrutar de noches así. También saludos a la pareja de Almoradí que conocimos durante el refrigerio que tomamos al terminar el concierto, con quienes recordamos grandes tiempos pasados. Con todo, una velada para el recuerdo cuyas imágenes y momentos seguirán rondando durante mucho tiempo en mi cabeza.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado la crónica, estuviste allí o quieres sugerir alguna corrección, ¡comenta!

2