Las previsiones meteorológicas tal como las había consultado se cumplieron cuando el viernes amanecimos con un cielo totalmente despejado, sin nubes, temperatura bastante buena y sin apariencia de lluvia. Todo iba perfecto hasta el momento y se preveía un día estupendo, con un gran cartel repleto de bandas que, si o si, iba a disfrutar como nunca. El recinto de los conciertos abría el viernes temprano, para acoger a las primeras bandas del día. Prácticamente todo el mundo que tenía que llegar a Wacken lo había hecho ya, la zona de acampada estaba a rebosar, aunque a mediodía todavía quedaba espacio vital y aire que respirar. Fue ese el momento de comenzar la jornada.
Para mí fueron los Primal Fear la primera banda del día. Aun recuerdo su caída del cartel el año pasado, cosa que me dejó con las ganas de verles, a pesar de las muchas veces que les he visto en directo y del hecho de que son bastante asiduos a Wacken por estar en su propia casa. Así pues, aunque coincidían de pleno en horario con Ensiferum, banda que también tenía muchas ganas de ver, finalmente me decidí por ir al concierto de los teutones por varias cosas, porque Primal Fear son un valor seguro en directo, sus temas son auténticos cañonazos, la simpatía de Ralph, la contundencia de Matt al bajo, la velocidad y pegada de Randy Black y bastantes razones más. Es una banda que en mis gustos personales ha ido ganando más con cada vez que les he visto en vivo, todo envuelto en el carisma de sus integrantes y sus ganas de tocar. Mi voz empezaba a estar ausente ya, pero el bueno de Ralph tiene fuelle de sobra para parar un tren. Nunca llegó a entrarme con Gamma Ray en sus buenos tiempos, pero nunca debería irse de esta su banda. No éramos muchos viéndoles y la hora no era la más adecuada y aun así se comportaron de una forma estupenda sobre el escenario, simpáticos y muy activos y además agradecidos por tocar aunque fuese una escasa hora, interpretando temas de su último disco (que data ya del 2009) como Before the Devil Knows You're Dead, algún tema de su mítico “Nuclear Fire” o algún sorpresón como el Final Embrace del fantástico “Jaws of Death” al que, pienso, deberían de dedicar más temas en concierto. En definitiva, un concierto de esos que se te pasan volando, sin mirar la hora ni darte cuenta.
Justo cuando estaba ya todo preparado para ver a una de las bandas por las que yo estaba allí a tantísimos kilómetros de mi casa, uno de esos momentos que llevas esperando media vida, surgieron unas, por llamarlo así, tiranteces con la seguridad del lugar, aunque al no ser yo el afectado ni tener ninguna culpa, apenas influyeron para poder disfrutar a saco del conciertazo que ofrecieron los Morbid Angel, como digo, una de esas bandas que llevaba media vida queriendo ver, una de mis primeras experiencias con el Death clásico tirando a brutal por momentos. Y eso es lo que nos dieron en directo, ni más ni menos lo que esperábamos. Traca sin cesar, bestialidad satánica, voces guturales guapísimas en directo (como nunca pude imaginar de nítidas) y unas voces limpias que creaban un ambiente cantidad de satánico y oscuro. Me lo pasé de puta madre a pesar de tener que verlo solo ante la negativa de mis compañeros a venirse. No podía perderme en directo, me hubiese dado de cabezazos si encima, como sucedió, comienzan nada menos que con Immortal Rites. ¡Toma YA! Esto empezaba pero que muy bien, pero no fue el único castañazo del “Altars of Madness”, Maze of Torment no tardó en caer también y ya hacia la recta final, no podía faltar una de mis favoritas, Chapel of Ghouls. Papelón a las rítmicas que jugaron tanto batería como bajista, pero el ataque real quedó en las manos de las guitarras, la del propio Trey (que aparte, también puso su voz destructora) y valga la redundancia, Destructhor a la otra, un miembro reciente de la banda. También de otro clásico como “Blessed are the Sick” pudimos disfrutar de un tema: Fall from Grace, si mal no recuerdo. Otra espinita que se va fuera, un auténtico placer en lo personal y un delicioso tormento para los oídos.
Otra de mis razones para estar en Wacken ese año estaba a punto de hacer su aparición. Como no quería perderme ni un segundo de Rhapsody of Fire, tuve que sacrificar la actuación de Sodom, que me comentaron hicieron un gran concierto (nada como tocar en casa jeje) pero cuya nivel de preferencia estaba muy por debajo de los de Luca y compañía. Este pasado febrero ya tuve el inmenso placer de verles en Razzmatazz II, Barcelona, y fue una auténtica delicia para todos mis sentidos (podéis leer la crónica en mi blog). El setlist fue con diferencia uno de los más redondos y perfectos que he tenido la ocasión de ver nunca en cualquier banda. Para cualquier fan que los adore como yo (y es que siempre han sido una de mis bandas favoritas) ese conjunto de canciones puede transportarle a otra dimensión de placer. Había algo claro, que con una escasa hora tendrían que mutilarlo, pero la duda era cuales serían los eliminados. El comienzo con Triumph or Agony, de hecho, fue lo que menos me convenció, habiendo tantos temas buenos en su discografía y siendo, por ejemplo, Knightrider of Doom una de las sacrificadas para esta ocasión. Sin embargo, el resto fue muy intenso y emocionante, ya de buenas a primeras con el Holy Thunderforce, donde la batería de Alex todavía sonaba demasiado potente y se comía un poco al resto de instrumentos. Me gustó mucho que diesen fuerza a los teclados del otro Alex (Staropoli) porqué tanto el solo de esta última como por ejemplo en Dawn of Victory quedaron sobresalientes. The Village of Dwarves fue la que más hizo saltar a la gente, me gusta mucho más en directo que en disco. Hubo un cambio muy arriesgado, Sea of Fate, que quedó fuera, por On The Way to Ainor. No se si seré yo el único que disfrute de dicho cambió, e incluso lo aplaudo ya que considero que esta última es de lo mejor que han compuesto en toda su carrera, incluido ese trozo instrumental, sencillamente acojonante. Poco más se podía pedir. Quise Lamento Eroico y fue uno de los momentos más impresionantes de todo el puto festival, llegando gente incluso a llorar con ella. Quise The March of the Swordmaster y fue la que me hizo apretar los puños mientras me dejaba la garganta gritando a piñón su épico estribillo sin parar de sentirme como en una batalla. Para los bises aun quedaba guerra. Las dudas de mucha gente respecto a como sonaría Reign Of Terror en directo fueron rápidamente disipadas cuando vieron al grandísimo Fabio Lione pasar de tonos guturales y chillones a voz nítida y clara sin despeinarse lo más mínimo y sobrado todavía de voz, interpretó a las mil maravillas Emerald Sword, que casi ni se escuchó de lo fuerte que cantaba todo el mundo a mi alrededor. Fue un concierto increíble, de lo mejorcito de Wacken. Ojala vengan pronto otra vez a España porque no me lo pienso perder ni drogado, sea donde sea.
Fue un placer hacer casi hora y media de cola para poder recibir las firmas de los componentes de Rhapsody. Un apretón de manos con Luca Turilli y mi petición de que volvieran pronto a España ya me dejó más que satisfecho. La seguridad que había considero que era excesiva ya que conseguir una foto con ellos o con cualquier componente de cualquier grupo era tarea muy difícil.
Unos les consideran los padres del Heavy Metal. A otros les agrada solamente alguna de sus épocas. Otros estaban allí tan solo por curiosidad. Pero lo que nadie puede negar y hay que tener claro es que Judas Priest es el 99% para el Heavy Metal se mire por donde se mire. Y en directo, tuve la oportunidad de comprobarlo por partida doble y con tan solo unos pocos días de diferencia entre ellos. El concierto que dieron en Wacken fue increíblemente espectacular. La escenografía estaba cuidadísima, todo detallazos, grandes cadenas, fondo alucinante, color rojo predominante, pantallas de video que cambiaban según el tema interpretado… y sobre todo, lo que más me gustó en este aspecto, la combinación del humo con decenas de láseres, que te sumergían de vuelta en la época de los ochenta. Al igual que esto, las vestiduras del God Of Metal Rob Halford iban cambiando conforme cambiaban de tema. En Prophecy, por ejemplo (única que tocaron de su último álbum “Nostradamus”) salió con bastón y capucha. En otros, envuelto en cuero y tachuelas como en sus primeros tiempos. Las portadas e imágenes que aparecían en la pantalla de fondo te podían dar una idea de cual iba a ser el tema elegido para continuar, empezando por Rapid Fire y Metal Gods del “British Steel” unida casi al Heading out to the Highway (¡¡¡me encanta!!!) al último bis, después de despedirse dos veces, Livin’ After Midnight. Todo fue absolutamente espectacular. La calidad del sonido fue mucho mejor que en Madrid, por ejemplo. La batería tenía un sonido brutalmente aplastante. Los guitarristas estuvieron un tanto más unidos entre ellos aunque siempre guardando las distancias por alguna extraña razón. Vale que Richie Faulkner es “el nuevo” y que probablemente es considerado un invitado, pero lo hace de puta madre y además les esta sacando del aprieto en esta última gira, creo que deberían haberle integrado más.
Tanto el setlist como el tiempo de duración del concierto (dos horas y cuarto, posiblemente el concierto más largo que se haya visto en ningún Wacken) fueron idénticos en el concierto de Madrid y las diferencias entre ambos radican en pequeños detalles como por ejemplo el estado de voz de Halford, que a pesar de que en esta ocasión grababan DVD en vivo, me gustó más en Madrid. Le vi más suelto, más salvaje y agresivo y su voz me sonó aquí más potente. Pero ni siquiera en lo que a coreografías y movimientos se refiere hubo una gran diferencia. En Victims of Changes dejó a todo el mundo alucinando con esos agudos tan sobrehumanos y cuando le tocó cantar el Painkiller lo hizo muy bien y también hubo pequeño solo de batería antes de comenzarla. Por ejemplo, esta última canción me gustó más en Wacken. Que interpreten Night Crawler me parece genial para esta época, ya que es un temazo súper duro sin requerir demasiada agresividad a las voces por parte de Rob. La que vi más floja aquí fue The Sentinel, carente de mucha de la fuerza que tiene en disco pero aun así muy efectiva con la gente que la estaba deseando. También hubo momentos tranquilos en el concierto, sin duda los más bonitos como tal, con Diamonds and Rust (acústica) o Beyond the Realms of Death. Personalmente me encantaron y supusieron un “kit kat” entre tanta caña. Como lleva haciendo toda la gira, nos dejaron el dudoso honor de interpretar nosotros mismos el Breaking the Law y digo dudoso porque fue la última oportunidad de verla cantada por Halford. También Ian Hill pareció divertirse mucho durante todo el concierto a pesar de que es el músico más estático de la banda en directo, porque su instrumento no para de sacar humo. Én Madrid todo tema fue una sorpresa pero aquí ya me sabía el setlist de memoria, así que Electric Eye, tras su primera despedida, no fue tan sorprendente, aunque si frenético. El alucine de ver como interpretaron, posteriormente, el Hell Bent for Leather con la moto de Halford sobre el escenario no se paga con dinero, en serio, eso no se olvida. La conocidísima You've Got Another Thing Comin' y la anteriormente mencionada Livin’ After Midnight (tras otra falsa despedida) pusieron el broche de oro al que, para muchos, fue el mejor concierto de todo el festival, y razones para pensarlo no les falta, pero si tengo que elegir uno entre este y el de Leganés, me quedo por un pelo con el de la plaza de toros.
Sobrecogido por segunda vez por una actuación tan brutal, tuve que salir deprisa del recinto para atender ciertas “peticiones” urgentes de nuevo imprevistas. Lo jodido es que me perdí más bandas de las que hubiese querido. Tsjuder formaban parte de mi selección black metalera del día pero debido a su corto tiempo de actuación no llegué a tiempo de ver. Con Accuser y los sustitutos de Cradle of Filth, Tryptikon, pasó algo parecido y encima se solapaban entre ellos casi de pleno.
Una vez solucionado dicho incidente que fue un poco “la cortada de rollo del día” todo volvió a la normalidad y en unos minutos nos vimos de nuevo unos cuantos colegas juntos para ver el espectáculo que Airbourne tenían reservado para nosotros, un espectáculo tremendo, alucinante. Uno, sencillamente, no puede ir a Wacken y perderse una actuación como esta. Les vi un rato corto ya en un pasado Wacken, he visto muchos videos en directo pero esta era la ocasión oficial para poder visionar su concierto en plenas condiciones y facultades. Había muchas ganas en el ambiente porque todo el mundo saben que la combinación de Wacken y Airbourne es realmente explosiva e impredecible, puede pasar cualquier cosa menos que sea un mal concierto. El repertorio con el que nos impidieron estar quietos aquella noche fue tremendo… pero, ¿cómo podía ser de otra forma, si su corta discografía está plagada de temazos? Raise The Flag, Diamond In The Rough, Blackjack… decidme… ¿como se puede aburrir uno así? Por muy cansado que uno esté (que lo estaba…) es imposible quedar impasible ante este derroche de energía pura que es su concierto suyo. Y si estás cansado, te jodes, porque solo con ver todo lo que se cuece sobre el escenario vas a mover el culo sí o sí. Los hermanos O'Keeffe (voz / guitarra y líder de la banda y batería) a pesar de tocar instrumentos tan distintos en función, se complementan a la perfección aunque no estén en la misma línea de escenario. El ansia por la locura también afecta a David y Justin (guitarra y bajo respectivamente) dos bestias que se dejan el cuello y la espalda en directo. Los temas seguían cayendo como un huracán: Cheap Wine & Cheaper Women, o la 100% AC/DC (si es que no lo son todas) Girls In Black, pero he de hacer un alto en BlackJack si mal no recuerdo porqué fue aquí donde el simpático Joel O'Keeffe repitió como todos los años (a pesar de que ya le amonestaron por ello en pasadas ediciones) el espectáculo o locura, como se quiera llamar, de subir hasta lo alto de la estructura del escenario. Y no me refiero a trepar unos cuantos metros, sino a quedarse justo arriba del todo, haciendo un solo desde allí mientras un tipo de seguridad lo observaba desde abajo. Estas son el tipo de cosas que encienden mi adrenalina en un concierto, no drogas ni chorradas, sino el rock’n’roll salvaje y todo lo que ello conlleva. Triplete de temazos para terminar con Too Much, Too Young, Too Fast, Stand Up for Rock 'N' Roll y Runnin' Wild que fueron a nivel musical de lo mejor del concierto y acabaron, literalmente, con la poca voz que me quedaba, aunque parecía que la banda iba sobrada de fuerzas, tan solo había que ver a su líder reventando latas de cerveza con la cabeza o tirarse arrodillado por el suelo mientras hacía sus solos.
Tan solo Apocalyptica figuraba ya en mi horario personalizado. La verdad es que el conciertazo de los Airbourne me había dejado exhausto y ya empezaba a dolerme todo una barbaridad. Por otra parte, Apocalyptica es una banda que, siempre lo he dicho, en mi opinión te ofrece a veces una de cal y a veces una de arena. La última vez que les vi, creo que fue en Zaragoza hace un par de años si no me falla la memoria, dieron un concierto aceptable, con un setlist y sonido decente pero con demasiadas versiones. Nunca negaré que me encanta ver Seek and Destroy o Master of Puppets en directo interpretadas a golpe de violonchelo, pero a veces 5 o 6 me parecen excesivas versiones. Esta vez decidí que, como había que guardar fuerzas para el tremendo día que se nos echaba encima a la mañana siguiente, era hora de ir a las tiendas a descansar después de un día ajetreado y no solo en lo que conciertos se refiere.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
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