Si ya expliqué en la crónica del viernes que la noche se alargó hasta horas indecentes, el día no tuvo tanta paciencia, y tras haberme dormido sobre las 7 de la mañana, sobre las 9 ya notaba las gotas de sudor caer a saco. No pude dormir más que un par de horas, y eso con el día tan largo que nos esperaba podía ser brutal. Pero como siempre digo, hay que ir a muerte, pase lo que pase, en el cartel muchas bandas interesantes y sobre todo al principio del día, así que había que echarle huevos. Menos mal que nuestros vecinos nos acogieron en su carpa y pudimos tener un rato de charla a la sombra (aunque el insoportable calor seguía ahí) y descansar un poco más antes de la batalla. Pasadas unas pocas horas, sin pensarlo dos veces, Josele, Alberto y yo emprendimos la marcha, los 30 o 35 minutos que nos separaban del recinto de los escenarios a paso ligero con un calor de mil demonios y ya bastante cansados por el poco sueño y la tralla que nos metieron el día anterior bandas como Oker o Hamlet. No había empezado todavía la jornada festivalera cuando llegamos a los escenarios, y de hecho, al poco tiempo de empezar Magnum 44, todavía no había ni un alma esperando en primera línea, algo por otra parte de puro sentido común. Como digo, el calor era sofocante, y se hacía todavía más patente sobre aquella zona asfaltada con apenas un chorrito de agua para refrescarse y los puestos con sombra abarrotados. Conseguimos unas sillas y huequecito y ahí nos quedamos tomando unas cervezas y esperando a que empezara la caña para paulatinamente emerger de allí e ir a saco cuando la temperatura se hiciera más llevadera, aunque algún pesado se empeñara en no dejarnos disfrutar tranquilos de nuestra movida.
Magnum 44. Si no me equivoco, ya les tocó el año pasado también la papeleta de abrir el festival, pero no a estas horas tan intempestivas. Los buenos de Magnum 44 juegan en casa, pero aun así ocupan el lugar más jodido de todos. A las 2 de la tarde a pleno sol (y sin un mísero telón superior, que cojones) abrieron, lógicamente con muy poca peña aun, con una versioncita de UFO. Y es que precisamente lo suyo son versiones de grandes bandas de los años 70 sobre todo, no tienen material propio así que su repertorio se basa en ellas, pero es una forma muy entretenida de empezar el día e irse metiendo poco a poco en materia. Poco a poco la gente se fue animando a ver el concierto hasta llegar a una audiencia considerable teniendo en cuenta el calor que hacía. Aunque me perdí un trozo de concierto por culpa de cierto personaje, si pude verlo en su mayor parte. Al principio hay que decir que estaban algo sosos tanto con la gente como entre ellos, como guardando las distancias y sin moverse demasiado, algo, de nuevo, comprensible por la situación. Poco a poco fueron demostrando más compenetración y siguieron con los clásicos: Paranoid (Black Sabbath) o un temilla de los Humble Pie con mucho sabor setentero que se agradeció entre tanto clásico mil veces versionado ya. Pero sin duda, la que más me emocionó fue Riding With the Angels, de Samson (ex-banda de Bruce Dickinson) y en gran parte fue por su vocalista, que tiene un “algo” en la voz que me gusta mucho, un toque rasgado y un buen rango dentro del estilo que practica, y canta tan bien un tema de los Deep Purple como de Led Zeppelin (en los de AC/DC ya me gusta un poco menos). De hecho, así fue como terminaron el concierto, para despedirse, una versión del Highway Star, con un solo muy bien interpretado. Al principio noté al guitarrista algo desacompasado con el resto, pero aquí se salió, todo hay que decirlo. Y tal como empezaron el año pasado, terminaron este, con Rock’n’Roll, de los Zeppelin, con un solo también notable.
Doria. Otros que repiten en un cartel del que el año pasado salieron encantados por la respuesta del público tal vez inesperada para ellos. Recuerdo que fue un buen concierto, cargado de sentimiento, buenos temas y un par de versiones muy guapas. Este año, sin haber sacado nuevo material, volvían a la palestra cargados de ganas y buena voluntad como nos demostraron sobradamente. A pesar de que el calor todavía era inhumano, fuimos a por todas entre la gente, y aunque en 5 minutos ya tenía uno la cabeza ardiendo y los pies fritos a la parrilla, la ocasión merecía la pena. Esta banda, con tan solo un disco, ha crecido a un buen ritmo, siendo ya bastante conocidos en el panorama. Con Luz Roja dieron luz verde (perdón por el chiste malo…) al concierto, apareciendo Víctor, Laura, Lluís y Pep, y seguidamente su vocalista Martí, ya dando saltos y animando a la peña con las manos para pasar a refrescarnos con su heavy metal melódico y temas como Despierta que da título a su disco en el que Laura se mostró súper animada, dándole caña a la melena y al mismo tiempo demostrando sus habilidades a la guitarra y especialmente a los solos, a pesar de la timidez que mostró en otros momentos. Hubiese estado bien acompañar Por si sirve de algo con el chulísimo videoclip que han hecho para el tema, en caso de haber pantallas. Una anécdota muy divertida del concierto fue cuando una fan de la banda subió al escenario para pedir matrimonio públicamente a su novio; después la feliz pareja bajó del escenario con muchos aplausos y continuó el show normal, dedicándoles la guapísima Pensavientos, uno de los temas que más me gustan y a pesar de que el sonido no era perfecto, los coros sonaron absolutamente… ¡¡geniales!! ¿Por cierto, soy el único al que su primera parte le recuerda a la banda Marea por el tempo de la voz? Martí puso alma y corazón en cada uno de los temas y junto con el guitarrista Víctor hicieron una buena fiesta que llegó al punto máximo con Caperucita Feroz, tema que dio un buen empujón a su carrera con uno de los videoclips nacionales más impactantes que se hayan visto. Y eso después de tocar Si Te Vas, dedicada al público, muy bonita y de nuevo con mucho feeling. Eso sí, la espinita se me quedo con la falta de Carta al Barquero, que espero que vuelvan a recuperar porque es de lo mejorcito de la banda. Para el final dieron el pepinazo con algo que estoy seguro que nadie esperaba, la versión del Hail and Kill de mis dioses Manowar (no se porque me confundí al principio con Fear of the Dark de Maiden xD) que fue pura intensidad para los fans y además quedó muy bien interpretada, tanto batería como solos o gritos de Martí.
José Rubio’s Nova Era. Uno de los momento álgidos del día, máxima atención para estos José Rubio’s Nova era que son una auténtica bomba nuclear tanto en disco como en directo. Se habla mucho de ciertas bandas diciendo de ellas que son exportables, como se dijo más tarde presentando a los tales Ankor pero en mi opinión es AQUÍ donde está la clave para sonar fuera, un guitarrista que se sale por todos los lados como José Rubio, con un virtuosismo de otro mundo y un pedazo de vocalista como Ronnie Romero con actitud, capacidad de actuación y sobre todo una voz que te deja absolutamente parado por su potencia y clase. Heavy Metal con un sonido actual y mucha esencia, algo así entre Masterplan y bandas como Twilight Guardians, potencia en las guitarras y unas voces también virtuosas, con mucho cuerpo. Pillamos empezando el show con Pains of Hell, que nos hizo acelerar el paso para meternos entre las escasa gente que poblaba la zona, algo totalmente incomprensible debido a la calidad de esta banda a la que se debería venerar desde que arrancaron las primeras notas. Y es que un disco como el que sacaron en 2012, único por ahora, es de esos que están hechos de otra pasta (para mí, sin duda alguna, mejor disco nacional del 2012 por derecho propio), con temas plagados de una fuerza irresistible como el single / videoclip My Own God que también sonó tan cañera o más que en disco, o la temprana Necromancer, que apuesta por sonidos todavía más gordos y contundentes con ese fantástico riff chirriante del gran José Rubio y que Ronnie dedicó a Ronnie James Dio. De hecho… como el tema nuevo que presentaron, After All, sea un resumen representativo de lo que nos espera en el próximo álbum… también va a ser algo grande.
Cambiaron un poco el orden del setlist respecto a la última vez que les vi en Ginetarock, pero los temas fueron los mismos, obviando todos los temas instrumentales y marcándose un par de versiones que marcaron grandes momentos, Still of the Night (que yo hubiese guardado para el final) y Masquerade Ball de Axel Rudi Pell, tras varios tanteos con el público. Y Ronnie, por supuesto, las cantó especialmente bien, le vi incluso mejor vocalmente que la anterior ocasión, y eso ya es difícil cuando hablamos de un vocalista de su calibre, como se diría, pequeño pero matón, más bien con una voz asesina, un chorro imparable alucinante que me volvió a dejar temblando en To The End (tremendamente intenso el solo inicial de José). Y es que no me canso de decirlo. “Nova Era” es un puto discazo, uno de esos que no puede dejar indiferente a ningún fan del metal pesado, heavy metal que a todo volumen puede agarrotarte hasta los músculos, unos estribillos bestiales, adictivos, potentes… en serio, animo encarecidamente a todo aquel que no lo haya escuchado que lo haga y vaya cagando leches a verles en directo porque son jodidamente buenos. La verdad es que me hubiese encantado escuchar algún tema instrumental del disco como In My Dreams o Nova Era, pero desgraciadamente para los que lo estábamos flipando, su actuación fue cortísima por causas ajenas a la banda (ya escuchamos al bueno de Ronnie quejarse repetidas veces y con toda la razón del mundo) y se despidieron con Lights and Shadows, otro temazo increíble, casi ensoñador, que mezcla la potencia de los riffs de José y el vozarrón de Romero con la melodía celta del violín de su compañero (David creo recordar), muy animado y “headbangeante” durante el tema.
Ankor. Siempre viene bien que haya algún grupo que no interese en el cartel para descansar. Buscando una sombra, nos echamos un rato al suelo para ver desde bastante lejos y por mera curiosidad a los tarraconenses Ankor mientras Jose y Alberto quedaron en primeras filas para demostrar a sus paisanos que habían recorrido media España y estaban allí dando el callo. Sinceramente, desde el primero momento que escuché algún video de esta banda… no me dijo nada en absoluto. Su vocalista tiene bastante encanto, tanto vocalmente como físicamente, pero poco más. Los temas me parecen horriblemente modernos, un estilo entre el metalcore / emocore y toda esa música que detesto, aunque a veces se escapa alguna chispa de luz en forma de algún solo o alguna melodía que recuerda al power metal melódico internacional, pero poco, muy poco más. La forma de moverse por el escenario de la mayoría de instrumentistas (incluido el teclista) me pareció muy sobreactuada e infantil incluso, si se me permite la expresión, mucho saltito y mucha actitud melosa, aunque el aspecto de sus atuendos y peinados ya hacía pensar que más o menos iban a ir del palo Bullet for my Valentine (dios, como los ODIO), All that Remains, Lacuna Coil (que tienen buen directo pero no son santo de mi devoción precisamente)… estilos que no quiero escuchar ni de lejos. Según me contó mi colega Ángel, lo mejor de su carrera es su primer disco, de estilo algo más clásico y cantado en castellano, pero eso fue algo que no pude comprobar ya que no tocaron ni un solo tema, todo fue material muy moderno e insustancial. Me sabe mal decirlo, pero me cansaron bastante, y eso que estuve sentado toda la actuación (en Vita Imana también pero estos en cambio me hicieron hervir hasta la última puta gota de sangre). Las dos versiones que interpretaron sí estuvieron a buen nivel, primeramente la famosísima Chop Suey, que a pesar de ser tan complicada de cantar, uno de los miembros masculinos lo hizo muy bien (no llegué a ver quien era), sin aturrullarse con las letras y con más o menos buena pronunciación y voz (aunque emular a Serj Tankian es tarea casi imposible). La segunda versión fue del no menos conocido tema de Pantera Walk, y lo mismo se puede decir, bastante buena interpretación, aunque la voz petó un poco, una vez más hay que decir que Phil Anselmo es inimitable.
Antes de que empezara Zero3siete hicimos una arrimada al coche de Ángel en donde amablemente me invitaron a unos saladitos que estaban de muerte, y me vinieron de perlas, pues hacía muchas horas que no comía ni bebía nada. Zero3siete era una banda que me hacía una ilusión moderada, a pesar de que curiosamente nunca les he visto con tantas oportunidades que he tenido. Tienen tres discos, todos ellos muy buenos pero sin que ninguno llegue a ser una maravilla para mi gusto, además, con el tiempo me he ido cansando un poco de este estilo. Mi principal motivo para verles era ver que tal se desenvolvía Andy, el nuevo vocalista que ya grabó “Grita”, pero cuando me dirigía a su concierto, vi a Josele y a Alberto salir del recinto con dirección a las tiendas. Lo pensé detenidamente y decidí ir con ellos, ya que quería descansar en bandas que, como digo, tampoco eran imprescindibles para mí como Zero3siete, Alhandal (a quienes apenas conozco) o Leo Jiménez. El tránsito hacia las tiendas fue HORRIBLE. Nivel de cansancio del que casi no puedes caminar y encima completamente perdidos ante la total falta de indicaciones al camping, tardamos más de una hora entera para llegar. Reventados, comimos algo, nos sentamos un ratito, me hice dos o tres cubatitas para animar un poco el cotarro, y de nuevo a la acampada (aunque la vuelta resultó mucho más rápida)
No puedo hacer una crónica del concierto de Leo Jiménez como tal, ya que tan solo vimos tres temas de su directo, que a primera vista, congregó, sin ninguna duda, al mayor grupo de gente que vi en todo el festival, imagino que un público con una edad más baja (y lo digo sin malicia) que se agolpaba en las primeras filas para ver presentar a Leo “la bestia” Jiménez su primer y único disco con este nuevo proyecto, llamado “Animal Solitario”. Con su excelente versión de Hijo de la Luna, que ya ha trascendido casi todos los medios y gustos, hicimos la entrada en el recinto, donde todo el mundo cantaba cada una de las estrofas del tema a viva voz, y donde ya se veía a un Leo totalmente suelto y desatado, y una bestia vocalmente como suele suceder en todos sus conciertos, conservando un vozarrón que sigue impresionando (y mira que hace años que no le veo en vivo, desde que dejó Saratoga) y sigue tocando notas imposibles. De su disco en solitario vimos Tu Destino, el single, muy potente y a la batería un Carlos Expósito repartiendo manteca. Pero, como fan de Saratoga en su mejor formación (en mi opinión), la que más me gustó fue esa tremenda Resurrección, en la que Leo se dejó las cuerdas vocales, y mira que la sigue cantando bien, con un total dominio de su voz, por la que apenas se notan los años.
Vita Imana. Ahora sí, en una posición descansada, nos preparábamos para ver la descarga de estos animales rabiosos que son Vita Imana. Todavía recuerdo su primer (para mí) e impactante concierto, que curiosamente no fue aquí, si no a miles de kilómetros en Wacken 2010. Allí, pese a que no practican ninguno de mis estilos predilectos, ya me dejaron con los huevos en tierra, una de las bandas que, sin esperar demasiado, más me impactaron en su día. Y si digo que aquí, en Rock Arena, su actuación superó la de la primera vez que les vi… ya podéis haceros una idea del nivel de agresividad y destrucción que alcanzó la hora que tocaron, a todas luces insuficiente para que la banda demostrara todo su potencial, un huracán de demolición imparable y lo mejor de todo, que hizo de su concierto uno de los más grandes, un sonido que rozaba la absoluta perfección, a años luz de cualquier otra banda del festival. Esto ayudó y mucho a arrancar las últimas fuerzas del público, al que no dejaron de pedir walls of death y circle pit varios. Encima del escenario Vita Imana vivían su batalla personal, con un headbanging imparable, saltos, carreras, mosh entre ellos incluso, una auténtica bestialidad tanto visual como sonora, con una batería que sonaba como una bomba atómica, potente, nítida y explosiva, un bajo muy en su sitio y unas guitarras cortantes, cada instrumento en su lugar y escuchándose de auténtico lujo todos. Temas como El Edén o Parásito tal como muchos otros, fueron presentados por su vocalista, al que es un auténtico placer escuchar hablar, siempre calmado pero con muchísima actitud y despertando muchísimo interés, para luego explotar como una bestia. Sus discursos fueron cortos, concisos pero con una coherencia fuera de toda duda, bien sean contra todas las imposiciones religiosas (Corpus) como la brutal Craneo, con unos ritmos que te machacan el cerebro y con una de sus letras más agresivas. A pesar de que vimos el concierto sentados, había momentos de tal intensidad que daban ganas de levantarse, coger la silla y reventarla contra el suelo en mil pedazos, pero eso hubiese acabado con las pocas fuerzas que quedaban y que estábamos reservando para Obús xD. Uno de esos momentos fue Un Nuevo Sol, otro de los temas que ya conocía, tela de cañero, que hizo las delicias de aquellos que querían exterminarse en las primeras filas a base de mosh y circle pits. En resumen, un concierto que, sin comerlo ni beberlo, se convirtió en una de las mejores descargas de Rock Arena 2013, llena de rabia, actitud, brutalidad y sonidos tribales gracias a la percusión de Míriam Baz que llenaban todavía más los temas de contundencia.
Skunk DF. Ya que estábamos allí en buen sitio, también vimos entera la actuación de Skunk DF, unos viejos conocidos para mí desde su primer disco, allá por finales de los 90 a pesar de que hace mucho, mucho tiempo que les perdí la pista desde el “Dentro” que fue lo último suyo que escuché. Así que podéis imaginaros cuanto tiempo ha pasado desde que les vi (y por aquella época recuerdo haberles visto 3 o 4 veces por lo menos). En fin, que el concierto tenía también cierto valor nostálgico, y aunque no tocaron nada de su primer álbum fue un concierto que disfruté mucho más de lo que pensaba en un primer momento. El sonido fue mucho menos contundente que en sus compañeros de Vita Imana, pero aun así fue bastante bueno, superior a la media. Muchos de sus componentes han cambiado, pero ahí tenemos todavía a Pepe Arriols al bajo con el pelo mucho mas corto, dando caña, mucho más centrado a nivel escénico, y por supuesto, a Germán González, sin cambiar ni un ápice, con la misma energía que siempre ha demostrado, un cabezota incansable que ha luchado siempre contra viento y marea por su banda, y ahí siguen, con un reciente “Perseidas” que aprovecharon la cita para presentar como es debido. Muchos de los que estaban viendo la actuación de Vita Imana se retiraron una vez terminó el grupo, pero se quedaron los auténticos fans de Skunk DF cantando todos los temas, que se escuchaban a la perfección desde nuestros aposentos. Solo por la actuación de Germán ya valió la pena la espera. Desde el primer hasta el último de los tema, demostró ser un frontman totalmente suelto, sin complejos, que bailó, dio volteretas, se tiró al suelo y miró al público de tu a tu, sin aires de grandeza, con una humildad solo comparable a las tremendas ganas de disfrutar que tenía, un tipo sin complejos, abierto y muy, muy simpático y cercano, que se dirigió a nosotros con de forma llama y amigable. Observé que han dejado atrás los sonidos más agresivos de sus primeros discos para convertirse en una banda mucho más melódica y abierta, cuyos nuevos temas suenan con mucha más personalidad de lo que pensaba. A mis colegas no les dijeron demasiado, pero a mí me gustó mucho comprobar que siguen en excelente forma, aun sin musicazos como Alberto Marín (ya hubiese sido la hostia que repitiera por tercera vez en Rock Arena jejeje) o Álvaro García, batería desde sus comienzos. De todas formas hubiese querido escuchar alguno de mis temas favoritos como Revulsivo, Perro Muerto, y sobre todo me pareció incomprensible que dejaran fuera del setlist El Cuarto Oscuro, uno de los mayores éxitos de su carrera. Una vez más, la forma de despedirse de Germán fue encantadora, simpática y humilde, que me dejó con muy buen sabor de boca a pesar de ser una banda que no entra dentro de mis gustos musicales.
Obús. Prepárense, señores, que va a estallar el puto Obús. Una de las bandas pioneras en el heavy metal clásico de este país, profetas incluso en su tierra, respetados y adorados por doquier. No pueden faltar en ningún festival nacional porque ya casi quedaría cojo. Obús ya no tienen que demostrar nada a estas alturas, se han ganado el respeto de cualquiera que les haya visto en directo o haya escuchado sus discos. Y su visión en directo es algo siempre obligado, aunque las piernas ya no respondan, aunque los calambres en el cuello no te dejen ni moverlo, da igual, Obús siempre te despiertan con una bofetada sonora y en este Rock Arena lo hicieron nada más empezar con temas de la talla de Corre Mamón, Más que un Dios o La Raya, concretamente esta última fue una locura, un desfase de tema contagioso para la peña que al menos en las primeras filas gritábamos como si no hubiese un mañana. El show venía presentado en el formato original, decorado con color rojo predominante y un pequeño cuarto bajo la batería. El comienzo fue rompedor y original, con las luces apagadas y dos monjes zombies soportando dos candiles en sus manos. Poco después, flash de luz con el mismísimo Fortu, Paco y Fernando Montesinos apareciendo de debajo de la batería caminando hacia nosotros con paso firme y chulería indómita. Y es que si en algo son especialistas Obús es en montar unos shows con decorados por todo lo alto (recordemos el montaje del barco de los 80). Con esto, los pedazo de músicos que son y el repertorio que se tocan siempre que, aunque muchos critican que siempre es muy similar, a mí eso me da igual, muy raro es que lleguen a un festival y no se vayan vencedores. En esta edición del festival hubo muchos conciertos de grandísimo nivel, es difícil decirlo, pero sin duda Obús estuvieron entre los tres mejores grupos sin duda. Autopista: clasicazo que además incita a la colaboración a gritos. Pesadilla Nuclear: imprescindible e infalible en sus bolos. Juego Sucio y Cállate: Chulería y caballería al máximo nivel. Y así podríamos seguir horas enumerando todos los temas que tocaron o suelen tocar en festivales. ¿Hay algún problema en escucharlos un millón de veces? Para mí no. Un punto de inflexión en el concierto fue la recuperada desde hace relativamente poco Complaciente o Cruel donde Fortu subió al escenario a un par de chicas que cantaron el tema junto a él, un momento muy emotivo para todos.
El estribillo de Te Visitará la Muerte resonó en las paredes de las urbanizaciones y Que Te Jodan sigue siendo una demostración de principios a las claras, sin tapujos, un lema en sí mismo que al menos yo acato al pie de la letra desde hace muchos años ya, algo parecido a lo que ocurre con Dinero, Dinero, otra que no falta nunca y que sigue conteniendo la esencia del grupo. Fortu estuvo quizá más quieto que en otros bolos que le he visto (y ya van más de una quincena seguro) pero sigue demostrando una potencia vocal envidiable, a ver cuantos con esa carrera y edad son capaces de cantar de esa forma manteniendo el tipo e incluso hacer el pino al final del concierto o cantarse un tema entero plantado sobre el bombo de la batería de Carlos Mirat, que para colmo se encontraba a varios metros sobre el escenario. A nivel de setlist pocas sorpresas, alguna que hacía tiempo que no escuchaba como Necesito Más pero cuando empiezan las notas de Vamos Muy Bien todos sabemos que nos encontramos ante la canción más borracha del metal español, y muchos desearíamos tener en las manos una buena botella de ron. Cuando ya llegado un momento costaba hasta mantener abiertos los ojos por el brutal cansancio, nos sueltan el bombazo en plan Va a Estallar el Obús nada menos, y Fortu no nos dejaba descansar, y el que esté cansado que se joda porque esto iba a continuar todavía más con una pequeña parte en la que primero Fernando, después Carlos, con un pequeño solo de batería y luego una especie de bazucada, y finalmente Paco Laguna (un guitarrista de la hostia en todos los sentidos) con grandes elogios por parte de su amigo Fortu, demostraron su pericia a los instrumentos, algo que alargó considerablemente un show que terminó como lo que empezó, una auténtica fiesta de rock con Esta Ronda la Paga Obús, al mismo tiempo que empezó a subir toda la peña al escenario, todos invitados por el mismo Fortu. No pagó ninguna ronda, obviamente, pero dijo a su compañera de merchandising que hiciera descuentos a costa de su bolsillo. Este Fortu y sus detalles, no cambiará nunca. O al menos, eso espero yo, porque es muy GRANDE.
¿Y que tocaba ahora? Pues lo de siempre, andar durante más de dos agotadores kilómetros y medio, algo terrible. Y para colmo, a lo largo de las actuaciones del día se fue acumulando un retraso que ya se pasa de lo normal, la jornada terminó con… ¡casi tres horas de retraso! Hablamos de que Obús terminaron a las 5 y pico y todavía teníamos un buen trecho hasta las tiendas, de donde al día siguiente tendríamos que salir a las 9 de la mañana, por el calor y por el horario de los trenes de mis colegas, así que echad cuentas. Durísimo festival, infinitamente más jodido que el año pasado (que solo fue un día). Si me obligáis a quedarme con tres bandas. Um… a ver…. Esto…. Uf… ¡¡difícil!! Pero pensándolo detenidamente, me quedo con Hamlet, Nova Era y estos últimos Obús. Espero que Rock Arena continúe por muchos años, pero también tengo que hacer (repetir) mi crítica desde aquí. NO ES DE RECIBO que una acampada, medianamente decente, eso sí, esté a dos kilómetros y medio andando del recinto del festival. Y no me vale lo de los taxis, no puedo gastarme dos o tres euros cada vez que quiero ir a las tiendas… deberían contratar algún servicio de autobuses continuos entre conciertos y acampada, me da igual que haya que pagar una entrada de 15 o 20 euros, pero eso limaría el mayor defecto de este festival, que por otra parte, con tanto esfuerzo y corazón ha sido preparado durante todo el año. ¡¡¡Nos vemos en LEYENDAS DEL ROCK!!!
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