Crónica by Terhe Margoth Metalmoon
El sábado 10 de junio, la banda alicantina de power metal Cain's Dinasty actuaba en la sala La Fábrica de Castalla (Alicante) dentro de un festival que iba por la segunda edición bajo el nombre de Kill The Night Vol. 2. Grupos como Bostok, Hashima y Leviatan era el resto del elenco que acompañaban a los alicantinos.
Esta banda hizo su aparición hace ya 11 años y hay que destacar que a pesar de los cambios en su formación han sabido mantenerse en la escena del metal. Sobre todo gracias a la perseverancia y entusiasmo de su líder, el compositor y vocalista Rubén Picazo, que contra viento y marea ha luchado por mantener vivo el grupo.
En el mercado tienen hasta la fecha tres álbumes de estudio, y preparando un cuarto álbum que tal y como nos explicaban verá la luz tan pronto como lleguen de su gira por Japón, país donde despiertan una gran admiración y no es de extrañar, ya que la personalidad y la calidad de Cain's Dinasty podría hacer que por fin despuntaran en un terreno nada fácil en este país, porque la escena que rodea al Heavy Metal está llena de arenas movedizas.
Y es que si hay algo que debo manifestar sobre esta banda (y que la mayoría estaréis de acuerdo conmigo) es que no es reconocida como merecen en tierras nacionales. La verdad es que me cabrea bastante cuando se dice aquello de “nadie es profeta en su tierra”, ya que es una verdadera lástima que muchos grupos de una verdadera calidad hayan de triunfar primero en tierras ajenas que en su propio territorio.
¡Rumbo hacia Castalla!
Se acercaba el fin de semana y mis ansias por una noche de Metal iba in crescendo. La idea de volver a ver el reinado de Caín me entusiasmaba y, sin duda, esta banda era mi prioridad de la noche.
Hasta la fecha aun no había tenido la oportunidad de visitar esta sala novel a pesar de la proximidad del lugar a mi punto de origen. Así que llenamos el coche y nos dirigimos cuando eran las 11 que es cuando se anunciaba el arranque del festival.
¡Empieza la fiesta!
Nada más empezar a tocar estos chicos comencé a “desmelenarme” porque la ocasión lo merecía y nos sumergimos a disfrutar de la rapidez de sus ritmos y de sus potentes riffs que con la introducción de aspectos progresivos y de otros variantes como el Black y el Thrash hacían que el sonido fuese un deleite para mis sentidos.
La puesta en escena era una verdadera gozada, en una sala que mejoraba con creces mis expectativas, pues era más grande de lo que me imaginaba. Y el ambiente era muy familiar y amigable ya que por desgracia había muy poco público. Una verdadera lástima porque era un lugar idóneo para pasar una buena noche de concierto. Pero al parecer esta sala está situada en una zona donde alrededor no abunda demasiada peña heavy, Además, en mi opinión creo que faltaba propaganda y divulgación del festival. Así que entre unas cosas u otras, la noche fue desaprovechada por muchos que faltaron a este evento de buen Metal.
Un hecho bastante extraño fue la ausencia del bajista (que tal y como nos comentaron después del concierto), se encontraba en el extranjero. Así que lejos de ser un handicap, llevaban el sonido del bajo grabado. Pero este hecho tal vez podía hacer que sonaran más agudos de lo normal y fue uno de los aspectos negativos del concierto, junto a que el sonido estaba demasiado fuerte y en alguna ocasión mis oídos me avisaban porque sonaba un poco distorsionado y con acoples. Por lo que siempre pienso que es de vital importancia la acústica del local, los ajustes y la ecualización del sonido para que un grupo brille como debe de brillar. A pesar de esto, la banda lució por sí sola ya que la calidad musical y de la voz de Rubén se apreciaba desde el minuto uno y el aspecto del sonido no les impidió destacar sus aptitudes. Incluso podría decir que resultaba increíble que la música quedara tan perfecta a pesar de no llevar el bajo.
Joaquín Leal y Alex Ramírez a las guitarras nos cautivaron con sus solos y su gran versatilidad y adaptación al resto de componentes, demostrando la destreza a la hora de empuñar el mástil. Sin olvidar mencionar a Benansio Thrash que con la batería a tope daba fe que es un virtuoso de las baquetas.
Se desenvuelven muy bien en el directo. Y se nota que en las venas tienen mucho más que power, pues a lo largo del concierto se iba apreciando, por la precisión de cada uno con los instrumentos, que tienen influencias muy variadas. Y cada uno le aporta al grupo su toque de personalidad y una cohesión perfecta.
El estilismo de Joaquín Leal en seguida me recordó a Mathias Lillmans (Finntroll), con tremendo pelazo largo y con unas especies de raíces-venas pintadas en negro por el brazo y cara.
Lo que más resalto de un concierto y este grupo cumplía su requisito es su concordancia y la similitud de cómo suenan en directo al sonido del disco de estudio.
¡Un brillante Setlist!
Empezaron su actuación con un tema de su último álbum The Grey Ones. Una canción llena de matices y con un estilo al que nos tienen acostumbrados del puro power, con una batería encendida a toda mecha y con la introducción de aspectos más progresivos y muy trabajados. Unos rápidos riffs introducían la voz de Rubén, una voz muy melódica y a la vez con un toque bruto, que me sorprendía sobretodo cuando utilizaba el registro agudo con tanta facilidad y con tanta afinación. Me hacía pensar: ¿pero qué tiene este chaval en la garganta? Parece increíble como se puede manejar con tanta facilidad las cuerdas vocales. Y es que el tono de su voz no deja indiferente a nadie, sin duda, juega con ella como quiere, realizando trabajados giros con la alternancia entre graves y agudos.
Esta canción me recordaba mucho a grupos como mis adorados Dragonfly y no es de extrañar si nos percatamos que comparten productor: Fernando Asensi, en los dos últimos discos.
A continuación enlazaban un “temazo” de mis preferidos. Two seconds to forget your name. Canción del primer álbum y con el que tarareamos un estribillo sumamente pegadizo y muy melódico. Aquí la voz de Rubén era más grave y con muchos giros, y los ritmos sumamente contundentes y muy heavies con unos solos que tanto Alex como Joaquín ejecutaban a la perfección. El toque oscuro de la canción y de las voces guturales con algunos arreglos creaban una bellísima atmósfera.
Era el turno de Devil may Cry. Aquí hay momentos donde el registro que utiliza Rubén me recordaba mucho a Stratovarius, ya que comenzaba con voz tipo susurrante donde nos adentraba en un mundo de oscuridad y criaturas de la noche que seguido del grito que nos “atizaba”, nos dejaba a todos con la boca abierta....Uaauu! Qué pasada! Qué aguante y cómo estira la voz!
La rapidez en las guitarras, con potentes riffs “diabólicos” hacían el momento idóneo para el headbanging.
Con la llegada de My last sunrise, la canción empezaba con un solo muy bien ejecutado, cediéndose el turno entre Joaquín y Alex que en ocasiones parecía un duelo de guitarras. Qué emocionante!!
Sin duda, la guitarra es el instrumento estrella y protagonista de esta canción, donde se juega con ritmos muy rápidos y momentos donde se reduce la velocidad. Y los coros y los gritos de todo el grupo, en especial de Joaquín creaban la sinergia perfecta con Rubén. Y al unísono todos coreábamos y gritábamos: watching my last sunrise!
En Screaming Lungs se aprecia la influencia de los Maiden que con un ritmo no tan rápido pero no menos potente otorgaban a la canción un carácter épico y muy majestuoso dónde Rubén interactuaba con un público efusivo y totalmente entregado. Y que con algún que otro berrido gutural nos hacía partícipes a la hora de cantar y corear con el puño cerrado golpeando el aire con todas nuestras fuerzas. Este tema es una auténtica “joyita” del último disco que nos hacía gritar a pleno pulmón: I am a Beast!
Y enlazando con otra canción de su tercer disco, nos cautivaban con St john 6:12 título inspirado en El Apocalípsis de San Juan. Un tema profético-bíblico totalmente diferente a los temas de vampiros y demonios con los que nos tenían acostumbrados. Esta canción presentaba muchos cambios de ritmo, con diferentes estilos fusionados y con una constante progresiva. Con sonidos de guitarras que me sonaban a orientales y destacaría sobretodo los guturales de Rubén hacía el final que daban un toque totalmente ecléctico a la canción.
Breaking the Bloodlines empezaba con mucha rapidez en las guitarras y mucha furia, con gritos al unísono de todos. Las voces guturales y a modo de demonio, Rubén nos seducía y nos atraía al inframundo. Los solos de Joaquín y Alex destacaban especialmente porque nos fascinaban con la rapidez de movimientos en sus dedos deslizándose en sus respectivas guitarras. Sin duda destacan por su habilidad con las cuerdas alternando riffs y solos más lentos y muy potentes.
En I want out nos animaban a cantar a todos una canción archiconocida y que me sorprendió la versión porque le daban un toque más oscuro con voces tirando a lo gutural y profundo. ¡¡El mísmisimo Kiske estará más que orgulloso!!
Tears of pain fue la que me incitó a bailar como una posesa, por el ritmo y la armonía de las guitarras.
Esta canción me gusta especialmente porque tiene un rollo muy de heavy ochentero y muy melódica con un solo de guitarras muy pegadizo y original.
Y cuando no me la esperaba pero me extrañaba que no estuviera en el setlist llegó Legacy of blood: mi preferida; la carta de presentación de los Cain's Dinasty en mi vida y que dejaron para el final a modo de colofón y con la que bailé como si no hubiera un mañana. Una canción de auténtico power metal con tintes góticos que a mí tanto me gustan.
Con el inicio de la canción ya se apreciaba muchísima potencia por la contundencia y energía de la batería, cosa que hace que sea el instrumento estrella a lo largo de la canción con el doble bombo a tope.
Y destacando un Benansio enfurecido, que con un aire vikingo le concede al grupo una extrema potencia.
La voz de Rubén era brillante, sobre todo cuando la estiraba y también cuando le acompañaba Joaquín y Alex. Vaya disfrute! Sin olvidar los solos hacia el final de la canción que eran de una verdadera magnificencia. Pero sin duda me quedo con el grito de Rubén antes de concluir la canción, que ponía los pelos de punta.
Y así llegábamos al final del concierto, que por cierto se me hizo cortísimo!
Ahora cedían el turno al resto de grupos y nosotros nos quedábamos con muy buen sabor de boca y con el recuerdo de una magnífica noche llena de auténtica música, donde sin duda Cain's Dinasty demuestran que son capaces de llegar a donde se propongan y yo les animo de corazón a que continúen insistiendo por conseguir el lugar que se merecen y luchando por consolidar la estirpe de Caín.
Espero verles en breve en festivales como el Leyendas del Rock! Hasta pronto amigos!!
by Terhe Margoth Metalmoon
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