lunes, 21 de enero de 2019

¡Berlin arrasa! (Hamlet, Sábado 19/01/19, Sala Babel, Alicante)

Pocas, muy pocas bandas nacionales pueden enorgullecerse tanto de sí mismas, de haber tenido una carrera tan seguida, sin parones, coherente y con unos directos tan potentes y meticulosamente cuidados. Si hacemos un pensamiento rápido, probablemente la primera formación que nos venga a la cabeza serán los madrileños Hamlet, un ejemplo de constancia, de mantener su estilo intacto durante nada menos que 25 años pero también de renovación y vanguardia sin perder ni un ápice de su esencia. La ilusión y las ganas de atronar se perciben descaradamente en cada uno de sus conciertos, y su personalidad y sus ansias de superación en cada disco, por eso para mí es una banda imprescindible, cuyos componentes siempre dan lo mejor de sí mismos en cualquier formato. Hace tan solo unos días dieron el primer concierto acústico de su historia en su Madrid natal, y hace menos todavía se embarcaron en la gira del que es ya su duodécimo disco con el que una vez más, han conseguido su objetivo de dar una vuelta más de tuerca a su sonido e ir más allá de todo lo grabado con anterioridad.  De una primera tanda de fechas confirmadas para la susodicha gira, esta de Alicante era la cuarta, habiendo actuado el día anterior en Valencia. Como siempre, doy gracias infinitas a la banda por hacer normalmente los primeros bolos por esta zona, y así no tener que esperar demasiado cada vez que sacan un nuevo trabajo para poder comprobar cómo se desenvuelven con él en vivo, aunque sea mayormente para confirmar por enésima ocasión que son implacables e infalibles. Pero no adelantemos acontecimientos. Como digo, muchas ganas de ver los nuevos temas en un concierto sin teloneros que comenzó pasada la hora y pico desde la apertura de puertas, lo cual nos provocó todavía más impaciencia.

Pero como siempre, entre cerveza y cerveza, una buena cena y mucho cachondeo (esta vez acompañado de nuevo por mi amigo Kurro) el tiempo se pasa casi sin darse uno cuenta. Y por supuesto, también contando con otros colegas como Indio, Pakete, Javi y un gran reencuentro con mi colega Julián, muy contento de verle después de tanto y comprobar una vez más que la frase de “solo los fuertes sobreviven” es algo innegable, ya que el resto de gente con la que me juntaba de fiesta en aquellos días están completamente acabados a nivel de Metal / conciertos o peor aún, vendidos al pijerío más lamentable. Así que, ¡¡un abrazo para todos (los buenos, jeje)!!

Llegamos (o eso creíamos) con el tiempo bastante justo para aparcar, dar un bocado rapidito y tirar para la sala, aunque en realidad todavía nos quedaba un buen rato, que aprovechamos para escuchar música, comprar algo y pedirnos algún cubata en la barra. Dada la cola que se formaba en la puerta antes de entrar, las sensaciones eran muy buenas, y comprobamos nada más estuvimos dentro que la asistencia fue muy superior a la de la anterior ocasión en la que Hamlet pisaron tierras alicantinas. Muy buena señal y dato incontestable de que  a) “Berlin” está triunfando y b), había muchas ganas de ver al grupo de nuevo sobre un escenario. Sin duda una excelente noticia; con ese ambiente daban más ganas todavía de que la fiesta comenzara.

Ya bien situados, con dos colegas a mi lado, nos fijamos en que no han cambiado la introducción (que sigue siendo el Misirlou de Dick Dale) pero sí el telón, una gigantesca bandera con el estilo visual de la portada de su más reciente trabajo. Sin prisa pero sin pausa, comenzaron a desfilar delante de ella los miembros de Hamlet, siendo Molly el último en salir. Por cierto, parece que el vocalista también ha querido ir acompasado con los colores de “Berlin”, ya que luce un cabello gris con barba que le da un aspecto bastante distinto, aunque bien es cierto que es conocido por no mantener el mismo look durante mucho tiempo. Así mismo, tanto Álvaro como Paco siguen esa misma tendencia. Pero esto al fin y al cabo son cosas secundarias y puramente anecdóticas. Vamos con lo realmente importante. Vamos a ver cómo sonaron esos nuevos temas en vivo y en directo.

Tras levantar unos cuantos gritos de euforia, la banda abrió con la agresiva Persiste, Insiste, Repite, que además me viene al pelo por lo que comentaba al principio, ¡hay que resistir a muerte! Solo decir que el tema fue un auténtico trallazo que hizo temblar los cimientos de la sala, con todo el mundo muy volcado con la banda. Curioso como pasaron del principio al final del álbum al interpretar seguidamente Vulgar, que como todo tema que cierra disco de la banda, es uno bastante especial, con un rollo muy rockero y sencillamente distinto, tanto a lo que es el resto del disco como a lo que la banda suele hacer normalmente, pero de eso va la cosa en Hamlet. La agresividad se hizo de nuevo dueña y señora del escenario cuando metieron caña a Tu destino, y el gentío reaccionó con especial intensidad en esta y en la siguiente Eclipse, tal vez la más conocida por ser el primer adelanto. Un riff seco, brutal, tosco y oscuro que conforma un tema del cual seguro que no se olvidan en sus futuros directos, también con una parte melódica que encaja a la perfección en el espíritu general de “Berlin”. Álvaro, que inició el show más concentrado, ahora se movía como pez en el agua, cada vez más suelto e implicado también en la parte escénica, y por supuesto, esgrimiendo su técnica y esos detalles que le convierten en un gran bajista, imprescindible en la banda. El problema hasta este punto fue el sonido, algo raro tanto en la Sala Babel como en Hamlet, pero que sucede. No era bueno. Probablemente parte del problema era nuestra situación, demasiado a la derecha, pero la claridad en ciertos momentos brillaba por su ausencia. La voz de Molly se escuchaba mucho más baja que de costumbre, la guitarra de Ken apenas resaltaba (con la de buenos detalles que tiene…) y para el bajo uno se tenía que esforzar mucho. El resultado es que muchos temas sonaron saturados y muy poco homogéneos. El sonido mejoró, pero bastante tarde, una lástima. Sin embargo, uno siempre se tiene que centrar en los mejores aspectos, y hay cosas que nunca fallan.

Cuando se acude a un concierto de gira de Hamlet, uno ya se puede hacer a la idea de que el nuevo disco va a sonar en casi su totalidad. Lo hicieron con Insomnio, lo hicieron con “El Inferno” y con “Amnesia” o “La Ira”, y en esta ocasión “Berlin” fue el gran protagonista. Para mí era un gran aliciente, desde luego, ya que tras casi 30 conciertos de Hamlet, uno desea más escuchar material nuevo o inédito en directo.

Para hacer un pequeño ‘break’, devolvieron a la palestra a dos de sus más recordados temas, como Vivir es una ilusión, cuyo riff inicial levantó de golpe al respetable y despertó a aquellos de las últimas filas que estaban medio en Babia. Todo el mundo aclamaba al grupo a gritos mientras Luis rasgaba las cuerdas con su particular estilo, al tiempo que se doblegaba sobre el escenario. Otro riff inmediatamente reconocible fue el de Denuncio a Dios, en el que podríamos llamar “el momento Inferno”, tocada de forma más directa que en la anterior gira (sin parones largos) y que me pareció un tanto distinta en su inicio, con Molly cantándola casi a capela. No sé si fue algún despiste de los músicos, pero lo cierto es que quedó cojonuda, y mas con el contraste del posterior subidón. Donde sí hubo algunos traspiés en el ritmo fue hacia el final de la canción, pero nada que se pueda echar en cara. De hecho, otra vez la sala se vino arriba entre gritos de ¡Hamlet Hamlet! y alabanzas varias. Los agradecimientos del cantante eran proporcionales al énfasis que todos poníamos cantando los temas y moviendo el culo. Como pronosticamos, se vivía un gran ambiente que poco tuvo que ver con la anterior vez, hace algo más de un año (Noviembre 2017).

Vamos con lo que sería la segunda parte de “Berlin”, aunque no tocaron los temas en un orden determinado. Reabrieron esta segunda mitad con Salvajes, uno de esos temas de entre los 11 que forman el trabajo, lentos y pesados, con un grandísimo trabajo de Álvaro (que gran melodía) y Molly alternando esos gritos llenos de rabia con voces limpias que recuerdan mucho al maltratado “Syberia”, incluso empalmando ambas. En general la banda ralló a un nivel altísimo, pero destacaría sobre todo el trabajo de Paco, contundencia pura y esos movimientos tan particulares que le encanta hacer. Casi sin parar, llegó la tormentosa  El principio de un comienzo, tan rápida y brutal que quizá la gente no la supo encajar bien; en lugar de grandes mosh, todos quedaron un poco parados. También hay que contar con el hándicap de que es un tema reciente. A mí personalmente me supo a gloria, igual que Libertad. Y es que Hamlet siempre ha destacado por transmitir sus mensajes de forma cifrada y a veces metafórica, y creo que esta es una de las letras más directas, perfectas para gritar el estribillo con el puño alzado. Llamaremos lo de a continuación (en un alarde de originalidad, jeje) como el momento de “Ira” ya que en los siguientes 10 minutos condensaron dos de los mejores cortes de aquel demoledor disco que les volvió a llevar a lo más alto (aunque nunca se fueron de allí). Así, los primeros punteos de Álvaro en Imperfección, quien miraba fijamente al público en ese momento, fueron rápidamente asimilados y el resto del tema muy disfrutado, señal de que por una parte, todos allí éramos fans de la banda y eso se notaba en cada tema, y por otra, que es un disco que se ha nos metió a todos bajo la piel. Y no es para menos, porque con declaraciones de intenciones como Mi Religión (hablando de temas directos…) no puede ser de otra forma. Por sí solas, triunfaron ambas, pero es que además hay que añadir que durante Imperfección el bueno de Molly se bajó a cantarla mezclado y camuflado entre la multitud, terminando encima de la barra, para volver a su posición a mitad del segundo tema. Supo transmitir perfectamente la esencia de Héroe, una especie de balada con connotaciones metaleras, unas guitarras bastante duras pero sensible al mismo tiempo. No es de mis favoritas, pero igualmente quedó de lujo, con un Molly que paseaba por el escenario al mismo tiempo que la cantaba con mucha presencia. Supuso una pequeña bajada en el ritmo general del show, pero como aun quedaba mucho y muy bueno por delante, ¿qué tal una retahíla con algunos de los mejores temas de su historia? Limítate compensó sobradamente aquel pequeño valle de intensidad, y es que tras los primeros punteos de Luis… uno no tiene más remedio que saltar, saltar y reventarse el cuello llegando hasta el mismo suelo a base de headbanging. Es energía pura, un bofetón sonoro capaz de despertar al más apalancado, y todo el mundo respondió con palmas.

Molly tomaba un trago de agua para aclarar la voz. Llegaba ese momento nostálgico (al menos, para mí) de todo concierto de la banda, en el que interpretan Antes y después, uno de sus mayores éxitos, en la que Luis de nuevo terminó dando saltos y maltratando el mástil de su guitarra en la parte más intensa. Pero entre medias, todavía quedaba un último ‘disparo’ de su nuevo disco, que además conocemos de sobra ya por el trabajado videoclip. Hablo de No sé decir adiós, un medio tiempo de nuevo engrosado por unas guitarras potentes y una voz con todo el feeling del mundo. Otro punto extra para Paco, que de nuevo se salió con su contundencia. En Tu medicina, y salvando un pequeño desliz en la letra de los primeros fraseos, la banda lo volvió a bordar, contando con la ayuda de un público que poco a poco se iba soltando más y más hasta terminar dando saltos. A estas alturas, la sudada que llevaba un servidor, dada la intensidad con la que estaba viviendo el concierto, era de espanto, y es que además hacía un calor insoportable, donde no hubiese venido nada mal que enchufasen el “tornado” de aire de la parte trasera de la sala. Me estaba, literalmente, deshidratando y derritiendo, pero ya estaba en uno de esos momentos en los que no se puede parar ya hasta el final, extra motivado por temas como Un mundo en pausa, injustamente la única en caer de ese discazo increíble llamado “Amnesia”. En ella, no solo hubo unos buenos coros por parte de Luis y Ken, el mismo Molly cogió el móvil de un fan para hacerle una foto desde el escenario, a parte de estar continuamente agradeciéndonos el respeto y el entusiasmo que sentimos por ellos. Repito, pocas bandas tan entregadas con su público como Hamlet.

Cuando Tárraga comenzó a hacer gestos, sabíamos que un enorme wall of death se iba a gestar en breve. Me vino a la cabeza Muérdesela, pero el calibre fue mucho mayor incluso con Irracional, un bombazo que dejaron caer ahí, a saco y sin avisar. Me acerqué a las primeras filas emocionado y me di unos cuantos palos con la gente, que se volvió loca. No pudieron engañar a nadie con su retirada del escenario, y poco después volverían con los bises, no sin antes empatizar con los fans, chocando manos y puños, siempre dando su mejor faceta. Posiblemente a muchos les descolocó esa Imaginé, pero lo cierto es que estuvo situada en el punto y momento perfecto, y nadie puede decir que pese a su tono melódico le falta energía con esos guitarrazos tan potentes de Luis y Ken. Pero la intensidad fue subiendo exponencialmente, y JF hizo las delicias tanto de fans recientes como de los que llevamos casi toda una vida escuchándoles y viéndoles en directo, incluso en la gira de este mismo disco, el “Revolución 12111”. Molly estuvo más comedido en los gritos de lo habitual, pero todo tenía una razón: aun faltaba otro ataque sonoro digno de cerrar tan gran concierto, y precisamente del mismo disco: la brutal Habitación 106. Se montó de nuevo un lío del cagarse, la peña desfasando a saco en la parte rápida y un sonido algo mejorado que le hizo bastante justicia. Si tocan dos temas más como este… joder, me caigo al suelo sin sentido.

A pesar del espectacular estado del grupo, de la intensidad del concierto y de lo jodidamente bien que encajaron los nuevos temas en directo, me quedé con ganas de más, así que espero que no tarden mucho en pasarse por estas tierras de nuevo. ¿Tal vez para la segunda parte de la gira aunque sea a finales de año? Sea como sea, allí estaremos de nuevo, sin falta.

A la salida, con una acalorada para morirse, vimos con sorpresa que estaba lloviendo sin parar. Por allí estaban los miembros de la banda, tomándose algo, hablando con la gente y sacándose fotos. Qué buena gente, joder, qué cercanía... ¡y qué mejor forma de empezar el año que una noche como aquella!

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado la crónica, estuviste allí o quieres sugerir alguna corrección, ¡comenta!

2