Más de una vez lo he pensado… ¡ojala hicieran algún concierto de Metal aquí en mi pueblo! Pero mucho me temo que eso, en el ambiente donde vivo y el poco empuje que tiene la gente… es algo más bien difícil. En cualquier caso, este pasado sábado los pocos heavys de aquí teníamos un bueno motivo para alegrarnos, ya que en la casi vecina ciudad de Alcoy íbamos a tener nuestra dosis de fin de semana (aunque el jueves yo ya tuve una y casi insuperable). Cosa rara la verdad, ya que ante el auge del gafapastismo, el pasotismo de la peña en general y la escasez de lugares donde celebrar eventos de este tipo, cada vez es más improbable que alguien monte un buen concierto cerca por los alrededores sin que huela a calimotxo barato. Esperemos que cunda el ejemplo y todos los que amamos esta movida hagamos piña y levantemos un poco el panorama, porque de verdad que a veces me dan ganas de llorar cuando veo conciertazos como el de este pasado jueves en Castelló prácticamente vacíos y sin vida. La sala que acogió el concierto fue La mujer barbuda, que está situada en la plaza de la fiesta de Alcoy, donde antes estaba el difunto Hobby, que de rock tenía poco o nada. Tampoco es que esta sala se vea enfocada en particular a este tipo de eventos, pero menos da una piedra, y mola pensar que de vez en cuando habrá algo decente a pesar de la decoración tan hipsterosa que tiene. La cosa allí tampoco os creáis que fue para tirar cohetes… ya que el aforo estaba prácticamente bajo mínimos, pero al menos sí se respiraba un buen ambiente entre los pocos que habíamos, y pudimos encontrarnos con varios colegas, como Javi Gremlin o Dani, y nuevas caras como Vicente o Silvia.
Sigue habiendo una cosa que no entiendo. Faltaba mucha asistencia. Soy consciente de que por Alcoy y alrededores hay bastante peña metalera. Y es perfectamente comprensible que alguien, por encontrarse lejos, o por algún compromiso de primera necesidad, no acudiese al bolo. Pero me cuesta mucho entender, incluso respetar, que haya gente que, habiendo un concierto en su misma ciudad, se quede con el culo sentado en su casa… y me da igual que no sea tu rollo, que seas más hard rockero o más industrial o lo que sea. Es difícil respetar que te guste cualquier rama del Rock y no apoyes conciertos en tu zona, porque con esa actitud acabará cayendo todo y nos arrastrará a todos en la caída.
En fin, hecha la reflexión personal de turno, voy a ceñirme a lo que fue la noche del sábado, como digo, con un ambiente no demasiado abarrotado pero sí lo suficientemente cálido como para disfrutar sin esforzarse y sin sentirse uno solo o raro, a pesar de que muchas de las personas que asistieron mostraban un aspecto bastante casual, pero eso ya es otro tema, lo importante es que hubo apoyo. Llegué bastante tarde respecto a la teórica hora de apertura de puertas, pero esta se retrasó una barbaridad. Así, nada más aparcar me encontré con el Kolega y su mujer, Tere, que estaban allí esperando casi una hora después de la estimada. Dándole a la húmeda, el tiempo se nos pasó volando, y muy pronto estuvimos dentro de La mujer barbuda tomando la primera cerveza. De verdad que es un inmenso placer compartir conciertos con gente así.
Tras saludar a algunos colegas, el concierto dio comienzo, y rápidamente birra en mano nos situamos entre las primeras filas, que aun estaban bastante desangeladas. Pero los miembros de Theron se encargarían de cambiar esto. Con Lealtad, pocos preámbulos y mucho Heavy Metal, cayó una de las mejores de su disco “Un nuevo comienzo”, que interpretarían al completo obviando la instrumental Vinalopó. La melodía recuerda claramente a los Saratoga del Mi Ciudad o el Vientos de guerra, con un deje extra de Power. Muy buena para arrancar, siguiendo con la potencia de Fuera de control, en la que Silvia iba ganando terreno y fuerza, creciéndose a velocidad exponencial sobre el escenario que domina como si fuera su propia casa. Su voz se escuchaba a las mil maravillas, aunque por otra parte… es algo difícil de pasar por alto porque… ¡¡VAYA VOZARRÓN!! Los coros era lo que quedaban un poco por debajo de lo deseable. Tras alguna parte más lenta con chorros de humo saliendo del escenario, teníamos de nuevo a la vocalista, un torrente de energía y saber actuar, interpretando Sangre y honor, sin cortarse a la hora de hacer molinillos con el pelo o soltar impresionantes grito Heavys como el infierno, tanto o más que el propio riff de Lucha por tu libertad, puro mensaje y mucha contundencia. También el batería de la banda demostró tenerlos bien puestos, incluso con algún detalle bastante técnico que pudo pasar inadvertido. Uno de los músicos que más me gustó. Los solos corrían a cargo de ambos guitarristas, si bien los de Tono fueron los que más me gustaron, también hay que hacer mención al peso de José García en este sentido, tanto en esos riffs acelerados como en los punteos. Cuando sonaban Ritual y Perdido sin ti, la banda ya nos había convencido sobradamente, y el encanto y personalidad de Silvia, tanto en su voz (que ya os digo, impresionante como canta esta muchacha…) como en su personalidad y a aplomo sobre el escenario, igual se subía a una niña para que pronunciara el título de la canción como se subía a un cajón para meter headbanging, o se dedicaba a hacer sensuales movimientos. Polivalente e inquieta, probablemente estemos hablando de una de las mejores voces femeninas de la provincia. El turno de destacar del bajista Óscar Andrés de destacar (entre otras ocasiones, claro) como músico fue con la llegada de Otro día más, con esa bonita introducción del tema que ya daba casi carpetazo al setlist, aunque la propia Silvia nos quería mantener on fire hasta el último momento, y animarnos a tomar unos copazos con la incitante letra de Cierrabares, una de las más divertidas aunque con letra un poco simplona. Confieso que hubiese cometido un gran error si hubiese faltado a este concierto, como en principio parecía que iba a suceder. En disco, francamente, no me emocionaron si bien tienen buenos detalles, lo vi algo simple en general. Pero en directo es otra historia muy distinta, ya que suenan mucho más Heavys, y tienen en Silvia a su principal valor añadido, ya que tanto vocalmente como en cuanto a carisma… ¡arrasa!
Cambiábamos radicalmente de tercio con el siguiente concierto, de un Heavy Metal clásico de impronta nacional a una banda con registros más modernos, tirando para el Groove pero con algunos matices de alternativo o Hardcore. Pero poca broma con estos Halo Metal Band. Ya les vi hace un año aproximadamente teloneando a Hamlet y no son un grupo del montón, tienen mucha madera para triunfar (bajo mi humilde opinión). Con su disco “Semilla Animal”, que cumple ya más de un año, y unas cuantas versiones variadas y acertadas, tuvieron de sobra para encandilar al poco pero entregado público que les vio. Con un sonido bastante bueno, tan gordo como la última vez que les vi o como suena su disco, aunque con algún acople inicial de micro, saltaron a la palestra los primeros temas, Funeral y la potentísima Semilla Animal, uno de los estandartes del disco, y aquí se pusieron varias cosas en evidencia, pero la más notable es que su batería Miky está hecho de una pasta especial, porque vaya vaya cómo toca el tío… juega con los platos, domina el bombo, tiene detalles súper rápidos y no se queda tan solo en los esquemas más típicos, un auténtico crack que destacó desde los primeros golpes. Gaia estuvo dedicada a este nuestro planeta, sí, al mismo que estamos jodiendo día a día los putos humanos… y llegó la primera versión de la noche, que además les vino como anillo al dedo. Territory (Sepultura), en la que Miky volvió a deleitarnos con sus amplios registros y por supuesto, la potente guitarra de Pedro y los rugidos de Storm a la voz, el cual fue uno de los grandes papelones de la noche. Un tío con muchísimo carisma y empuje a la hora de transmitir, de hacernos llegar los mensajes que lanzaba entre tema y tema para describirnos cada uno de ellos, como el que trató sobre la igualdad entre preferencias sexuales y la libertad de decisión / elección, para atacar segundos después con Supersadic fucking.
Unos gritos muy sentidos e infernales en Nuestra generación, que sobre todo me recuerda a los primeros Hamlet por los riffs de Pedro y el marcado bajo de Willy (que también imprimió mucha personalidad con su estilo a lo Flea), dieron paso a Sarcastic’O, el tema que cierra su único disco hasta la fecha y en el que una vez más, y para variar, Miky se volvió a salir a la batería, con ritmos heredados de Sepultura y contratiempos y cambios cojonudos. Storm continuaba gritando y proclamando en contra de la esclavitud o sobre mierdas de esta puta sociedad, y su garganta no dejaba de escupir rabia y verdades como puños que golpeaban los oídos de los que estábamos en las primeras filas. Se le ve un gran tío, muy honrado y sincero, por la forma en cómo vive cada uno de los temas y sus mensajes. Con El perro fiel dio por hecho que muchos ya la conocíamos, y por la proximidad ya al final, todos lo dimos todo en esos últimos minutos, saltando y disfrutando y sobre todo sin parar de meterle al headbanging. El comienzo de Maldita vida me recordó mucho al New Level de Pantera, cosa que no creo que sea casualidad porque la banda ya han dejado ver en más de una ocasión que los tejanos fueron una de sus principales influencias. Y para poner el punto y final, desataron la gran algarabía con la tercera y última versión de la noche (la segunda no consigo recordar cuál fue...) Cuando nada vale nada (Soziedad Alkoholika), un tema destinado a triunfar allá donde caiga, porque no importa de qué palo vayas, seguramente lo conozcas y caigas rendido a cantar la letra y a darte unas cuantas hostias en las primeras filas. Tuvieron un sonido bastante bueno, pasados los primeros minutos, y supieron darle mucho ritmo e intensidad a su bolo, que todos aprovechamos para desmadrarnos y dar esos necesarios saltos, empujones y cabezazos que desfogan nuestra ira y descargan nuestra adrenalina.
Mi más sincera enhorabuena tanto a Theron como a Halo Metal Band por sus respectivos bolos, ambos fueron bien recibidos y despedidos con aplausos, y por la impresión que me dio, ambos también quedaron muy contentos y satisfechos, deseando volver a actuar de nuevo por aquí. A la salida de la sala, pasamos un rato muy agradable con Silvia (Theron) y con todos esos colegas que ya he nombrado antes, siempre aprendiendo algo, siempre ampliando fronteras. Alrededor de las 23:00, mis colegas se fueron a cenar por Alcoy y yo partí hacia casa, fue algo raro porque era algo pronto para terminar la marcha, pero también es cierto que fueron dos conciertos muy satisfactorios y concentrados que saciaron mi necesidad de Metal hasta el próximo que venga.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
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