lunes, 11 de febrero de 2019

En las tierras devastadas (Maniacs Thrashing Death Fest II, Sábado 09/02/19, Sala Babel, Alicante)

Saliéndonos un poco de los sonidos que últimamente están tan vistos y saturan las salas de alrededores de la zona, como el Power Metal o el Heavy clásico, este pasado sábado día 9 había una cita casi ineludible en la cercana Sala Babel de Alicante. Un mini-festival, organizado por la gente de Mediterranean Metal Maniacs, uno de los cada vez más (por suerte) extendidas organizaciones de gente auténtica del Metal que pelean y apoyan estas movidas y por el Metal underground, y sin la fuerza y pasión de las cuales no tendríamos este tipo de eventos, ya que por desgracia el estilo imperante en todas las bandas que tocaron no es demasiado apreciado por estos lares. Cuatro jóvenes bandas (algunas con más experiencia que otras, pero todas ellas llevando sus estilos hasta su cenit) como son Public Intoxication, Inverted Cross, Nuclear Revenge y Wasteland Riders, practicando un Thrash / Black (salvo quizá los primeros) de lo más cerdaco, hecho a conciencia para reventar nuestras vértebras a base de ritmos demenciales, letras satánicas y ambientaciones oscuras y primitivas. Un buen cartel sin duda, pero de alto riesgo en cuanto a asistencia, más cuando precisamente este mismo sábado había, al menos, 5 o 6 conciertos de interés por los alrededores con estilos mucho más asequibles para la gran mayoría de público. Es la historia de siempre, o no hay una puta mierda, o está todo petao de bolos más que interesantes… y uno no se puede partir. De hecho, no era esta la primera opción del fin de semana, pero finalmente se destacó como la más interesante. Y desde luego, ganas de traca, de dar cabezazos hasta reventar y de desahogar tensiones no faltaban, así que en realidad, vino al pelo. No eran bandas excesivamente rodadas debido a su corta carrera, pero de seguro supusieron, en su mayoría, una grata sorpresa.

En esta ocasión no pude contar con la compañía de mi chica o de mi compañero de batallas habitual, y les eché de menos ya metidos en el calor del concierto, pero por el contrario, tuve la suerte de contar casi a última hora con todo un veterano de guerra a mi lado tan auténtico como el Kolega. La experiencia siempre es un grado que nadie nos puede quitar, y con peña tan conocedora del rollo, se disfruta aun más un buen concierto, comentando estilos, covers de las bandas, etc. Y es que nunca hay que dejar de ir a muerte. Allí nos encontraríamos con otro grande, Javi (Gremlin) de Alcoi, que siempre está repartiendo cera en esta clase de fregaos sin los cuales costaría mucho seguir vivo. ¡Vamos al turrón, señores!

Hacía algo de fresquillo en la capital alicantina, más de lo esperado, pero tan solo resultó molesto en el momento de la llegada, de comernos un bocata y echar el último pitillo antes de entrar en la Sala Babel, acogedora y familiar, siempre abierta a eventos de este tipo. Una joya que tenemos bien cerca y que tenemos que aprovechar todo lo posible ahora que el Marearock ha cerrado ya definitivamente y la ciudad se encuentra en absoluta decadencia a nivel de garitos y gente Heavy de verdad.

Con una puntualidad bastante loable, a la hora esperada comenzó la movida de aquella noche con los barceloneses Inverted Cross. Desde la ciudad condal, con un Black’n’roll (por entendernos) cargado de mala baba, austeridad y ese innegable toque oscuro que la banda ya traía de serie en sus ropas y maquillajes. Siendo este uno de los primeros bolos como banda, venían con una demo que pronto cumplirá un año llamada “Hell Drinker” y unas cuantas versiones interpretadas con un toque personal, aunque creo que en su estilo aun tienen mucho por pulir. Eso sí, ganas y actitud no faltaron, con cuero, pinchos, cardados y bigotes en plan true old school total y absoluto. La propia Hell Drinker y Don’t cross the black line (mi favorita de la demo) fueron algunas de las que escuchamos, no tardaron demasiado en caer tampoco las primeras versiones, como la sonada Live Like an Angel, Die Like a Devil de Venom. Y es que la banda bebe mucho de aquel sonido que Cronos y sus hordas del mal prácticamente inventaron, sin negar sus también influencias de bandas como Motorhead (especialmente por la forma de tocar de su bajista) o los primeros Sodom. En cualquier caso, hablamos de un grupo que se mueve en unos sonidos que van desde el Rock más rudo y alcohólico hasta el Speed más intenso, siendo solo tres los integrantes, Guille Hungover al bajo y a los gruñidos, Philip Graves a la guitarra y una nueva y reciente incorporación, Chris Carresta empuñando las baquetas. Y qué gustazo daba verle tocar… menudo derroche de energía, ¡¡como una puta locomotora!! No se olvidaron en su setlist de uno de los padres de todo, Bathory, con un cover de su Reaper. El solo, como la mayoría de los que cayeron, fueron bien interpretados pero sonaron un poco raros debido al irregular sonido que tuvo su concierto: faltó algo de cuerpo en los instrumentos en general, aunque no se puede decir que la banda se desanimara por esto. Echaron uno de sus últimos cartuchos con el cover incluido en la demo, el Fight the Opression de los Running Wild, cantada por el guitarrista, con un extra de distorsión y mala leche que cuajó muy bien entre la peña (además de ser un mensaje siempre bienvenido). Por último, subieron miembros de Wasteland Riders a cantar el tema final con ellos (otra versión), lo que animó bastante el cotarro. Muy agradecidos, pidieron un aplauso para la organización e informaron de que estaba a la venta en el puesto de merchan su único trabajo hasta la fecha.

Los horarios se llevaron muy bien al principio, pero poco a poco empezó a haber algo de retraso, lo que a veces nos descolocó un poco. Fuera, disfrutábamos de unas cuantas risas junto a nuestro colega Javi, contando anécdotas y locuras varias antes de entrar a partirnos la jeta de nuevo. Public Intoxication era el grupo que menos había escuchado, debido a que todavía no tienen nada oficial grabado. Una banda muy joven cuya existencia cumple un año, y a modo de celebración, nos dejaron un concierto que creo que quedará en la memoria de más de uno por la brutal descarga de energía y el ímpetu que demostró la banda encima de un escenario que se les quedó pequeño. Con un estilo algo más actual, pero sin salirse del Metal, la banda ilicitana (que gusto da conocer bandas de tan cerca y tan jodidamente buenas) lo tiene claro: el objetivo es moler nuestros cuellos a base de Thrash súper espitoso y machaca tímpanos, con ritmos de auténtica locura, velocidad de vértigo y potencia a raudales. Y con unos músicos de aúpa, todo hay que decirlo. Hungover fisting fue una de las primeras que presenciamos… y nos dejó bastante descolocados, ya que era un rollo thrashcore bastante distinto del resto de las bandas, pero tan incendiario, que a los pocos minutos del tema ya estábamos repartiendo leña a diestro y siniestro, sin poder parar quietos… casi tanto como su vocalista Arturo, un puro nervio que tan solo con verle te ponía frenético. Descarado e insolente en su actuación, recorrió cien mil veces el escenario, lanzó patadas, saltos, golpes… y unos berridos acojonantes con una actitud desquiciante. Tras un gran cover (Critical Mass) que nos desatornilló el cuello, demostraron que su juventud no está reñida con su técnica en los instrumentos, solamente había que fijarse en la rapidez de Kevin al bajo o en la tremenda pegada y contagiosa energía de su batera. Con gran actitud y nivel musical general, continuaron mezclando covers de clásicos (como el de DRI) con temas de creación propia como Antisober/Frenetic Piss. No perdieron el tiempo ni un segundo, comunicándose lo justo, bromeando entre ellos con muy buen rollo y yendo a piñón fijo, mientras las luces del escenario iban a toda hostia, siguiendo su imparable ritmo. No hubo versión de Venom (el único grupo, de hecho, que no hizo, al menos que yo recuerde) pero sí de otra de sus influencias, como Vitamin X. Por último, su vocalista volvió a machacarse las cuerdas vocales con Thrash Police, otro de sus temas insignia por el momento, que recordaba a bandas como Municipal Waste por su carácter directo y descarada velocidad. Espero volver a verles pronto, porque me dejaron un excelente sabor de boca, tanto que resultaron ser para mí lo mejor de toda la noche.

Pero aun quedaba muuuuucha mandanga que repartir, mucho headbanging y unas cuantas horas más sudando la gota gorda. No habíamos llegado todavía al ecuador del festival, y difícilmente podíamos estar más motivados. El ambiente a nivel de asistencia a los conciertos, por el contrario, había decaído ligeramente, parece que a veces la peña tiene poco aguante, ya que estaba más lleno en el momento en que entramos por primera vez. Sin embargo, el número de asistentes seguía siendo mayor del que yo me esperaba, lo que considero todo un logro (y ya es triste tener que decir esto, porque la mitad de la sala estaba vacía, especialmente en algunos momentos). En cualquier caso, Nuclear Revenge tuvieron que lidiar con una sala a medias, aunque contando con un buen séquito de fans que no dudó en permanecer todo el show en las primeras filas, apoyando como tiene que ser. Algún problema de sonido que otro restó algo de espectacularidad a los primeros compases. Quedamos algo descentrados, en parte por esto, y en parte porque veníamos del concierto tan brutal que dieron los Public Intoxication. Cambiamos de nuevo el chip para volver a sonidos más clásicos y tormentosos con estos Nuclear Revenge que son una de las mayores promesas dentro del Black/Thrash desde el País Vasco, una región de donde en los últimos 10 años está saliendo lo mejorcito de cada género a nivel nacional. Contaron con un volumen muy elevado, lo que unido a la intensa tralla que metieron convirtió aquella actuación en una verdadera locura, con moshes y berridos por doquier, con un ambiente más extremo si cabe que las dos primeras bandas, una movida muy maligna y satánica sobre el escenario, a la que la tenebrosa iluminación también aportó su granito de arena. Fueron cayendo sin tregua temas que conforman su primer y único LP hasta la fecha, que data del 2018, llamado “Let the Tyrants Rise”, donde encontraremos un sonido extremo cercano al Thrash con alma de Black Metal, voces roncas y agresivas, batería incesante (también en directo, ¡¡vaya mantecaza!!) y unos solos buenísimos, que fueron de lo más destacado de su directo, excelentemente llevados a cabo por su guitarrista Pestilence Breeder, metiendo espectáculo extra con su particular forma de levantar el mástil.

Reminiscencias de bandas míticas como Sodom o los Celtic Frost más thrashers se daban la mano en cada uno de sus temas, como We, the bastards (toda una declaración de intenciones, jeje) o On my cold grave, con guitarras muy oscurecidas y persistentes en su intento de llevarnos hasta la locura. Una de las pocas ocasiones en las que su vocalista / guitarrista rítmica Cryptic Molestor se dirigió a nosotros fue para presentarnos un tema (llamado Dust, ¿puede ser?) que figurará en su próximo álbum para el cual, según nos contó, todavía tendremos que esperar, pero que sigue en la línea de anteriores composiciones, siempre apostando por la tralla sin tapujos. Incluso dentro de cada tema, podíamos observar una gran cantidad de ritmos, aunque en este sentido hubo más de una descoordinación entre los músicos (y no fui el único que lo notó), provocados tal vez por el sonido, bastante variable en cuanto a calidad. Si tengo que quedarme con dos temas del repertorio, serían Nuclear Revenge y Aethernity to Conquest, que cierra su disco, con un rollo blacker a muerte, baterías ultra-rápidas y melodías de muerte. Ya encarando la recta final con ese escopetazo llamado Victims of the black flame, no podía faltar una versión de los Venom (también llevan su espíritu en las venas), en este caso la también conocida Witching Hour, que podemos encontrar en su demo del 2015 “Mayhemic Blitzkrieg”. No sé si fue por mosqueo por algún motivo, o simplemente por sus cojones (actitud) que se largaron sin ni siquiera despedirse, eso sí, dejando los instrumentos acoplados en la más clásica tradición del Dios Lemmy.

Mira que me costaron un poco de entrar, pero al final estos Nuclear Revenge fueron de lo mejorcito que he visto últimamente. Estaremos atentos a las novedades en el seno de la banda, y a volver a verles junto a Destroyer 666 en el Paberse Club este próximo Abril. Recomiendo encarecidamente que no os los perdáis.

Se alargó esta vez un poco más el rato que estuvimos fuera de la sala, para tomar el aire y porque no nos dejaban entrar la bebida que llevábamos, pero no podíamos encantarnos demasiado, porque los Wastëland Riders ya estaban metiendo cera dentro. Situados como cabezas de cartel, supongo que por tener el mayor número de trabajos editados, los madrileños venían cargados de whisky en sus venas y mucha rabia, cosa que se empeñaron en demostrar encima del escenario. No podían fallar y desde luego, no lo hicieron, dando un final más que digno a la noche, a pesar de los múltiples problemas de sonido que tuvieron al principio. Al igual que sucedió con una de las guitarras de Nuclear Revenge, este instrumento se escuchaba muy poco, y en cambio otros petardeaban demasiado. Tardaron un rato en aclararse con el sonido, pidiendo a los técnicos que bajaron esto o subieran aquello, pero todo esto sin dejar de destripar sus temas con mucha mala hostia, desparpajo e insolencia. De nuevo un thrash muy ennegrecido, con toques speed e incluso algo de punk, todo envuelto en un aura roñosa y no carente de cierta oscuridad. Tras unas cuantas sesiones más de pitidos y acoples, volvió a juntarse bastante peña en las primeras filas, cosa que alegró bastante el panorama, incluso hubo de aquellos que se empeñaban en subir al escenario y lanzarse hasta casi dar alguno con sus morros en el suelo. Fire, de su primer trabajo (el EP “Speed Rock & Roll”, de recomendada escucha) subió unos cuantos grados la temperatura de la sala, y caldeó también a las primeras filas, que se debatían entre el headbanging y casi continuos empujones. El hecho de que fuesen las 2 y pico de la madrugada no amedrentó a nadie.

Nosotros dos, por nuestra parte, seguíamos sacándole brillo a las vértebras, al ritmo imparable de temas como Ritual of Death o Burn the Cross, en los que la banda parecía ir encabronándose poco a poco incidiendo en ese rollo blasfemo que tanto les mola. Su vocalista lanzaba algunas ‘perlas’ hacia el público, mientras que el recientemente reclutado guitarrista Fran se esgrimía como una de las estrellas de la actuación, con un gran dominio de su instrumento y sobrada técnica, un músico con experiencia que no dudaba en alzar su flying V o en dar espectáculo a nivel visual. Junto a su compañero Diego, un dúo acojonante. Balas, pinchos, rock’n’roll bastardo y mucha actitud, esas son las máximas de los Wasteland Riders. Se olía ya el desmadre final cuando D. Pizarro alzó en alto una botella de bourbon que fue repartiendo entre sus compañeros e incluso entre el público, que seguía dándolo todo en las primeras filas con ánimo creciente. Whisky Time and Rock n' Roll fue el divertido y macarra corte que acompañó la escena, pura esencia de estos locos madrileños que en determinados momentos no le hacen ascos al punk-rock más costroso en cuanto a actitud. Para rematar la gran fiesta, junto al bajista y vocalista se subieron Arturo (Public Intoxication) y G. Hungover de Inverted Cross para interpretar todos juntos y a cada cual más desmadrado el gran HIMNO de aquella noche, como fue el Black Metal de los Venom. Desafortunadamente, y a pesar de las peticiones de muchos de nosotros, la fiesta llegó a su fin mientras la banda se despedía muy satisfecha. Se podían ir contentos al backstage después de haber arrasado, junto a los compañeros de sus otras bandas, la capital Alicantina. Pasará algún tiempo hasta que la hierba vuelva a crecer alrededor de la Sala Babel.

Poco más que contaros, solamente que la vuelta a casa fue como la seda y muy entretenida, aunque bastante más tardía de lo esperado (yo entraba por la puerta de mi casa a las 4:30 de la madrugada) y con los huesos molidos de tanta caña. Mi más sincera enhorabuena a la asociación Mediterranean Metal Maniacs por el currazo que se pegaron organizando toda esta movida y un enorme aplauso a todo el mundo en general que fue a apoyar el evento, aunque hace falta mucho más apoyo para que esto siga y crezca con más fuerza. De momento esperaremos en candeleta a su próxima movida, ya nos adelantaron que contará con bandas nacionales (Frenzy, para empezar) y un par de internacionales que desvelarán con el tiempo.

Stay True.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

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