Ha habido épocas relativamente recientes en las que he añorado profundamente aquellos mis 18-20 años y no precisamente por falta de ganas ni de pasión por el Metal, sino por la alarmante escasez de conciertos a nuestro alrededor. Pero por suerte, últimamente puedo gritar alto y claro que voy recuperando personalmente ese ritmo, que de hecho no tenía desde hacía siglos, con un nuevo concierto casi todos los fines de semana, y en algunos casos, un par (o incluso tres, o cuatro, que de todo se ha visto jeje). Y no es que ande demasiado fino de pasta, pero conciertos como el que nos ocupa uno se los puede permitir aunque no tenga ni para tabaco, literalmente. Eso sí, si se buscan excusas rancias y mierdosas, también es cierto que cualquiera es buena para quedarse con el culo imantado al sofá en lugar de ponerte la chupa, calzarte las botas y echarle un poco de ganas (unas pocas al menos, joder…) y huevos para ir a un concierto que en mi caso estuvo a 20 minutos y que costaba 5 pavos, consumición incluida, en la vecina localidad de Alcoy. Lo dicho, no hay excusas baratas que valgan. Eso sí, luego las quejas de “es que no hace nada bueno” “es que está todo muerto” van tocándose. Pues chaval, si esperas que te traigan a los Maiden al lado de tu casa, vas apañao. Lo que quiero decir es que hay que apoyar a todas las bandas que uno pueda en directo, que es donde aún sobrevive la escena, eso sí, siempre que te mole su rollo (todo no se puede abarcar, está claro). Y si no sabes si te gusta, escúchalo, ten criterio, y decide, que quien más y quien menos tiene acceso a Internet y sabe de sobra donde buscar música para escuchar así, de verdad, no me vengáis con cagarrutas que me las conozco todas de sobra.
De hecho, comento lo último porque yo mismo no tenía pensado ir, ya que lo único que recordaba de este cartel era la actuación de Metallica tributo y, francamente…ni me van ni me motivan los tributos por razones y opiniones personales. Sin embargo, mi colega me hizo saber que también tocaban aquella noche en el Café Casa Blanca los Infernale, una banda yeclana cuyo nombre se deja ver bastante en los últimos años por todas partes, y por casualidades y circunstancias, todavía no había podido ver en directo. Esto cambió radicalmente mi percepción de la noche, y en seguida me decidí a ir, a pesar de que ya tenía casi claro el no hacerlo (y no busqué excusas de mierda como hubiesen hecho otros). Así que una vez más, nos pusimos los atuendos el Kolega, Tere y yo, y nos fuimos para Alcoy en un abrir y cerrar de ojos para disfrutar de una gran velada, que además serviría de antesala para el extremadamente BRUTAL concierto que nos depararía la noche siguiente en Murcia. Pero eso es otra historia, y sería injusto etiquetar a este concierto como “un aperitivo de segunda”, porque lo pasamos de auténtico lujo.
A una hora un tanto alejada de la estipulada en un principio, sin preludios ni ensayos previos, el trío de músicos que forman Infernale se dispusieron en el escenario con un buen setlist bajo el brazo para hacernos crujir el cuello a base de bien. Los profundos arpegios y los densos riffs sirvieron de carta de presentación para los primeros temas, que fueron especialmente lentos y decadentes; así la peña ya sabría de que iba el palo y que nos iban a ofrecer estos yeclanos. La mayor parte del público observaba el concierto con más curiosidad que pasión, tranquilamente sentados en sus sillas, y es que en principio me pareció una elección excesivamente “ruidosa” para el lugar, con riffs que llenaban todo el espacio, unos guturales profundos y sentidos, y unas bases machaconas y retumbantes. Ritmos muy pesados, aludiendo a las influencias de la banda, que van desde Pantera o Machine Head hasta bandas más técnicas como Gojira o incluso yo diría que tienen algún retazo de Mastodon. Aunque como digo, nunca les había podido ver, sí les he escuchado bastante bien, al menos, sus dos primeros discos, muy recomendables ambos, con temas que son auténticos arietes sonoros directos al tórax. La mayor parte del setlist estuvo basada en ellos, aunque probablemente también cayó más de una de su nuevo (o próximo) trabajo “Alpha”, por las que no pude reconocer. La primera en desmarcarse por su extra de caña a la batería fue Face to face, aunque hay que remarcar que F. J. Iniesta hizo un trabajo espectacular y digno de elogio desde el primer mamporrazo que metió. Una batería imprevisible, dinámica, poco encasillada y muy rítmica pese a la lenta cadencia de los cortes que sonaron, como ya hacia la mitad Echoes of Silence, larga y agobiante que me pareció una de las mejores de toda la noche. La gente se fue animando poco a poco, algunos se iban acercando tímidamente a las primeras filas pero el movimiento era escaso, aunque también en el seno de la banda, que estuvo algo estática en general, muy concentrados en sus instrumentos, eso sí, ‘chapeau’ a nivel técnico. La voz de Ale Azorín se iba encabronando, tornándose más gruesa e infernal (nunca mejor dicho), mientras metía caña a su bajo punteando con los dedos. El sonido era pasable, no excesivamente malo, pero algunos instrumentos, especialmente la batería, sonaban un poco a lata, aunque estoy imagino que ya es problema de la acústica. Y es una lástima, porque ya os digo, estuve gran parte del show con la vista puesta en Iniesta. Para ir cerrando su actuación, que se me antojó algo corta, me pareció perfecto el empleo de Black Days, que posee todas las características que forman parte del sello personal de la banda, como momentos tralleros puntuales, riffs muy machacones y con pegada, un puntito moderno (aunque sin llegar en ningún momento al chandaleo barato) y sobre todo, contundencia sea cual sea su ritmo. Aplaudo a la banda en muchos aspectos, por su carrera y por su continua lucha por darse a conocer, pero aquí he de hacer un inciso, y es que creo que con las posibilidades de expansión que existen hoy en día, es muy difícil encontrar información sobre este grupo. De hecho, me ha sido imposible escuchar un solo tema de su nuevo “Alpha”. Es más… ¡ni siquiera sé si ha salido aun! Creo que con la calidad que tienen, deberían darse a conocer porque puede que hablemos de las grandes promesas actuales del Groove / Metal alternativo que tenemos en España.
Respecto a Metallica Tributo… como digo, no soy demasiado amigo de tributos y bandas de covers en general. Eso sí, hay que decir que en cuanto a la ejecución de los temas que ya todos conocemos de la mítica banda ex-thrash estadounidense, la sensación fue muy positiva y se quiera o no, al final uno siempre acaba bailando, cantando y agitando la melena al ritmo de temas que por cojones han de formar parte de la sabiduría popular del Metal como Blackened, For whom the bell tolls, o Welcome home (sanitarium). El batería Matt empezó algo flojo, y no me refiero a su sonido, sino a algún traspiés con el ritmo en esta primera mitad, algo totalmente perdonable cuando todavía se están calentando motores. Y de todas formas, fue una interpretación mil veces mejor de la que podría hacer Lars Ulrich a día de hoy, que es un auténtico paquete de batería jeje. Harvester Of Sorrow, con un buen solo, Fade to Black, en la que consiguieron transmitir el inmenso feeling de la original o Creeping Death, con la que elevaron la temperatura hasta límites insospechados fueron completando el setlist que iba cogiendo fuerza por momentos, con temas cada vez más cañeros. De todas formas, si fuera por mí, habrían tocado el Kill’em all y el Ride the lightning enteros, que son los únicos discos de Metallica que considero absolutamente perfectos, imprescindibles, y 100% Thrash. Y otra cosa. Me gustaría que hubiesen metido temas más ‘escondidos’ de la discografía de los Metallica, y no los que casi siempre suelen tocar en sus directos, aunque obviamente son los que todo el mundo conoce, así que por supuesto no podían faltar el Master of Puppets, que origino unos grandes moshes en el centro del lugar, One, la más que trillada Enter Sandman, etc. La noche para Fer y Ale (guitarra y bajo respectivamente) no terminaba ni mucho menos con Infernale, y con este Metallica tributo se volvieron a dejar la piel en sus respectivos instrumentos, tomando esta vez Fer el papel vocal y haciéndolo francamente bien, con un timbre muy parecido al de James y alcanzando los tonos altos con mucha templanza. Destacaba también, enormemente, la presencia de Juan Saurín a la guitarra, que se lució en los solos por todo lo alto, demostrando técnica en cada uno de ellos y una precisión endiablada. No estoy muy al tanto de su carrera en solitario, pero tampoco le había visto en acción y visto lo visto, espero repetir porque es un jodido crack de la guitarra. Por suerte en este último tramo del concierto el sonido alcanzó su máxima calidad, ya que hasta entonces adolecía de guitarras y batería muy bajas que restaban intensidad a los temas. De todas formas… el bombo me pareció un tanto feo en todo momento, por alguna razón… no me terminó de gustar. Obviando estos detallitos, el final fue una fiesta en la que, junto a los omnipresentes Javi Gremlin y Dani, metaleros de pro, le metimos a gusto al headbanging con The four horsemen, la trallera Battery y por supuesto, Seek and destroy.
Lo que al final me dejó con un sabor un tanto contradictorio de boca fue que, al mismo tiempo de que me alegré de ver tanto movimiento y gente reunida para un concierto a pequeña escala, por otra parte… el que esto suceda en un tributo da que pensar… Y ojo, que no estoy diciendo que no se tenga que ir a verles, ni mucho menos. Simplemente digo que igual que vas a ver a una banda de versiones, apoya a las bandas con canciones propias también… porque sino, al final de los tiempos nos encontraremos con bandas tributo a Scorpions, AC/DC o Black Sabbath encabezando grandes festivales a falta de los originales… y si se llegara a ese punto, sería una señal inequívoca de que el Metal, definitivamente, habría muerto. Y nunca, jamás debemos permitir que eso ocurra, pero es algo que, no nos olvidemos, está en nuestras manos.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
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