Así pues, lo dicho… ¡a la rica movida! Llegamos a Alzira con tiempo de antelación, ya que pocas cosas más interesantes teníamos ese sábado por hacer, y como el bolo empezaba a una hora temprana, fuimos calentando motores, no sin antes echar un rápido vistazo a las instalaciones del garito. Cuando estábamos fuera echando unas caladas, poco a poco fueron llegando los músicos, que saludaron muy amablemente. Entramos y pillamos unas birras, para descubrir que los precios de la sala son más que razonables (salvo quizá el de los cubatas… algo caros…), otro punto a favor de La calle. No seríamos más de 15 personas cuando tras la barra anunciaron a los chicos de Mass Terror que había que ir probando, aunque eventualmente la prueba se convirtió en el concierto mismo casi sin darnos cuenta. El sonido fue bastante bueno de primeras, y tras unos cuantos arreglos (algún rollo con la conexión del bajo, etc.) mejoró bastante, pasando a ser más fuerte todavía y más ruidoso, ideal para este estilo Punk/Hardcore. Odio sentó las bases de lo que iba a ser el concierto, música rápida, afilada y guerrillera que no dio tregua ni para cambiar a No mames huey, segundo corte de la (todavía) tarde. Poco a poco los miembros del grupo fueron soltándose, aunque fuésemos muy pocos los que les vimos en realidad. Para los que no les conocíamos, estos dos primeros temas podrían haber llevado a engaño, ya que el resto del setlist se compuso casi por completo de temas cantados en inglés, como Break the system o Dead man, esta última una de mis favoritas, cañera hasta reventar y con unos riffs que me molaron bastante.
Formato de power trío, voz y guitarra a cargo de Thorr, junto a sus compañeros al bajo y a la batería. No estoy muy seguro de quienes están en la formación actual, debido a los múltiples cambios en la historia de esta, pero sí es cierto que todos sudaron la gota gorda. Desde la batería, el enorme músico nos lanzaba ritmos violentos y frenéticos, rozando los blastbeats incluso, una máquina imparable. Population Zero o City of no hope siguieron con la marcha, alegrando nuestros oídos ávidos de cualquier estilo de caña que cayese. Más gente se unió al momento. Yo que en ese momento me apoyaba parcialmente en la barra, ocupé la posición de guerra junto a Kolega y Tere, que de nuevo fueron mis acompañantes. Tras la particularmente oscura (sobre todo por la cazallera y agresiva voz de Thorr) Orgasmo en sangre, se encargaron de recordarnos que el merchan estaba a nuestra disposición sobre la barra. Fueron los únicos minutos que pararon para respirar un poco, pero retomaron con la bestial California Burning y una sorprendente versión del Antes de la guerra de los ya hace décadas desaparecidos Eskorbuto. ¡Una gozada y una panzá a bailar! Su tono más reivindicativo y batallero salió a relucir en Fuck the cops y en la última Wake up (si no recuerdo mal), en la que ya recibieron mucho más calor, y una buena tanda de aplausos. Y es que al final los muy animales nos hicieron sudar de lo lindo.
Tras este excelente atracón de Hardcore-Punk, llegaba la segunda actuación de la noche con una banda que, no lo habría imaginado, tienen a sus espaldas… ¡casi 30 años de historia! Casi nada. Riesgo de contagio, que así se llaman estos mejicanos, apuestan por un punk algo más ‘convencional’, pero solo en esta parte musical y solo en algunos temas, porque además tocan muchísimos estilos diferentes, como el funk, el pop, el rap o incluso la sicodelia más pura; en sus discos se puede encontrar toda una mezcla de influencias y cortes bastante experimentales. Apalancados como estábamos en los sofás de la sala (cojonuda la idea, desde luego) y charlando con unos recién conocidos valencianos, nos levantamos para acercarnos a las primeras filas del concierto donde, de nuevo, nos encontramos un local casi vacío, aunque se respiraba buen rollo en general. El primer corte que presenciamos fue Barracuda, con esa letra macarra y desmadrada, durante la cual su vocalista y bajista Fayo dio unos saltos que casi tocó el techo. Bastante movimiento sobre el escenario, el batería Adrián dándolo todo con mucha entrega y sorprendentemente uno de sus músicos con una especie de key-guitar con un sonido muy peculiar de Theremin (un instrumento bastante ‘marciano’) metiendo ambiente, aunque algo menos animado que sus compañeros a nivel físico. Se dirigieron a nosotros para recordarnos esa hermandad que siempre ha existido entre los dos países, y alzando las cervezas, continuaron con La lengua, tras la cual hicieron un tema dedicado a ese mítico personaje que forma parte del folklore mejicano como es El Santo en El santo padrecito, con una intro disparada incluida. Su inconsistencia musical terminó por frenarnos un poco (ahí entran ya los gustos personales, no es que lo hicieran mal ni mucho menos) y volvimos a echar un pitillo a los sofás durante el resto del concierto, durante el cual sonó la divertida Un nuevo juguete (cuya introducción es la sintonía de Rasca y Pica jeje) y una versión de Cucarachas enojadas, tema incluido en la banda sonora del film Abierto hasta el amanecer. Muy cachondos estos tíos, igualmente curiosos y con una notable amplitud de miras hacia el sonido que plasman en el escenario.
Cubatita en mano, nos dimos una buena sesión para hablar de Metal, conciertos y bandas durante el descanso. Fue aquí cuando, sin que nos diéramos cuenta, el mismo Freddy de Pro-fe-cía se nos acercó a donde estábamos para saludarnos y decirnos quien era, todo un detallazo de humildad y buen rollo que no todos los personajes de este mundillo son capaces de mostrar. Por cierto, molaría que entre grupo y grupo hubiesen puesto música alta para ambientar más el cotarro. Todos los que tenían que llegar ya estábamos allí, una afluencia de unas 35 o 40 personas tirando por lo alto, aunque también es cierto que de haber acudido 100 habría sido incómodo por el reducido espacio del garito. La verdad, se estaba muy a gusto de esta forma. Llegamos de nuevo a la parte más avanzada de la sala, donde Disi y Gabriel ya ocupaban sus puestos, afinando los instrumentos y ultimando detalles. Ni corto ni perezoso, Freddy Contreras, fundador y alma de Pro-fe-cía (mejicanos afincados en California), subió de un salto al escenario y comenzó la mandanga… ¡sin batería! Pero con el sonido pregrabado. Algo extraño y bastante desconcertante, pero no era plan de juzgar la actuación solamente por esto. Con una máscara bastante terrorífica, el cantante dio el pistoletazo de salida con Sangre, y uno de sus temas más recientes, Resurrección / Reencarnación, presente en el último trabajo del grupo “Reencarnación Bio-mecánica” del que por cierto me ha sido casi imposible encontrar información en Internet… eso sí, los temas que he escuchado suenan mortíferos y algo distintos de sus primeros trabajos, más cafres y oscuros. Freddy se desveló como un auténtico experto en animar el cotarro, brindando con la peña, haciendo referencias de lo más cachondas, y de nuevo remarcando la hermandad en el Metal del pueblo español y mejicano. Todo esto, por supuesto, envalentonado con el gran castañazo que llevaba encima. Continuamente giraba el micro del guitarrista hacia nosotros y gritaba ¡maldito Rock’n’Roll! Mientras se descojonaba.
En Tierra y libertad subieron Thorr y Fayo, cantantes de Mass Terror y Riesgo de contagio respectivamente, a cantarse el tema. Apenas cabían sobre el escenario, pero estuvo muy divertido ver a Freddy levantar los brazos pidiendo gritos mientras los otros dos se valían del micro del bajista Gabriel para cantar de forma bastante improvisada. El sonido tuvo una parte mala (sobre todo al principio) y una parte positiva. La primera es que el conjunto sonaba demasiado bajo, faltaba ruido, mala hostia en la mezcla, contundencia… mientras que, por otra parte, quitando la parte del volumen, los instrumentos y la voz sonaban muy apurados, casi tanto como la batería que estaba disparada. Poco a poco fue subiendo el volumen, la intensidad, los ánimos de la peña y avanzaba el concierto con mucha tralla de parte de Asesino o El enviado del infierno (tengo dudas con estos últimos…), momento en el cual el vocalista se ‘calzó’ una nueva máscara más guapa todavía que la anterior. Hablando con el público y bromeando sin parar, no fue el único protagonista del concierto, ya que tanto Disi como Gabriel dieron una lección de actitud de libro. Al ser Bin Producciones agencia involucrada en la movida (junto a Green Comet) y responsable de management de Vendetta Fucking Metal (banda a la que pertenece Disi) y Deathsurrection (de donde viene Gabriel como cantante, ojo, no como bajista), es posible que la elección de estos músicos para acompañar a Freddy tenga mucha relación. Y lo digo solamente por suposiciones… Y es que el vocalista vino solo a España, algo que no me termina de entrar en la cabeza. Menos mal que estos dos cracks le acompañaron de puta maravilla, dejándose la piel y, habiéndose aprendido los temas con tan solo dos o tres días de antelación… con un mérito para quitarse el sombrero. Y a nivel técnico y escénico, ‘chapeau’. El concierto, eso sí, se antojó demasiado corto, igual que la tarde / noche en general. Tras Última profecía, también de su más reciente disco, Freddy se bajó de su lugar para ponerse a charlar con el público con toda tranquilidad, sin despedirse, sin indicios de que el concierto fuese a claudicar ya… mientras el resto de músicos enrollaban cables y guardaban instrumentos ante nuestros atónitos ojos.
Fue solo uno de los puntazos surrealistas de la noche, pero el más gordo de todos vino a continuación. Mientras esperábamos para Leprosy, la última banda de la noche, empezamos a ver como todo el mundo se largaba dejando la sala vacía. ‘No se escucha nada’ ‘Ya no entra nadie’ fueron algunos de nuestros comentarios, cada vez más mosqueados y anonadados. Y tal como nos temíamos, la noche había terminado cuando de repente y sin avisar, nos apagaron súbitamente la luz de la zona en donde estábamos, dejándonos a oscuras (un silencioso ¡a la puta calle!) y no tuvimos otra opción que retirarnos aun un poco desorientados por lo ocurrido, ya que en ningún momento se avisó de la cancelación del grupo, no se puso ningún rótulo, cartel, o comentario en las redes sociales. Por lo visto el rollo fue algo similar a lo ocurrido con Pro-fe-cía, solo que en este caso directamente nadie subió a tocar. Demasiado arriesgado irnos a algún otro garito para seguir bebiendo tal como están las cosas, así que una retirada a tiempo en este caso fue una victoria como suele pasar.
Casi llegando al coche, nos encontramos con Gabriel y Disi, a quienes tuvimos el placer de conocer y cordialmente nos contaron de primera mano parte de la información que incluyo en esta crónica más algunas anécdotas, como poco, estrafalarias. Y aun les quedaba un buen trecho por delante hasta Madrid…
Por nuestra parte… nos quedamos con unas ganas de caña inmensas, fue una cortada de rollo brutal. Menos mal que al menos la vuelta fue muy animada, con cantidad de historias y buena música a tope de volumen. Mi primera visita a La calle music club fue algo… extraña, aunque al ser un evento con entrada gratuita, uno tampoco se puede quejar demasiado. Yo solo con las dos actuaciones y media que vimos ya me doy por satisfecho, sobre todo por haber aguantado el temporal con el dolorosísimo latigazo que me dio la espalda la noche anterior que me dejó prácticamente inválido. Pero ya se sabe… hay que estar a las duras y a las maduras jejeje. A muerte, hostia ya.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
Mass Terror + Riesgo de contagio + Pro-fe-cía (Sábado 07/09/19, La calle music club, Alzira)
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