domingo, 17 de noviembre de 2019

Rockin' on the wild side (Erotic Psycho, Viernes 15-11-19, La Gramola, Orihuela)

Planazo el que teníamos montado para este pasado viernes, aunque esta vez no fue algo precisamente improvisado, ya que esta fecha llevaba mucho tiempo marcada en mi agenda. Y es que son bastante reducidas las oportunidades que uno tiene en este país (y ya no digamos en esta zona…) de disfrutar de un buen concierto de Hard Rock americano, aunque con denominación de origen de la baja California, en donde por inmensa suerte tenemos unas cuantas bandas con un nivel acojonante, grupo al cual pertenece esta pedazo de banda, los Erotic Psycho, a quienes ya he visto en varias ocasiones en directo. Sé de qué van, sé que lo suyo es un rollazo bestial en concierto, que lo viven, que se dejan la piel y que además disfrutan como cerdos haciendo lo que hacen, que es lo que realmente tienen en las venas: Hard Rock Sleaze de pelos cardados, cintas en el pelo, tatuajes y actitud provocativa y muy gamberra. Y no puede encantarme más. Así pues, tratándose de Orihuela, en la sala Gramola, que además está a un tiro de piedra de casa (una horita escasa), el viernes tenía su nombre. Aquella noche todos íbamos a convertirnos en psycho motherfuckers y a bailar con sus temas divertidos y cabroncetes hasta caer rendidos, que es como debe vivirse, en general, cualquier concierto. En otras palabras, ¡¡a muerte!! Pero a parte del concierto, nos lo tomamos como una noche más extendida. Mi chica y yo quedamos con Cris y Roge, dos colegas de Caudete que se apuntaron a la fiesta con muchas ganas e ilusión. Con gente así da gusto vivir los conciertos. Apalancar el coche fue un auténtico infierno en la ciudad de Orihuela, hasta que encontramos un remoto solar (por desgracia, han vallado el gran parking que había frente a la sala…).

Pero antes de empezar la fiestaca tocaba llenar bien la tripa para estar a tope después. Había que elegir un sitio que se ajustase a nuestro reducido presupuesto, y el chino que había cerca de la sala fue la solución. Nos hinchamos los cuatro a lo bestia en una cena de lo más entretenida y agradable y pusimos rumbo a la sala, donde solo faltaba un rato para que sonara Rock’n’Roll a todo volumen. Mientras tanto, echamos unos cigarritos y unos cubatas (bravo por la sala por mantener esos precios tan razonables, así es un placer) disfrutando de la buena música que sonaba en el lugar, otra cosa muy de agradecer. A veces uno echa de menos la calidez de estos garitos más cercanos, más “artesanos” por decirlo de algún modo, que se desmarcan de las grandes salas de conciertos donde a veces está todo más prefabricado. Es solo mi segunda vez allí, pero espero que haya muchas más, así que ¡larga vida a la Gramola!

El batería se hizo de rogar, pero cuando atravesó el garito y se metió en el backstage junto a sus compañeros, no tardó mucho en comenzar el bolo, saliendo todos ellos al trote, a reventar el escenario y a dar caña con Psycho mf, lanzando un mensaje claro de que aquello no iba en broma y que tenían el objetivo de dejar la Gramola ardiendo como lo harían con nosotros mismos. Precisamente, el batería del que hablaba no es otro que Frost Moore, el batería que les acompañó hasta hace tan solo un año y que, pese a que ya no forma parte de la banda de forma oficial, accedió a echarles un cable para este bolo y creo que todos estuvimos más que encantados con la idea. Porque Cris molaba mucho… pero Frost son palabras mayores ¡¡es la hostia!! Lost boyz ponía en directo las primeras notas pertenecientes a su LP homónimo, donde vimos al propio Frost haciendo piruetas con los palos (como me alucina el estilo de este tío…) y a Lokki Sixx contoneándose, retorciéndose de esa forma tan particular a la que nos tiene acostumbrados, mientras Dennis, el más reciente fichaje de la banda se apoyaba espalda contra espalda contra Nacho Saints, dejando claro que el buen rollo impera entre ellos. Llevaban un setlist excelente, como comprobaríamos con el paso de los temas, alternando entre su “Sex You Up!” y su “Lost boyz” (y algún sorpresón que reservaron para el último momento). En Abstinence song, cuando por cierto el ambiente ya estaba en llamas gracias a la forma de tocar y moverse de estos cuatro putos locos, hubo una parte con Frost de protagonista tras la cual Nando saltó, literalmente, del escenario para cantar entre nosotros con su micro. Los coros de Dennis y Lokki sonaban demasiado fuerte al principio, y la batería demasiado localera. Tal vez fue la parte más negativa del show en general, aunque a su favor hay que decir que, por lo que tengo entendido, tuvieron muy poco o nada de tiempo para currarse el sonido por ciertas circunstancias. Aun así, el volumen y la ecualización fueron equilibrándose poco a poco, y las guitarras sonaron más eléctricas, la batería más contundente y el bajo más retumbante.

Tras beber unos chupitos de Jack Daniels al ritmo al que nosotros coreábamos sus nombres, se pusieron de nuevo al turrón con uno de mis temas favoritos de su discografía, Hot gun killer, que tiene un rollo muy ochentero con un puntito épico, a la que siguó el riff macarra y peligroso de The only way is down, tema que deriva en partes más melódicas en la que todos participamos desde abajo del escenario. Continuaba el buen rollo entre los músicos, a quienes no costaba nada transmitírnoslo, cuando Lokki y Dennis (este último tocó el solo en primera línea de escenario) se miraban cara a cara entonando riffs y notas de Mainstream whore, y en la que nos pedían más participación y movimiento, cosa que no faltó en ningún momento. Porque no éramos muchos (la sala tiene un aforo muy reducido) pero sí nos empleamos a fondo sobre todo en las primeras filas, donde tanto mi chica, como Cris, Roge y yo estuvimos todo el rato metiendo caña, dejándonos los pelos en el intento y cantando a pleno pulmón estribillos y coros como en Stinky boy blues, que tuvo un finalazo espectacular, con Frost castigando los platillos a toda hostia y Dennis, con gran empuje, se tiró del escenario para tocar a nuestro lado. Más caña guitarrera con Suite in hell, mientras Lokki se restregaba contra la pared como una perra en celo, haciendo gala de esa brutal actitud sobre el escenario, macarra y andrajosa: el tío lo vive a saco y se mete en su propio mundo hasta que termina el concierto, y solo sale de él para rockear junto a sus compañeros, como sucedió en Sex me up, donde Dennis, Lokki y Nando se pusieron en plan chulería barata formando una fila entre los tres. Y es que parte de la magia de sus conciertos es, como digo, las coreografías y la tremenda actitud de la que hacen gala en directo. Solo había que ver a Nando bailotear y moverse en este tema. Puro Glam. Y desde luego, los ánimos no bajaban ni un ápice, y aquí cayo otra de mis favoritas, Sweet suicide, en la que fue imposible mantener el culo quieto con ese toquecito de Punk Rock en su melodía, que me pone ‘to loco’.

Los músicos encarados hacia la batería de Frost terminaron desperdigándose por el escenario, y concluyó el tema con el grito de Nando ¡¡¡’Qué nadie nos quite nuestro derecho a ser eternamente jóvenes’!!! Y justamente eso es puta ley para mí. Este mismo anunció Squirt baby squirt (una guarrada guapísima de tema jejeje) como un tema en el que íbamos a terminar bien mojados, y al final resultó algo literal, porque al final nos lanzó parte de su birra. Palabra de ley es también el mensaje que lleva implícito Rock 'n' Roll Is Not Dead (You Are), uno de sus más divertidas composiciones, creada para bailar y desmelenarse como sucedió arriba y debajo del escenario y algo similar sucedió con Rockin’ on the wild side, donde nos pusieron a caldo y elevaron unos cuantos grados la temperatura con esa chulería que demuestran encima del escenario, la forma en la que se crecen y cómo viven su rollo. Dennis en particular se lució a base de bien con su solo, desde luego un fichaje con una planta, actitud y habilidad excelente para sustituir a Jay Martino, quien tuvo que abandonar la banda por circunstancias personales a mitad de este año. Esa gran sorpresa que nos tenían reservada llegó, como dije antes, en los últimos compases del concierto, y estalló el Talk dirty to me de los Poison, creando un enorme revuelo entre el público: la peña se amontonaba en primera fila mientras Nando cantaba y dejaba cantar a todo el mundo, haciendo una actuación monumental y destacando de nuevo Dennis flipándose con el solo. Y tras el calentón que nos dieron con este último tema, no íbamos a dejar que se fueran así por las buenas, y los gritos de ‘¡otra! ¡otra!’ les hicieron volver de inmediato al escenario, preguntando qué tema queríamos escuchar de nuevo y finalmente tocando Lost boyz para regocijo de los que nos resistíamos a pensar que la movida tocaba a su fin, en la cual Nando terminó tirado en el suelo encima de su compañero Lokki sin cortarse un pelo.

Al final, ojo, tocaron todo su repertorio más una versión, dejándose tan solo en el tintero Back to you y We’ll go wild, aunque la verdad es que esta última me habría apetecido mucho en directo, me parece un temazo enorme, pero aun así es un detalle sin importancia ya que todo lo que hicieron fue con intención incendiaria y dejaron un listón altísimo y por supuesto a todos nosotros más que satisfechos con el conciertazo que se marcaron, con ese desparpajo que siempre despliegan, toneladas de cara dura y con absoluta cercanía y colegueo, haciendo continuos guiños a la peña y bromeando entre ellos sin ningún tipo de vergüenza, cosa que es marca de la casa. Y puedo confirmar, tras hablar un ratito después con Nando y con Lokki (a quienes me alegré de poder conocer por fin en persona) que también son gente de puta madre bajo el escenario, así que por supuesto, deseando volver a verles y que sigan llevando por muchísimos más años el Glam Rock americano made in Valencia por toda la península y más allá. Una última petición. Necesito una gira conjunta con Jolly Joker y Erotic Psycho. ¡¡Y la necesito YA!!.

P.D. Parte de las fotos son cedidas por Cris. ¡Gracias!

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

Erotic Psycho (Viernes 15-11-19, La Gramola, Orihuela)

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