Cuando se presenta ante mí un evento como este, supone una buena oportunidad para poder escuchar y descubrir nuevas bandas; también todo un reto a la hora de escribir la crónica de turno, aunque también es algo muy motivador. Un mini-festival que el pasado sábado reunió a tres bandas que, pese a tener algún trabajo ya grabado, todavía no han conseguido dar el salto y tener un nombre reconocido en la escena. Bandas bastante noveles, en todo caso, que su propio trabajo decidirá si continúan creciendo a base de esfuerzo y tenacidad o si terminan formando parte de ese otro montón de bandas que terminan confinadas al olvido, aunque realmente nunca se puede saber de primeras. El caso es que no era el único evento interesante de este fin de semana. El Pub Morgul de Caudete acogía en este caso también a los Heavy metaleros melódicos Night Heart, pero su propuesta, habiéndole dedicado bastante tiempo, resultó francamente decepcionante y rápidamente descarté esta opción a favor del Burn the Night Vol.1, que contaba con el apoyo de los Mediterranean Metal Maniacs (o al menos, eso rezaba la descripción del evento de Facebook). Aserah, Blodöx y Sirius, cartaginenses, ilicitanos y badaloneses respectivamente, eran las tres bandas que conformaban la interesante, a priori, oferta para el sábado. Metal extremo (o casi) en distintas vertientes que prometían una velada bastante intensa en la Nave Iguana de Sant Vicent del Raspeig (Alicante), a donde no acudía desde hace como una decena de años o así a pesar de que últimamente se ven cosas interesantes allí (las coincidencias es lo que tienen…). Sin embargo, ya os adelanto que hubo una diferencia abismal de calidad entre las tres actuaciones. Y aun así, también os digo que es mucho mejor eso que quedarse en casa un sábado como un amargado.
Tal y como pronostiqué incluso antes de salir hacia Sant Vicent (desde donde nos separaban escasos 45 min.), la asistencia al evento no superaría las 15 o 20 personas, y por suerte o por desgracia, uno ya es perro viejo para adivinar estas cosas en mayor o menor medida y acerté de pleno. El desconocimiento de las bandas, la escasa promoción del evento y el estilo que practicaban eran un claro hándicap. Tampoco es que la Nave Iguana tenga un aforo para conciertos de mayor envergadura, ciertamente era el local perfecto para un concierto de estas características, aunque tan poco apoyo dio una impresión muy desangelada en general… Una lástima, porque a mí me suda la polla que vaya más o menos gente a la hora de decidirme a ir o no a un concierto, pero esto denota el progresivo empobrecimiento de la movida de las bandas locales y / o minoritarias en cuanto a apoyo por parte de la peña. Y la verdad… es MUY triste. Si a esto le unimos la irregular calidad de las actuaciones, la cosa se complica más todavía, pues mi argumento a favor del apoyo es más complicado de justificar…. Y aun con todo, repito de nuevo literalmente, mucho mejor eso que quedarse en casa un sábado como un amargado. Al menos disfrutamos entre nosotros de buena compañía, ya que sin que sirva de precedente, no me tocó ir solo, y creo que los cuatro pasamos una muy buena noche en general, que es lo verdaderamente importante.
La verdad es que a veces cambia un mundo la opinión que se puede uno formar de un grupo tras verles en directo. Para bien… y para mal, como fue el caso de la primera actuación, unos Aserah que demostraron un nivel muy pero que muy principiante… a pesar de que en general no me desagrada el estilo que practican, que se mueve entre el Groove y el Sludge, un sonido oscuro y bastante particular que añade a su mezcla matices más alejados del Metal como el Grunge, cuya influencia se nota claramente en ciertas melodías. Cuando todavía no alcanzaríamos a ser ni 20 personas, dio comienzo su concierto. Mal presagio el que ya no saliesen a escena precisamente animados. Y es que en disco su propuesta me pareció curiosa, incluso atractiva en muy determinados aspectos, pero nada de eso se reflejó en su directo. Al menos en estudio el sonido conserva alguna personalidad a pesar de su horrenda producción. Primer tema limpio y con muchas reminiscencias noventeras, no estuvo mal del todo a pesar del nefasto sonido… pero con Lordfall, la siguiente en caer empezaron a dejarse ver las enormes deficiencias musicales del grupo. Baterías que perdían el ritmo, desafinaciones atroces, falta de coordinación… el principio no pintaba demasiado prometedor y ojala se hubiese quedado ahí la cosa, porque todo se fue yendo al garete conforme avanzaba el concierto. Cayeron temas como Adrenochrome (que según su bajista Tose compusieron una noche depre sin birra) o Golgotha (si mal no recuerdo), incluso nos presentaron Solar Flare, un tema nuevo que todavía no ha visto la luz salvo en directo. Pero los fallos eran demasiado notorios, y tampoco hubo comunicación alguna ni intentos por animar al personal. Su batería mostraba una gran actitud y movimientos muy enérgicos… pero ahí terminaban sus cualidades, porque desde luego escucharle tocar fue algo casi insufrible que ennegreció todavía más el asunto. Ni siquiera los solos de su guitarrista y cantante Albert Karian, bastante decentes la mayoría de ellos, consiguieron levantar la más mínima pasión, y daba la impresión cada vez más de que los aplausos del público eran 100% por compromiso. Las partes instrumentales fueron bastante aburridas, y la versión del Overkill (Motorhead) fue un más de lo mismo, una repetición de todas sus flagrantes carencias como músicos en un cúmulo de despropósitos que te hacían llevarte la mano a la cabeza disimuladamente. Quitando los solos y algún riff con chispa, el resto no tuvo ni pies ni cabeza. La guinda del pastel la puso el vocalista, cortando la versión que hicieron de Alice in Chains (Them Bones) en seco, nadas más comenzarla, para replicarle al batería que por qué no tocaba más rápido. Esto unido a varios parones por problemas de sonido hizo de aquel concierto una experiencia insípida y más diría, esperpéntica.
Y de verdad, me duele en el corazón tener que decir estas palabras porque odio ser cruel de forma injustificada y menos con bandas emergentes, no es para nada mi estilo, pero estos músicos en cuanto a nivel compositivo y de directo… van a tener que ponerse muchísimo las pilas, porque en una escena underground con bandas tan destacable lo tienen más que negro, chamuscado si continúan así. Se puede grabar un disco en una cueva si al grupo le sale del nabo, se puede tocar la guitarra con un puto tenedor, incluso puedes hacer una mezcla de Metal con cumbia brasileña si eso te hace feliz… pero todo, absolutamente todo empieza por lo más básico: tener un mínimo nivel musical que aquí brilló totalmente por su ausencia.
Menos mal que, por suerte, la movida fue remontando poco a poco con el paso de la noche. Entre concierto y concierto, aprovechando que la noche tampoco era del todo fría, salíamos a las puertas de la sala para comentar ‘la jugada’ y descojonarnos un rato en nuestra línea. Pero quedarte quieto al final te acababa helando, por lo que fueron descansos muy cortos. El ritmo de la noche hasta el momento, a parte, tampoco era como para ir amuermándose. Tampoco parecía demasiado alentador el comienzo de la actuación de Blodöx. Gente estaba clarísimo que no iba a venir más, pero detalles como la falta de batería (que sonó disparada en todo momento), un sonido y volumen demasiado light en principio para el estilo que practican y unos problemas bastante graves al principio con la guitarra de Manu… no inspiraban demasiada confianza y tragué saliva, deseando que no se repitiera el despropósito del concierto anterior. Pero al menos a mí me fue muy fácil meterme en faena y rápidamente empecé a cogerles el rollo. Los coros con guturales graves por parte del bajista Álvaro (que además me pareció uno de los mejores músicos de toda la noche con sus cuerdas, rápido y efectivo) empastaban magníficamente con la variedad de registros de Miguel, que se hacía cargo de la guitarra y de unos gritos bastante agudos y alargados, lo cual me gustó bastante.
La trallera Fratris Interfector ya sonó mucho más potente, supongo que mis oídos ya se habían adaptado al sonido, y a pesar de que sobre el escenario aun había un ambiente bastante frío, la calidad de los músicos no tenía nada que ver con la de los del grupo anterior. Las guitarras sonaban mucho más directas, rápidas y afiladas (independientemente del estilo) y las voces más solidas y con mejor sonoridad. Cierto es que la ausencia de batería siempre desluce bastante un directo y en este caso no fue una excepción, pero supieron solventar muy bien la papeleta y ponernos a hacer headbanging. Porque además, mientras desgranaban temas de su EP “Fratris Interfector” como Blodöx o Völva, entre cada uno de ellos el vocalista, de forma muy seria y sombría, nos contaba la historia de Eric I de Noruega (o Eiríkr blóðøx), segundo rey del país, un relato lleno de sangre, muerte y venganza que a pesar de entrar un poco con calzador al principio, aportó una buena ambientación para unos temas bastante rápidos y tralleros cuyos registros se movían entre el Death melódico y el Black de algunas partes concretas. The Good, por ejemplo, es un tema que no dio respiro a la base rítmica, con Álvaro acompañando a la batería disparada y describe bastante bien lo que viene a ser el estilo de la banda, también por la combinación de voces anteriormente mencionada. Los coros sonaron bastante bien durante todo el show y dieron más cuerpo a los temas. Abandonaba Miguel el escenario para que Manu y Álvaro se curraran el tema instrumental de la banda llamado Exodus, que posteriormente el propio vocalista nos explicó. Por cierto, a pesar de su condición instrumental, es de los temas que más me gustaron en disco, de las más pegadizas. De nuevo con todo el equipo sobre el escenario, la sucia Redemption, con la gente ya algo más metida en el concierto, dio paso a un par de versiones, entre las que destacó Breeding Death de Bloodbath, que el grupo tiene como a una de sus mayores influencias, y creo que se lucieron especialmente con ella como músicos, dejando un sabor de boca bastante bueno que complementaron con una actitud bastante acertada.
Esto ya fue otra cosa muy diferente, y sin ser un concierto sobresaliente, logró elevar unos cuantos puntos las ganas de continuar con la noche a base de headbanging incesante. Tras un pequeño descanso a las desiertas puertas del garito, volvimos a colgar las chupas dentro, justo cuando los Sirius empezaban a sacar todo su arsenal de guerra, y nunca mejor dicho, porque estos definitivamente sí que consiguieron dejarnos con el cuello doblao, tanto por la crudeza y rapidez de su sonido como por su gran presencia y actitud sobre el escenario. Ya de primeras se les vio pletóricos, Toni (bajista) y Gax (voz y guitarra) junto al batería Simon salieron a quemar el escenario. Los dos primeros cruzando los mástiles de sus instrumentos y el batería sudando a mares ya desde los primeros temas, demostraban muchísimas ganas y entusiasmo por lo que hacen. En particular, a Gax se le vio enloquecido en los primeros temas, dando unos gritos bestiales mientras se movía de una forma que a uno le daba por pensar que iba a salir volando de un momento a otro, quedándoseles en seguida el escenario muy pequeño. Metían vara con Progress (que da título a su disco), Born in Misery y Democracy, mientras Toni esgrimía su bonito bajo de cinco cuerdas y Gax hacía lo propio con su guitarra con tonalidades de camuflaje. Temas muy cortantes que además guardan en su interior un mensaje muy combativo y reivindicativo. Había algunos, como Moan, en los que Simon parecía una locomotora tras los timbales. Y aquí estuvo la gran diferencia, porque mientras que el sonido de la batería seguía siendo bastante malo, en este caso sí se notaba que había mucha técnica tras ella. Muy agradecidos en todo momento, Toni nos saludaba sacando los cuernos tras cada canción (¡¡tuve la suerte de que me lanzara una púa al final!!) con una sonrisa, y su movimiento era perpetuo durante todos los temas. Obviamente, las bandas que les sirven de referencia están bastante claras, desde los primeros Suicidal Tendences hasta los Anthrax más guerrilleros, como se pudo ver en temas tan espitosos como Leech, que a toda hostia no nos dejó ni un segundo de respiro.
Ahora sí se notaba un calor bastante agobiante, pero no por el clima, sino por la de grados que estaban subiendo los Sirius con su bolo. A las pruebas de que nos estaban encantando a todos me remito, ya que los aplausos fueron mucho más sinceros y alargados que lo fueron al principio de la noche. Hasta el momento, todos los temas estuvieron extraídos de su “Progress” un disco que he estado machacando estos días (muchísimas gracias Toni por el regalazo) y que tiene una producción y una actitud sonora flipantes. Starve sería la última de ellas. Lo dieron todo, pero no acabaría ahí la cosa, ni mucho menos. Con un Simon a punto de palmar y casi deshidratado, no se permitían el lujo de detenerse más que unos segundos entre tema y tema, lo justo para simpatizar con el público y volver a llenar el cargador, presentándonos ahora Eutanasia que fue una de las pocas en castellano en sonar. Por supuesto, tampoco en esta faltaba esa vena más punk en las letras. La sesión de temas propios terminó, y ahora comenzaban a sonar, según dijo Gax muy acertadamente, los clásicos de Rock FM (jejeje). Sinceramente, no fueron temas demasiado rebuscados, fueron un poco a lo fácil. Hubiese preferido, yo que sé, algo de Toxic Holocaust o Municipal Waste por decir algo menos típico y sin alejarse de su estilo, pero tampoco me puedo quejar ya que las covers fueron bien interpretadas y sobre todo, montaron una buena algarabía, abriendo la retahíla con Arise (Sepultura) y Cowboys from Hell (Pantera), siendo esta segunda mi favorita. En este momento, la gente se movió más que en las tres horas de concierto que llevábamos a nuestras espaldas. Si lo que querían era incendiar la Nave Iguana, lo estaban consiguiendo, continuando con el Ace of Spades (Motorhead) y Nos Vimos en Berlín (Soziedad Alkoholika), que no cuajo tanto supongo que por salirse un poco de nuestro rollo… y las desafortunadas intervenciones de Albert de Aserah apoyando las voces no ayudaron nada precisamente, ya que se equivocó en todas y cada una de ellas… siento decirlo, pero las cosas como son. Un último y potente envite con Roots (de nuevo, Sepultura…) que nos puso a todos a gritar su conocido estribillo. Sin duda, lo más destacado de esta última parte fue la guitarra de Gax, que interpretó unos solos bastante fieles a los originales y con su carisma y entrega nos obligó a darle duro al cuello.
Si me tengo que quedar con un momento de la noche, desde luego este último bolo fue el que más nos impactó, tuvo muchísima intensidad y logró poner a todo el mundo en movimiento. Terminada ya la noche conciertera, estuvimos un rato hablando con Toni de Sirius y uno de sus compañeros, que nos agradecieron mucho la asistencia. Fue un rato de lo más agradable, pero tocaba ir haciendo marcha para volver a casa tras una noche de claroscuros bastante diferenciados, pero una noche de concierto al fin y al cabo. Cabe destacar que, a pesar de la información que figuraba en el evento (al menos a nosotros cuatro) no nos cobraron nada por la entrada, aunque no sé exactamente por qué, pero al menos nos dejaron margen económico para tomarnos unas birras y unos cubatitas en la barra, que nunca vienen mal con moderación para caldear el ambiente pre-concierto. Curiosamente no me encontré con ninguna cara conocida (con la excepción de la guerrera Marisol Huertas) y mira que eso es raro. Muy poca gente se quedó allí tras las actuaciones, y nosotros por nuestra parte dijimos adiós (o hasta pronto) a Sant Vicent del Raspeig.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
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