Empieza un nuevo año, y yo personalmente lo hago con buenas perspectivas a nivel personal, y con una agenda de conciertos ya bastante abultada para los próximos meses. La cosa se presenta muy interesante, aunque como sucede casi todos los años, las primeras semanas son bastante escuetas en cuanto a bolos. Y lo cierto es que tengo bastante monazo tras unas semanas de descanso, disfrutando de las fiestas en familia y con amigos. La Nochevieja fue algo bestial, en pareja, con colegas y con un ambiente difícilmente mejorable, con Heavy Metal y Hard Rock hasta las tantas de la madrugada en el Más k Rock de Reus… pero ya estaba empezando a echar de demasiado de menos la música en directo. Este fin de semana no había demasiadas aspiraciones, muy poca cosa por los alrededores con sabor a Metal y unas perspectivas bastante aburridas para el sábado. Para colmo, el gripazo que me he pillado, vaya usted a saber cómo, dónde y cuándo, no es demasiado buen compañero de fatigas. Pero no me da la gana, me niego a quedarme amargado en casa un fin de semana sea cuál sea la situación, y en la localidad casi vecina de Caudete, mi amigo y yo vimos un buen filón para escapar del tedio este pasado sábado. Un festival bastante cachondo, llamado Merienda Negros Fest (que por lo visto, ya va por su séptima edición) fue el salvavidas. Y la verdad, volví a casa con una grata impresión de todo lo visto, y ya no tanto por las bandas que llegamos a ver (Knibal y Pankdemia), sino por el sorprendente ambientazo que reinaba en el local donde se celebró aquella gran fiesta. Tribus de todos los palos, Heavys, Punks, Sharps, Hardrockeros… todos juntos y revueltos con una única expectativa: pasarlo teta.
Tras unas birras (a euro) y unos cubatillas (a tres pavos), no tardamos demasiado en contagiarnos de las buenas vibraciones que se respiraban allí. Mientras entrábamos en calor, algo que tampoco fue demasiado complicado debido a la infernal temperatura que había en el lugar, el Dj Dave M. Sánchez amenizaba los descansos entre grupo y grupo pinchando música con mayor o menor acierto, y como justo llegamos en ese intervalo, pudimos disfrutar de algunos temazos que fueron desde Sepultura, los Purple, System of a Down, Guns’n’Roses… etc. Se lo tomaban con calma para empezar, pero allí la cuestión principal era mantener viva la fiesta sea como fuere, y puedo asegurar que cada vez el ambiente estaba más caldeado. Aquí la mayor putada del evento (al menos para mí) fue la caída de los Kilem, que era por así decirlo la única banda de Metal del cartel, y también sufrieron baja los Mente Devil, que ya tuve ocasión de ver en directo en mi mismo pueblo. Aun sabiendo esto, no fue impedimento para acercarnos y pasarlo en grande. En realidad, la crónica de este evento ha surgido de forma espontanea en un rato desocupado que he tenido, ya que en principio fui solamente a disfrutar y olvidarme de todo y no tenía pensado cubrir el evento como tal, pero las dos bandas que vi, aunque bastante alejadas de mi rollo, creo que hicieron shows muy dignos que vale la pena describir en breves palabras.
Tras terminar la pinchada con la que entramos al local, fueron subiendo al escenario los Knibal, banda yeclana que ya lleva historia a sus espaldas liderada por Sergio (ex-Fuckop Family) y a quien acompañan Mayi al bajo e Higinio a la batería. Según me comentaba el propio Sergio justo antes del bolo, el haber tocado ya en festivales grandes y en salas de renombre no les iba a impedir disfrutar a saco del panorama de esta noche, aunque fuese “a pelo”, casi sin ecualizar y con medios técnicos muy limitados en cuanto a sonido y demás. En definitiva, una banda que no olvida sus raíces y se siente cómoda en cualquier situación, y de eso puedo dar fe, os lo aseguro. Saludando y muy entregados, el trío subió al escenario arrancando ya a matar, como ellos mismos amenazaron, con una buena retahíla de temas como Ni un paso atrás o Stop Desahucios, temas que corroboran lo anteriormente mencionado ya que aunque con algún problemilla de sonido, se comportaron con mucha energía y ganas de liarla. Sergio al frente gritando con mucha rabia, a su lado Mayi quien no dejaba de puntear moviendo la melena y en la parte de atrás, Higinio sudando a mares tras los palos. Explotando de nuevo con Dios te salve, Knibal dieron una buena lección de agresividad sobre el escenario, con pocos parones pero con mucho mensaje cuando estos llegaban, con la guitarra directa a la yugular y sobre todo, enarbolando un grito de rabia contra las injusticias sociales, la brutalidad policial, el sexismo y claro, el puto fascismo. Y lo hicieron, como digo, muy entregados a la causa, recordando a varias asociaciones sin ánimo de lucro y también agradeciendo a la organización el haber contado con ellos para esta movida. El calor es tan insoportable que Higinio tuvo que hidratarse en más de una ocasión, pero ni por estas bajaron la intensidad de un concierto en el que cada vez más gente desfasaba y se acercaba al escenario. El sonido dentro de lo que cabe fue bastante bueno, sonaron bastante potentes y la violenta voz de Sergio se entendía bastante bien, también, por supuesto, los coros de Mayi, quien también dedicó algunas palabras hacia los valores que ellos defienden, y a quien se le vio especialmente animada y movida en temas como Mi cuerpo, mis normas o Adrenalina, que fue una de las últimas en caer tras toda la caña que hubo entre tanto. Para completar la jugada, Roots Bloody Roots (Sepultura), que no por típica fue peor recibida, nos puso a todos a meter headbanging y unos cuantos empujones. Mientras siguen trabajando en su próximo trabajo, los cortes del “Tiempo Hostil” fueron protagonistas de un setlist bastante trallero que hizo las delicias de quienes saben apreciar el Punk-Hardcore contundente con alguna pinceladita de Thrashcore y mogollón de mensaje social, tan necesario en nuestros días, sobre todo si se lleva al directo con tanta rabia y motivación como hicieron ellos este sábado.
Ya tengo más que comprobado que el frío de Caudete es bastante equiparable al de mi pueblo, pero el de aquella noche era especialmente cortante (cosa mala para mi gripe, por cierto). Por suerte, dentro uno se podía poner morao a fumar, así que tan solo fue necesario salir en momentos concretos para tomar el aire, más que nada para librarse un poco del abrasador calor del local. Charlamos con peña de putísima madre como Pablo, Ángela (un honor siempre poder compartir una noche con vosotros), Roge, Lucas y varias personas de Caudete, pero en especial Cristina, que fue quien más nos animó a ir, y por supuesto, a mi amigo Kolega por la gran compañía y el ameno viaje. ¡¡¡Siempre a muerte, hostias!!!
En realidad ya nos dábamos por satisfechos de la noche tras la actuación de los Knibal, pero el ambiente era tan cálido y acogedor que tampoco teníamos ganas de largarnos todavía, así que nos quedamos a ver a la siguiente banda, Pankdemia, que si bien no tiene nada que ver con el estilo que me mola, también dieron un concierto muy animado que invitaba a quedarse y a dar cuatro cabezazos. ¿El estilo? Sin duda punk costroso, y dicho adjetivo va con la mejor de las intenciones, ojo. Que uno también ha mamado mucho de este rollo en sus días mozos de forma paralela al Metal y sabe también apreciar esta música si se pone a ello. Lo cierto es que algunos de los temas tenían bastante gancho. Las letras eran 100% combativas y con un puntito de agresividad extra en alguna de ellas, como a mí me gusta. Músicos de técnica sencilla con riffs veloces y batería a toda hostia. Experimentaron algún fallo de sonido pero eso no les amedrentó, sobre todo a Miguel Ángel Azorín (dueño y señor de las tierras del Morgul) que se mostró, sorprendiéndonos a todos los que no le habíamos visto antes en acción, como un auténtico flecha de escenario, moviéndose como pez en el agua, recorriéndolo una y otra vez y arqueando el lomo sin parar de berrear. Punk patatero de toda la vida, sí señor, recordando alguna vez a los Eskorbuto (de quienes, por cierto, versionaron Historia Triste) y tras en plan más melódico como hacían los Piperrak o El Último ke zierre. De su segundo disco, acertadamente titulado como “Mundo de esclavos” (que nadie lo dude, esta es la realidad de mierda en la que vivimos) salieron varios temas del setlist como por ejemplo Intoxicándote o la propia Mundo de esclavos. Salvo la versión mencionada y la de Asko de los Potrotaino (incluida también en su segundo disco), el hecho de que todo su repertorio fuera propio es algo loable sin tener que apoyarse una y otra vez en versiones (que ya estamos hasta los cojones de tributos, grupos de versiones y polladas por el estilo). La gente, no se puede cuestionar, lo pasó en grande, disfrutando por todo lo alto (especialmente el punk que usaba el escenario como cama jajaja), formando mosh ocasionales y apoyando al grupo local coreando las letras que, aunque bastante simplonas, fueron llevadas al directo con mucho empuje y eso es lo que importa, llámese actitud o como uno quiera. El Sr. Miguel Ángel, con una castaña considerable, se erigió como foco casi total de atención, invitando en ocasiones a peña a salir al escenario mientras él bajaba a meter cizaña entre el personal. Bueno concierto, aunque al final se nos hizo un poco largo, pero cumplir, desde luego, cumplieron lo prometido y la liaron todo lo que pudieron.
Pero sin duda, lo mejor de aquella noche (o lo peor, según se mire…) es que por la situación y por las condiciones en las que se celebró todo aquello, me trajo grandiosos recuerdos de una época, de un tiempo no tan lejano, cuando aquí, en este mismo pueblo donde vivo, casi totalmente acabado para el Rock’n’Roll y sus variantes actualmente, ante cualquier concierto, no importaba lo cutres o desconocidos que fuesen los grupos ni lo apretados que estuviésemos, todo el mundo de cualquier tribu, palo y edad, movía el culo para salir y poner su granito de arena contribuyendo y apoyando a las bandas con su calor, una época donde lo único que importaba era pasarlo de puta madre sin importar nada más, sin prejuicios… que contrasta con la realidad actual, donde empotrarse en el sofá frente a la tele es el pasatiempo de los fines de semana para mucha gente aunque haya alguna movida interesante dentro del rollo… cosa, por otra parte, harto rara de ver hoy en día. En fin, disculpad este arrebato final de nostalgia, pero o lo decía, o reventaba.
Para finalizar respecto a la noche del sábado, como siempre agradecer a toda esa gente que he nombrado antes (y a alguno más que se me pueda haber olvidado) la compañía y el hecho de montar movidas tan dabuten (y encima gratis), de esas que casi de forma inesperada te pueden salvar el plan de un sábado. Nos despedimos de todos ellos y con calma, palique y buena música de los Megadeth desandamos el camino que nos volvía a separar de Caudete, pero seguro que no por mucho tiempo, ya que el Morgul seguro que tiene algún as en la manga en forma de concierto guapo. Estaremos al loro. Hasta entonces… a muerte.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
Eres el amo... la policía no la hemos tocado porque no nos daba tiempo... y yo no bebo, era de un colega... jejejejeje
ResponderEliminarMuy buenas tío jeje. Disculpas por el error, no conocía demasiado bien los temas y por eso se me coló este. Error de memoria. Por lo demás, muchas gracias, un abrazo (deduzco que eres Miguel Ángel jeje) y mucha suerte para el futuro.
ResponderEliminarDe nada hombre, gracias a ti
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