lunes, 23 de noviembre de 2020

Rock'n'Roll will NEVER die (Jolly Joker, Sábado 21/11/2020, Loco Club, Valencia)

El pasado día 31 de Octubre tuvimos el privilegio de poder ver (en mi caso, por primera vez) a Yannick Lane Lazy (guitarrista y vocalista de Jolly Joker respectivamente) en formato acústico en el viejo Carmen de Valencia. Fue un concierto cargado de buen rollo, emociones y feeling, y además, supuso una buena ruptura ante la desastrosa sequía de conciertos que nos asola a los amantes del Rock y el Metal. Un punto de apoyo tras casi dos meses sin poder asistir a nada en directo, lo cual para mí significó muchísimo. Al poco de celebrarse el bolo, un pajarito (o más bien un pajarraco jajaja) me dijo que algo gordo se estaba tramando otra vez en Valencia. Me preparé para una buena sorpresa, pero creo que nunca hubiese imaginado algo como lo que finalmente tuvo lugar este sábado en el Loco Club. Salvo las dichosas prohibiciones y limitaciones varias, un concierto en toda regla, con electricidad, con movimiento, con energía pura encima de un escenario de verdad, como los que ‘antaño’ visitábamos todos y cada uno de los fines de semana, y de la mano, como no, de unos Jolly Joker que a día de hoy y desde hace ya muchos años nadie me podrá negar que son la mejor banda de Hard Rock que tenemos en este condenado país. Y no es ni de lejos por casualidad. Es una reputación que se han ido labrando desde sus inicios por medio de temas sobresalientes, un directo demoledor, su atención a los fans, sus incontenibles ganas de tocar dónde, cuándo y cómo sea… y cien cosas más entre las que por supuesto se cuentan los cojonazos que le están echando al tema con la que está cayendo. Si hay una banda a la que se pueda colocar el adjetivo de IMPARABLES, con mayúsculas… no lo dudéis. Esos son nuestros Jolly Joker.

A pesar de tener bastantes cosas en contra, no dudé ni un segundo a la hora de comprar las entradas tan punto anunciaron la fecha, aun faltando varias semanas y con un panorama que resulta de todo menos alentador. El día D casi no pude dormir por los nervios, y es que llevaba muchísimo tiempo deseando que llegara el momento de volver a ver rugir las guitarras en un escenario después de casi tres meses en mi caso (lo cual es un calvario…). Sabía que este bolo, si todo salía bien, me iba a dar energías para aguantar lo que tenga que venir, así que, por mucho riesgo que corra, por mucho virus y muchas limitaciones que haya ¿cómo resistirme a ello? Sencillamente no puedo. Veinte minutos antes de empezar el show, y tras tomarnos unos cubatas con nuestro colega Popi y su gente en una hamburguesería llamada La Piedra Angular (que ningún fan del cine de Tarantino debería perderse), ya estábamos en la puerta del Loco Club, y la entrada fue casi automática. Pillamos unos asientos de alucinar, en primerísima fila. Si los nervios pre-concierto apenas me dejaban estar quieto en la silla, me imaginaba que las iba a pasar putas una vez la banda entrara en acción.

Hasta aquí, detalles mundanos y sin importancia. A partir de aquí, la NOCHE que no olvidaremos nunca. Eran las 21:00 horas ya y estaba sufriendo. Cada minuto contaba porque teníamos que adaptarnos al jodido toque de queda de mierda. Pero no tardó mucho en aparecer la figura de Álex sobre el escenario, sonriente y con una ilusión que no podía disimular… y aquí empezó la juerga. ¡Arrancaban! Con I am Rock n’Roll, haciendo honores a su último discazo, “Never say Forever”, y lo mismo que he dicho antes se pudo aplicar al resto de los músicos: vibrantes, electrificados, y tan deseosos de pisar un escenario de verdad que salieron sin freno ni mesura, transmitiendo esa alegría y esos sentimientos positivos que siempre llevan consigo. Su inquietud era casi palpable, y ya en Sidewalks, Yannick no perdió la oportunidad de marcarse el solo en el pequeño saliente que había al frente del escenario, como afirmando: aquí estamos, ¡¡y esto va a ser brutal!! mientras Andi se encargaba de hacer lucir los detallazos de bajo que tiene este tema en su parte central. Pasando a registros musicales más canallas con Hey You, hicieron cantar a todo el mundo bajo las putas mascarillas. Ese pegadizo estribillo y las patadas del incomparable Lane Lazy añadieron un punto más de intensidad en un concierto que iba en una curva ascendente bestial. El mismo Lazy seguía demostrando sus dotes únicas de frontman con Perfect Life que tan bien adaptada como siempre, le permitió relajarse vocalmente y destilar chulería por los cuatro costados. Y esas cosas se notan a la legua, su forma de pavonearse en el escenario, de acercarse a sus compañeros, de coger y lanzar el micro por los aires, de expresarse gesticulando… un espectáculo en sí mismo.

Tras este tema estrictamente rockero, cambiaron un poco de tercio con esos aires de power punk que lleva en sus notas Full of Beans, que para mí siempre marca uno de los puntos álgidos del concierto, un tema soberbio (tanto como Yannick, de nuevo exhibiendo el solo en primera fila) en el que la sillita de los cojones empezó a ser un problema porque me limitó a la hora de soltar ansiedad y volverme loco como siempre. Y no digamos ya Fuck it all, temazo empalmado con el anterior, pura tralla sin concesiones… ¡¡como para estar sentado!! Todo el mundo con el dedo levantado y headbanging a piñón… creo que aquí muchas sillas se levantaron del suelo por la entrega que demostró el público, algo de agradecer a pesar de las limitaciones. Y es que el ambiente estaba caliente, muy caliente. Empezábamos a echar de menos más cortes del “Never say Forever” cuando Lane nos presentó el que es uno de sus temas favoritos del disco: Nasty Habits, concisa, directa, capaz de levantar a un muerto, un estribillo cachondo, Andi que no paraba quieto (¡no puede!), Álex aporreando con toda la pasión del mundo… y ya nos tenían otra vez en comiendo en la palma de la mano. Otra más del último trabajo: Believe, en la que Lazy combinó a la perfección su magia de frontman, su arte para las sonajas y su voz.

A partir de aquí, comenzó una segunda parte del concierto bien definida en la que nos aguardaban un sinfín de sorpresas. Algunas nos pusieron los pelos de punta. Otras nos sacaron de nuestras casillas en el mejor sentido. Y todas aderezadas por ese humor tan cabrón que se gastan los miembros de la banda. Pero en cualquier caso, el show continuaba, estaba siendo una noche tremendamente especial y aun quedaba un buen trecho, y la emoción de estar allí, ante el escenario, bajo el techo de una sala, rodeado de gente, con el mejor Rock’n’Roll sonando alto y claro (además, con un sonido cojonudo, algo a lo que nos tiene muy acostumbrados la banda) no dejaba de crecer, era algo que te hacía desear que aquella mágica noche se prolongara para el resto de la vida a pesar de tener que estar sentados, con mascarilla y sin poder refrescarse el gaznate.

Tras un pequeño descansito, se colgaba el vocalista una guitarra cantidad de guapa… y esto solo lo hace en ocasiones muy especiales. De su instrumento y del de su compañero Yannick (que tiene una CLASE bestial para el acústico) empezaron a fluir los acordes de Bad Crazyness (D-A-D), el primer e inesperado cover de la noche, con un ritmo más comedido que el resto del concierto pero aun así plagado de momentazos y gran intensidad. Pero lo que vino inmediatamente ni en mis mejores expectativas lo pude imaginar. Sacaron su artillería más pesada, se soltaron la melena y dejaron caer una destructiva bomba que arrasó la sala, un petardazo llamado… ¡No Way Out! que no les escuchaba desde su concierto aniversario del pasado año. Si no llego a estar sentado, os juro que me desnuco. La entrega de Álex mamporreando la batería, los coros tan guapos de Yannick, Andi cantando cada frase tras su bajo y sobre todo, la energía y macarrería (y voz al límite) que demostró el cantante nos hicieron encendernos sobre nuestras sillas hasta el punto de que la mía no se despatarró de milagro. Qué fuerza le sacaron en directo… ¡¡impresionante!! Más valía que no continuaran por esa senda o los asientos terminarían estampados contra el techo. Pero aunque muchos piensen y quieran hacer pensar lo contrario, la gente del Rock somos peña civilizada, y finalmente no hubo locuras… como sí las hubo en el local chino de cerca, donde por lo visto a altas horas de la noche se estaba montando la juerga padre sin ningún tipo de respeto. En fin…

A lo nuestro. El Set my Soul on Fire relajó un poco los humos, pero nunca las ganas de seguir viviendo el concierto a tope. Otra vez Lane cogiendo su aro para complementar un tema que me parece de lo más especial de su discografía y nunca debería faltar en sus sets. Tras ella, llegó otro momento sorpresa. Yannick cogió su taburete y se dispusieron a entonarnos unos temas en semi-acústico, empezando por Back From Cali (de Slash, con la que ya gozamos en su acústico de hace unas semanas) y siguiendo con los dos temas de cosecha propia que tal vez mejor se pueden adaptar a esas tesituras, primero Way back home, que fue uno de esos momentos de ‘pelos de punta’ a los que me refería antes, y God’s Kiddin’ en la que me gustaría destacar el papel del vocalista, cantando de puto lujo y cuidando los detalles, transmitiendo todo el feeling de la versión original. Las bases se suavizaron un poco por parte de Andi y Álex para no romper el clima tan guapo, y le dieron el punto perfecto.

Lane nos avisaba de que el tiempo se acababa. También se acababa el nuestro para cumplir el puto toque de queda con la hora y media que teníamos hasta casa, así que bien por esa parte… pero mal porque, como dije antes, uno deseaba con todas sus fuerzas que el tiempo se detuviera para siempre en aquella noche. Esto también implicaba que temas de máxima intensidad estaban a punto de caer, como el mejor ejemplo: Sucker. Tras el rato de calma, volvió la tormenta por todo lo alto, algo que Álex se tomó muy a pecho, y verle reventar la batería con todas las ganas acumuladas de estar frente a ella de nuevo en un escenario fue algo digno de ver. Y es que nunca me ha dejado de flipar la forma de tocar de este puto CRACK. En este último tramo se concentraron las mayores dosis de locura y desenfreno que se vivieron en toda la noche, especialmente cuando llamaron a filas al invitado de honor para que se tocara otro de mis temas favoritos de toda su carrera: el I wanna go, que para mi gusto dura demasiado poco pero que tiene una fogosidad incontenible entre sus notas, esta vez aumentada, clavada y bordada por el artista cuya aparición esperábamos como perros hambrientos… ¡¡¡el gran FRANK SUZ aka SUZUKI SAMURAI!!! (nunca dejéis de escuchar su “Inferno” y estad muy al loro ante el lanzamiento de su próximo EP “Hits from the Crypt”, que promete ser algo grande). Sus teclas acercaron el tema al sonido que tiene en disco. Pero Frank no se limitó a subir, tocar sus notas, saludar y bajarse. Lejos de eso, fue un auténtico espectáculo sobre el escenario, desparramando actitud y genialidad, machacando y maltratando su Hammond, haciendo el gamberro en todos los sentidos y dándole un puto rollazo impresionante a cada tema en que colaboró.

Si el escenario estaba ya en ascuas, a punto de explotar con los últimos temas, la salida de Frank ‘elnuevodiablo’ Suz lo convirtió en un incendio monumental. Nunca podría haber imaginado que, con todas las restricciones, se podría llegar a vivir un ambiente (a pesar de tooooodo lo que ya nos había hecho sentir el grupo) como se respiró en Rockin’ in Stereo. Manos levantadas, cabeceos, gritos, sonrisas y un jolgorio que le duplicaba a uno las ganas de vivir. Y esto también se reflejó en cada uno de los músicos, Andi desmelenándose como si no hubiese un mañana, Álex empleándose a fondo con los palos, y Lazy puteando amistosamente el teclado de Frank (se notaba la infinita compenetración entre ellos) y dando patadas al aire con el comienzo de Dressed to Kill (incluso bajó a darse un garbeo entre nosotros), un chutazo de puro Rock’n’Roll pinchado en vena con la que Yannick se despatarraba en primera línea de fuego. Quien no estuviese allí no lo pudo sentir de verdad, pero os aseguro que al menos yo estaba completamente empapado en sudor a pesar de estar sentado.

Pero la hora de marchar, incluso apurando el tiempo hasta el máximo riesgo, llegó para nosotros. Esperamos jugándonosla hasta los primeros compases de Hammersmith Palais, una cover guapísima de una antigua banda de M. Monroe, Demolition 23, con la que ya nos obsequiaron en el también inolvidable concierto de Julio en el 16 Toneladas. Arrrggghhhh, ¡con lo que me mola ese puto tema! Pero no había ‘tu tía’: tuvimos que salir de allí escopeteados, sin mirar atrás para no fomentar más la tentación de mandar a tomar por el culo este toque de queda estúpido, absurdo y completamente inútil. Y la verdad, fue un auténtico fastidio también por no poder quedarnos hablando un rato más con toda la gente guapa con la que coincidimos en algún momento de la noche, Popi, Manu, Porti (que ganas tenía de veros cabrones), Vicent (sempre es un plaer), Mauricio (cuídate mucho, argentino loco)… y repartir abrazos por doquier.

Un 10 para la banda, un 10 para Suz, un 10 para el Loco Club, y otro más para toda la gente que asistió y a la implicada en la celebración de este concierto que a tantos nos devolvió la alegría y nos dio ánimo para seguir adelante ante la penosísima situación que sufre nuestro rollo en la actualidad. Resumir los más grandes, intensos y brillantes momentos de este concierto sería un ejercicio baldío, ya que desde el primer hasta el último minuto fue una descarga de energía casi ilimitada. Ojalá no tarde mucho en repetirse algo así. Me jode muchísimo que tenga que ser en plan capado, ni la banda ni el público quiere eso, pero de momento no quedan más cojones que hacer las cosas así, y tenemos que cerrar la boca y aceptarlo. Pero como digo siempre, no podemos aceptar para siempre que nos impongan sus formas y sus prohibiciones. Esto ya ha ido demasiado para abajo, es hora de ir subiendo hasta volver a recuperar esa grandiosa escena que particularmente en Valencia se vive como en muy pocas otras partes del país.

QUE SE JODA EL VIRUS Y LA CULTURA DEL MIEDO. LARGA VIDA AL ROCK’N’ROLL. ¡¡¡Y VIVA JOLLY JOKER!!!

_|,,| JaviMetal (Is the Law) |,,|_

Jolly Joker (Sábado 21-11-20, Loco Club, Valencia)

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