Y esto último ya de por sí, es de agradecer muchísimo. Para nosotros el concierto más interesante, además, caía en viernes, y comenzaba a una hora más que razonable, las 23:30, por lo que era accesible a casi todo el mundo aunque fuese día laborable en los alrededores. Como no podía ser de otra forma, el evento se celebró cumpliendo con las normativas, con las consabidas sillas, etc. Y vamos al grano. La banda a la que acudimos a ver no eran otros que los caudetanos Kilem, a quienes ya tuve el placer de ver hace un par de años en el Pub Morgul junto a los estadounidenses Taipan. Lo cierto es que un bolo así en plan cañero sentado corta un poco el rollo, pero de momento está clarísimo que es eso o nada, así que a ese respecto pocas dudas tuvimos.
Tras un par de birrazos a unos precios muy, pero que muy asequibles (bravo por la organización, así da gusto joder), encontramos aposento justamente en las sillas que minutos antes ocupaban los miembros del mismo grupo, así que nos vino de perlas para juntarnos con la colega Cris y toda la basca. Sin demasiados preámbulos, arrancaban Kilem en un ambiente, digamos, ferial que tal vez no era el más apropiado para un concierto de estas tesituras, pero el apoyo de las primeras filas, desde luego, lo tuvieron desde el principio. Lo de los caudetanos es un Groove-Metal potente y agresivo, y con la banda ya al completo, todos ellos visiblemente felices de poder estar de nuevo sobre un escenario, empezó la tralla con temas como Ríos de sangre y Dicotomía, despertando poco a poco los primeros cabezazos desde el público, quienes también teníamos muchas ganas de Metal en directo a pesar de ser un concierto, por así decirlo, de reducidas dimensiones en muchos aspectos. El equipo era el que era, y tampoco podíamos esperar un gran sonido. Lo cierto es que así fue, y mientras el bajo de Álex sonaba muy protagonista y la batería de Salva se comía gran parte de los instrumentos, las guitarras de ‘Oli’ andaban algo desaparecidas en combate, y es una lástima, porque en temas como Eje del mal o Hijos de la revolución (ambas se pueden escuchar en su demo del 2019) hubo muy buenos riffs y punteos que de haber sonado más altos hubiesen hecho sonar a su vez los temas más gruesos todavía. Fran a las voces se iba viniendo arriba poco a poco, y tras presentar uno a uno a los miembros de la banda, seguía pateando el escenario con un tema que abordaba el eterno conflicto palestino y Negras tormentas, un corte que, a buen entendedor, ya deja entrever la postura política de la banda. En ella, Álex se bajó de un salto al suelo para tocar casi entre nosotros, el público. La verdad es que lo hizo de puta madre, y no solo aquí, sino durante todo el concierto. Sus punteos rápidos y apurados y su visible técnica lo erigen, en mi opinión, como uno de los mejores músicos de la banda.
Unos traguitos para hidratarse de parte de uno de sus colegas que andaba haciendo el cabra por allí, y sin dar más tregua, ni al directo ni a su espíritu reivindicativo, la emprendían con Andrómina (si no entendí mal el título), que habla contra esa grandísima basura que es la televisión, una burrada de tema, súper cañero desde el inicio, con unos guturales de miedo y además, en su recta final, híper acelerado con un Salva echando humo sobre su batería. Una vez más, Álex daba el máximo en cuanto a líneas de bajo con Santa Inquisición, que resultó ser además uno de mis temas favoritos, o en Bronca, una que estrenaron en vivo esa misma noche (y que dedicaron a la pelirroja Cris jeje) lo cual le dio ese punto especial al bolo. Lástima que el sonido, a estas alturas ya, todavía no se había estabilizado, pero por suerte al final uno se acaba acostumbrando y consigue disfrutar lo que le echen. Esta vez contra el maltrato animal, Fran se dejaba la garganta ya al 100% con Cobarde, un tema que por algún motivo me recuerda de refilón a los Hamlet en sus primeros tiempos. El concierto había corrido rapidísimo, y casi sin darnos cuenta, pero por supuesto habiendo pasado un gran rato, ya se despedían de nosotros. Pero era una falsa despedida, y como regalito final, nos interpretaron una versión más que conocida, el Territory de los Sepultura, con la que dimos el headbanging final y Salva hacía un muy buen trabajo a la batería como colofón.
Cabe decir, porque es justo hacerlo, que tras ellos se preparaba otra actuación, las de los aspenses Alkayata, una banda que ya cuenta con un par de discos a sus espaldas y se han ganado bastante respeto dentro de la escena Punk Rock. Tan solo vimos el principio, unos cuantos temas de su actuación y, para ser sincero, a nivel musical tocaban mucho mejor de lo que esperaba, con grandes detalles en las guitarras sobre todo, algún que otro solo, un bajo no demasiado lineal y por supuesto un incansable vocalista que se hizo rápidamente el puto amo del escenario. Tal vez les vea más adelante con más calma si tengo la ocasión, pero la verdad es que al no ser para nada mi estilo y tras una actuación de Kilem que ya me dejó a gusto, mi colega y yo nos retiramos de vuelta al pueblo, llegando sobre las 2 de la mañana, pero aún nos quedó por delante una larga sesión de cubatas, conversaciones tronchantes y unas buenas manitas a la Brisca hasta las tantas de la madrugada.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
Kilem (Viernes 03-09-2021, Recinto ferial de Almansa)
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