El carácter especial del show no solo lo daba el hecho de que Jolly Joker repitiese en la Boveda por la puerta grande. Por una parte, se trataba de su último concierto de la extensa gira del “Never Say Forever”, sin duda la de mayor crecimiento de la banda a todos los niveles. También anunciaron desde el escenario que su próximo paso sería encerrarse en el estudio para terminar de dar forma al nuevo disco en el que llevan ya currando un tiempo (y que yo por supuesto espero como agua de Mayo). Y asimismo, se trataba del último concierto que Paco Muñoz daba con ellos cubriendo el vacío que dejó Álex en la batería, así que por una parte teníamos despedidas y por otra, muchísimas ilusiones en el futuro del grupo. Por supuesto, también guardaban varios ases bajo la manga para regalarnos durante el setlist, pero eso ya lo comentaré más tarde.
Primero, llegada a la capital barcelonense junto a mi chica. Segundo, unos buenos cubatas para ir calentando motores, que a las cinco de la tarde entran como el puto Dios. Reunión con nuestra amiga Elena para empezar el desfase, a quien se le unirían al momento Julie y Cristina para completar la mesa. Más tarde tendría el placer de encontrarme y hablar largo y tendido con dos buenos colegas, Cristina y Joan que como fans a muerte de la banda tampoco quisieron perderse la celebración. La cosa iba pillando mucho color. La apertura de puertas era inminente, así que tras el último copazo nos fuimos al trote a formar en una cola que ya se iba alargando. En el interior de la Boveda, como ya esperábamos, un ambientazo de órdago, y nosotros ya sentados en segunda fila. Comenzaba otra inolvidable noche de Rock’n’Roll.
A ritmo de buen Heavy Metal y Hard Rock estábamos ya deseosos de que comenzase el concierto. Muchos colegas, un ambiente descomunal, mucho calor, luces y griterío. Solo faltaban las grandes estrellas de la noche, que mientras sonaba aún la música de fondo, iban saliendo a afinar sus instrumentos. Solo faltaba Lane Lazy, que tras los primeros acordes de I am Rock n’Roll saltó al escenario hecho un toro, rebosante de energía, carisma, y en un estado vocal impresionante. Con la banda ya al completo, los baquetazos de Paco y sus movimientos nos dejaban hipnotizados, y todo ello con un sonido muy muy alto y claro. Por si todavía quedaba alguien a quienes no se hubiesen ganado de primeras, en la parte instrumental de Sidewalks invitaban a todo el público a dar palmas acompañando a esa implacable sección rítmica formada por Paco y el gran Andi, lo cual terminó en griterío, headbanging y jolgorio a lo largo y ancho de la sala. Muy poco ya tiene que demostrar esta gente a nivel de credibilidad, y aun así se siguen dejando la piel en cada directo. Mientras el bajista corría su particular maratón rodeando el escenario, la provocativa e insinuante Hey you! (con una voz de 10 por parte de Lazy) nos tuvo a todos con los brazos en alto y las miradas fijas en el escenario… ¡imposible dejar de gritar con ella! a lo que hay que unir esos gestos que tanto nos molan como cuando Lane y Yannick juntan espaldas para interpretar alguna parte del tema. Sí o sí tenían que dedicar unas palabras al respetable, anunciando su retirada por un tiempo de los escenarios para dedicarse a su cuarto disco, y agradecer a todo el mundo por haber vuelto a llenar la Boveda por segunda vez en unos pocos meses. El aplauso y los cumplidos que recibieron a continuación fueron sobradamente merecidos.
Remontaban el ritmo con Perfect Life, con esas cuerdas de Yannick que casi te dejan en éxtasis y la gente encendida de nuevo en sus (putos) asientos para, sin respirar siquiera, dar ese subidón de adrenalina pura que es Full of beans, tema que implica sin falta desmadre y buen rollo a raudales, coordinándose Andy y Lazy para hacer los coros mientras estallaba ese solo de guitarra que me vuelve loco. Y es que no solamente es lo que toca, es CÓMO lo toca, el guitarrista aquí descarga toda su pasión y se hace el amo indiscutible del escenario, y todavía le sobra actitud para encarar uno de los temas más bestiales de la historia de la banda, que sin tiempo para asimilarlo nos hacía llegar Paco desde el seísmo que se creaba ya en su batería. Fuck it all nos trajo algunas de las mejores interpretaciones de la noche, de hecho no sabría decidirme por una solo. Tanto Lane con esos gritos de rodillas, Paco martilleando la batería, Andi sacando humo de su instrumento y Yannick, pie sobre el monitor, incendiando la sala con su fulminante solo… ¡¡Agüita!!
Normalmente os diría que estas tres últimas canciones forman parte de mi intervalo favorito en un concierto de Jolly Joker, pero es que en esta ocasión lo que continuó fue algo también de lujo. Obligatorio para todos fue despedir a Paco como se merecía, pero no sin antes cantarle por su aniversario… aunque parezca que por él no pasen los años. La vacilona Nasty Habits volvió a ponernos en faena, como comentaba con mi colega Joan, un tema que es un auténtico tiro a bocajarro, súper cachonda, corta pero bien compacta, que te da unas ganas de fiesta exageradas. Tantas como tenía el vocalista, que zarandeaba sin parar el micro con un saber estar sobre el escenario de esos que imponen, del auténtico Rockstar que es. Sorprendentemente, esta vez no sacó su pandereta para acompañar Believe, pero cubrió esa parte del espectáculo con sus balanceos y sus provocaciones. Andi (el bajo me encanta particularmente en este tema) y Yannick intercambiaban sus posiciones sobre la marcha.
El auténtico bombazo (al menos para mí) fue lo que vino a continuación, la interpretación de ese TEMAZO que ya grabaron en estudio llamado Blackout in the Redroom (de sus estimados Love/Hate), un sorpresón de cojones que nos dejó sin habla, pero eso sí, con muchísimas ganas de gritarlo hasta acabar afónicos. Por suerte no fue el caso de L. Lazy, que aguantó más que dignamente el tirón hasta el final de un tema tan jodido. Otro de esos momentos en que la adrenalina se dispara sin control en un concierto, y no fue ni mucho menos el único ni el último, ya que a piñón fijo entraban con un tema que me hace hervir la sangre. No way out, con Paco reventando sin compasión la batería y un solaco de Yannick para flipar (también por su sobrada actitud) puso la sala patas arriba. De hecho, casi literalmente, ya que la peña de las primeras filas apenas aguantaba en sus asientos. La verdad es que en momentos así, de tanta intensidad, uno pierde la noción del mundo y le suda los huevos todo lo demás. Y al final, esos son los momentos que me dan la vida.
Pasaba el tiempo y yo no me daba ni cuenta. Seguían cayendo, casi empalmando, temazo tras temazo, y tras un tiempo sin bolos y más todavía sin verles a ellos, fue casi como un trance de la mano de Set my soul on fire, guapísima (también sin pandereta), con Andi disfrutando por todo lo alto y ‘chocando’ espaldas con el vocalista, o la que fue su segunda versión de la noche, All my friends are dead de Turbonegro (gracias a Manu por el apunte), todo un latigazo de energía en la cara… aunque viendo como se lo estaba pasando el personal, se diría que el bolo tuvo un nivel constante y altísimo de energía. Siempre lo he dicho y nunca me cansaré: disfrutar de la coordinación y hermandad que muestran Lane Lazy y Yannick entre ellos es, en sí mismo, algo digno de ver. ¿Qué se enredan los cables? Pues un bailoteo dando vueltas, y solucionado. ¿Qué hay que cantar a dos voces? Pues se acercan y usan un solo micro. Y detalles así durante todo el show. Maravilloso.
El sonido más sleazy, la vena más gamberra y chulesca de la banda volvió a reflote con Sucker, que todo el mundo recibió con los brazos en alto, desgañitándose con el estribillo. Es que nos lo estábamos pasando tan de puta madre que la mínima oportunidad era perfecta para hacer el gamba y colaborar con el grupo. Yannick echaba más leña al fuego provocando al personal desde primera línea de escenario… y ya ni siquiera Paco podía quedarse sentado en su taburete jeje, y seguía demostrando una fuerza descomunal aporreando la batería en I wanna go, que me llegó también por sorpresa… y eso me encanta en un concierto. Al igual que dije con Nasty Habits, un tema muy compacto con una parte final arrolladora que te deja con tembleque. Prematuramente llegó Rockin’ in Stereo. Y digo lo de prematuramente porque las horas aquí se me habían pasado como minutos y no me podía creer que el final estuviese ya llegando. Ahora… con el fiestón que montan con este tema, no hay lugar para pensamientos de despedida, no hasta que cuelguen definitivamente los instrumentos. ¡Y quedaba Dressed to kill!, otra de mis favoritísimas en la historia del grupo, con ese momento Lane / Yannick del que antes hablaba, y el guitarrista interpretando el solo dando vueltas sobre sí mismo. Ni corto ni perezoso, Lane saltó a la barra para terminar de cantar ahí el tema por todo lo alto… ¡¡DESCOMUNAL!!
Nadie quería salir de allí por las buenas, y nadie quería asumir que el bolo había terminado. Pero el mismísimo Paco “la jodida bestia” Muñoz salió hasta el micro y vistos los ánimos generales, nos prometió algún tema más. ¡Y no fue cosa de broma! Stay behind sonó atronadora desde su batería, pero también como pura electricidad gracias a Lane, que llevó su voz hasta el límite en esa vorágine de caja, solos y bajos con que la concluyeron a toda hostia. Y como ya hicieron para el adiós definitivo la última vez que visitaron Barcelona, esa cover de L.A. Guns llamada Never Enough les vino de perlas, disfrutando todo el mundo de ella, de los últimos golpes de Paco con la banda, del ‘terremoto’ Andi y de ese Yannick chuleándose al borde del escenario y emulando de puta madre a Tracii Guns (clase para ello tiene de sobra), tras lo cual el petardazo final y las chispas pusieron el broche a una actuación de absoluta reverencia.
Todo lo que se pueda decir de ellos y de su directo es poco, incluso para quienes ya les hemos visto infinidad de veces. Da igual lugar, hora, setlist… es una banda en la que tengo una fe ciega de que siempre van a dar el 101% y por eso jamás me lo pienso dos veces para ir a sus conciertos. Y tú si aún no lo has hecho, deberías, porque te estás perdiendo uno de los mayores shows de Hard Rock que puedas encontrar hoy por hoy. Por supuesto, les echaremos de menos sobre los escenarios en este tiempo en que se dediquen a pulir esa nueva joya que, sin duda alguna, será su cuarto disco, pero por otra parte, esa ilusión nos hará seguirles todavía más de cerca, si cabe.
Continuamos la fiesta por la zona en el BB+, garito ideal para privar a precio razonable, con buen rollo musical y con mucho calor de ambiente, aunque aquella noche estaba lleno de críos casual y el volumen demasiado bajo para mi gusto. Aun así fue una despedida genial, con unos cubatas en mano y con la inestimable compañía de Elena (ens veiem a Miami en quatre mesos), Cris, Joan y toda la basca con la que hicimos piña aquella noche. Por último, prometo no dejar pasar tres semanas más para volver por aquí. Cuidaos mucho y… Stay True.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
Jolly Joker (Viernes 01-10-21, Sala Boveda, Barcelona)
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