jueves, 24 de febrero de 2022

Caballos desbocados (Fright Night II: Stallion + Injector + In Vain + 4 Bajo Zero, viernes 18/02/22, Sala 16 Toneladas, Valencia)

El hecho de que por fin la asociación Metal Bats haya conseguido llevar a cabo, tras meses de organización, un auténtico festivalón de la talla del Fright Night II, después de muchísimo tiempo deseándolo, ya se puede considerar un gran triunfo a favor de la cultura, una victoria más contra la maldita pandemia, y sobre todo, otro buen empujón a nuestro rollo en directo que no está teniendo las cosas fáciles precisamente. Mi alegría va en todas direcciones, hacia la propia organización que siempre se meten un curro bestial para acercarnos bandas de calidad, hacia las bandas que pudieron participar en este esperado evento, y por descontado, hacia todos nosotros, que disfrutamos como locos con las cuatro bandas de las que constaba el cartel. Además, para mi gran ilusión a nivel personal, eran cuatro bandas que nunca había visto en directo, y muy deseadas, así que este festival se convirtió en un auténtico caramelo desde el momento en que se anunció, con los flamantes Stallion como cabezas de cartel, Heavy Metal alemán de pura cepa, y un acompañamiento de puro lujo, con los madrileños In Vain, que me moría de ganas de ver, Injector, otro tanto de lo mismo (ya era hora, joder…) y cómo no, los locales 4 Bajo Zero, que a pesar de lo repasados que tengo sus dos álbumes, este fue mi primer contacto con ellos en directo. En la sala 16 Toneladas, que afortunadamente fue la que acogió el festival, de nuevo se respiró un clima inmejorable. Cero malos rollos, y mucha peña acudiendo a la cita con un único objetivo: pasarlo de destripe y meter headbanging hasta que nos doliera el cuello. La hora de apertura de puertas fue algo tardía, aunque entiendo que fue por ser viernes laborable, así que… ¡¡Heavy Metal hasta las tantas de la madrugada!!

Nosotros, que no esperábamos que se demorara tanto el inicio la primera banda (aunque los horarios se cumplieron bastante bien, tal como estaban estipulados desde un principio), nos acercamos al Easy Pizza a pillarnos unas deliciosas porciones para cenar algo, y posteriormente a tomarnos unos cuantos cubatas para amenizar la espera en el sitio más barato y cutre posible, es decir, donde siempre. Sabíamos que íbamos a encontrar muchas caras conocidas en la sala, pero no imaginábamos cuántas. El ya habitual Popi, Ángela y Pablo, Cris, el crack de Vicent, Marta, el puto Manu (con cariño, jeje), Doria y Porti, Carlos y hasta Félix, que hacía siglos que no me encontraba con él, fue un placer compartir la velada con todos vosotros y alguno que se me pueda haber olvidado.

Por fin llegaban las 10:30 de la noche, y las puertas de par en par de la sala nos invitaron a acercarnos rápidamente a la primera actuación de la noche, que correspondería a los valencianos 4 Bajo Zero, practicantes de un Heavy Metal clásico, muy clásico, con influencias de muchas y grandes bandas nacionales que han marcado el rollo en nuestro país. Parece increíble, pero fue la primera vez que les veía en concierto tras tanto tiempo escuchándoles. Conforme ha pasado el tiempo, es una banda que me ha ido calando más y más, y en este primer contacto, me dejaron satisfecho, justo lo que esperaba de ellos. Con esa Quiero más (desconozco si hubo alguna anterior) entramos ya dándole cera al cuello para ponernos en las primeras filas, en una sala todavía no demasiado llena pero que desprendía mucho calor. Aunque con las mascarillas obligatorias, no dejo de agradecer la vuelta de los conciertos de pie, y espero que nunca tengamos que volver atrás… Pero ahora, a lo que vamos. Vagones de sangre puso a Rebeca Montón de nuevo en el centro mismo del escenario… y de todas las miradas, porque es imposible no quedarse pasmado, especialmente en las partes más altas, con la enorme potencia y altura de su voz, algo que sin duda es el principal valor del grupo, entre otros. La banda ha editado muy recientemente un nuevo single, con dos temas nuevos.

El clasicismo que siempre han infundido a todos y cada uno de sus temas también está presente en Presa o rival, perteneciente a esta última grabación, pero se nota un sonido un tanto más depurado. Destacar, en esta parte del concierto, el solo tan guapo que se marcó Gonzalo Lorente en Sicario o las melodías vocales de Rebeca en Antihéroe, que dio título a su primer LP. Esa Abominable también me supo a gloria, y fue uno de los temas que más animó el cotarro, incluso vimos en ella una mayor actividad sobre el escenario, aunque en general tampoco fuese demasiado intensa, salvando la de la vocalista y e Iñaki Genís, que también se dejó los cuernos en la batería. Lo suyo son letras sencillas, pero que acaban llegando bastante precisamente por ello, como la de Miente (con unos dibujos chulos en el bajo de Tomás, que entró a favor de Andi hace ya casi tres años) o Dame la respuesta, que igualmente nos trajo un solo de lo más variado, junto a unos tonos muy extremos de Rebeca. La colaboración del público en Paradise no hizo sino alentar más a la banda, que a continuación disparó esa Reacción, amparada en la potente batería de Iñaki, poniendo punto y final a una actuación con la que lo pasé en grande y sirvió para calentar el cuerpo a tope.

Momentazo de la noche para mí, tras salir a charlar con unos cuantos colegas a la calle, con In Vain, una banda que, a pesar de que ya han girado por todo lo ancho y alto de nuestra geografía, tampoco había tenido el gusto de ver hasta esa noche. Y mira que las ganas que les tenía no eran pocas… y aumentaron exponencialmente después de meses enganchado al que hasta la fecha es el último y probablemente mejor trabajo de su carrera, “All hope is gone”, del que para la satisfacción de muchos, cayeron unos cuantos temas. Nada más abrir su show, de hecho, ya atronaba esa Evil’s in my soul, primera del CD, con un sonido tirando a bueno (la 16 Toneladas rara vez falla) pero mejorable. Un público bastante dispuesto, y con muchas ganas, se entregó paulatinamente a ellos, mientras su vocalista Daniel saludaba y anunciaba uno de los temas más tralleros que han compuesto, In death we trust. En composiciones como esta, In Vain se salen del Heavy Metal más tradicional, y exploran otros terrenos, acercándose en ocasiones al Thrash por la dureza de ritmos, guitarras y baterías de lo más explosivo, tal como suenan la poderosa Blood & Steel, primer tema de su anterior “IV” o sobre todo, por encima incluso, Falling to the ground, con una potencia y ferocidad de miedo, atronando nuestros oídos la brutal batería de Teodoro Seoane, que metió una cera de la hostia durante todo el bolo que nos dejó doblaos. Por suerte, la voz de Daniel y sus agresivos agudos sonaban bien altos. Para No future for the world hacían la presentación ‘oficial’ de Julio Abadía a la guitarra, y bromearon con que si la ovación era lo suficientemente fuerte, se quedaría en la banda como miembro fijo. Talento, desde luego, no le sobró. Su dominio del shredding fue patente, y nos sorprendió con más de una virguería y una notable actitud sobre las tablas, complementándose muy bien con Dani y Mario al bajo.

Se veía venir, ante las ganas de fiesta de la peña, que aquello se desbocaría de un momento a otro, y con Serenity valley, ante una banda que no dejaba de echar más leña al fuego, llegaron los primeros mosh que afectaron a las primeras filas sobre todo, entre empujones y sudor, y alguno que otro más se vio en Dragon Hutress, provocado por el cabalgante doble pedal de Teodoro a piñón fijo. Ya esperaba un bolo bien cañero… ¡pero aquello fue bestial! Sin parones, pero con mucha simpatía cuando estos se daban, Daniel nos seguía presentando los temas. Hellhounds, con ese aire tan ‘Panterero’ fue, a continuación, el primer y único exponente de su opera prima, “Of gods and men”. Con el tiempo, la banda ha ido personalizando su sonido, añadiendo matices a su estilo y mejores producciones, pero lo que está claro que no ha cambiado un ápice es su ímpetu por dar caña burra. No hubo un solo momento de respiro durante su show y, por decirlo así, la más ‘calmada’ pero con unos riffs monumentales, fue Hannibal ad Portas, que me alegré un montón de escuchar porque creo que es de lo más original que han hecho. Las partes guturales no se percibieron demasiado bien, pero aún así, guapísima. Guitarras que cortaban el viento para el inicio de War Machine, que dejó un final de lo más destructivo, sin duda una de las mejores actuaciones de la noche. La selección de temas, hecha para matar, junto a un público que les tenía bastantes ganas fueron ya buenas cartas, y si el sonido hubiese sido mejor todavía, ya habría salido todo perfecto. Con todo, muy contento con ellos.

Salimos a tomar el aire un ratillo porque en la sala hacía bastante calor, lo que chocaba con el fresquillo que hacía en la noche valenciana al raso. Se nos pasó el rato volando y de forma súper agradable con Pablo y Ángela, y volvimos para dentro a continuar dando guerra, nada menos que con Stallion. Con estos germanos es difícil equivocarse, al menos, en cuanto a lo que uno va a encontrar una vez cae el telón. Esta, mi primera experiencia con ellos, no pudo ser más gratificante. Actitud hasta los topes, cuero, gritos incesantes, solos de puro acero, doble pedal a tope, sonido fuerte, y tachuelas, literalmente, hasta en los huevos, como iba vestido su vocalista Pauly que, junto a sus compañeros, salieron a matar sobre el escenario, ostentando una energía y un desmadre que se vio fielmente reflejado en los primeros temas, Waking the demons y Down and out, eléctricos, encabronados, con un solo cantidad de guapo por parte de Äxxl y un bajo muy prominente en cuanto a sonido, y desde su primer EP, Killing time continuó la cacería. Aquí veníamos a partirnos las vértebras, nada de quedarse parados. Muy difícil no hacerlo, por otra parte, con cortes como la ultra speedica No mercy, donde el cantante Pauly contó con un buen apoyo a los coros de sus compañeros. Este se comportó de una manera absolutamente ejemplar sobre el escenario. Le podías ver pisoteando los monitores, y a los 5 segundos matándose a headbanging, y luego apoyándose contra alguno de sus compañeros, siempre puño en alto y poniéndole muchísima pasión escénica al asunto. Son gestos que hacen que, en el caso de que uno no conozca al grupo, igualmente se lo pase como un enano viéndoles. Terminando ya el tema From the dead, con esas melodías de guitarra rápidas y agresivas, su mensaje quedó claro por primera vez en la noche KILL FASCISTS!!! ante el aplauso general. Y no sería la última.

Volvían a la carga con Time to reload, con un sonido cantidad de Heavy, y Wild stallions, demostrando aquí especialmente el vocalista un aguante digno de aplauso, aunque tal vez sería incluso más complicada de cantar Die with me, un medio tiempo con grandes agudos que me cayó de forma inesperada, muy emotivo a su manera, que formó el momento más pausado del show… que tan solo duró hasta que Aaron la emprendió a golpes con su batería para Kill the beast, con ese estribillo tan coreado puño en alto, o Underground society, cuyo final ‘rollo Whiplash’, tan de su estilo, nos doblegó bien el cuello. Hicieron un pequeño descanso en este punto, y nos comentaban los buenos recuerdos que tienen de nuestro país cuando, en su anterior gira, también pararon por Valencia (según me comentó mi colega Pablo, en el año 2014) con Bullet y Striker, casi nada. All in continuó aquella gran fiesta de Metal, con los primeros espontáneos en subir al escenario, pero la banda continuó la marcha sin inmutarse. Y es que con mesura, siempre molan estas apariciones puntuales jeje. Mediante Pauly, la banda agradecía enormemente a los Metal Bats por la movida montada, y a todos en general por asistir antes de continuar con The devil never sleeps o Rise and ride, título también de su primer disco, que precedieron unas voces pre-grabadas. Gritando de nuevo ese KILL FASCISTS, ahora sí que sí, y a modo de bis, Canadian Steele fue su despedida, por todo lo alto, como no podía ser de otra forma tras un concierto tan espectacular y abrumador como el que se curraron. Al final hasta terminé subiendo yo sobre el escenario, pero por obligación y sin que sirva de precedente, que conste xD. Sea como sea… ¡brutales Stallion! ¡Por fin!

Y seguíamos en pie. Cada vez con la peña más desmadrada (algunos más divertidos, otros extremadamente pesados…) el buen clima seguía estando muy presente en la 16, que para este último bolo de la noche se vació un poco, pero fueron todavía bastantes los que se quedaron a ver a los cartageneros Injector. La verdad es que en nosotros el cansancio empezaba a hacerse patente, casi diría que todavía no nos habíamos recuperado del todo de aquella brutal paliza física que fueron los 15 días en Miami sin parar ni un minuto, pero por otra parte, era la primera vez que tenía delante a estos thrashers, y maldito sería si me los perdiese. Es algo que no consideré ni por un segundo.

Convenientemente presentado el concierto por el sr. Alapont de los Metal bats, los de Cartagena rápidamente tomaron el escenario en toda su extensión, y ya de salida, atacaron con el tema inicial de esa joya de disco llamado “Hunt of the Rawhead” que ha puesto a la banda, definitivamente, en boca de todos los medios y todos los amantes del género por su inmensa calidad. Una afilada y mortal March to Kill, con la que todos los músicos la emprendieron con un enérgico headbanging al ritmo de las guitarras sucias y la estruendosa batería de Aníbal, última incorporación al grupo por el momento. Y más aplastante todavía, si cabe, en Unborn legions, haciendo retumbar toda la puta sala, ahora ya con toda la gente que quería verlos de pie frente al escenario, contagiándose de toda esa brutalidad sonora. Fue una jugada bastante arriesgada meter la banda más bestia del cartel a última hora, contando con el hecho de que empezaron a tocar con ligero retraso. La presencia de gente había disminuido, pero la banda lo dio absolutamente todo, sin importarles este detalle, comunicándose con los que quedábamos allí y siguiendo con su ataque destructivo, con unas implacables Oppressive force, de un “Stone Prevail” que también me flipa e Into the black. Curiosamente, en esta última todo me sonó, en general, bastante mejor ecualizado, como un cañón. La sorpresa inesperada vino de la mano de esa versión que se curraron del Practice what you preach de los Testament, que me puso a 100.

Se nota que es justo su rollo y la interpretaron de maravilla, si acaso, añadiendo un extra de potencia gracias al poderoso bajo de Mafy y el sonido más grueso de las guitarras del vocalista y Danny B. Esto me reavivó bastante, por suerte, porque la segunda mitad del show fue, como mínimo, tan intensa como la primera, aunque no hubo descanso ni división alguna, esta gente no sabe parar. Conste que nunca les había visto antes cara a cara, pero sí en diversos streamings, por lo que ya podía hacerme una idea de cómo se las gastan, y desde luego, no me defraudaron en absoluto, aunque por supuesto no tiene nada que ver un concierto frente a la pantalla que frente a un escenario armándola gorda. Me encantó UTLOA, y me encantó sobre todo la parte instrumental de Rythim of war, particularmente las bases rítmicas, y es que el virtuosismo de Mafy al bajo es algo que salta a la vista de primeras, uno de los músicos, si uno se fija, más espectaculares del combo. Preparados ya para el envite final, con esos detalles de las guitarras que se escuchaban en Feed the monster (otra que me sabe mucho a los Testament en esencia), me fui retirando de la sala, porque la hora se estaba yendo de madre y al día siguiente tenía que madrugar. Confío en que no me perdiese demasiado de la noche, pero desde luego, lo que vi estuvo acojonante. Por supuesto, les volveré a ver tan pronto como pueda, a ser posible estando un poco más fresco jeje.

Y poco más, ya nos despedimos de todo el personal sin demorarnos demasiado para intentar llegar a casa antes de las 5 de la madrugada, y viajecito de vuelta al canto. Muy a gusto, como siempre, con la peña, con la sala y con el ambiente en general, y un gusto haber podido escribir esta crónica, buena señal de que la cosa, aunque con lentitud, va rodando hacia delante y de momento hay buenas perspectivas, especialmente si siguen funcionando así de bien salas como la 16 Toneladas, que siempre está a la que cae. Ahora, a seguir apoyando a la escena, a las bandas, a las organizaciones, salas y promotores sin excusas de mierda que valgan.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_



Fright Night II (Stallion, In Vain, Injector, 4 Bajo Zero, Viernes 18-02-22, Sala 16 Toneladas, Valencia)

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