lunes, 23 de mayo de 2022

Cae la noche, Belcebú... (Frank Suz + Whitestone, viernes 20-05-2022, sala Revólver, Murcia)

Mala racha, últimamente. A pesar de la enorme cantidad de conciertos que se han prodigado en estas últimas semanas, y de lo aparentemente bien y rápido que se está recuperando el mundo de la música en directo tras esta desesperante y maldita pandemia, no las he tenido todas. Cancelaciones (y bastante dolorosas), gastos imprevistos y paupérrima economía, ofertas de ensueño rechazadas por tema de viaje / curro… la cuestión es que ha pasado nada más y nada menos que un mes desde que pisé mi última sala de conciertos. Y eso no me mola un duro. Pero este pasado viernes se daba que era mi cumple, que los 40 solamente se cumplen una vez, y por mis cojones que iba a ser una noche especial y la iba a exprimir al 100%. Y así fue, tal cual, pero elevada a la enésima potencia. Pasé más de la mitad del día en tierras murcianas, donde para comenzar de forma inmejorable la tarde, me reuní con dos buenos amigos para echar una sesión nostálgica de videojuegos que se alargó durante unas cuantas horas y aún me pareció corta (hay que repetir). Y por la noche, llegó para mí el plato fuerte. Sala, ambiente, música, excelente compañía, todo estaba dispuesto, e incluso antes de dar comienzo el show, ya me había compensado sobradamente el tener que ir a Murcia más solo que la una (para variar). Además, el artista principal que actuaría no iba a ser cualquiera, sino uno de los referente imprescindibles de nuestra provincia y más allá en cuanto a Rock’n’Roll, el gran Frank Suz (Gang Bang 66, Babylon Rockets, Doctor Voltaje, etc., etc.), sin duda una de las mentes más creativas y activas que ha habido de nuestro rollo en la zona. La Sala Revólver, en pleno centro de la ciudad, sería la anfitriona del esperado evento.

Por supuesto, ya he visto varias veces al artista y su banda en vivo con la gira del “Inferno”, su primer trabajo en solitario, y de cada una de ellas he salido más contento. Un disco que en un primer contacto me resultó bastante chocante y alejado de lo que suelo oír habitualmente, pero que tenía un magnetismo irresistible que me hizo escucharlo y apreciarlo una y otra vez hasta el punto de considerarlo uno de los mejores trabajos hechos en nuestro país en el 2019. Arriesgado, distinto, colorista, fresco, innovador… son conceptos que se le podían asociar. Pero si esta noche tenía un cariz todavía más especial a nivel personal, es porque iba a ser la primera en la que servidor iba a degustar en riguroso directo su segunda obra, su recentísimo y flamante “Mambo Voodoo”. Y los conceptos anteriormente nombrados no solamente encajan a la perfección también con este segundo álbum, es que directamente lo definen. Si con “Inferno” Frank Suz buscó romper moldes y lo consiguió, con “Mambo Voodoo” sencillamente los ha destrozado, machacado y pulverizado.

Tal vez con ese “Hits from the crypt” como pequeño punto de inflexión entre los dos LPs, “Mambo Voodoo” ahonda muchísimo más en sonidos alejados del Rock convencional, más culturales y más étnicos, siendo un trabajo conceptual que aborda en cada tema, ya sea mediante la letra o mediante la propia música (algo más complicado, si cabe), el universo del Voodoo, sus personajes mitológicos, sus rituales, sus leyendas… y todo perfectamente presentado y engalanado con un sonido inconfundiblemente New Orleans, que en mi opinión ha captado ese espíritu y esencia de una forma maravillosa, tras las incontables escuchas que le he dedicado ya, dejando atrás o en un segundo plano incluso instrumentos como las guitarras o esos sonidos industriales y psicodélicos que fueron santo y seña de “Inferno”. Pero para aquel que lea esto y afronte la escucha con incertidumbre (hasta yo mismo fui escéptico ante tan dramático cambio), le recomendaría que se lance de cabeza, sin miedo, porque al final, en el corazón del disco, la esencia Frank Suz está inconfundiblemente presente, y eso solo puede ser garantía de calidad.

Os cuento cómo fue el concierto y las sensaciones con las que me quedé, pero no sin antes pasar por los acompañantes en calidad de teloneros, los valencianos Whitestone, que a pesar de ser una banda emergente y muy joven, hablar de sus componentes son palabras mayores: Luciano Young a la guitarra y voz, Rafa Bonet al bajo y, para mi mayor sorpresa, nada menos que Dani González, vocalista de los Babylon Rockets, a la batería. Un sonido Rock’n’Roll con mucho Soul y un puntito de Blues aquí y allá, un rollo muy suave con subidas de intensidad en momentos puntuales pero sobre todo muy gratificante que, a pesar de haberme perdido el inicio de su concierto, en seguida consiguió meterme en la onda, de tranqui, disfrutando de una bebida y del grandísimo talento del trío encima de un escenario. Además, el reducido espacio de la sala, la buena acústica (o al menos, eso me pareció a mí) y el rollo íntimo que se respiraba jugó también a su favor. Lo primero que me impactó, como digo, fue ver a Dani tras las cajas y sobre todo, lo de puta madre que lo hizo, mucho nervio, mucha pasión y muchas salidas de ritmo que me encantaron. La elegancia y aplomo del más que experimentado Rafa Bonet y el descomunal feeling que mostraba Luciano tanto a la voz como con esa cantidad de detalles a las seis cuerdas, le daban mucho peso al conjunto. No fue algo para salir a pista a romperse el espinazo bailando, pero fue tremendamente agradable y ante todo muy bien ejecutado, contando tanto con temas propios como con algunas versiones. De entre las últimas, destacó el puntazo con el Get back, de The Beatles (con un puntillo, diría yo, más agresivo que le imprimieron) y de entre las canciones de cosecha propia, me quedé mucho con la que emplearon para cerrar el show, One step back, con un feeling que pegó muy fuerte.

Expectante ante la salida del artista principal de aquella noche, no abandoné la sala ni para echar el pitillo habitual, y suerte, ya que el cambio fue muy rápido. Luciano y Rafa, prácticamente ni bajaron del escenario, ya que también son parte de la formación actual de Frank Suz (doblete al canto), mientras que Dani se quedó en todo momento cerca del escenario dándolo todo de principio a fin. Minutos más tarde, se descorrieron las cortinas y la banda al completo ya estaba más que preparada para que aquel fantasmagórico ritual de voodoo diera comienzo. Pero antes de meterse de lleno en los temas nuevos, y para encender las llamas ya de primeras, LNDLMC (La noche de los muertos calientes) nos puso irremediable e inevitablemente a mover la melena a los todavía pocos que estábamos en primera línea de combate. De nuevo, un sonido muy bueno (nada que ver con lo que me habían comentado sobre la sala) que resaltó bastante los detalles tanto de las teclas, cuerdas, y de la estruendosa percusión a cargo del soberbio Paco Muñoz, un nombre intocable en lo que a bateristas de este país (y más allá) se refiere. Ahora sí (aunque una Louisiana Rougarou hubiese estado fenomenal), entraban de lleno en los terrenos pantanosos y oscuros del “Mambo Voodoo” sin cortarse un pelo con la cañera Íncubus (El depravado), con la que la banda se soltó ya definitivamente y al 100%, sintiéndose evidentemente cómodos sobre el escenario y con muchas ganas de liar algo tocho, siempre manteniendo el humor y el buen rollo por bandera (con esa letra tan hijaputa, jeje). Cogía Frank sus maracas para darle un extra de ambiente e incluso bajaba del escenario para pedir más presencia y calor en primeras filas, mientras Paco llegaba a levantarse de su aposento para dar los últimos hostiazos a su caja. Me dio la impresión de que, con la ausencia de las partes de vientos del disco, el tema cogía mucha esencia setentera en su base. Mambo Voodoo fue el primer tema (en versión demo) que tuve el privilegio de escuchar del disco homónimo, y en directo volvía un poco a ese sonido primigenio, con guitarras más pesadas y batería más tajante, escuchándose bien altos tanto los coros como las notas de Rafa Bonet, las maracas ahora a cargo de Paco, o la fogosa improvisación de Frank con su inseparable Hammond.

La pegadiza y adictiva como pocas No es país para viejos, nos dejó decenas de detalles a las teclas de nuevo con un sonido bastante bueno y pulido, y de un single a otro, del “Inferno” a “Mambo Voodoo”, turno del primer tema que la banda presentó en sociedad, El huerto del conejo muerto (cuyo impagable videoclip no os podéis perder si no lo habéis visto todavía). Las potentes notas del bajo de Nando ‘Insidious’, miembro de Frank Suz desde sus orígenes, se convertían en protagonistas absolutas junto al tempo que marcaba Paco en la parte central del tema, hasta la guapísima entrada de Luciano que dio pie a una exquisita improvisación, que a su vez demostró a las claras la gran calidad de todos y cada uno de los músicos. Yendo bastante al trapo (sin apenas parones entre corte y corte), ahora Dueños de la noche destapaba la cara más melódica de “Mambo Voodoo”, pero dando al mismo tiempo pie para varias filigranas musicales, las que salían del teclado de Suzuki, los dibujos de Nando al bajo, pero por encima de todo, ese precioso solo transformado de trombón a guitarra por el inmenso feeling de Luciano, que lo bordó y lo adaptó perfectamente, todo ello redondeando el ya de por sí intenso ‘groove’ que tiene el tema. Más o menos en la misma línea, La marcha fúnebre de Roberto sonó casi ensoñadora con esa melodía tan guapa y creo que nos atrapó a todos inmediatamente. No fue lo mismo sin los vientos, evidentemente, pero como en el caso del resto de temas que cayeron, me sorprendió gratamente la capacidad para adaptarla a un formato más eléctrico y clásico de Rock. Con Frank de rodillas al terminarla, y de nuevo con Luciano viviendo el momento a tope sobre el escenario (los ojos cerrados le delataban), Mirar a las estrellas formó el combo perfecto, completando el trío ideal de temas para la parte central del bolo, más llena de sensibilidad, pero también de actitud (nunca una cosa quita la otra), y la verdad es que como no me la esperaba para nada, me resultó una de las grandes sorpresas del show, súper sentida, súper compacta y MUY envolvente, con excelentes coros y armonías por parte de Rafa / Luciano / Nando. De verdad que me transportó.

Recta final (¿ya? sí, ya) pero con temas muy bien seleccionados, fiesteros y cañeros a partes iguales para terminar de dejar bien calentita la Revólver y a su gente, que ya se acercaba sin tapujos a las primeras filas bajo el escenario para disfrutar de los últimos cartuchos que el genio Frank y su banda guardaban en la recámara. Abría el diablo Suz la bailable Barón Samedi con unos teclados espectaculares, siempre manteniendo ese fuego tan impetuoso de artista sobre el escenario, rodeando su instrumento, cogiendo y soltando el micro, gritando frases, improvisando, dándole en todo momento esos toques para diferenciar a los temas en directo respecto al disco. Presenta a su equipo, dando la nota cada uno con su instrumento, y destacando ese mini-solo que se marcó Paco a la batería (menuda bestia, en serio). Abriendo este último a lo grande, machacando la caja para Babilonia, esa descarada fiesta que es el tema en sí mismo subió los ánimos de la peña más todavía, que bailaba y aplaudía, desmadre que culminó Frank tirándose al suelo de rodillas y, sin dejar correr demasiado el tiempo, la emprendieron con el que posiblemente sea uno de los trallazos emblema de la formación, la explosiva Inferno, que con esa entrada del Hammond a toda hostia ya nos puso la sangre a hervir hasta el mismo final. Y es que, además, una de las cosas que más molan de los conciertos de Frank Suz es que nunca sabes cómo van a terminar. En este caso, el palo del micro cayendo al público, y el teclado tirado por los suelos mientras el resto de la banda se desfogaba a base de headbanging. Pero quizá, con ese último subidón masivo, hubiese sido un poco cruel dejarnos así, y con los gritos de ‘¡otra, otra!’ que se escuchaban entre el público, la banda sacó a relucir su vena más setentera para interpretar los casi 8 minutos del L.A. Woman de los Doors en una ejecución tan exquisita como cañera para terminar de ‘niquelar’ el bolo.

Sensaciones inmejorables al comprobar la adaptación de “Mambo Voodoo” en directo eléctrico, también muy buenas vibraciones en la sala Revólver y como colofón, rodeado de gente cojonuda antes y después del concierto (Frank, Susu, Nando, Paco… sois ge-nia-les) y gente que no conocía hasta esa noche (en particular, fue un gusto conocer en persona a Sarabia, la voz de Doctor Voltaje entre otros)… volví con tanta alegría que el viaje de vuelta se me hizo cortísimo, a pesar de ir solo y llegar a las tantas a casa. El próximo finde estaba dudando entre acercarme a ver a los Praying Mantis al Paberse o repetir con Suz en el Peter, pero lo de Murcia me moló tanto (y en Valencia habrá cantidad de sorpresas), que cada vez me apetece más la segunda opción.

P.D. Las fotos tan cojonudas del bolo de Frank Suz que ilustran la crónica son obra de Susu, muchas gracias por cedérmelas.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_



Frank Suz + Whitestone, viernes 20-05-2022, sala Revólver, Murcia

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