Por supuesto, ya sabía que me iba a encontrar allí con lo más selecto y granado del personal Heavy de Alicante y alrededores. Compartí un buen rato con mis buenos colegas Manu y Diana, posteriormente con el crack de Aitor, y ya dentro de la sala, con gente tan de puta madre como Cristina, Pablo, Ángela, Roge… Y es que disfrutar de esa compañía, e independientemente del propio festival, ya es garantía de que va a ser una noche grande. También conversar un rato con gente tan positiva y agradable como Isa es siempre un privilegio, pero el excelente trato de su personal es tan solo uno de los muchos factores que convierten a la Babel Live Stage, hoy por hoy, y sin ningún género de dudas, en la mejor sala de conciertos de todo Alicante. Llegué y aparqué rondando las 21:00, hora de apertura de puertas, pero aún pude explayarme un rato de birras con la peña, al mismo tiempo que estaba deseando que empezase ya la movida. Hacía unos meses ya que no pisaba la Babel, y mis ganas estaban al 200%.
Bastante puntuales aparecieron Chantrice en escena. Hace tiempo que les tengo ganas, ya que su primera actuación en vivo, en la Sala Spectrum de Murcia, la única vez que pude verles hace un par de años, por una parte me dejó boquiabierto ante la gigantesca calidad musical que desprende esta formación, pero por otra, me dejó con ganas de más debido a su corta duración. De hecho, sus componentes son ‘la crème de la crème’ dentro del Heavy Metal de nuestra zona, nada menos que gente de War Dogs, Witchtower y Raging Fire. En esta ocasión, terminaron de confirmarme que, si pretenden seguir adelante (y parece que la cosa va en firme) como banda, tienen un futuro más que asegurado en la escena, porque lo visto este viernes en la sala Babel fue digno de reverencia. De hecho, era el concierto que más ganas tenía de ver de aquella primera mitad del festival, y con un tema todavía inédito, Black queen, comenzó el bolo, mostrando a las claras que tanto las bases rítmicas como las guitarras y la voz de Josedas, juegan ya en primera división a pesar de ser una banda de tan corta existencia. Un tema que ya conocíamos, Lights, continuó metiéndonos en materia, y a partir de aquí, pasarían a presentar el resto de temas que formarán parte de su primer disco, ya compuesto pero todavía pendiente de grabar (que si os digo la verdad, ardo en deseos de escuchar). Es difícil decir qué instrumentos fueron los protagonistas de cada uno de los temas (Prisioner of fate, A light in the dark)… porque todos rayaron a un nivel impresionante. Los solos y locuras de Edu a la guitarra, un virtuoso de la hostia (y uno de mis guitarristas favoritos de la zona) no desmerecieron a su compañero José Soler, que se marcó también excelentes solos y muchos arreglos y detalles que enriquecían muchísimo los temas. Aun sin conocer las nuevas canciones, creo que la gente las disfrutó muchísimo, y es que estos músicos saben ensalzar todas sus influencias hasta el máximo exponente y cohesionarlas en la creación de temas con sabor muy clásico, pero instrumentalmente espectaculares y además originales, con algún toque oscuro por aquí o detalles muy resaltados de épica por allá.
Llevar a José Vicente a la batería es, de todas todas, una garantía de calidad y solidez. No solamente sonó como un tiro y exacto como un metrónomo, sino que además nos flipó con su faceta más técnica en temas como Sad eyes, sin abandonar ese registro clásico. De todas las nuevas que sonaron, mi favorita fue Into the temple, posiblemente la más distinta y al mismo tiempo la más virtuosa, virguerías de Miguel al bajo (vaya dominio de trastes, y vaya actitud, viviendo a tope cada tema y acercándose a nosotros de vez en cuando), unas guitarras de auténtico lujo, plagadas de tecnicismos y por encima de todo, una parte muy progresiva extasiante, con un solo tremendo de José al final. No tardaron en aparecer entre el público gritos de ¡Chantrice! ¡Chantrice!, y la banda, visiblemente animada, nos trajo uno de esos temas destinados a convertirse en clásicos, Angel of misery, épica a rabiar, durante la cual Miguel y Edu se apoyaron, espalda contra espalda, para rematar este último con un pedazo de solo, desparramando pasión a raudales como es habitual en él. Anastasia, con buenas armonías y melodías vocales guapísimas (otra que ya tienen grabada), continuaba levantando ovaciones, con gritos de ánimos alentados por la banda, para llegar directamente a un final que me puso los pelos como escarpias, con dos cojonazos se marcaron el Thundersteel (Riot) en el tempo exacto del disco, y aquí fue donde especialmente el vocalista Josedas brilló con luz propia, emulado a Tony Moore de un modo que nos dejó con los ojos como platos, bordando las partes más imposibles y además con toda la pasión del mundo. Si os soy sincero, otra vez me quedé con más ganas de ellos, así que me las guardo para poder volver a verles lo antes posible. Y para el que todavía no les haya podido catar en directo, que no sea necio, y que corra cuando les vuelva a ver anunciados en un cartel. Nadie puede arrepentirse de ver esto.
Antes de continuar, me gustaría pedir disculpas a los Wasted Militia por no figurar en esta crónica, ya que al final no vi ni un solo minuto de su concierto. No es habitual en mí, pero entre que no es mi estilo predilecto, y me lie fuera hablando con el crevillentino Dani (siempre es un placer conocer a peña tan amable, entregada y conocedora del buen Hard Rock) se me fue finalmente el santo al cielo y la hora de su actuación voló. Conste que me habría molado verles, porque en disco al menos sí me han gustado mucho. Me los apunto para una próxima ocasión.
Desde el corazón de Barcelona, llegaban a tierras alicantinas los Löanshark, en el que ya fue (al menos) su segundo paso por la Sala Babel. El power trío catalán no dudó un solo segundo a la hora de dar el salto al escenario y hacer lo que mejor saben: meter cera con temas rápidos, furiosos, directos, que saben a Heavy Metal tradicional con un extra de explosividad. La primera vez me los perdí. Esta segunda, ni de coña, sobre todo habiéndome trabajado ya bien ese cacho trabajo recopilatorio que sacaron el pasado año llamado “The gangland tapes”, y que contiene todo lo grabado por la banda hasta la fecha, una colección de temas que, como pude comprobar, suenan afilados y asesinos en directo. Tras la primera apertura, toda una declaración de principios, comenzaron a caer, con el mínimo parón entre ellas, Black leather queen (en la cual, pareció que se moderaron un poco esos petardeos del ampli del bajista Aless Oppossed, aunque continuarían tocándole la moral todo el concierto), Turn it louder, en la que el mismo se flipaba alzando y dando bandazos con el mástil de su instrumento, o Sinner rider, que el vocalista dedicó a todos los moteros presentes en la sala. Un buen puñado de temas que ya nos habían puesto sobre aviso: aquí el Heavy Metal directo al cuello, como una bala, iba a ser la constante invariable. A la banda se la veía cada vez más suelta y cómoda. Desde atrás, daba el callo el batería Ángel Smolski, una dinamo sin frenos que imprimía velocidad a los temas para parar un tren. Por entre el público andaban también miembros de los Hellion HMFC y de Metalmería, que se acercaron para vivir esta noche, apoyar la causa y pasárselo como enanos. Red light blues me parece de lo mejorcito que incluye ese “The gangland tapes”, con algunas de las mejores melodías vocales. Aunque lo de esta banda es más la tralla directa al hígado, cuentan también con algunas de ellas, pegadizas y coreables que te enganchan sin remisión al concierto.
Guitarras sucias, distorsionadas, herederas de bandas como Motörhead, que se aprecian sobre todo en los solos y riffs de Lögan Heads, siempre a muerte en primera línea de escenario, con la melena sobre su rostro y cantando cada vez con más fiereza, haciéndonos llegar ese espíritu arrasador de cortes como Midnight shooter o Fast, Heavy, Loud'N Proud (ni más ni menos, una auténtica declaración de intenciones en la puta cara), con una sala que, pasando del ambiente un poco desangelado que hubo al principio de la actuación, se petó a tope en la última mitad del bolo… creando un ambiente genial. Incluso la banda nos regaló un tema que estará incluido en su nuevo LP (supuestamente, para el 2023) y mucho ojo, que Electric shocking waves sonó como un cañonazo, batería rabiosa, punteos de bajo muy notables y guitarras que sacaron humo. El jaleo y desmadre que arman ya es brutal, pero siendo solamente tres, tiene todavía más mérito, y es que en directo funcionan coordinados al máximo. Desafortunadamente, durante la potente Machine gunner el ampli de Aless seguía petardeando, lo cual nos llevó a un cortito parón, en el que, para animar el cotarro, tanto Ángel como Lögan se marcaron los compases del Princess of the night de los Saxon mientras nosotros la cantábamos de pe a pa y, de paso, nos lo pasábamos teta esperando a que se solventara el problema. Como el tiempo se les echaba encima, no sin antes despedirse y agradecer de todo corazón la asistencia, calor y organización, se marcaron lo que para ellos es ley, una Heavy Metal addicts, cuyos detalles por parte de los músicos (dibujos guapos de bajo, o Lögan tocando unas notas con los dientes) hicieron las delicias de todos los que estábamos allí, y dejaron el pabellón altísimo.
A pesar de las fechas, se estaba de puta madre en la calle, incluso rondando la 1 de la madrugada como era el caso. Me di cuenta de que mi estómago rugía tras muchas horas sin comer, así que me acerqué al coche a por mi bocata. Tranquilamente, y charlando con mi colega Cris, el tiempo volvió a pasar volando, y cuando nos quisimos dar cuenta, los Heavy Sentence ya habían prendido la mecha de su directo, y tocaba entrar rapidito. Probablemente me perdí un par de temas, y sonaba ya a todo trapo, con el que seguramente fue el sonido mejor y más fuerte de toda la noche, Cold reins y, con un ¡gracias Alicante! entre media, Medusa, con Gareth Howells ya encarnizándose vocalmente con su micro, cabeceando y escupiendo esa voz tan ruda y cazallera que posee. La banda congregaba a un buen número de asistentes, que no quisieron perderse la visita de los de Manchester ni su potente y atractivo directo. En mi caso, si en disco ya me gustaron un puñao, en directo lo han hecho todavía más, y es que esos temas sonaron que fue una delicia, tanto por ecualización como por ejecución, si las guitarras eran una muralla, no lo fue menos la batería a cargo de un entregadísimo Bryan Suddaby… ¡¡menuda bestia parda!! Digno de ver como castigó su instrumento durante todo el bolo sin bajar ni un ápice el ritmo. Acabaría hecho polvo, pero desde luego, fue todo un espectáculo en cortes como Capitoline Hill o Edge of the knife. Un tema que, según nos contó su vocalista, hacía ya tiempo que no tocaban, fue Wicked lady, con punteos rápidos de bajo y unas guitarras por parte del dúo Jack / Tim de lo más lacerantes. Muy buenos esos cambios continuos en los riffs y tempos, y en las armonías de la mayoría de temas, por ejemplo en Possession o Warrior (con finalazo al canto incluido) que provocaban que uno no pudiera quedarse quieto ni aun queriendo.
Será una banda con una carrera relativamente corta, pero ya se han recorrido unas cuantas millas por todo el globo, y la actitud es algo que innegablemente forma parte indivisible de su show. Y por supuesto, ese “Bang to Rights”, del año pasado, es para venerarlo (y como me flipa esa portada rollo Dungeon crawler RPG… buah). Cada vez tenían más metido en el bolsillo al público, y seguían ametrallando, sin perder esa actitud ni que faltaran las buenas armonías de cuerdas, con la fulminante On the run o Give yourself to the night, con buenos reveses de batería, que seguía sin bajar el pistón, sudando tinta. Para cambiar de tercio y subir todavía más la temperatura, Strong arm of the law (¡una de mis favoritas!) de Saxon triplicó el entusiasmo y ganas de fiesta del personal, con los guitarristas destacando especialmente, y ya con todo el mundo muy caliente, Broken heart llevó la cosa a otro nivel: saltos, moshes, peña tirándose del escenario, headbanging por doquier… ¡vaya temazo! y vimos a G. Howells, al mismo tiempo, regodeándose en el momento. Siempre estuvo a tope, se le veía muy feliz por estar allí, y se mostró comunicativo y bromista, birra en mano, mientras todo el mundo gritaba el nombre de Heavy Sentence. El inicio de Darkest hour, más profundo por decirlo así, fue un inicio inmejorable para los bises, que pronto volvieron a poner al respetable en estado de euforia a base de riffs a todo trapo, la agresiva voz de Howells (a veces incluso parecían guturales, sobre todo durante el estribillo) y los punteos de Ed Troup al bajo, que se vino muy arriba en esta recta final de la noche. Dos pepinacos como obuses para dejarlo todo bien atado y acabar de castigar nuestras vértebras con Heavy Metal de pura cepa: Heavy vengeance, A SACO, encabronando al público de lo lindo, y la ya más calmada pero no menos pesada (en el mejor de los sentidos), el emblema de la banda, Heavy Sentence, durante la cual el crowdsurfing se desmadró hasta límites insospechados al tiempo que otros coreábamos puño en alto el estribillo, facilón pero efectivo, hasta que la banda al completo nos dijo el adiós definitivo.
También me tocaba a mí despedirme de la peña con la que había compartido parte de aquella noche, sin duda un ambiente genial, como es habitual tanto en la sala Babel como en los bolos organizados por estas asociaciones tan necesarias, que tanta vida le dan al Metal underground. Como digo, nada me habría gustado más que volver al día siguiente, pero con la barbaridad de conciertos que se vienen en este octubre, y tal como está el tema del combustible, finalmente tuve que renunciar. Aun así, muy contento y satisfecho de poder haber aportado mi granito de arena en la que fue una noche de Heavy Metal de esas que ya comenzaba a echar de menos.
_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_
Mediterranean Metal Maniacs Fest II (Chantrice + Wasted Militia + Loanshark + Heavy Sentence, viernes 07-10-22, Sala Babel, Alicante)
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