lunes, 7 de noviembre de 2022

Dancing, boozing, breaking hearts... (Jolly Joker, sábado 05/11/22, Babel Live Stage, Alicante)

Otro sábado sabadete ‘como está mandao’, esto es, con un concierto redondo, muchas caras conocidas, y aunque fue en conjunto algo relativamente exprés, todo resultó en una de esas noches que te dejan un sabor tan inmejorable que te dura, como mínimo, hasta el próximo concierto, y además, con sorpresas muy positivas. Unido al hecho siempre especial de que un concierto se celebre en la acogedora Babel Live Stage, que es mi segundo hogar en Alicante, para rematar, esta iba a ser la noche protagonizada por la que actualmente, y desde hace ya muchos años, son una de mis grandes bandas favoritas, los Hard Rockeros valencianos Jolly Joker. Y no voy a negar que, al no haber podido volver a verles tras aquella liada que se marcaron en el Leyendas del Rock, tenía un millón de ganas de escuchar de nuevo sus temas en directo y volverme loco con cada uno de ellos, como siempre ha sido y siempre será. Así fue la noche, todo un caramelazo, prácticamente al lado de casa, y una banda que es garantía a ciegas de calidad y desmadre, a lo que debo añadir un precio de entrada muchísimo más que razonable de 8 pavos. Si bien es cierto que hay gente que no es capaz ni de desplazarse a 10 putos minutos para ver un bolo, en la Babel, aparte de mucha peña de Alicante, también me encontré con gente de Murcia, de Valencia, de Albacete… un inmenso gustazo, pese a que la sala no estaba del todo llena, ver el apoyo que recibió la banda desde prácticamente toda nuestra zona, todos preparados para el Rock’n’Roll, para gozar, dar calor, y pasarlo a lo grande. Y es que con estas condiciones el que no va a un concierto es sencillamente porque no le da la gana.

Puesto que no estaba clara la hora de inicio, llegamos con bastante tiempo de antelación, y la calle estaba todavía medio vacía, así que fue sencillo encontrar un hueco. Hablamos ya con los primeros colegas, preguntamos horarios, pillamos las entradas y cenamos con tranquilidad y unas buenas birras y, con bastante acierto, entramos en la sala tan solo unos pocos minutos antes de que sonara la introducción. Por allí andaban Esteban, Leandro, Aitor, José Luis desde Albacete (un placer conocerte en persona tío), Judy, los siempre devotos Bill y Angelika, Jordi Catapunk, y como una de las mayores sorpresas, mis amigos Vicent y Anna, a quienes me alegré mil de encontrarme allí, en pleno Alicante. Menos mal que existe gente que siempre está en primera línea de fuego, apoyando el Rock y el Metal en directo a capa y espada. También tengo que agradecer el siempre fenomenal curro y trato por parte de Juan Carlos, Isa y Maki de la Babel, y especialmente, el hecho de habernos acercado a una bandaza de este calibre, además, casi de rebote. Se os quiere un huevo. ¡Siempre a muerte!

Como digo, no es que el lugar estuviese abarrotado, pero se respiraba un clima que daba gusto, ese tan idóneo para disfrutar a piñón del ardiente y explosivo show que siempre ofrecen Jolly Joker, ya sea ante 2000 o ante 100 personas, eso jamás varía el resultado. Y es ahí donde se nota que una banda tiene verdadera hambre de comerse el mundo. Aprovecharon casi toda la duración de esa introducción (Jolly Joker, de Conny Froboess, como es habitual) para situarse sobre las tablas, y arrancaron, con una confianza aplastante ya desde el primer minuto, con la festiva Rockin’ in stereo, con las primeras filas petadas de sus más acérrimos fans cantando y gritando, saltándonos ese periodo de timidez al comenzar un bolo para ir ya a por todas. Perfecto calentamiento para la banda, que sin descanso, empalmó mediante el riff de Yannick con Hey you, a gatillo, echando más leña al fuego. Los habituales gestos de compañerismo entre los miembros de la banda, al juntarse Andi, Yannick y Lazy, o las patadas al aire de este último, nos llevaron hasta esa parte central donde Dani se puso de pie. Y cuando esto ocurre… ¡ojo, cuidao, que viene curva! Se colgaba el vocalista su preciosa Gibson y nos daban ahora un excelente menú degustación de lo que es ese bestial discazo que lanzaron a principios de febrero llamado “Loud & Proud”, que seguramente termine entre las primeras posiciones de los rankings de los mejores trabajos nacionales del año (para mí, al menos, sin duda). Los coros de Andi y Yannick, cuyos instrumentos además sonaban de vicio, dieron todavía más fuerza a Blood velvet, unido a la chulería que Lazy se gastaba con su seis cuerdas, continuando ese rollo musical tan sleaze en I don’t care, un tema siempre especial para mí, en la que nos tiramos de los pelos con esa enrabiada forma de tocar de Dani (el muy animal, según me contó al final del concierto, llegó a destrozar dos baquetas). Es, y creo que no hay duda, el batería más potente que ha pasado por cualquier formación estable de los valencianos.

Recuperaron, del “Here Come The Jokers!!” (un plástico jodidamente insuperable), Perfect life, con la subida de intensidad que esta conlleva, desde esas primeras notas de bajo, pasando por el acalorado solo de Yannick y sus interminables poses y movimientos tan guapos, en todo momento aliñada con unos buenos coros… y sin descanso, el engranaje de Dani se ponía en marcha de nuevo, y a toda pastilla, con Fuck it all, ante las provocaciones del gran Lane Lazy hacia el público. Las primeras filas se volvieron locas, y en general, la gente comenzó a acercarse más y más al escenario para paladear mejor el espectáculo: Andi sin parar con la melena de aquí para allá, levantando continuamente el mástil de su bajo, y el vocalista ensañándose a tope con su garganta con esos agudos. Y ya que estaban con las revoluciones a tope, buen momento para dar cera a Stay behind. Siempre me mola mucho disfrutar de ese solo tan rockabilly por parte de Yannick, y ese final de locura híper acelerado, con Dani “el destructor” machacando sus parches. Sin salirse del “Never say forever”, en su faceta más melódica, Believe hizo sonar bien altas las voces del público a la par que Lane Lazy, ahora sí, cogía su aro para regodearse por todo el escenario. Hablando del vocalista, de 10 su interpretación en Motor, y no solamente a en cuanto a voz, con cantidad de matices y registros variados, sino también a nivel escénico, arrastrándose cual serpiente hacia el borde del escenario para terminarla con la cabeza contra el suelo. Temazo para fliparlo en colores, yo ya no concibo sus setlist sin él, y lo mismo puedo decir de Sky is so high, una de las mejores melodías que han compuesto en toda su carrera, y que, al mismo tiempo, destila potencia en contundentes riffs como los de ese alborotado final, en donde Yannick se vino arriba, comportándose como el animal de escenario que es.

Aspecto y actitud de auténticos rockstars, pero con un corazón siempre humilde, la banda no dejaba, a través de su vocalista, de agradecernos a todos la asistencia y el calor que les estábamos dando. Con su bajo sonando de puta maravilla, Andi estuvo espléndido durante todo el bolo, muy apasionado, seguramente con la motivación extra de tener a sus padres allí, presenciando su actuación, y a quienes mandó un cariñoso saludo. Sidewalks, que eché de menos en su concierto del Leyendas, fue una buena muestra de ello, marcando el tempo junto a su compañero Dani en ese momento en el que todos nos volcamos con ellos, con gritos y palmas, incitados por Mr. Lane Lazy. Nunca les he visto sonar mal en un solo concierto, y esta vez no fue la excepción. Batería sólida, bajos en primera línea y guitarras gruesas. Aprovechando esta contundencia (desde cualquier punto de la sala, además), hicieron brillar The chance con luz propia, machacándonos el cuello con esos riffs que se sacaron de la manga en un tema que ha ido escalando posiciones hacia mis favoritas del disco. Se daba Lazy ahora un segundo de respiro (es que no para nunca, el jodido) para alardear de compañeros, con gran orgullo, y presentarnos a continuación su versión más descarada, macarra y desvergonzada en Sucker, dando patadas al aire y flipándonos con su colección de aspavientos, incluso pasándose el micro por la entrepierna y echándose el último trago de birra sobre su cabeza.

Lo dicho, todo un espectáculo que subió, ya encarados hacia la recta final, la temperatura unos cuantos grados, ideal para rociarnos con una buena dosis de Rock’n’Roll sabor clásico, esa New Orleans en la que Lane volvió a su empuñar su guitarra, y en esta ocasión, le vi más suelto que nunca con ella, alejándose del micro y contoneándose, apoyando cabeza contra su amigo Andi y juntando mástiles con Yannick en toda una ostentación de clase. Y como siempre digo, no sé qué es lo que tiene exactamente I wanna go, pero me vuelve loco, sobre todo cuando la tocan a estas alturas. Ante un público ya muy subido de humos, y delante de nuestras narices, Yannick, completamente tirado en el suelo, se marcaba un solo de la hostia mientras Lane interactuaba con nosotros, dejando el terreno bien calentito para los bises que vendrían a continuación, tras la breve salida de la banda del escenario. Fue extraño escuchar música sonando durante este descanso, pero no nos cabía duda, conociéndoles, de que aún faltaba “le grand finale”. Abría Dani golpeando sin piedad esa I’m Rock n’Roll, en donde los cuatro volvieron a salir pletóricos al escenario, otra interpretación sobresaliente y con toda la entrega del mundo, dando paso, literalmente empalmada, a Dressed to kill, en donde ya tiraron la casa por la ventana aprovechándose de ese rollazo tan guapo y desmadrado que tiene el tema: Lane Lazy y sus patadas, un solo en nuestra puta cara por parte de Yannick y, aprovechando las notas marcadas por Andi (que en todo momento nos devolvió una gran sonrisa, como siempre), nos hicieron, vibrar, cantar y agitar la melena hasta el último guitarrazo. Un final de lo más incendiario que representó, como es habitual, uno de los mayores picos de intensidad en sus conciertos.

Y para rematar, me encantó comprobar, hablando con varias personas, que el show había gustado muchísimo, en general, tanto a quienes ya les siguen asiduamente como a los que les vieron por primera vez. Y un inmenso gustazo, repito, tenerles por fin tan cerca de casa y en una sala tan especial y querida para mí como es la Babel. Por nuestra parte, dedicamos la última parte de la noche a decir ‘hasta la próxima’ a todos los colegas (moltes gràcies Vicent per ixa birra!!), hablar de música y de futuros conciertos para este último tramo de año, en el cual todavía queda mucha guerra que dar. Espero volver a veros a todos muy pronto, y siento si al final no me pude despedir de alguien. ¡Abrazos y besos para tod@s y nos vemos en las salas!

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_


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