lunes, 6 de noviembre de 2023

Wild in the Streets (Leather Boys, Spooky Fest III, Viernes 03-11-2023, Pub Babylon, León)

Lo acontecido en León este reciente fin de semana ha sido, pasando de eufemismos, algo muy, pero que MUY grande, y con toda seguridad, inolvidable. Algo que, aun sin saberlo a ciencia cierta, creo que ha tenido muy pocos o ningún precedente en la capital leonesa relacionado con el mundo del Rock. Muy pocas veces me he recorrido (aunque afortunadamente, aquí tuve al lado a mi chica) tantísimos kilómetros, más de 700, y casi 7 horas de coche, para asistir a un evento, pero lo que nos ofrecía tanto el viernes como el sábado, bien merecían el sacrificio. Un auténtico caramelo, demasiado irresistible como para dejarlo pasar. Obviamente, nuestro objetivo principal era el Lion Rock Fest, festival celebrado en el mismo centro de la ciudad, con un cartel de esos que te hace abrir los ojos de par en par, y te imanta hacia él sin remedio. Pero es que, aparte, hubo mucho más. Aprovechando este alucinante festival, y con el apoyo de la organización, dirigida por el promotor, músico y artífice de esta gran proeza, Chus “Chuspy” Marcos, como programa de actividades complementario (forma elegante de decir ‘más conciertos a mansalva’) tendrían lugar, sin salir del núcleo urbano, otra serie de actuaciones de gran calibre, y casi tan apetecibles como el propio festival. Pero es que, al margen de todos estos conciertos, por pura casualidad, también tenía programada su celebración, para este mismo fin de semana, el Spooky Fest, un festival itinerante de dos días que alcanzaba ya su tercera edición, y cuyo principal atractivo, para mi gusto, eran los avilesinos Leather Boys, banda que ha participado justamente en todas y cada una de las ediciones. Puesto que estuvieron implicados tres recintos en los distintos eventos, he preferido hacer tres crónicas distintas para darles voz de forma independiente. ¡Arrancamos!

Como os podréis imaginar, cuadrarlo todo, entre visitas turísticas a la ciudad, horarios para cenar, y demás, perdiéndonos el menor número de actuaciones posible, fue un auténtico tetris, pero al mismo tiempo, todo un reto, y en sí mismo, un aliciente más para acudir allí aquel fin de semana. Y es que pocas oportunidades he tenido de tener acceso a un conjunto tan amplio de conciertos en tan poco tiempo. Además, desde el hostal donde nos hospedábamos, todo estaba realmente cerca, a no más de 10 minutos a pie. Como he dicho, comenzamos esta pequeña gran aventura en la primera jornada del Spooky Fest III, concretamente con el único bolo del festival que podíamos ver, aunque a continuación, actuaban los garajeros cedeireses Lunamotos, de quienes, desafortunadamente, no pudimos disfrutar, y tampoco al día siguiente de Hotel Valmont ni de The Flamingos Bite.

Los Leather Boys se presentaban en León, como otras veces han hecho, para arrasar la ciudad con su Rock gamberro, desenfrenado, y descarado, concretamente, en la sala Babylon, un garito tirando a pequeño pero con muchísima solera, perfecto para esta banda, especialista en armarla gorda en sus directos. Y el de aquella noche, ya lo digo de primeras, estuvo plagadito de socarronería, mucha mala sombra, cantidades ingentes de actitud y, lo más importante, Rock’n’Roll a kilotones, que nos hicieron disfrutar, bailar y descojonarnos como hijos de puta, y como añadido, coger una buena acalorada a pesar del casi insoportable frío de aquella noche (especialmente, para quienes no estamos acostumbrados a esas temperaturas).

Mi chica y yo llegamos, literalmente, los primeros al lugar, y para suavizar la espera, nos tomamos unas cervezas en la barra, pudiendo saludar a algunos de los componentes de la banda antes de la gran fiesta, y gozando (algo que siempre es un placer, pero no siempre sucede), de un musicón muy acorde al rollo de aquella velada. Con grandes detalles como este, a mí una sala / garito me gana inmediatamente. La idea de aquella noche, tanto nuestra como de la propia banda, y para lo cual se hicieron arreglos previos en los horarios para evitar solapamientos, era terminar la actuación de los Leather Boys y, raudos, acercarnos a la sala Studio 54, que no estaba demasiado lejos, para intentar llegar a tiempo a los bolos de Torque y Strangers.

Sin embargo, las cosas no siempre salen como uno quiere, y determinados problemas técnicos frustraron ese crimen perfecto. Pero antes de arrancar definitivamente, casi al mismo tiempo que sonaba esa mágica The Boys Are Back in Town de Thin Lizzy, el mismísimo Fernando Tanxencias, director y redactor de ese pedazo de libro (entre muchísimas más ocupaciones) que la banda ha publicado, llamado ‘Fairytales From The Underground’, ejerció de maestro de ceremonias para introducir a la banda ante el deseoso público. La dilatada espera provocó que las ganas acumuladas estuviesen a punto de explotar, y en cuanto los Leather Boys tomaron el escenario por la fuerza, ya con mucha más gente ocupando la sala… y tras esos primeros acordes que anticipaban la tormenta… se desbordaron por completo en Rebirth, el primer corte en golpearnos los oídos, con un sonido muy crudo y un volumen deliciosamente elevado que nos trajo nada más empezar la versión más desatada de la banda. Sin dilaciones, cogía Leather Rose su aro para darle caña en Pandemic Messiah, empeñado en subir los ánimos del personal con esos movimientos tan provocativos. Y sus compañeros no le desmerecían en absoluto. Leather Sex, aunque de momento confinado en un rincón, empezaba a coger carrerilla (hasta unos límites que pocos podíamos imaginar), y Triple L, junto a su compañero a la guitarra rítmica, andaban por aquí y por allí con coreografías, aprovechando a tope el reducido espacio. En seguida, la potente Underground se nos echaba encima, con el bajista marcando el compás, tanto con sus cuerdas como con su cuello, acompañando a Rose en los coros tal como hacía también Sex. Un tema que subió enormemente la intensidad, y al mismo tiempo, una de mis favoritas. Tras un primer y desmadrado discurso de Sex (que le sacó mucho partido a su micro jeje), Decade of Decadence continuó desparramando actitud por todo el garito. Bailes entre el público ya desde las primeras pulsaciones de Triple L y los golpes de Chema “Leather Skelter”, que abrieron el tema. Rose se curró muy bien esos tonos altos, siempre arropado por los coros de sus colegas.

Sex nos comentaría, ya hacia el final, que su discografía solo consta de un gran hit, pero humildemente discrepo con esto, porque Don’t Cheat on me me parece un jodido pepinazo, de esos cuyos estribillos te ponen la sangre a hervir, y ganas de perder el control, tal como parecía sucederle al guitarrista, que se flipaba y vivía cada nota del tema, desmelenándose y pateando la tarima con furia. A pesar de lo que nos anunciaba Leather Rose (jeje), la próxima en caer sería Afrodisiac Grape, que Leather Sex dedicó a una de sus grandes pasiones, el vino, no sin antes entonarse unas estrofas de Julio Iglesias. Puro glam / sleaze descarado y mordiente, tal como lo era la actitud de Rose en primera línea de ataque, o esa sonrisa corrosiva y burlona de Triple L al bajo, que también se ganaba su protagonismo con headbanging y esas constantes puyas que lanzaba. Sex comenzaba a venirse arriba con su descojonante verborrea. Igual dedicaba las canciones a las personalidades más variopintas, que pedía una ovación para Ronnie James Dio, todo muy random, y sobre todo, con una ironía y desvergüenza que tiraban de espaldas. Ahora sí, le llegaba el turno a Fairytales From the Underground, el tema que sacaron con motivo de su biografía. Me moló especialmente Rose hacia el final, manteniendo el tono todo lo posible sin dejar de moverse. Cambiando de registro, nos daba también una gran interpretación en Fly Free, con el aro de nuevo entre sus manos. Fue el tema más suave y tal vez con más feeling de todo el show, pero, aunque encajó perfectamente, Leather Boys no son una banda de dejarse llevar por sentimientos durante mucho rato. Lo suyo es poner las salas patas arriba a base de ritmos ardientes y guitarras destructivas, y allá que iban a ello con Flower Power, moviéndose Leather Sex al centro del escenario en la parte del solo, siempre con la pasión al límite, y Stranded, en la que el mismo nos ofreció una buena sesión de wahwah en sus cuerdas.

Aclarar que, en esta ocasión (y ya van unas cuantas), su guitarrista habitual, Dirty Duke, no pudo acompañarles por motivos de paternidad, y fue su compañero Chema Bretón (Leather Breton) quien se colgó la rítmica, conociendo las canciones al dedillo y congeniando muy bien, sobre todo, con el bajista, aunque le vimos hacer piña también con el resto de componentes. Todavía quedaba mucho concierto por delante, bastante alargado por los hilarantes y a veces inconexos discursos de Sex que, en más de una ocasión, casi me provocan una embolia de tanto descojonarme. Son un puto show, y a la vista estaba que toda la sala les estaba disfrutando al 100%. Impagable, por ejemplo, la sarta de barbaridades pronunciada antes de Lord of the Whores, un tema que hacía tiempo que no rescataban para el directo, al igual que sucedió con Scabs, antes de la cual, Triple L abandonó tranquilamente el escenario para echar una meada. Sí, este era el nivel de desfase. Incluso algunos músicos empezaron ya a sudar del escenario, bajándose de este y tocando entre el público, sobre la marcha, conforme se les iban subiendo los humos. Rose nos incitaba a cantar los coros de St. Mary’s Dance, teniéndonos ya desde hacía un buen rato metidos en el bolsillo gracias a su gran carisma, y el resultado fue un verdadero estruendo de voces, un ambientazo soberbio, y una fiesta ya imparable, que seguía aumentando de intensidad con To the Curb. Puro Sleazy punkarra y descamisado, durante cuyo inicio, Rose y Sex se apoyaban uno en el otro, dando tumbos y tirando incluso el palo del micrófono al suelo. Puede que el sonido no fuese pulido como un diamante, pero todos los instrumentos rugían a base de bien, y los temas sonaban como tenían que sonar, como un derechazo en la puta cara.

Encarábamos la recta final de la actuación (que andaba con un retraso brutal jeje) de la mano de Leather Gunner, uno de sus temas más sonados. En su ascensión hasta perder las maneras por completo, tanto Sex como Rose terminaron tocando bajo del escenario, Triple L se encargó de cantar algunas partes y terminó, junto a Sex, de rodillas en medio del escenario, con miradas cómplices entre ellos, y a pesar de las alturas del concierto, muchísimas ganas de seguir reventando la Babylon hasta el final. Eso tiene un nombre: actitud, y de eso, los chicos de cuero van sobradísimos. Su gran hit (según Sex) Born in the 70’s llegó para incendiar, poniéndonos a todos a cantar puño en alto, al ritmo con el que el vocalista, muy agitado, taconeaba sus camperas y nos pedía que nos dejásemos las gargantas con el estribillo. Este último fue, de lejos, el disco más representado en el concierto, pero también hubo espacio para un cover, un valor seguro como fue el Ace of Spades de los Motörhead, tocada endiabladamente rápida (y con la consiguiente algarabía generalizada), con un bajo muy protagonista, Leather Rose desgañitándose en ella, y Sex ocupando el centro del escenario con su solo. No contento con ello, para el remate final, de la mano de la tronchante R’n’R Blowjob, propició el momento más desfasado de toda la noche, haciéndonos cantar los coros subido encima de la barra, y llegando al final de esta, se dio un hostiazo de aúpa (que podría haber sido peor si no lo sujetamos). Pero lejos de amedrentarse, y como completamente poseído por el Rock’n’Roll, continuó tocando hasta el final en medio de la sala, entre el acalorado público, ganándose a pulso un aplauso mayoritario entre carcajadas y voces, y fue imposible trazar un mejor final de espectáculo que aquel que nos regalaron.

Fue mi segunda vez frente a ellos, y la mejor. Porque, si bien el sonido fue muy mejorable, y el local no les ofrecía casi espacio para desmadrarse a sus anchas, el tiempo de actuación fue mayor, y el setlist mucho más completo que el del show que dieron junto a Pölvora, en Valencia, el pasado Julio de este mismo año. La mayor putada fue que el concierto arrastró un montón de retraso, y finalmente, apenas pudimos ver unos pocos temas de Torque, que tocaban en otra sala cercana. Pero esto lo dejo para la siguiente crónica. De momento, pongo punto y final a esta locura desatada por los Leather Boys en la Babylon. Ojalá pueda volver a coincidir pronto con ellos, porque son pura dinamita.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_


Leather Boys (Spooky Fest III, Viernes 03-11-23, Sala Babylon, León)

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