lunes, 15 de abril de 2024

Rituales de Muerte (Homizide + God's Funeral + Fogos, sábado 13/04/2024, Pub Morgul, Caudete)

Aun con la escasez autoinflingida de conciertos para este mes de abril (para poder sobrevivir económicamente al de mayo), lo de este fin de semana en particular fue de escándalo, y entre el viernes y el sábado, hubo una cantidad de conciertos por la zona que le hacían a uno desear poder desdoblarse para ir a todos. Pero las limitaciones y la mala suerte al final redujeron el abanico de posibilidades. Por una parte, en Valencia había un buen doblete, con mis queridísimos Pölvora tocando en el Loco Club el día 13, y el trío formado por Hitten, Redshark y Chantrice actuando al día anterior en la Zulu Club, una sala que, maldita sea, todavía no he podido visitar a pesar de las ganas que tengo. En la Sala Euterpe, de Sant Joan d’Alacant, teníamos, también el sábado, el Rock’n’Roll añejo de La Perra Blanco, que era mi principal objetivo, aunque por despistarme, me quedé sin entradas. Y como opción más extrema, aquel al que finalmente acudí, un cartel formado por Homizide, desde Murcia, God’s Funeral (Tarragona) y los barcelonenses Fogos. La cercanía y el módico precio de cero euros, finalmente fueron determinantes en mi decisión, y por otra parte, tampoco me venía mal una buena dosis de Metal extremo, que ya hacía tiempo que no me pasaba yo por las profundidades del infierno jeje. Y por qué no decirlo, también echaba de menos el Pub Morgul, hacía demasiado que no me dejaba caer, y siempre es un placer disfrutar del calor de su gente, un garito muy activo en este y otros géneros musicales, que nunca ha tirado la toalla con el underground. Mi amigo Kurro y yo pusimos rumbo a la población de Caudete alrededor de las 23:15 después de una opípara cena, buena hora para llegar a la primera actuación.

Una celebración por todo lo alto, con motivo del tercer aniversario de la tienda de música y merchandising Base Record Shop, que el mismo propietario organizó, una de las más grandes e inigualables personalidades del Metal extremo que tenemos en este puto país como es Gaspar del Valle, promotor, productor, editor… de uno de los sellos absolutamente clave de nuestro underground. Además, aquella noche también hizo de técnico de sonido, y tengo que decir que, salvo momentos puntuales, consiguió sacar uno de los mejores sonidos que he escuchado nunca en el Morgul, dentro de las posibilidades. Una vez llegamos allí, y saludamos a colegas a los que siempre es un placer ver, como el maestro del extremo Avul, la gran fotógrafa Marisol Huertas, o nuestro colega alcoyano Gremlin, no tardó demasiado en empezar la mandanga. En este caso Homizide, serían los encargados de volver a convertir al Pub Morgul en un templo de blasfemo de herejía y condenación, azote de meapilas y besacruces.

Homizide:

Entramos algún tema tarde, pero presenciamos la mayor parte del concierto, que para empezar, ya nos hizo disfrutar a lo bestia con un primer plato inmejorable. Ante un llenazo absoluto (seguramente, el mayor de la noche), Homizide atronaban el escenario a base de alaridos, baterías mortales, y riffs que ya provocaban un headbanging más que intenso en todo el garito. De hecho, Peter al bajo, y en primera línea de ataque, castigaba sus vértebras con el primer corte que vimos, la salvaje In Abbys Hell, con una banda muy entregada que ya se había metido a la peña en el bolsillo, algo más que evidente al ver los pogos y la algarabía que inundaban el lugar. Solución Suizidio fue un tema marcado por suculentos blast beat a toda hostia, y aunque el sonido no la acompañó del todo, armó una buena gresca, con Juan cargándose a las espaldas todo el peso de las guitarras ante la ausencia de su compañero Luis, aunque no fue algo que desluciera el concierto, porque su trabajo durante todo este fue fantástico. Por un Puñado de Huesos fue uno de los pocos cortes que sonaron de los discos que actualmente tienen en el mercado, concretamente, el que finiquita ese último “Impalement Fest”. Me dio la impresión de que la voz necesitaba un puntito extra de presencia en cuanto a volumen, aunque hay que decir que Robe, su vocalista, se empleó a fondo, batiendo el cuello, lanzando sus poderosos guturales y empatizando mucho con su público, pidiendo con gestos que nos acercásemos, mientras Juan hacía gala de su velocidad a las cuerdas.

Tras una ronda de aplausos, volvían a la carga con Osteonecrosis, presentada como la ‘balada del disco’ (cachondos… jeje). La casi ausencia de luces, y la densidad del tema, con esos gritos sostenidos de ultratumba, nos pusieron a 100 con el headbanging y los empujones, el calor subía y ya no había forma de parar aquello. A destacar un detalle que me hizo descojonarme, la camiseta de Sangre Azul que llevaba Robe (tengo exactamente la misma), muy ‘apropiada’ para la movida jaja. Los destellos de humor y pitorreo no terminaron ahí, de hecho, fueron casi constantes desde el seno de la banda, a través de Robe, y creo que fue algo que todavía nos contagió más de su energía y su gran actitud escénica. Puesto que les faltaba un guitarrista, ni corto ni perezoso, Robe empleó su voz, de la forma más hilarante posible, para cantar los arpegios iniciales de Preventhory, otro tema nuevo que también nos dejó unos buenos punteos de bajo, algunos de los mejores cambios rítmicos del concierto, y una batería a cargo de David tan aplastante como impecable. Les quedaban cuatro ‘tiros’, nos comentaba el vocalista, y el primero de ellos fue la rabiosa Blessed One, que arrancaba con unos frenéticos blast beats, riffs bien afilados por parte de Juan, y unos berridos cambiantes (a veces más guturales, a veces más gritones) por parte de Robe que nos calentaron todavía más. También Juan se venía arriba con el headbanging.

Y es que el ambientazo que se vivió en este concierto fue de auténtico lujo. Por otra parte, se notaba que la banda estaba deseosa de presentar en directo la mayoría de los temas que formarán parte de su tercer larga duración, que ya está grabado, acabando de cocerse en el horno, y será editado por Base Records. Continuando con el humor descacharrante y ‘malafolla’, Robe nos presentaba el siguiente tema, Parálisis Intestinal (que habla de alguien que tiene a un hombre metido en el culo). Además, justo antes de esta, solventaron un problemilla técnico que hizo que el concierto empezase a sonar mucho mejor en general. David castigaba con saña su instrumento, con toda una variedad de recursos y ritmos, desatando de nuevo unos moshpits brutales y Psicosis, a la que tampoco le faltó mala gaita para dar y vender, volvió a todo el mundo definitivamente loco. Me encantó, por cierto, ese toque melódico en las cuerdas de Juan. Para culminar la actuación a lo grande, nada mejor que un cover del Raining Blood de Slayer, pero en una versión híper acelerada, más oscura y bestiaja todavía que la original, con remates Death, gurutales y blast beats a tope, que todos los de la banda terminaron con unos cabezazos bien coordinados. Canela, estos Homizide. Habrá que estar muy al tanto de ese tercer disco. Y como ellos mismos dicen… ¡muerte al falso Metal!

El calor que hacía dentro del bar contrastaba bastante con el fresquete de la calle, pero igualmente, siempre me mola salir a tomar aire antes del siguiente envite, que la noche era larga, y todavía quedaba mucho por disfrutar. También muy buen rollo se respiraba allí fuera, con mucho colegueo y muchas ganas de esta fiesta macabra.

God’s Funeral:

La siguiente banda, era la única de la noche que ya conocía de antemano. Hace años, les pinchamos en un programita de radio que teníamos, precisamente, mi colega Kurro y yo, y me encantó el rollo que tenían, un Doom Metal con ciertos matices Death extremadamente lento, con tonalidades muy graves y siniestras, y una voz que parece emerger de las mismas profundidades del abismo. Estaba muy ilusionado por ver cómo iban a sonar en directo los tarragonins, y la verdad es que superaron incluso mis mejores expectativas, siendo para mi gusto personal el mejor concierto de la noche.

Entramos cuando todavía estaban probando sus instrumentos, y lo escuchado ya presagiaba una gravedad atronadora, contundente como el puto infierno. Pensé que al ser tan solo tres componentes sobre el escenario, el sonido sería mejor que en la anterior actuación, y por suerte, no me equivoqué. Como presentación del concierto, escuchábamos una introducción pregrabada, que el mismo Gaspar disparó y coordinó desde su mesa a un lado del escenario, formada por voces celestiales y en clave bastante espiritual, que repentinamente, las aplastantes guitarras de Iban hundieron en un ambiente de auténtica pesadilla con Deessa dels cims. Ojo con este temazo superior a los 9 minutos para empezar. Los yunques sonoros que representaban las baterías de Sergi, la tortuosa voz de Abel, y la enorme distorsión de su bajo (especialmente notoria en la parte donde se quedó solo), marcaron un inicio de concierto que era justo lo que yo esperaba. Desafortunadamente, no todo el mundo supo apreciar la atmósfera y la cadencia de su sonido, y fue un concierto bastante poco concurrido. Pero eso sí, los que estuvimos, lo disfrutamos a saco. Iban, para tener mayor soltura, se quedó durante casi todo el concierto debajo de la tarima, y fue uno de los músicos que más sintió el concierto, dejándose llevar por la pesadumbre de sus riffs y por esa intensa agonía que desprenden cada una de las melodías, de canciones como la siguiente Ex Calinige, que fue iniciada por las cuerdas de Abel en solitario (mientras Sergi marcaba con su charles), sintiendo en nuestros oídos esa crujiente y primitiva distorsión antes de que el resto de instrumentos nos volviesen a incitar a machacar nuestras cervicales.

Gritos de angustia, como dice la canción, en la profunda voz de Abel, que llevó maravillosamente bien el timón rítmico del tema junto a Sergi, envolviéndolo todo con una oscuridad subyugante. Al principio no fue una cadencia fácil de asimilar. Como bien me dijo un conocido de allí, ese sonido no es para todo el mundo, es café para los muy cafeteros. Pero una vez completamente sumergido en el bolo, era un ambiente del que ya no podías escapar ni queriendo. Por suerte, poco a poco se fue llenando la sala, mientras ellos seguían a la suya, sin detenerse en exceso, con la machacona Enterrat viu, riffs lentísimos, contundentes, largos, distanciados, graves y demoledores por parte de Iban, que continuaba tremendamente inmerso en el show, una densidad infinita que se adueñaba de todos tus sentidos, mientras en la sólida base rítmica no se perdía el compás en ningún momento, con cambios de tesitura ocasionales en los alaridos de Abel al micro. Este mismo bromeaba sobre el mérito de quienes habíamos aguantado hasta aquí, consciente de la bestial espesura de su estilo musical. Tal vez para compensar, subieron bastante la aceleración con Marcha de los sin rostro, con ese arranque a base de blast beats en los que dejaron entrever un puntito más Death/Black, con un doble pedal más protagonista que no se detuvo en toda su duración, y la guitarra de Iban siempre bien erguida, apuntando hacia arriba con el mástil.

El sonido, como digo, era bastante notable, con las baquetas sonando muy bien, y el bajo arañando que daba gusto. Iban nos deleitó con un punteo en la parte final, a la que sucedió Omplint el cenotafi. Me gustó mucho que tiraran de repertorio mayormente cantado en catalán (mi lengua natal), y también cómo le sentó la iluminación a sus temas, que parecían acompañados por constantes relámpagos y apagones. En este último corte, Gaspar disparó los violines de fondo, cuya interpretación hubiese corrido a cargo Nuria, aunque desafortunadamente, no pudo estar esa noche con ellos. También nos dejaron partes más complejas que fueron perfectamente clavadas en vivo. Para terminar con aquella deliciosa retahíla de salmos de muerte y decadencia, escogieron Meu Nom (Fossa Comuna), con arpegios muy evocadores en su inicio que sonaron realmente bien, cambios de ritmo y frenazos muy definidos y controlados, y mucha claustrofobia y opresión en los riffs y las voces, a lo que todos los allí presentes reaccionamos con largas sesiones de headbanging. Para contentar a los que querían más caña burra, los últimos segundos fueron todo un arrebato de brutalidad (para que nadie pueda decir que no hubo también velocidad jeje).

Bravísimo por God’s Funeral, por mantenerse firmes en sus principios musicales a pesar del cambio radical que supuso su estilo aquella noche, y sobre todo, por una actuación absolutamente soberbia. Espero que tengan mucha suerte en su carrera, y que en algún momento nos alegren los oídos con un primer larga duración. Por cierto, según me comentaron ellos mismos, el 1 de junio estarán descargando en Sedaví junto a Encabronation y Morfina. ¡Habrá que tenerlo en cuenta!

Aquella noche, el Morgul llevó la variedad musical, dentro del Metal extremo, por bandera. Si ya habíamos disfrutado del Death/Grind de los Homizide, y el devastador Doom/Death de God’s Funeral, ahora tocaba meterse en vena una buena dosis de Black Metal cortesía de los barceloneses Fogos. Una banda que, pese a su corta trayectoria, ya ha conseguido dejar su huella en el circuito nacional del Black Metal con su primera obra, “Corpses and Ashes”, y además, cuenta en su formación con músicos de gran bagaje y recorrido en la escena, habiendo militado en bandas que también he tendido el placer de ver en directo como Blazemth o Obsidian Kingdom.

Fogos:

Convenientemente maquillados con el clásico corpse painting, y vestidos de forma bastante andrajosa, como marcan los cánones, Fogos se preparaban ya para vaciarse de pleno en un concierto que no tuvo un solo segundo de calma o bajón de intensidad, y que nos dejó los tímpanos hechos puré. Con formación de cinco músicos, se las arreglaron bastante bien, contra todo pronóstico, para encajarse en la minúscula tarima del Morgul, y tras las últimas pruebas de sonido, comenzó la juerga y la destrucción sonora con Akheros, tirando de rabiosos blast beats constantes y voces del averno, una actitud amenazante (con caras de bastante mala leche) y un sonido más que decente. Mucho movimiento entre la gente ya de primeras, aunque algún ‘despistado’ molestase más de lo deseable, sin entender que incluso en un concierto hay que guardar cierto nivel de respeto y convivencia. Iban subiendo a pasos de gigante la intensidad con temas registrados en su citado “Corpses and Ashes”, esta vez con Keres, donde destacó el sonido de ambas guitarras, interpretadas por Prozoid Zeta JSI (en sustitución puntual de Kerberos) y Abjurer, siendo este último la más reciente incorporación a la banda, que aunque entró en el puesto de bajista, en este concierto le pudimos ver lucirse a las seis cuerdas, dejando a su compañero Baronath ocuparse de las bases sonoras junto al batería Croma Lan Ro. Estas rotaciones instrumentales solo hacen que ratificar que estamos hablando de grandes músicos. Hasta tal punto habían armado revuelo, que Prozoid pedía con gestos un circle pit, mientras le metía a saco al tremolo.

La cavernosa y más oscura Mortis, con el pedal y los blast beats de Croma a pleno rendimiento, continuó aquel ritual de destrucción, en el que fue el corte más largo de su repertorio. Saten Haz Im Nu, a parte de un sólido vocalista, también se marcó una actuación fenomenal como frontman, muy teatral en todo momento, intentando transmitir con sus ademanes y gestos el significado y la fuerza de las letras que cantaba. Prozoid por su parte, estaba más motivado cada vez, dándole al headbanging y mirándonos directamente con expresión poco amable en temas como Caronte, de la que me gustaron la cantidad de cambios de ritmo, o NYX, donde también vimos muy animado al otro guitarrista para la ocasión, Abjurer, dejándose llevar por aquel maremágnum de tralla a lo bestia, donde los blasts en la batería y la destrucción cervical seguían siendo una constante. Tomaban aire, y su vocalista nos dedicaba unas palabras antes de emprenderla con Exis. En esta, aparte de unos guturales de infarto, continuábamos viéndole gesticular e intentando acercarnos la intensidad de los temas. La tétrica melodía de Khione, perfectamente encajada en las guitarras de Prozoid y Abjurer, fue clave en la esencia del tema, notas lacerantes, rápidas y cada vez más cabreadas y contundentes, mientras Croma no dejaba de machacar su batería, haciendo un gran trabajo con los platos.

Por la hora, no pensábamos quedarnos hasta el final del bolo, pero la verdad es que nos terminaron enganchando sin remisión. Continuaban con toda la mala hostia posible, creando atmósferas malsanas y abruptas con Deimos, que para más inri, fue presentada como ‘la balada’ del disco, cuando en realidad es uno de los cortes más mortíferos, con un doble bombo directo a las costillas, y con registros interesantes por parte de Saten Haz, aunque en cierto modo, eché de menos otro micro abierto para poder combinar las distintas alturas vocales que se escuchan en disco. A pesar del más que aceptable sonido, hubo varios acoples durante la actuación, aunque no fueron excesivamente molestos, y desde luego, no ensombrecieron el gran trabajo de la banda, que seguía emperrada en reventarnos, ya yendo a por los últimos temas de la noche. Dysnomia fue uno de ellos, marcado por el intenso trémolo de Abjurer y Prozoid, y las violentas embestidas de blast beats, que envalentonaron aún más al público, con gritos de ¡eh, eh! que se escuchaban bien altos. El bajo no fue el instrumento que más destacó en la mezcla, pero se atisbaba en él una buena técnica, actitud como músico, y entrega en directo. Por último, con Eidolon, algunos de los músicos cambiaron posiciones, pegándose ambos guitarristas para seguir sacando humo de sus cuerdas, y el inquieto Saten Haz, al que desde luego le faltó espacio, transformándose por última vez en el amo absoluto del escenario. Y por cierto, la amenaza de un segundo LP está cada vez más cerca, así que, si os mola el Black Metal más ortodoxo y de calidad, con raíces en el más puro sonido de los 90, no os los podéis perder, ni en disco, ni en directo.

Con esta última demostración de tralla burra, prácticamente nos despedimos ya de la noche, pero muy satisfechos por haber dado el callo hasta el final, con un ambiente que solamente por él ya mereció la pena estar allí, aunque fuesen ya las 3:30 pasadas de la madrugada. Para terminar, me gustaría agradecer a los componentes de las tres bandas la inestimable ayuda que me prestaron a la hora de confeccionar esta crónica.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_


Homizide + God's Funeral + Fogos, sábado 13-04-24, Pub Morgul, Caudete

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