domingo, 28 de septiembre de 2025

High on Doom (Toxic Sludge + Red Fountain + Stoned Wizards, Sábado 27-09-2025, La Granja, Alcoy)

El Antro del Metal - Toxic Sludge Portada

En la parte de la zona norte de la localidad de Alcoy, no lejos del Polígono Cotes Baixes, se erige un enorme y viejo caserón (antiguo burdel, según recuerdo), en donde, actualmente tiene su sede La Granja, una asociación cultural que organiza varios tipos de actividades autogestionadas, entre ellas eventos de música en directo, aprovechando una de las salas, relativamente grande y con su propio escenario. En verdad, no hace demasiado que supe de su existencia, exactamente en abril de este mismo año, cuando me encontré con un cartel que reunía a dos bandas más que rodadas del Heavy Metal de nuestro país como son Leviatán y Sagrat. En aquella ocasión no pude asistir, y puesto que solo difunden a través de Instagram (yo ni siquiera tengo cuenta), alguno más me he perdido. No solo dan voz al Rock y al Metal, pero tendré que seguirles de cerca en busca de futuras actuaciones interesantes, como la de los valencianos Rosebad, que tienen programada para el día 13 de diciembre. El asunto es que el lugar es ideal para montar bolos como el que vimos anoche sábado, de aforo más bien reducido. Tiene un escenario de tamaño aceptable, elevado, y aunque hay varias columnas bastante molestas, se puede ver bien desde distintos ángulos. Saliendo de la casa, un pequeño porche con sillas y mesas, y en el exterior, un enorme espacio para poder aparcar y salir a tomar el fresco. El local está bastante bien insonorizado, porque al menos yo (que estoy medio sordo, todo hay que decirlo) no escuchaba apenas cuando las bandas estaban probando o tocando en el interior, y esto, junto a la buena situación en la que se encuentra, hacen difícil que algún vecino amargado pueda quejarse y dar por saco.

Aquella era otra noche de sábado en la que coincidían un porrón de conciertos o festivales por la zona (como el Gineta Rock, por ejemplo), y más allá (la visita de los sagrados Y&T), pero al final, como siempre, la cartera manda, y lo cierto es que este concierto de Alcoy me salvó el fin de semana. En su cartel predominaban estilos densos y lentos como el Sludge, el Doom y el Stoner, sonidos no aptos para todos los oídos, pero de muy buen gusto para un servidor, y además, siempre es un placer tener la oportunidad de apoyar a bandas noveles como las que se presentaron allí. Solo queda esperar que la susodicha asociación anime un poco el cotarro y la escena en Alcoy, una ciudad que merece mucho más de lo que tiene actualmente al respecto (y no, el festival de hippies que se celebraba cerca de allí esa misma noche… no cuenta).

También fue el lugar perfecto para encontrarme con unos cuantos colegas. A parte de la gran compañía de Tere, Ramón y Conchi (no todos los perros viejos estamos acabados, jeje) durante el viaje y toda la noche, allí disfruté también de la de mis colegas Kurro, Monty y Lluïsa, y por descontado, la del gran fenómeno Juanmi, a quien hacía demasiado tiempo que no veía. Así, tras unas birritas, unos pitis, y unas charlas, ¡‘pa dentro’!

Toxic Sludge:

Con el concierto dando sus primeros pasos, la sala estaba bastante más llena de lo que imaginé, una buena señal, sin duda. La banda alicantina Toxic Sludge se encontraba ya en plena faena, y con unos humos muy subidos nada más salir al escenario. Crow Wars hacía vibrar las cuatro paredes del local, y la peña se iba animando a grandes zancadas, al mismo ritmo al que lo hacían los propios músicos. Seven Trails les hizo poner ya sus mejores cartas sobre la mesa, con headbanging continuo, sobre todo, por parte de su guitarrista Pablo, que junto al voceras Andrés, fue uno de los grandes protagonistas del show, sudando la camiseta a cada movimiento. Este último, que ya se había dado un paseo entre el público mientras cantaba, hacía que el escenario se le quedara pequeño con su imparable actuación. Incluso se ponía de puntillas al borde de este, o pateaba el monitor frente a él hasta casi tirarlo al suelo, como pasó durante el tema Echoes. Le sucedió un temazo como Separate, y no tardaron en contagiarnos esa energía, y esas series de ‘¡eh, eh!’ que tanto nos pedían, alentados también por gestos como esos acercamientos entre el Pablo y el bajista Joe, quien si no me equivoco, fue el último en incorporarse a una formación que ha sufrido numerosos cambios desde sus inicios. En cualquier caso, la banda sonaba y se veía muy engrasada, realmente coordinada, algo que quedó bastante claro en sucesivos temas, que trajeron consigo toques sureños, solos ardientes de guitarra, un batería cada vez más entusiasmado, y bastante desfase en general.

Todo ello, a pesar de la densidad que traspiraban las canciones, ese Sludge Metal pastoso y grave, con cambios bastante marcados como los de Holy Wars. Esa parte ralentizada, por ejemplo, fue toda una incitación a volver a castigarnos las vértebras. Y por supuesto, toneladas de wah en las cuerdas de Pablo, como mandan los cánones. Andrés decidió que definitivamente le agobiaban los límites del escenario, y prácticamente no volvió a subir en unos cuantos temas, llenando por completo el espacio bajo el escenario, y montándose una fiesta del copón santo, entre saltos, cabezazos, bromas con la peña y alaridos de todos los registros que dominaba. Los trallazos en la batería de Raúl, siempre compenetrado con su colega Joe, sonaban cada vez más duros y aplastantes, sobre todo a partir de Stay, cuando el músico se vino más arriba. El curro que se estaban pegando tuvo su reflejo en la ovación que les dedicamos, pero todavía quedaba mucho por degustar, esa actitud de 10 por parte de Pablo, los continuos balanceos de Joe, y esas poses y berridos de Andrés, en los cuales es innegable la influencia de Phil Anselmo. Seguía arrollándonos a tope esa muralla de densidad y oscuridad sonora con la que atacaban sin piedad, en Slaughter, o en la posterior Raspberries, tirando de riffs muy machacones y graves, punteos rápidos de bajo, y no pocas dosis de agresividad. Con cambios rítmicos muy pulidos, alternando partes rápidas y feroces, nos dijeron adiós con un último cañonazo que dejó muy contento al personal. El frontman nos confesaba que lo había pasado de puta madre, pero seguramente, no más que nosotros.

Salimos un ratillo, a hacer un poco de humo y a refrescarnos el buche, y como siempre, muy a gusto con la gran compañía de aquella noche (muchas gracias a mi colega Kurro por esos birrazos a los que me invitó). Ya se había hecho de noche, pero la verdad es que por el momento se estaba de lujo incluso con manga corta. Nos pasamos dándole a la lengua, y se nos hizo un poco tarde para entrar a la segunda actuación, de la que, por suerte, solo nos perdimos un par de temas.

Red Fountain:

Fomentando la variedad estilística, en esta ocasión nos tocaba un sonido bastante distinto al de la banda anterior. Red Fountain es un grupo fundado hace tan solo un par de años en el mismo Alcoy. Una banda joven, pero que no ha dejado de trabajar y pulir su evolución musical, y que a día de hoy cuentan ya con tres demos. Su sonido es muy definido, y bastante peculiar, y he de decir que me han gustado mucho desde la primera escucha, con una estética, además, muy atractiva en sus portadas, una esencia muy tenebrosa, ancestral, y ocultista que tratan de representar también a través de su música, entre el Stoner y el Doom, con una espesa capa de psicodelia envolviéndolo todo. Con el tercer tema de su set, Luzifer’s Blood, sonando a todo trapo, nos abrimos paso hasta las primeras filas para verles bien de cerca y apreciar detalles, que los hubo, y en cantidad. En particular, y también en vivo, me llamaron poderosamente la atención esos acordes petadísimos de wah, un efecto que prácticamente no dejaron de emplear en todo el show. De su última demo, “Mandragora” (grabada en directo), nos traían Lust Veil. Las partes de bajo me parecieron realmente buenas, de un Wizard of Snus (que así se apoda el músico) muy dinámico y suelto a la hora de pellizcar con los dedos. Aquí nadie esperaba un solo atisbo de velocidad. La estructura parsimoniosa y angustiosa de sus temas era acompañada con gestos y con la forma de tocar y cantar de Sergi “Serj Tepes” al frente, coordinando de lujo esos pisotones al wah.

La distorsión en la voz hacía incomprensibles las letras, como la de la profunda y etérea Butcher, pero hay que decir que lograron darle un tratamiento muy similar al que podemos escuchar en sus grabaciones, lejano, misterioso, agudo y emborronado. Los siempre presentes punteos de bajo fueron protagonistas de Tormented Voices, al tiempo que partes bastante virtuosas en la batería le daban un empujón al ritmo. Alrededor de los músicos, podíamos observar varios símbolos ocultistas, como la cruz invertida, o el Sigilo de Lucifer impreso en la guitarra de Sergi (gracias a Tere por el dato). Tras un fragmento instrumental de esos que elevan el espíritu, volvían las atmósferas lúgubres y subterráneas, los muros de densidad, y los tempos extremadamente ralentizados de la mano de Ghost Vamp, sin duda una de las más trabajadas a nivel instrumental. Los punteos de Serj fueron constantes (apenas hubo acordes), las partes de percusión muy dinámicas, y los cambios rítmicos muy bien llevados. El vocalista aprovechaba la presentación de su siguiente tema, Curse, para agradecer a los asistentes, y a todos los miembros de la organización, el haber hecho posible que estuviesen descargando allí esa noche. Ya de vuelta al curro, no perdieron la seguidilla ni por un momento, sobre todo el bajista, que aparte de una buena técnica y posición, nos regaló unos dibujos de cuerdas muy guapos. Nos sorprendió este último recitando unos versos del poeta Miguel Hernández, y posteriormente, abriendo con unos bajos muy contundentes para Blood Moon, en donde las bases fueron una de las grandes protagonistas. Las voces de Sergi, por su parte, continuaron transmitiéndonos esa esencia infernal hasta el último acorde.

Fue una de las actuaciones que con más ganas afrontaba, y no me decepcionaron. Pese a su juventud como conjunto, consiguieron contagiarnos de esa aura sombría que emana desde sus instrumentos, y convertir durante una hora aproximada el escenario en un lugar de culto al Maligno. Si queréis mi opinión, creo que tienen un brillante porvenir, y al menos yo, les voy a seguir de cerca.

Stoned Wizards:

Les vi, casi de rebote y a última hora, actuando en las fiestas de Castalla, y en esta noche alcoyana, el destino quiso que volviese a coincidir con ellos tan solo cuatro meses después. En aquella ocasión, no me disgustaron del todo, pero me dejaron algo frío en varios sentidos. Pero a veces sucede, y es un gustazo comprobar en qué medida puede cambiar la percepción del directo de una banda cuando las circunstancias son más propicias. Justamente, este fue el caso.

Para no perdernos nada del bolo, no nos hicimos los remolones y entramos justo cuando la banda se presentaba encima del escenario, con un volumen, por cierto, bastante subido respecto a las anteriores bandas, algo que siempre se agradece si es tan equilibrado como lo fue. En formato ‘power trío’, Stoned Wizards nos tenían preparado un setlist variado en cuanto a tesituras, y con muchas notas de virtuosismo entre sus temas, comenzando con Leonor, y una verdadera avalancha de wah y bajos que sonaban muy poderosos. We get the Fuzz tiró en ese incio por sendas más progresivas, pero sin dejar a un lado la caña, cosa que provocó incluso unos animados pogos enfrente del escenario. Fue un pasote ver como la peña, lejos de cansarse y empezar a pirarse tras unas horas de música, seguía más entregada que nunca. Cambios radicales de tempo, vibraciones muy 70s y un sonido compacto fueron los mayores rasgos de la interpretación, pero sobre todo, me alegré de redescubrir a un bajista más activo, y mucho más aplicado técnicamente, que cuando le vi por primera vez, llegando a ser el protagonista de varios momentos y partes musicales. Tampoco se podía pasar por alto el tremendo virtuosismo de su batería ‘Tom’ en cortes como My Immortal, en perfecta sincronía con sus compañeros, especialmente palpable en esos repentinos bajonazos rítmicos, y en general, en esa montaña rusa tan gradual y bien interpretada de cambios de intensidad. Por momentos, desaparecía gran parte de la distorsión en las cuerdas de Dave Pesquero (guitarrista), para volver a dársela a toda hostia, provocando un subidón de esos que rompen por completo el clima, y te elevan a nuevas alturas.

Fue un recurso con el que nos obsequiaron, por ejemplo, en Unspeakable Spell, y no dejarían de hacerlo en sucesivos temas. A buen ritmo, sin más parones que los que requería su propia música, continuaban dando cera con The Pray, mientras sus psicodélicas melodías, y sus estructuras más complejas nos iban cautivando más y más, casi hasta hacernos perder la noción del tiempo y el espacio, una sensación que se hacía notable en los temas más largos. Me encantaron las partes progresivas de esta última en los riffs y punteos de Dave, con ciertos dejes de sabor oriental. ‘Fruss’, al bajo, fue uno de los músicos que más me sorprendió esta vez, con arqueos constantes, y punteando sin parar de forma precisa y rápida, aunque todavía le falte ganar técnica. Él mismo, abrió con sus cuerdas retumbantes para Stonedhage. El clima casi onírico y absorbente del que hablé antes, cobró en esta última su máximo apogeo, y todos en la sala nos movíamos como poseídos, completamente atrapados por su constante y machacona cadencia, en una sensación eléctrica y al mismo tiempo, deliciosamente entumecedora que se apoderaba poco a poco de nosotros. Con un pitillo en la boca, ahora era el batería quien arrancaba The Seventh, el último corte de la noche, y el único que, de momento, tienen registrado. Y vaya si se lució. Con unos golpes que hacían temblar su instrumento, inundó el lugar con pasajes muy técnicos y cambiantes, martilleando cada vez con más saña (de hecho, hubo momentos del concierto, en los que, literalmente, hizo caer a pedazos la batería, jeje). Aunque a veces los parches sonasen algo saturados, el currazo que se pegó es indiscutible. No me habría negado a escuchar, como mínimo, dos o tres temas más.

La conclusión principal que saco es… que me alegro de haberles visto de nuevo, porque en este concierto supieron realzar mucho más sus virtudes, dejándome una impresión mucho mejor que en el primer contacto que tuve con ellos. De hecho… diría sin temor a equivocarme que fue una de las bandas más disfrutadas de la noche por el público en general. Por lo tanto, vuelvo a recomendarles a todos aquellos que disfruten de estos sonidos pantanosos, lentos y agobiantes (y en este caso, estrictamente instrumentales), pero esta vez, con más énfasis.

Por último, y ya refiriéndome al evento en general, he de decir que los horarios me gustaron mucho. Buena hora de inicio, así como de cierre. Aunque cogiera de pleno la hora de cenar, no se puede pedir todo. También buenas sensaciones las que me llevo del garito. Precio de entrada razonable, buen espacio, fácil aparcamiento, sonido dentro de las posibilidades (no fue espectacular, pero podría haber sido mucho peor), y un clima entre la peña de esos que te dan ganas de volver lo antes posible, cosa que espero hacer a la mínima que vea otro cartel atractivo. A toda esa basca, de nuevo, un saludo, a Kurro, Monty, Conchi, Tere, Ramón, Lluïsa, Juanmi, a esa peña de Gandía, y claro, a la asociación por montar esta movida tan guapa.

_|,,| JaviMetal (Is The Law) |,,|_

Toxic Sludge

El Antro del Metal - Toxic Sludge 01El Antro del Metal - Toxic Sludge 02El Antro del Metal - Toxic Sludge 03


Red Fountain

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Stoned Wizards

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